Montaje de base de enchufe con interruptor
Ya vimos como montar una base de enchufe con
pocos materiales y sin meternos en obras… Coloqué una base de enchufe que se
podía conectar o desconectar con un interruptor.
Lo hicimos en un rato y el
sistema lleva funcionando varios años.
Lo usamos prácticamente a diario, ya sea para
conectar el ordenador, que es portátil, pero hace tiempo que se le estropeó la
batería, con lo que funciona conectado a la red.
También le damos uso al
enchufe para conectar el flexo, ya que es uno de mis sitios utilizados para la
lectura.
Y, finalmente, también es muy usado para cargar el móvil.
De modo que
–también en una tarde de domingo que amenazaba lluvia- decidí pasar de este
sistema provisional a uno definitivo, con los mecanismos empotrados en la pared
y los cables bien seguros en tráqueas o tubos dentro de la pared.
Pensaba que me iba a llevar días… pero como
suele decirse: “la veteranía es un grado” y logré dejarlo listo para montar el
enchufe y su interruptor en un par de horas, dejando la pared incluso pintada…
Pero empecemos:
Lo primero es decidir la ubicación. Va a ser
un dispositivo que ya se va a quedar fijo, a diferencia del anterior que
podíamos desplazarlo si nos estorbaba.
Tengo que desmontar un par de escuadras o
palometas grandes que soportan una balda, pues la arrebola pasa por debajo de
uno de los brazos de la palometa. Además, son sólo seis tornillos y
trabajaremos más cómodos sin la balda encima.
Marcamos en la pared el contorno de las dos
cajas encastrables y le dejo 1 ó 1.5 cm de margen en todos los lados.
El
problema que siempre me ocurría cada vez que quería colocar un caja empotrada
de un mecanismo era, justamente, hacer el boquete demasiado justo, con lo que
después era complicado meter la caja y perdía mucho tiempo haciendo retoques
para que entrara en su hueco. Y también era más complicado fijar con yeso la
caja al hueco.
Es mejor eso, dejar de 10 a 20mm de separación entre el hueco y
la caja (salvo casos concretos como que la pared esté pintada de algún color y
no tengáis pintura de ese tono y queráis ahorraros el pintar después).
Continuamos descarnando el yeso. Vamos
marcando todo el contorno sin profundizar demasiado y con el cincel bien perpendicular a la
pared.
Después volvemos a hacerlo clavando un poco más el cincel e incluso
damos una tercera pasada que llegue al ladrillo.
De esta forma, la parte externa
del yeso apenas sufrirá y ahorraremos trabajo.
Después vamos sacando el yeso clavando
el cincel de forma oblícua para despegarlo de las rasillas y extraerlo.
Ya con el ladrillo a la vista, podemos ir
perforando en los lugares huecos del mismo, después atacamos los nervios de las
rasillas y así, poco a poco, vamos haciendo todo el hueco.
Yo he tenido que tener especial cuidado
porque detrás de esta pared, que es de rasillas sencillas, está el alicatado de
la cocina y no era plan de romperlo.
Como ya he dicho en otras ocasiones: en
estos casos hay que evitar que el cincel golpee perpendicular a la pared (salvo
al principio para marcar el yeso, como dije antes). De hecho, cuanto más
oblícuo esté, mejor.
Asimismo, conviene controlar la fuerza de los golpes
usando un martillo de tamaño medio.
Tras hacer el hueco para las cajas, paso a
hacer lo propio para meter la tráquea o tubo para los cables.
Podría haber hecho la roza de modo que fuese
directamente a una caja de empalmes muy próxima, pero tengo un orificio por el
que saqué el cable de teléfono y el de la conexión de internet.
Este orificio,
lo hice, justamente a través de una caja empotrada de un enchufe en desuso que
hay al otro lado, de modo que a través de dicha caja, también puedo acceder a
los cables de la corriente.
Me ahorro un poco de trabajo de esta manera. Aunque
lo ideal hubiera sido llevar los cables en su tráquea hasta la caja de
empalmes.
Tras hacer la arrebola, compruebo que puedo
acceder desde la tráquea al cajetín del otro lado de la pared. Como ya tengo
los otros cables pasados, sólo tengo que
agrandar un poco el orificio del mismo con los alicates de mi Leatherman, que
me vienen fenomenal para este fin, y colocar la tráquea de modo que quede bien
orientada al orificio.
En cualquier caso, me aseguro que después no
haya problemas para pasar el cable, metiendo en la tráquea una cuerda que
servirá de guía para meter los cables.
Hacemos un poco de yeso, como ya os he
explicado en otras ocasiones, y fijo las cajas y la tráquea.
Como es yeso
controlado o retardado, inserto en los lugares más amplios unos trocitos de las
mismas rasillas que salieron al romper la pared. Así el yeso fraguará mucho antes.
Con una segunda pasada con yeso más aguado, doy un acabado bastante bueno.
