viernes, 11 de agosto de 2017

Calentador de gas,



REPARAR CALENTADOR DE AGUA A GAS
Amig@s: No tengo demasiadas entradas sobre calentadores de agua de gas… Sin embargo, mi viejo calentador ha aguantado estoicamente muchos años. 
Lo único que le he hecho en unos doce años, es limpiarle el filtro de la entrada, atorado por la cal que entonces traía el agua del grifo. Desde que depuraron el agua corriente para eliminarle la mayor parte de la cal, no ha sido necesario tocarlo… 

Es cierto, que el sistema de encendido piezoeléctrico dejó de funcionar hace tiempo. Bastaría haberle cambiado esa pieza… pero nos hemos acostumbrado a encenderlo con cerillas.

Sin embargo, hace unos días, vimos con estupor que el calentador parecía que iba a incendiarse o incluso estallar… Los quemadores, que suelen dar una llama recta, vertical, fina y azul… soltaban una llamarada rojiza, enorme y en todas direcciones, incluso hacia abajo… Pensé que los días de nuestro calentador habían llegado a su fin, que ya había que “jubilarlo” y comprar uno nuevo…
Pero antes, quise desmontarlo y ver si realmente no tenía remedio.

Para desmontarlo, basta tirar del mando principal para sacarlo. 

Seguidamente, desenroscamos la base de dicho mando y la carcasa queda suspendida de dos chapitas por la parte trasera superior. 

Ojo… en algunos modelos, también hay que aflojar o retirar un par de tornillos que fijan la carcasa con la chapa trasera.
En mi caso, ya digo, basta sacar hacia delante la parte inferior y después levantar hacia arriba… Y nos queda la carcasa fuera.

Ya vemos el calentador “desnudo”. Se aprecia un montón de polvo, suciedad, plumas (por mi zona rondan muchas palomas)… Vamos a terminar de extraerlo para su limpieza. Ojo, si no está sucio, no es necesario desmontar, luego lo veremos…

NOTA: En muchas fotos, veréis que el calentador se ve impoluto... Es que he tomado la foto tras la limpieza, y al no tener la correspondiente foto del desmontaje, he puesto la del montaje, para que veáis cómo es.
Seguimos:

Para desmontar el cuerpo del calentador, cortamos la llave de paso del agua Y DEL GAS. Y aflojamos las tuercas de las tuberías de entrada y salida de agua. Hacemos lo mismo con la del gas. Ojo… si tenéis un cierre tipo hermeto, probablemente, tendréis que sustituirlo después. Si se trata de un rácord loco, no perdáis la junta de cartón –o material similar- que es la que impide que el gas se salga. Si la podéis sustituir, mejor.

El tema del gas es MUY DELICADO. Si tenéis cualquier duda, o no sabéis hacerlo… mejor que lo haga un profesional. No me hago responsable de lo que podáis hacer vosotros con vuestro calentador, o las consecuencias de ello... Me limito a decir cómo lo he he hecho yo.

Y tras esto, ya queda el cuerpo del calentador fijado a la pared por dos alcayatas. En mi caso, el tubo superior de evacuación de gases impide alzarlo para desengancharlo… solución: girar media vuelta las alcayatas y así basta tirar para sacarlo. Con los alicates de mi Leatherman, se hace en un momento, dado que son finos y fuertes.

Nos armamos de un cepillo de púas de alambre de latón, una brocha y mi fiel Leatherman supertool 300 y procedemos a desmontar lo necesario…
En realidad, la zona peor y la que es más necesario limpiar es justamente la de los quemadores, la llama piloto y la zona de los mandos… vamos atacando la suciedad, que va saliendo rápidamente con el cepillo metálico y la brocha. Podemos ir dando pasadas con un aspirador doméstico para ir recogiendo el polvo y la suciedad y que no vayan a parar a sitios aún más delicados.

Ahora viene la verdadera reparación: el problema es que los quemadores están obstruidos, con lo que el gas no se mezcla debidamente con el aire y además, al encontrar obstáculo para salir hacia arriba, el gas inflamado retorna, saliendo en todas direcciones.

Tenemos que desmontar los quemadores para limpiarlos.
Esto se puede hacer perfectamente con el calentador puesto en la pared, sólo retirando la carcasa. A mí me ha venido bien retirarlo para su limpieza general… Pero si el vuestro está en buen estado…
 
Para ello, retiramos primero los dos tornillos que sujetan al cuerpo de los quemadores el mecanismo de la llama piloto. Son sólo dos tornillos que retiramos en un momento con nuestra Leatherman Supertool 300.

Ahora, lo que fija el cuerpo de quemadores al calentador es la rosca del conducto de entrada del gas.

Nos armamos de una llave inglesa y aflojamos. 

Importante “sentir” la fuerza del apriete para después dejarlo así. Y también muy importante… No perdáis la junta de estanqueidad que hay entre ambas piezas.

Pues bien, ya tenemos en la mano el cuerpo de quemadores. Ahora tenemos que limpiarlos y desmontarlos para su limpieza interior.


