Amig@s:
Hoy vamos a ver un post extraordinariamente sencillo, económico y que puede serviros
para apurar una prenda que no merece la pena invertir dinero en ella por ser
vieja. O bien, que se trate de una emergencia y no tengáis tiempo de llevarla a
un zapatero que os ponga un remache nuevo.
En
mi caso, tengo esta vieja cazadora. Hace tiempo que pensaba desecharla, pues
lleva años de uso… Pero cuando iba a hacerlo, me hice la lesión de la
mano y justamente esta cazadora me venía genial por tener las mangas lo
suficientemente anchas para poder meter por ellas la mano con la férula.
Después de esto, he decidido conservarla algún tiempo más, pues en realidad con el arreglo que os voy a explicar a continuación, ha quedado como nueva.
Después de esto, he decidido conservarla algún tiempo más, pues en realidad con el arreglo que os voy a explicar a continuación, ha quedado como nueva.
La
cosa es que la presilla, broche, corchete o como queráis llamarlo de la parte
inferior se ha desprendido. Se trata de una pieza muy práctica porque permite
cerrar rápidamente la prenda en varios puntos sin tener que hacer uso de la
cremallera.
Pero
sin el cierre, además, queda antiestético.
Pues
bien, lo primero es abrir el cierre, pues la parte hembra, la que se ha
desprendido del botón o pieza que queda visible, está introducida aún en la
parte macho, la situada en la otra parte de la prenda. Sale fácilmente.
Vemos
que el problema es que el remache no estaba bien realizado, pues el botón, por
la parte trasera, muestra que el saliente está deformado hacia un lado. Si el
remache estuviera derecho, difícilmente se hubiera soltado.
Para
no confundirnos, voy a explicar o describir las piezas:
La
pieza que llamo botón, es la visible, la pintada de negro. Esta pieza tiene por
detrás un cilindro hueco que es el remache propiamente dicho.
Esta pieza va unida a la pieza hembra, que es una especie de arandela en cuyo orificio central va el remache aplastado, uniendo el botón con la pieza hembra.
La pieza macho es la que está en la otra parte de la prenda y dejamos de lado porque está en perfecto estado.
Esta pieza va unida a la pieza hembra, que es una especie de arandela en cuyo orificio central va el remache aplastado, uniendo el botón con la pieza hembra.
La pieza macho es la que está en la otra parte de la prenda y dejamos de lado porque está en perfecto estado.
Empezamos
trabajando la pieza hembra. Vemos que está un poco deformada, hundida por la
parte central, donde tiene que ir remachada con el botón. Basta ponerla hacia
abajo, en posición invertida y presionar con las puntas de los alicates.
En
mi caso, esta vez he usado mi Leatherman Surge. Podría haber realizado la
reparación con cualquiera de mis multiherramientas… Pero, sencillamente, es la
que tenía más a mano en esos momentos.
Las
finas puntas de los alicates entran perfectamente y aplanan sin problema toda
la superficie. Es una chapa muy blanda y no debemos hacer demasiada fuerza o se
deformará y nos dará problemas.
Ahora
trabajamos la parte del botón, la pintada en negro: con las puntas de los
alicates vamos estirando el remache poco a poco, cogiendo por el borde del
cilindro y tirando, para enderezarlo.
Hay que hacerlo con cuidado o lo que acabaremos es ensancharlo y ya no cabrá en la pieza hembra. Tras varios estiramientos –casi imperceptibles a la vista- presionamos ligeramente por todo el borde, de modo que lo cerremos un poco y lo redondeemos. Y repetimos el proceso de estiramiento y redondeamiento hasta lograr que sobresalga lo suficiente.
Hay que hacerlo con cuidado o lo que acabaremos es ensancharlo y ya no cabrá en la pieza hembra. Tras varios estiramientos –casi imperceptibles a la vista- presionamos ligeramente por todo el borde, de modo que lo cerremos un poco y lo redondeemos. Y repetimos el proceso de estiramiento y redondeamiento hasta lograr que sobresalga lo suficiente.
Será
difícil lograr que quede como antes de remacharlo, pero basta que veamos que el
remache entra ajustado en la pieza hembra y tiene un poco de juego para volver
a remachar.
Ponemos
ya esta pieza en la prenda –no olvidemos que el botón debe ir hacia afuera y el
remache mirando al interior-
Y colocamos la pieza hembra procurando que ningún hilo o tela se interponga. Con los alicates con las puntas ligeramente entreabiertas, podemos presionar la pieza hembra para que el remache se introduzca en ella.
Prácticamente, se queda ya fijo. Pero si lo dejamos así, al más leve tirón, se soltará de nuevo.
Y colocamos la pieza hembra procurando que ningún hilo o tela se interponga. Con los alicates con las puntas ligeramente entreabiertas, podemos presionar la pieza hembra para que el remache se introduzca en ella.
Prácticamente, se queda ya fijo. Pero si lo dejamos así, al más leve tirón, se soltará de nuevo.
Para
remachar, basta coger un destornillador plano –en mi caso, también de la Surge-
y vamos presionando hacia abajo y hacia afuera, de modo que el remache se vaya
aplastando y abriendo al mismo tiempo. No hace falta hacer mucha fuerza, pues
si hacemos la operación por todo el borde del remache, se abrirá más que
suficiente para fijarse a la pieza hembra. Si nos pasamos, deformaremos el
botón por su parte exterior.
Y
ya está… el corchete ha quedado perfectamente fijado. Abre y cierra estupendamente.
Esto
podéis hacerlo no sólo en prendas, sino también es frecuente que ocurra en
bolsos, carteras… con esta solución podéis solventarlo rápidamente obteniendo
un resultado duradero.
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