Ya vimos que mi persiana necesitaba
mantenimiento. La cinta estaba gastada y rota. Y, sobre la marcha, vimos que
tenía alguna pieza rota, como el volante.
En el anterior post, dejamos secando la persiana y la tapa del tambucho tras lavarlos, y nos disponíamos a comprar un volante nuevo…
En el anterior post, dejamos secando la persiana y la tapa del tambucho tras lavarlos, y nos disponíamos a comprar un volante nuevo…
Una vez comprado el volante -idéntico, pero de color negro-, lo insertamos en
el tambor a presión.
Basta introducir el saliente del eje del volante en el interior del tambor. Entra justo, pero sin dificultad.
Le colocamos la cinta nueva...
sin olvidar echarle un buen nudo, y ya podemos colocarlo en su sitio.
Para poner la cinta, metemos un extremo en su ranura correspondiente del volante y hacemos un nudo en dicho extremo. Hay que procurar que éste quede dentro del volante para que no estorbe al movimiento del mismo.
sin olvidar echarle un buen nudo, y ya podemos colocarlo en su sitio.
Para poner la cinta, metemos un extremo en su ranura correspondiente del volante y hacemos un nudo en dicho extremo. Hay que procurar que éste quede dentro del volante para que no estorbe al movimiento del mismo.
La nueva cinta, por cierto, es ligeramente más estrecha que la original, y el volante es exactamente del mismo tamaño, con lo que no volveremos a tener el problema de que la cinta presione el interior del volante y lo rompa.
El proceso de montaje es exactamente igual que el de desmontaje, pero a la inversa: colocamos el tambor con la parte opuesta al volante introducida en su hueco y presionamos ligeramente hasta que tenga sitio para entrar todo el tambor.
Hay que tener cuidado con la chapa que estaba atornillada –olvidé decirlo antes-. Debe estar inclinada y en la posición correcta para permitir que se pueda retirar (o poner, en este caso) el tambor.
Una vez metido el tambor, ya no podremos mover la chapa, pues va muy justa. De ahí que la orientemos antes de introducirlo.
Seguidamente, procedemos a atornillar nuevamente la chapa con nuestra Leatherman.
Una vez en su lugar, ya podemos enrollar la cinta en el volante.
Al estar éste sin fijar a la persiana, gira libremente.
Previamente, habremos medido la cinta nueva con la vieja, para facilitar el proceso. Si la cinta vieja se había partido, podemos juntar los dos trozos para la medición.
Dejamos un trozo de cinta fuera del tambor, de modo que cuelgue hasta el enrolla-cinta (la pieza situada en la parte inferior de la ventana). Y podemos proceder a meter la persiana de nuevo. Si os resulta más sencillo, podemos meter la persiana antes de colocar el tambor. Como os venga mejor.
Es buena ocasión para hacer otra cosa: si tenéis alguna lama de la persiana rota, gastada, perforada… bastará que la retiréis y la pongáis la primera, ya que en ese sitio no se va a ver al quedar siempre dentro del tambucho.
En mi caso, los topes venían atornillados en la primera lama en vez de en la pieza de remate de aluminio que hay bajo aquella, con lo que con el tiempo, los topes se estaban desalineando y se veían torcidos, ya que las lamas no son demasiado fuertes para este uso.
Así que voy a perforar los remates de aluminio para colocar en ellos los topes y voy a poner las lamas perforadas al principio. Es sumamente sencillo, basta desplazar la lama lateralmente para sacarla (foto inicial) y se introduce del mismo modo.
Las cintas de plástico o tirantes que fijan la primera lama al tambor también se pueden retirar o poner desplazándolas por las ranuras de la primera lama. De modo que son intercambiables.
Señalamos cuidadosamente el lugar donde vamos a colocar los topes en la pieza de aluminio.
Podemos fijarnos dónde estaban puestos en la primera lama para señalar con un lápiz la ubicación de los orificios en el remate de aluminio.
Empezamos a perforar con un taladro armado con una broca muy fina, que nos garantizará una mayor precisión, y seguidamente, la broca definitiva.
Comprobamos que el tornillo entra con suavidad, pero sin holguras excesivas. Lo dejamos quitado.
Ya podemos colocar esta pieza de remate ensamblada en el conjunto de la persiana.
Seguidamente, metemos la persiana por el
tambucho haciendo que se descuelgue por
sus guías laterales. Hay que ir ajustando las lamas por los laterales para que
vaya deslizando bien sin atascarse.
