martes, 28 de agosto de 2012

Reparar coches de juguete. Excalextric roto. Leatherman


Reparar coches de juguete tipo escalextrix


Amig@s: Hace poco fue el cumpleaños de mi hijo mayor… Eso supone que la casa se llena de juguetes por unos días y que, inevitablemente, alguno acaba por romperse prematuramente.


Este es el caso de este juego de carreras, en que dos coches corren por una pista por la que circula la electricidad y con un mando se regula la velocidad de los corredores. Un juego entretenido, de habilidad y de toda la vida –todavía recuerdo el mío, que aún conservo-.

Pero los coches son rapidísimos y se salen por la gran velocidad en las curvas… no pasó nada hasta que pusimos las pistas sobre la cama mientras se hacía la limpieza doméstica y los coches, al caer al suelo, se rompieron.



Más concretamente, se partió la pestaña que hace que circulen sobre los raíles eléctricos. Esta pestaña, en efecto, se desplaza por una ranura y es la que permite que el coche no se salga de la pista.


Mal asunto… sólo habían pasado 24 horas, tal vez menos, desde que se lo regalaron y funcionaban estupendamente hasta ese momento y a mi hijo le encantaba el juego.

Pero no pasa nada, en eltallerdecarlos todo tiene arreglo. Y si no lo tiene… lo reparamos también jejejeje. Vamos a tratar de sustituir las piezas rotas, que son de un material plástico muy difícil de pegar, por otras piezas que hagan una función similar.




Mido el ancho de la ranura de la pista y de la pieza rota con un calibre y veo que ésta ha de tener 1mm de grueso y unos 4,3mm de largo.


Quizá un alambre pueda hacer bien la función, pues al ser blando absorberá el golpe deformándose sin partirse y al ser metálico, deslizará muy bien.


Con nuestra Leatherman enderezamos un trocito de la punta del alambre que hemos escogido.




Cortamos un trozo de 15mm con el cortador de alambre de la misma herramienta. El alambre se endereza y corta con suma facilidad.



Ahora tenemos que insertarlo en el coche para lograr que pueda sustituir a la pieza rota.




Así que asimos el trocito por un extremo y calentamos el opuesto con un mechero tipo soplete. También podría haberme servido un soplete tipo lápiz que tengo… pero desperdiciaría más gas ya que aunque tenga que recargar el mechero para cada pieza –los dos coches tienen el mismo problema-.

Aun así ahorro más gas que cargando todo el soplete tipo lápiz y tengo también mejor control de la llama, pues el mechero tiene autoencendido y autoapagado.




Una vez con la punta del alambre al rojo vivo, podéis clavarla en el lugar donde iba la pieza rota.


Al estar el alambre muy caliente, se abre hueco en el plástico, que se va derritiendo.


Yo me he ayudado de una lupa con soporte para mayor precisión, aunque no es imprescindible.


Eso sí, es muy importante que el alambre entre un par de milímetros en el plástico y que quede bien derecho.


Finalmente, medimos lo que sobra y podemos cortarlo con nuestra Leatherman limpiamente.


Si queréis que sea más seguro, también podéis pasar la lima de nuestra Leatherman por el extremo del alambre que sobresale, que a veces queda con una arista afilada y que se puede matar fácilamente con la lima de la multiherramienta.


Vemos que nuestra querida multiherramienta nos ha salvado una vez más de un apuro, con la ayuda de un mechero y un trocito de alambre. Los coches funcionan como el primer día (en realidad el día anterior, jejejej) y durarán… lo que tenga que durar el juguete, que no es mucho en cualquier caso, pero que nos permitirá disfrutar y pasar buenos ratos haciendo carreras de coches.



lunes, 6 de agosto de 2012

Cisterna que gotea. goteo en cisterna. ajustar flotador de cisterna. regular llenado de cisterna. reparar cisterna


Reparación de cisterna que gotea


Ami@s: esta es una reparación que he realizado en numerosas ocasiones y que he obviado por ser algo muy sencillo y al alcance de cualquiera… Pero en esta ocasión en que un conocido me brindó de oportunidad de reparar una cisterna que goteaba, he decidido sacar unas fotos para mostraros lo sencillo que es.

Además, ahora no tengo ni que sacar mi caja de herramientas, pues con mi Leatherman, tengo de sobra para realizar esta y otras muchas reparaciones domésticas. Y siempre la tengo a mano.


Esta vieja cisterna tiene un mecanismo muy sencillo, pero fiable y no nos dará ningún problema si sabemos hacerle su mantenimiento periódico...¡Cada diez años o más!


Pido disculpas de antemano por el estado de la cisterna, de poca calidad y ya entrada en años, que ha acumulado suciedad, cal, pintura, óxido… y ofrece un aspecto un tanto deplorable (por no decirlo abiertamente: asqueroso). Obviamente, la foto inicial no es de esta cisterna que vamos a reparar, se trata de mi propia cisterna que, a su vez, también he reparado en su día.


Como ya he dicho en otras ocasiones, esto no es un programa de Bricomanía y no se trata de reparar algo que está nuevo, sino de apurar un poco más el uso de algo que ya está viejo, pero que puede dar aún mucho tiempo de uso. Sin duda, vuestra cisterna estará en mejor estado que ésta… pero de lo que se trata es que veáis lo sencillo que es reparar un goteo que puede ser molesto, costarnos un verdadero dineral en agua desperdiciada y suponer un atentado contra el Medio Ambiente.


