Reparación de emergencia de frenos Cantilever
Ya os he hablado alguna vez de cómo ajustar
correctamente los frenos… Hemos visto los cantilever, que tuvimos que reparar
el sistema de ajuste; los V brake, que también los reparamos y los de disco
mecánicos… pero ahora me he encontrado con un problema en los Cantilever de la
bici que restauré…
Veréis estos frenos son tan económicos que ni
siquiera tienen el tornillo de ajuste.
Lo máximo que podemos hacer es montar el
freno variando la posición del muelle en uno de los tres orificios que trae el
cuadro de la bici, pero es un ajuste bastante tosco y supone tener que desmontar
y motar el freno hasta dar con la combinación adecuada en ambos lados… y con el
uso probablemente se vuelva a desajustar.
Es lo que tiene ponerle a la bici
unos frenos de 7€ la pareja.
No es que no sean eficaces… que la verdad es
que frenan bien. Pero hay que dejarles más juego del que prefiero.
Ya os he
comentado en alguna ocasión que me gusta que empiece a frenar justa al comenzar
a actuar sobre la maneta. Y eso requiere que las zapatas estén muy próximas a
la llanta.
El problema comenzó con el freno trasero, que
notaba que no actuaba bien.
Esto es normal en los primeros usos tras su
montaje, pues las zapatas sufren fuertes tensiones y si no las hemos apretado
adecuadamente, pueden variar ligeramente su posición.
En mi caso, una estaba
medio salida de la llanta cuando la tocaba para frenar.
Tras un buen rato colocando las zapatas lo
mejor que pude… me encontré que ahora una rozaba un poco la llanta. Tras
marearme un buen rato desmontando el freno y montándolo variando la posición
del muelle… Llegué a la conclusión que lo mejor es dejar los muelles en su
posición central y… hacer un truco.
Algun@s se llevarán las manos a la cabeza y
lo tacharán de “chapuza”. Pero lo cierto es que tras una tarde bregando con los
frenos, este sencillo ajuste que tardé un minuto en realizarlo me sacó del
apuro y los frenos van perfectos hasta el día de hoy.
El truco consiste en que si una zapata está
demasiado cerca… podemos evitarlo limitando el movimiento de separación de la
zapata del lado opuesto.
Podemos usar una goma elástica, aunque esto podría dar
problemas al ablandarse con el uso.
Yo tenía un poco de prisa en terminar el
ajuste y usé una brida… de hecho la primera que tuve a mano.
Podría haberla
usado mucho más fina y discreta, que a fin de cuentas, no tiene que realizar
una gran fuerza.
Es más, como veis en la foto, incluso está sin tensar del
todo.
Tengo que cortar el sobrante de la brida, que provisionalmente lo dejé
recogido en un bucle mientras examinaba los resultados y después olvidé cortarlo.
Sujetamos, como decía la brida uniendo el
freno con algún elemento de la bici, como es el transoportín en este caso y así
logramos que la zapata que se separaba más, ya no lo haga tanto, con lo que la
opuesta –la que rozaba- ya no toca la llanta hasta que apretemos la maneta del
freno.
En principio, el freno delantero iba bien…
pero pronto empezó con el mismo problema.
Como las zapatas estaban en la
posición correcta, y tenía bastante prisa porque en esta ocasión me pilló justo
antes de salir, tomé otro elemento que siempre tengo a mano: un trocito de
alambre.
Con los alicates de mi Leatherman Charge TTi –que
siempre llevo encima-, retorcí los dos extremos más o menos a la medida
necesaria...
Y después corté el exceso con el cortador de alambre de la misma multiherramienta.
Se aprecia que me he limitado a pasar el alambre sobre el gancho de la horquilla
y después lo he pasado por el hueco que tiene la pinza del freno.
Vemos que el alambre
no está tenso en absoluto y si queremos que el movimiento de la zapata quede
aún más limitado, bastaría con retorcer un poco con los dedos el alambre,
hacerle un pequeño bucle hasta lograr la medida deseada. El freno hace tan poca
tensión para recuperar su posición que el alambre aguantará perfectamente.
Quedaría apretar un poco el alambre alrededor del gancho, para evitar que con
un bache, el alambre pueda salirse.
Evidentemente, se puede hacer mucho más
estético, poniendo el alambre sencillo, en vez de doble; un alambre que esté
revestido y haga juego con la bici y quede incluso camuflado… Incluso un simple
hilo de Nylon, que quedará prácticamente invisible a la vista… Yo os doy la
idea y vosotr@s la lleváis a cabo según vuestra destreza o disponibilidad de
materiales. Eso sí, examinadlo bien para que al frenar no haya riesgo de roce con el neumático.
Esto os puede sacar de un apuro también si
estáis en ruta y notáis que el freno roza…
Con cualquier cosa, podéis hacer el
“elemento retenedor” que solucione el problema. Eso sí, no uséis un elemento
demasiado fuerte –como alambre gordo, muelle fuerte, cable de acero, goma gruesa…-,
porque podría soltarse, engancharse con los radios y provocaros un buen susto.
En este caso, algo más blando se coloca más sencillo, da mejores resultados y
si se desprendiera, no provocaría más que se volviese a producir el leve roce
del freno.
Por supuesto, si vuestro freno tiene tornillo
de regulación, lo suyo es actuar sobre el mismo… Pero si no da resultado (como
me ocurrió con el de la otra bici, el que estaba roto y reparé), podéis salir
también del paso haciendo esto mismo.
Espero que os sirva… ¡Y yo me voy a ajustar
el desviador trasero, que esta mañana se me salió la cadena por el lado del
piñón pequeño!
Muy buena solución, fácil, rápido y muy economico :)
ResponderEliminarGracias, ésa es la idea: algo económico, sencillo y al alcance de cualquiera...
EliminarSaludos