Mantenimiento y restauración de caballetes
Amig@s: Supongo que para ningún@ de vosotr@s
será un problema identificar un caballete… Bueno, hay caballetes de pintor, que
sirven para sostener los lienzos… Pero en mi caso, se trata de los caballetes
que se usan en bricolaje para colocar sobre ellos una tabla y poder usarlo como
mesa auxiliar. Son realmente prácticos…Tanto que en su día me hice con unos de
metal, con altura y anchura regulables…
Pero que acabé usando para un banco de
trabajo. Bastó poner unos listones y una tabla y quedó un banco realmente
sólido… aunque los caballetes ya no me resultan practicables, pues no merece la
pena desmontar todo el banco cada vez que los necesitase.
Sin embargo, en muchos trabajos son una
opción interesante y los echaba en falta.
Pero, hace unos días, me encontré un par de
caballetes con bastante uso tirados junto a los contenedores de basura. Me
decidí a examinarlos y cogerlos para ver qué podía hacer con ellos… y como
resultado: este práctico post en donde os muestro cómo se pueden mantener y
reparar.
Es cierto que los caballetes son económicos y
hasta podemos hacerlos nosotros mismos si nos lo proponemos… Pero de todos
modos, vosotr@s podéis tener unos caballetes similares a los míos y ya os
estáis planteando tirarlos porque han cogido cierta holgura… Veremos que es muy
sencillo ajustarlos.
Para empezar, el examen preliminar: Veo que
tienen todos sus herrajes: dos bisagras de libro y dos bisagras de compas para
cada caballete.
Lo que sí que se observa es que la mayoría de
tornillos están bastante flojos. Vemos que algunos están metidos sólo hasta la
mitad. Es comprensible que los hayan tirado. Pues así, desde luego, no sirven de
mucho.
Es normal: de abrir y cerrar muchas veces los
caballetes, los golpes, las vibraciones, etc… los tornillos van aflojándose y
debilitan el conjunto.
Para apretarlos, basta liberar uno de los
tornillos de cada bisagra de compás para poder abrir completamente las dos
piezas del caballete, -cosa que he realizado rápidamente con el destornillador
de puntas intercambiables de mi ChargeTTi- y así podemos apretar las bisagras
de libro.
Para evitar perder algún tornillo durante la
manipulación, una vez liberada la bisagra de compás, volvemos a poner el
tornillo en su hueco, dejando libre la pieza de la bisagra.
Así, ni se pierden, ni los intercambiamos corriendo el riesgo de poner uno más fino o más corto
y dejándolo más débil.
Sería tan sencillo como apretar los tornillos
de las bisagras de libro, volver a poner en su sitio las de compás y trabajo
terminado…
Pero, justamente, la madera se había abierto por la presión de los tornillos en
una de estas bisagras de libro.
La solución a esto es bien sencilla: reparamos
la grieta poniendo cola blanca en su interior.
Y manteniendo presionada la
madera con sargentos y gatos.
Como esta zona ya está debilitada, simplemente
ponemos la bisagra un poco desplazada hacia el centro, ya que estaban puestas
muy cerca del extremo.
Para poner la bisagra, he realizado unos
orificios guía usando una barrena.
Esta práctica –y desconocida por muchos-
herramienta hace muy fácilmente agujeros para los tornillos, con la ventaja
frente al taladro que deja ya la rosca hecha para el tornillo, y vacía un poco
más de madera por la parte superior del orificio, para que el tornillo no abra
la madera…¡Y no consume batería! Je, je, je. Sería realmente interesante que
Leatherman incluyese unas barrenas en sus modelos dedicados a los trabajos de
bricolaje.
También me he encontrado que un lado de los
dos caballetes está desencolado. Ya puestos, vamos a arreglar este problema
también.
Es exactamente igual que cuando encolamos el
taburete… Pero todavía más sencillo: hacemos unas marcas para que montemos las
piezas en la misma posición.
Desmontamos las maderas con el martillo de
puntas de nylon.
Limpiamos las espigas con una lima –la verdad
es que no hay demasiados restos de cola seca-. Y el interior de las cajas, las
repasamos con el formón, procurando no retirar demasiada madera, sólo la cola.
¡¡Y cuidadin, no sujetéis la madera con una mano mientras manejáis el formón con
la otra u os puede pasar lo que a mí!!
Lo montamos con cola blanca –que podemos
aplicar con un pincel- y apretamos con sargentos, cinchas, cuerdas apretadas
con torniquetes… Todo vale y tampoco hace falta una enorme presión, basta
mantener las piezas bien encajadas mientras seca la cola.
Eso sí, hay que
vigilar que quede bien a escuadra o, al menos igual que su pieza análoga del
caballete, para que no nos quede cojo al montarlo.
Una vez seca la cola, basta volver a
atornillar los herrajes y tenemos los caballetes en perfecto uso.
He observado algunos orificios en las maderas…
pero no parecen provocados por carcoma. En cualquier caso, me voy a curar en
salud y les voy a hacer un tratamiento preventivo-curativo inyectando en los
orificios, con una jeringa desechable con aguja, un líquido para eliminar la
carcoma. Esto garantizará que los caballetes permanecerán fuertes durante mucho,
mucho tiempo.
Vemos que el trabajo ha sido
extraordinariamente sencillo. En poco menos de una mañana, han quedado
terminados y, prácticamente, lo que más tiempo se ha llevado es la espera de
que seque la cola utilizada.
La ventaja de estos caballetes, respecto a unos nuevos, es que la madera está muy curada, con lo que será muy difícil que ya se vayan a deformar los listones. Por desgracia, también es más quebradiza, pero aún así, podrá aguantar perfectamente el uso en nuestro taller.
La ventaja de estos caballetes, respecto a unos nuevos, es que la madera está muy curada, con lo que será muy difícil que ya se vayan a deformar los listones. Por desgracia, también es más quebradiza, pero aún así, podrá aguantar perfectamente el uso en nuestro taller.
Si el anterior propietario lee esto… seguramente
se tirará de los pelos al ver lo sencillo que ha sido volver a ponerlos en uso.
Y no digamos si, sencillamente, la madera está bien y sólo tenemos que
limitarnos a apretar los tornillos de los herrajes… en menos de cinco minutos se quedan
nuevos.
No son unos caballetes para soportar nuestro
peso –para eso están los metálicos-. Pero lo cierto es que son robustos y nos
permitirá colocar una tabla encima para improvisar un banco de trabajo, tener
las herramientas a mano, una improvisada mesa para picnic si hacemos una
fiestecilla con los amigos en casa.. etc.
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