Fijamos los tirantes o enganches de la persiana al tambor, teniendo cuidado que queden simétricos. Así tirarán por igual los dos y evitaremos roces y desalineamientos indeseados.
Ya podemos colocar definitivamente los topes en los nuevos orificios que le hemos hecho.
Nuevamente, nuestra multiherramienta nos permite hacerlo rápidamente: basta sujetar el tornillo y girar el tope hasta que se note ligeramente apretado.
Comprobamos que la persiana sube y baja correctamente al tirar de la cinta y ya podemos poner la tapa del tambucho.
Se coloca en su lugar, encajando la ranura superior, se le da un golpecito de gracia con la mano por la parte inferior… y ya tenemos esta parte terminada.
La otra parte del proceso ya la vimos cuando os dije cómo tensar la cinta de la persiana, de modo que no me extenderé mucho.
Para abrir el mecanismo hay que tirar del embellecedor.
En mi caso, le tenía puestos un par de tornillos de seguridad para evitar que los niños accedan al mecanismo. Nuevamente, hago uso del destornillador de mi multiherramienta.
Basta tirar para extraer la tapa.
Entonces retiramos la cinta que hay enrollada y metemos la cinta nueva por el mecanismo de freno.
Facilita mucho el trabajo si os fijáis cómo está metida la cinta vieja antes de retirarla.
En mi caso se introduce bajo una lengüeta y se pasa sobre un rodillo que hay tras ella. De modo que al tirar la cinta de la lengüeta hacia arriba (por la tensión creada por el mismo peso de la persiana), la lengüeta tiende a subir y por la parte inferior baja, presionando la cinta contra el rodillo. Deja la cinta atrapada.
Se saca toda la cinta por abajo y hacemos una ranura u ojal a un par de centímetros del extremo de la cinta con la cuchilla de mi Supertool300 (o un cúter en su defecto), para poder engancharla al rodillo más adelante.
Seguidamente, procedemos a tensar el muelle. Para lo cual vamos girando el rodillo y sujetándolo tras cada movimiento.
Sin soltar ¡¡¡Mucho cuidado, que como se
suelte, lleva bastante fuerza y os puede lesionar!!!
Enganchamos el principio de la cinta por el ojal que le hicimos en el saliente del rodillo y vamos soltando ésta mientras frenamos el rodillo para que vaya recogiendo despacio y cuidamos que la cinta se enrolle correctamente, sin salirse por los lados.
Enganchamos el principio de la cinta por el ojal que le hicimos en el saliente del rodillo y vamos soltando ésta mientras frenamos el rodillo para que vaya recogiendo despacio y cuidamos que la cinta se enrolle correctamente, sin salirse por los lados.
Comprobamos que la tensión final es correcta: debe quedar la cinta tensa, recogiéndola hasta el final cuando subimos la persiana.
Pero sin que llegue a tener tanta tensión como para que no queden orificios abiertos en la persiana al cerrarla.
Ésta debe cerrar por completo.
Montamos y cerramos la tapa del mecanismo… ¡Y
trabajo terminado!
Es algo laborioso, pero es sencillo y muy eficaz.
En mi caso, la persiana ha durado unos diez años sin mantenimiento… y su análoga de la misma habitación, todavía aguanta perfectamente sin sustituirle la cinta.
Realmente merece la pena dedicarle un rato a su mantenimiento y/o reparación.
Es algo laborioso, pero es sencillo y muy eficaz.
En mi caso, la persiana ha durado unos diez años sin mantenimiento… y su análoga de la misma habitación, todavía aguanta perfectamente sin sustituirle la cinta.
Realmente merece la pena dedicarle un rato a su mantenimiento y/o reparación.
Es un trabajo muy económico y nos permitirá regular perfectamente la luz de la habitación, pues deja el cuarto totalmente a oscuras.
Ah, olvidaba decir también que le he hecho otra mejora. La persiana dejaba un pequeño resquicio en la parte inferior, donde se juntaba con el poyete.
Es muy sencillo meterle una pieza que es una goma que se inserta en la ranura del embellecedor situado bajo la lama inferior, y que mejora la unión entre éste y el poyete.
El problema es que la compré de una medida más pequeña que el hueco de la pieza de remate de aluminio, con lo que se sale enseguida.
Pero cuando la compre de la medida adecuada, basta retirar los topes, el tambucho y recoger toda la persiana. Ya os lo enseñaré.
Se mete la goma por la ranura, igual que si se tratase de otra lama, y se vuelve a dejar caer la persiana por sus guías.
¡Ya no tenéis excusa para poner a punto
vuestras persianas!
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