jueves, 17 de marzo de 2011

Recetario para cocina solar. Recetas para horno solar. Patatas asadas al horno. Usar el horno solar

RECETAS PARA HORNO SOLAR

INTRODUCCIÓN



Tras una racha de lluvias –totalmente normal en esta época del año, mediados de marzo- Por fin ha vuelto el sol y ya pega con fuerza, anunciando la primavera inminente.


Así que ayer pude poner otra vez en funcionamiento el horno solar y preparé un delicioso plato: una guarnición de patatas… A veces no se sabe que es lo principal del plato: si la guarnición, que se supone que es el acompañamiento, o el plato principal.

En este caso es así. Las patatas salieron tan deliciosas que más que acompañar al plato, se convirtieron en lo principal.


Como vemos, no se trata ya del ahorro de dinero y energía, o de preservar los recursos naturales del planeta. Se trata de saborear un plato exquisito que no podemos hacer igual con la cocina o el horno tradicional de casa.


No sé si será por hacerse muy lentamente, Si es por cocinarse prácticamente en su jugo, o por el microclima húmedo que se genera dentro del horno solar… Pero realmente la comida sabe mucho mejor. Ya hemos preparado varios platos: lentejas, menestra de verduras, huevos, quesada, magdalenas….


Pero antes de pasar a la receta…Sí, sí, no me enrollo más, que sé que estáis impaciente porque os la diga… pero antes quiero dar unas nociones básicas, unas instrucciones, que os permitirán aprovechar al máximo el horno solar.


Lo primero es que al funcionar con el sol, dependerá de la época del año para que rinda más o menos.

Viene a funcionar como un horno convencional puesto a la mínima potencia, por lo que es importante precalentarlo bien y abrirlo lo menos posible.


También la época del año influirá en la cantidad de alimentos que podamos introducir, y en el tiempo de cocción.


Mi primera experiencia con el horno fue un desastre: metí en la olla llena de agua cuatro patatas de las mayores, tres pequeñas, dos huevos, varias zahorias….Obviamente, las patatas, tras un par de horas dentro del agua, estaban más duras que antes de la “cocción”


Y es que cometí varios fallos:

1º Los alimentos se hacen prácticamente en su jugo, basta añadir el agua mínima que éstos puedan necesitar.

2º Los alimentos estaban sin trocear. Es importante trocear los alimentos para acelerar su cocción. En este caso, las patatas –y todo lo demás- estaban enteras.

3º Lo hice a primeros de febrero, con el sol bastante débil aún… La potencia del horno no permitía prácticamente ni calentar esa cantidad de agua y menos cocer los alimentos

4º el horno tenía sólo un reflector

5º Y aún no le había puesto la chapa del fondo. Solo tenía la chapa en la parte inferior. Al ser un horno de gran volumen interior, si solo tiene la chapa inferior, la olla se calentará, pero el interior del horno no lo hará demasiado. Así la chapa trasera calienta el horno y la chapa inferior se ocupa de calentar la olla. El rendimiento mejora bastante.

Si dejamos la trasera del interior del horno sólo con el papel de aluminio, parte de la luz reflejada en éste incidirá en la chapa inferior y el la olla… pero la mayor parte volverá a salir reflejada hacia fuera desperdiciándose y rindiendo menos.

6º Aun no había puesto ningún cierre que apretase la tapa contra el marco del horno y había un pequeño resquicio por el que se escapaba calor…


Es importante solucionar estos pequeños problemas que, en conjunto, afectan muy mucho al rendimiento deseable del horno.


El conocimiento nos da la sabiduría y, ciertamente, cualquiera que usase el horno de la forma que yo lo hice la primera vez, lo tiraría directamente la basura… cuando el problema era un mal uso.


A partir de entonces ajusté la cantidad de alimentos al rendimiento del horno y los troceo según su tiempo de cocción: los más duros se cortan más finos; Puse la menor cantidad de agua posible; ajusté el cierre provisionalmente uniendo el asa de la tapa con el asa del horno mediante una goma sacada de una cámara de una rueda de moto; y posteriormente, he añadido un reflector adicional…


Y, amig@s, es como la diferencia de la noche al día: el horno rinde mucho más y coge una temperatura impresionante.



Es muy, muy importante que la olla sea de color negro mate y también lo sea la tapa (ya os dije que la mía era de cristal y la pinté de negro también), que las asas de la olla y la tapa resistan la temperatura de un horno (no vale el plástico).


Y que el cierre de la tapa con la olla sea lo más hermético posible.


Si evitamos que salga vapor de la olla, no se empañará el cristal y lograremos un rendimiento muy superior.


Deciros, finalmente, que no os fiéis de los tiempos de cocción que os digan en las recetas para el horno solar, pues dependerá del tipo de horno, de la insolación, de lo bien orientado que esté, de su tamaño….


Pero, eso sí, sigue valiendo la premisa de que en el horno solar la comida no se pasa y no importa si la dejáis un rato más.



Receta de patatas asadas.

Ingredientes:

Cuatro o cinco patatas medianas

Una zanahoria mediana (opcional)

Un diente de ajo pequeño

Medio tomate

Aceite de oliva

Sal

Agua


Preparación:



Cortamos las patatas en rodajas de uno a dos centímetros de grueso, dependiendo de vuestras condiciones particulares: si es una época de mucha insolación y vais a dejarlas cocinándose toda la mañana, podéis cortarlas más gruesas.



Cortamos el diente de ajo, previamente pelado, en rodajas finísimas.


Pelamos y cortamos en rodajas de 2 a 4mm de grosor la zanahoria y el medio tomate.


Añadimos un poco de agua en el fondo de la olla, lo justo para mojar el fondo.


Vamos colocando las rodajas de patatas y añadimos una pizca de sal. Si añadimos la sal a las patatas antes de ponerlas en la olla y las movemos, la sal se distribuirá más homogéneamente.


También podemos añadir comino, pimienta, perejil... al gusto del consumidor.



Colocamos las rodajas de ajo sobre las patatas de modo que estén bien distribuidas y no haya zonas con mucho ajo y otras con poco.


Finalmente, añadimos la zanahoria y el tomate.


Echamos un chorreón de aceite por encima, tapamos la olla y la metemos en el horno.


Se pueden dejar prepararas para introducir en el horno en cinco minutos.



Las patatas así preparadas pueden estar hechas en una hora. No obstante, yo las dejé toda la mañana y al comerlas estaban que se deshacían en la boca como mantequilla.


Una experiencia gastronómica que mi amigo Pepekitchen debería saborear... ¡Y también todos vosotos! ¡Animáos a haceros un horno solar... Y buen provecho!

2 comentarios:

  1. Estimado Carlos, encontré tu blog por casualidad, estoy dándome animo para hacer un horno solar,tu horno me pareció muy bonito, me podrías contar como te ha funcionado
    saludos
    Hugo
    Santiago de Chile

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    Respuestas
    1. Hola, Hugo: el horno funciona bastante bien, sobre todo para cocinar alimentos que no requieren un calor muy intenso. Los guisos, patatas cocidas, e incluso algunos postres, como las magdalenas, salen bastante bien, teniendo en cuenta que precisan más tiempo que en un horno convencional. Las legumbres, como las lentejas, también salen bastante bien.
      Para comidas que requieren el horno puesto a elevada potencia para dorar los alimentos, la verdad es que no va tan bien.
      Pero lo cierto es que cocina -tengo un vídeo en una entrada donde se aprecia el agua hirviendo mientras cuece unas patatas- y es una experiencia interesante y que permite un ahorro en gas o luz empleados en cocinar.
      Un saludo

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