Podemos quitar “lo más gordo” pasando el cepillo de alambre sobre toda la parte exterior, haciendo hincapié en los orificios superiores. Yo he tomado la precaución de cepillar los orficios poniendo la pieza invertida, para que los orificios queden hacia abajo y la suciedad caiga al suelo en vez de dentro de los quemadores. Cuidado también que no entre suciedad en el conducto de entrada del gas.

Ahora tenemos que desmontar los quemadores en sí…
 

Para ello, retiramos los tornillos que fijan las dos partes que componen el quemador a la chapa delantera o cuerpo (la que también soportaba la llama piloto), y que en realidad, es el conducto por donde entra el gas, está hueco. Tras quitar estos 8 tornillos (el central no es necesario retirarlo), nos quedan por una parte los dos quemadores y por otra el cuerpo con los chiclés.
 
Aunque el problema probablemente resida exclusivamente en los quemadores, no viene mal darle una limpieza a los chiclés para asegurarnos que tiene el orificio despejado. 
Basta ir desatornillándolos, mirar cada uno al trasluz y soplar por su orificio con fuerza (mejor si tenéis pistola de aire a presión). Aconsejo no intercambiar los chiclés, mejor ir limpiándolos uno a uno.

Nunca se os ocurra meter un alambre o un clavo para limpiarlos si están obstruidos… En todo caso, un hilo de cobre muy fino sacado de un trozo de cable de electricidad. Ya que los chiclés están hechos de material blando y el orficio está calibrado. Si forzamos el orificio, lo agrandaremos y habremos fastidiado el buen funcionamiento del calentador.
Ahora viene lo importante: vemos que cada quemador individual tiene forma como de trompeta… arriba están los orificios por donde sale el gas inflamado, después hace una curva, se agranda y queda sobre su correspondiente chiclé. Tenemos que limpiar el conducto.
 
Yo lo he hecho liando un poco de algodón en una varilla. Si la varilla es de madera, tipo pincho moruno, mejor. En ese momento, sólo tenía las varillas aceradas que suelo usar para todo…
Es cuestión de meter la varilla con el algodón en el extremo, girándolo y extrayendo toda la suciedad. Algunos orificios tenían hasta telas de araña, en serio.

En un momento, el algodón se me quedó dentro (de ahí que debiera haber usado un palito). Ningún problema: cogí un trocito de alambre y con los alicates de mi Leatherman, le hice forma de gancho en la punta. Lo metí girándolo, y después tiré, sacando limpiamente el algodón.
 
Tras dar varias pasadas a cada quemador individual, metí el aspirador con una boquilla especial para rendijas, rincones y superfices pequeñas. 

Si no lo tenéis, basta acoplar un tubo delgado al tubo del aspirador, fijándolo provisionalmente con cinta americana, por ejemplo.

Con esa boquilla, concentro todo el aspirado en una pequeña superficie, pudiendo limpiar bien cada “trompeta”. Finalmente, también paso el aspirador por la parte superior, la de los orificios de los quemadores.
Sólo queda montar los dos cuerpos de quemadores. No suele haber problema porque sabemos que los orficios van hacia arriba y los agujeros de los tornillos deben coincidir. Seguidamente, introducimos la pieza en el cuerpo del calentador. 
En mi caso, tiene un pitorro trasero que casa con una chapa con una rendija que lo aloja. Sirve para que los quemadores no queden girados al apretar la tuerca del gas. Y queden así bien orientados. Hay que fijarse a la hora de colocarlo para que esta pieza encaje.
Una vez metido, colocamos la junta de estanqueidad y atornillamos la tuerca CON LA MANO. Es importante que entre derecha y para ello, mejor roscar a mano y dejar la llave para el apriete final.

No está de más, hacer la prueba del agua jabonosa para comprobar que no hay fuga de gas.

Repito: el gas es muy peligroso… Si no estáis seguros, no lo hagáis vosotros. No me hago responsable del uso que hagáis de este tutorial. 
Finalmente, montamos la pieza de la llama piloto, con sus dos tornillos. Y las tuberías del agua (posiblemente, también tengáis que cambiar las juntas).

Colocamos la carcasa… y a probar.
Es normal que al principio le cueste encenderse, porque la tubería del gas ha quedado vacía de gas... y llena de aire. A veces, conviene hacer una purga, abriendo ligeramente la tuerca mientras dejamos salir el aire empujado por el gas... Otra cosa que hay que hacer con cierto conocimiento... 
Pero, normalmente, basta insistir un poco para que el gas expulse el aire y se encienda.
En mi caso, ha quedado perfecto… Lástima no haber hecho foto o vídeo del lamentable estado inicial… Espero baste con la descripción. Ahora las llamas salen finas, azules y bien verticales… Y hasta se enciende más rápido, al haber limpiado también toda la zona de la llama piloto, bastante sucia.


Lo siguiente que vamos a hacer es cambiar la llave de paso que corta la entrada del agua al calentador… Así para otra vez, no tendré que cortar la llave de paso general… Pero eso es tema de otra entrada. En este caso de vídeo:
https://www.youtube.com/watch?v=Kqtix354Tmg.