Pasado un rato –aunque lo suyo hubiera sido
esperar al siguiente día- doy un repaso con masilla de acabado.
Finalmente, doy
una mano de pintura.
Las prisas se deben a que la balda que retiré
soporta una urna, que es donde vive nuestro jerbo. Quería dejarla colocada para
la noche. De ahí que quisiera acortar casi al límite los tiempos de secado.
El tiempo total que he empleado en la tarea
de desmontar los soportes de la urna, abrir los agujeros de cajas y tráquea,
colocar dichos elementos, fijarlos con yeso y darle el acabado de masilla y
pintura, así como de volver a montar el soporte de la urna, ha sido de unas
tres horas contando el tiempo de espera para el secado… No está nada mal ¿no?
Provisionalmente, he vuelto a poner la vieja
base de enchufe con interruptor para poder seguir haciendo uso de la toma de
corriente.
Un consejo: si no tenéis demasiada
experiencia con estas tareas de albañilería, os aconsejo que lo hagáis con
tranquilidad, a ratos y sin prisas.
Además, como dije antes, lo suyo es esperar
que el yeso seque bien antes de dar el acabado, que el plaste también esté seco
antes de pintar… Y no hacerlo con tanta precipitación como yo.
Al día siguiente, introduzco los cables atándolos
a la cuerda que dejé a modo de guía y tirando de ésta por el otro extremo.
Los corto con el corta alambres de mi
multiherramienta, que aunque está diseñado para cortar alambres, funciona
perfectamente con los cables de la electricidad, ahorrándome tener que buscar
alicates específicos para cada cosa.
Un detalle es que he descubierto algo
interesante en mi Supertool 300 (aunque también está presente en mis otras
Leatherman): un pela cables que está colocado en la base del abrelatas/abrebotellas.
Al principio, no sabía cómo utilizarlo, hasta que probé a dejar el cable apoyado
en el pelacables, y dejar la hoja semicerrada, de modo que el cable se apoya
contra las cachas de la multiherramienta.
Giramos el cable mientras presionamos
ligeramente sobre él… y queda la funda perfectamente cortada.
Con los alicates
–caso que la funda esté muy apretada- sacamos en un momento el trozo de funda
cortado.
Tras retirar la funda, podemos retorcer los
pelos de cobre con los dedos.
Y si queremos que quede bien prieto y rígido,
podemos terminar de retorcerlos con los mismos alicates.
Esto hará que no haya
ningún pelo de cobre susceptible de provocar un cortocircuito y, además,
podremos meter estos extremos pelados con suma facilidad en los orificios del
interruptor.
También mejorará el contacto con los bornes del enchufe.
Un imprevisto fue que cuando decidí abrir la
caja de empalmes para reconectar los cables, pues no podía retirar los
tornillos de la misma.
El problema es que hacía años que no abría la caja de
empalmes y los tornillos estaban completamente cubiertos de pintura.
No logré
retirarlos con ninguno de mis destornilladores, por más que traté de limpiar
las ranuras de las cabezas… hasta que probé con el más fino de mi multiherramienta:
salieron como por arte de magia.
Una vez retirados los tornillos, limpié bien
las ranuras para poder colocarlos después más fácilmente.
También los destornilladores de mi Supertool
me vinieron fenomenal para apretar las clemas de las conexiones ¡Ojo, con la corriente desconectada!
Los bornes del enchufe,
y las placas del
interruptor y el enchufe a las cajas empotradas.
Respecto a las conexiones… no tiene ningún
misterio. Son idénticas al otro mecanismo que hice.
Un polo de la corriente va
directo a un borne del enchufe.
El cable del otro polo sube, atravesando las
cajas, a la superior, donde se conecta a un borne del interruptor.
Y del otro
borne del interruptor, se saca otro cable que va al borne que dejamos libre en
el enchufe.
En la imagen ya he conectado el interruptor, que situaré arriba y queda por conectar el enchufe.
Se cierra todo, se pone el embellecedor…¡Y
trabajo terminado!
Bueno, no del todo… queda aún dar otra mano de pintura -esta vez esperando a que todo seque bien-, y
colocar la roseta del teléfono, que como veréis, tuve que retirarla para
trabajar con más comodidad y limpieza.
Un trabajo sencillo que podemos hacer en
cuatro ratos si lo hacemos con tranquilidad y sin prisas, y que aporta
comodidad y seguridad, al reducir los cables y mecanismos eléctricos sueltos. Y
la tranquilidad de que es una instalación bien hecha.
El coste ha sido casi nulo… Solo he tenido
que comprar el embellecedor doble, que los que tenía eran sencillos. Los cables
son de unos restos de una instalación… Todo reciclado.
En este caso, no hemos reparado nada… pero el
bricolaje no está sólo para reparaciones, también sirve para acomodar nuestro
entorno a nuestros gustos y necesidades y el trabajo ha sido plenamente
satisfactorio.
Y os dejo por hoy… ¡Voy a leer un rato!