Puede parecer un goteo sin importancia, pero al cabo del día y del mes, es una cantidad de agua considerable la que se pierde inútilmente y no olvidemos que el agua es un bien escaso… y caro.


Pero vamos al grano: el problema puede ser del descargador o de la misma pieza que corta el agua cuando ya está llena la cisterna mediante un flotador.


En este caso, se trata de esta segunda pieza y el remedio es rápido, económico y 100% eficaz ¡y no nos costará ni un céntimo!


Como se trata de una cisterna superior –de las que están en la parte superior de la pared-, lo primero es buscarnos una escalera para acceder cómodamente al interior de la cisterna, por su parte superior.


Seguidamente, presionando con suavidad la boya hacia arriba, comprobamos que, efectivamente, el agua no se corta completamente. Sin duda la zapata está gastada, sucia o deformada.



Para acceder a la zapata, hay que retirar el pasador.


No es más que una pieza de metal con un extremo ligeramente doblado o abierto para que no se salga por sí solo y por el otro lado, tiene una anilla que indica que es el lado por el que debemos extraerlo.



Cogemos nuestra Leatherman y con su estupendo alicate enderezamos las patillas del pasador. Podemos girar el pasador por la parte de la anilla para comprobar que el lado opuesto está derecho o hacia qué lado está doblado.



Finalmente, vamos tirando y vemos que el pasador sale, liberando la pieza que sostiene la junta de goma y unida a ésta, la varilla con el flotador.


Examinando la goma, vemos que está muy limpia… pero completamente deformada. Lo normal es que presente una superficie lisa, sin marcas y esta tiene profundos surcos concéntricos.


Con el punzón de nuestra querida multiherramienta, extraemos fácilmente la goma, que simplemente va encajada en el hueco de la pieza de metal.



Con frecuencia, no es necesario sustituir la junta, sino que basta con darle la vuelta y volver a ponerla, pues la deformidad está sólo en el lado donde corta el agua.


Aprovechamos para enderezar un poco la varilla del flotador.

En cisternas más modernas, suele haber un tornillo para regular la altura a la que se cortará el agua, para que así la cisterna se llene más o menos… pero en este sencillo sistema, basta doblar un poco la varilla hacia abajo para que la cisterna se llene menos o hacia arriba para que se llene más.

Conviene que se llene menos y así ahorraremos agua en cada descarga de la cisterna.


También vamos a enderezar un poco más el pasador. Vemos que está un poco oxidado por fuera, o más bien con incrustaciones de cal.


Con la Leatherman podemos darle un repaso con la lima para dejarlo perfecto. Pero voy a dejarlo tal cual, siempre y cuando permita introducirlo en su lugar.

El pasador estaba adaptado a los huecos para tener un mínimo de holgura y temo que si lo dejamos demasiado “limpio” metamos la pata y haya que buscar otro pasador, lo cual es innecesario teniendo en cuenta el estado general de la cisterna, que habrá que sustituirla en breve –no ya por su mal funcionamiento, sino por estética-.


Volvemos a colocar la pieza –con su junta ya colocada en posición invertida- y tras algunos tanteos, logramos meter el pasador.


Observamos, asimismo, que toda esta pieza está ligeramente girada, y debería estar bien vertical.


Esto también puede afectar al funcionamiento de la cisterna. Esta vez tomamos nuestro alicate de la Leatherman Crunch, que ya vimos que es perfecto para agarrar tubos, y giramos ligeramente la pieza.


Como el agua nunca llegará a la altura de esta pieza, no es preciso que esté muy apretada contra la cisterna, aunque sí ha de quedar ajustada.


Basta dar paso al agua accionando la llave correspondiente y esperar un poco para comprobar que la cisterna corta el agua como el primer día.


Regulamos ligeramente la varilla del flotador si es preciso, y ya tenemos la cisterna en buen uso.


No olvidéis torcer un poco el extremo del pasador para que éste no se salga accidentalmente. Para hacerlo podemos simplemente doblar un poco el extremo con el alicate o bien con el destornillador separar un poco las patillas introduciéndolo entre ellas y separándolas un poco. Sin forzar demasiado, pues el pasador está bastante viejo y podemos partirlo.


El trabajo, como veis, no podría ser más sencillo. Se puede hacer en menos de cinco minutos y ahorraréis en la factura del agua y no perjudicaréis el medio ambiente innecesariamente.


Un inciso: estas cisternas casi han entrado en desuso, pues son mucho más empleadas las que van acopladas sobre la parte trasera del váter. Sin embargo, las tradicionales siguen siendo una excelente opción para cuartos de baño muy reducidos, como sucede en los pisos pequeños o en servicios públicos de locales pequeños, donde se trata de emplear el mínimo espacio posible en el aseo.


En mi casa, que tengo un cuarto de baño pequeño, he logrado poder tener bidé y bañera gracias al reajuste de las piezas y al espacio ganado por colocar una cisterna de pared.

Si tenéis una cisterna como la de la foto inicial y no corta bien el agua, no hace falta sustituir la cisterna, ni pagar una elevada factura a un fontanero por repararla –con todos mis respetos hacia este sector laboral-, hay cosas en las que son más necesarios que para esta sencilla reparación-.

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