jueves, 5 de julio de 2018

Enderezar manillar de moto, manillar torcido, reparar manillar,




Amig@s: Ya sabéis que ando restaurando mi moto. 

Uno de los problemas es que tengo por ahí algún que otro manillar torcido. 

Al ser un manillar muy alto, basta que la moto caiga en parado con su propio peso, para que el manillar quede de pena. 

Lo malo… que es un manillar de acero. Duro de narices. 

A lo largo de mis años de motero, he ido haciéndome con una colección de manillares torcidos… 
Desde el típico fallo de principiante de no abrir del todo el caballete lateral; dejar la moto aparcada sobre éste con una pendiente hacia abajo sin haber metido una marcha… O tratar de subir una rampa resbaladiza (eso me pasó en el mismo taller donde empecé a llevar la moto). 

Caídas tontas, muy tontas… pero que te cuestan un manillar. 

Y como da pena tirarlo estando nuevo y reluciente… terminas con una pequeña colección. Ha llegado la hora de solucionarlo.

Le he dado muchas vueltas: usar gatos de coche, Sargentos grandes, Sofisticadas piezas de madera con articulación para adaptar el manillar… 

Al final es sencillo, mucho más sencillo: basta un montón de metros de cuerda, un buen trozo de madera grueso de 1m o más de largo, y una barra de hierro de sección cuadrada y todo lo larga que podáis manejar en vuestro espacio de trabajo (en mi caso, unos 2,5m).

He empezado con el manillar de la moto que compré para restaurar, porque ese manillar sí que estaba oxidado, muy torcido y era perfecto para practicar… Basta colocarlo en una superficie plana con los extremos apoyados en ella, para ver que basculan: si se apoya uno, se levanta el otro. Además, a simple vista se aprecia el extremo doblado. 

Realmente, es lo más difícil, apreciar pequeñas diferencias a simple vista. 
Yo me he ayudado de una escuadra con regla y tomado como referencia el suelo con las rayas de la solería.
 
Lo ideal es tener un manillar igual, pero derecho o nuevo. 

Yo también he usado uno que enderecé en el taller de un amigo. No quedó perfecto… Pero usar otro manillar es, con diferencia lo más práctico, pues basta colocar uno sobre el otro y ver dónde está el daño.

Antes que nada, decir que se trata de una Yamaha Sr 250 Special. Lo digo por dos razones:
Primero. Es un manillar de ACERO. Si tratáis de hacer lo mismo con otro manillar de aluminio, sin duda lo enderezaréis, pero quedará debilitado y en tales circunstancias es muy peligroso usarlo. Si es de aluminio, mejor tirarlo y comprar otro.
Segundo. Es del modelo Special, el alto, o cuelgamonos. Enderezar un manillar bajo debe ser muy, muy difícil (aunque también debe ser más difícil de doblar, todo hay que decirlo).

Dicho esto, pasemos a la acción. Una vez localizado el lado que está mal, debemos colocar el manillar de modo que si queremos abrir de ángulo un brazo, por ejemplo, debemos fijar uno de los lados del angulo, el más  cercano al manillar, a la madera. Es cuestión de atarlo.

Si queremos abrir el ángulo, debemos atar el manillar en un extremo del madero para que el mismo madero haga palanca contra el suelo… Lo entenderéis mejor con las fotos. De hecho, yo he usado un madero de un metro… Si lo tenéis más largo, mucho mejor.
 
Para atar el manillar, he empezado usando cinta de persiana usada. He comenzado rodeando el manillar en la zona donde iba a estar en contacto con la madera para evitar roces y marcas. 

 
Seguidamente, es cuestión de dar vueltas y vueltas, haciendo hincapié en los extremos, procurando no cubrir demasiado el que queremos enderezar y sí el contrario, ya que debe hacerse una pieza con la madera. 

He ido empalmando cuerdas a medida que se me acababan. Ni idea de cuántos metros… Además, empecé usando menos cuerda y una madera más delgada y corta… (veréis que en las primeras fotos, el madero es más delgado).
Y cuando pasé al madero definitivo, las vueltas de cuerda volaban, por tener la madera mucho más diámetro. Por eso tampoco me he puesto a contar la longitud de la cuerda… Pero cuanta más, mejor.
Finalmente, ponemos la madera en el suelo y cubrimos el extremo de manillar que queremos enderezar con un trapo, para no marcarlo con el hierro. 
Metemos el tubo y apalancamos.
 
Al principio, se os moverá la madera y os costará encontrar la postura… 

Puede incluso que veáis que debéis empezar a atar otra vez porque el manillar se desliza por la madera…

Pero, con la práctica, notaréis claramente cómo el manillar cede. 
 
No es complicado… Yo lo logré al segundo intento.

Es díficíl, muy difícil, que quede perfecto. 

Además, fijado a la madera, es complicado medir y tomar referencias, por lo que puede que haya que repetir varias veces, desatando, midiendo y volviendo a atar y corregir.

Una opción sería calentar el manillar para hacerlo más maleable… pero tendríamos que usar unas cuerdas que soportaran el calor. 
En mi caso, ha quedado bastante bien a la primera. 

Aún se podría corregir 1cm, pero apoyado sobre la mesa, ya no bascula y comparado con la deformación inicial… ha sido un éxito.


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