jueves, 26 de enero de 2017

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Cableado de interruptor
Amig@s:
Hoy vamos a ver una entrada muy sencilla pero que sin duda acabaréis por encontrar en vuestro hogar. Porque… ¿Quién no tiene en casa alguna lámpara o flexo con un interruptor para encenderlo o apagarlo?
Yo, rebuscando en mi cajón de trastos, encontré este interruptor. 

Voy a darle uso conectándolo a los ventiladores que refrigeran mi disco duro externo. Así no tendré que estar enchufando y desenchufando la fuente de alimentación de los ventiladores cada vez que desee hacer alguna copia de seguridad o recuperar algún dato del disco duro.

Pero ¿Cómo va conectado este interruptor tipo “perilla”? Aunque los hay que cortan los dos polos de la corriente, lo más normal es que corten sólo la corriente de uno de los cables.

En este caso, vemos un cable partido por fuera. Voy a aprovechar para repararlo y hacer las conexiones para mostraros lo sencillo que es.

Imaginemos que se trata de un interruptor de una lámpara y que se os ha partido el cable. Lo primero es retirar la clavija del enchufe de la pared, para no llevarnos ningún susto.
 
 

Empezamos por retirar los dos tornillos que mantienen cerrado el interruptor. 

Con mi Leatherman Tread, tengo para escoger entre sus numerosas puntas para hacerlo con las más idónea. Si no disponéis de esta herramienta, podéis usar cualquier Leatherman o incluso un destornillador plano pequeño. Personalmente, estoy tan habituado a llevar siempre encima una multiherramienta Leatherman, que apenas uso las herramientas convencionales, ya que así puedo llevar varias herramientas en lugar de una sola.
Pues bien, encontramos en el interior un cable cortado, pelado en los extremos y éstos conectados a dos bornes mediante tornillos. El otro cable está -o debería estar- sin cortar.
Yo voy a aprovechar el mismo cable. Si vuestro cable está en mal estado o es muy viejo, es buena ocasión para sustituirlo.
 
 
 

Sólo tenemos que destornillar los cables de los bornes.
Si el cable fuese nuevo, Separaríamos los dos cables y cortaríamos uno de ellos. Pelamos un trocito de cada extremo. En este caso, me limito a cortar la punta rota del cable ya existente para sanearlo. 
 
 
Uso el práctico pelador de cables de mi Leatherman Rev, otra incondicional del taller.

Retorcemos los hilos de cobre de los extremos pelados. Así logramos que entren más fácilmente en los bornes y minimizamos el riesgo que algún hilo quede fuera.

Y, justamente, es lo que hacemos ahora: metemos los hilos de cobre retorcidos en sus respectivos bornes y apretamos con firmeza, pero sin pasarnos. 

Unos tironcitos para comprobar que el cable ha quedado bien sujeto, comprobamos visualmente que no ha quedado ningún pelo de cobre suelto, y damos esta fase por finalizada.

Sólo resta doblar el cable que no está cortado para que no estorbe al cerrar la carcasa del interruptor. Normalmente, no es necesario plegarlo, pues si lo hemos hecho bien, quedará recto. En mi caso, como he usado el mismo cable que tenía, el cable sin cortar ha quedado algo largo. Sin problema. Se dobla un poco -sin forzar nunca- y comprobamos que las dos partes de la carcasa cierran correctamente.
 
Volvemos a poner los tornillos y trabajo finalizado. Sólo resta volver a enchufar el cable y comprobar que el interruptor hace su trabajo. Han bastado cinco minutos para volver a tener en uso el interruptor.
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