Amig@s:
Todos
hemos tenido algún encontronazo con el óxido… Esa herramienta que se nos olvidó
en un sitio húmedo o incluso mojado, esos tornillos que están para tirar, esas
bisagras que guardábamos esperando usarlas…
En mi caso, compré esta llave para la moto a
muy buen precio. Como véis da asco verla o tocarla por la gran cantidad de
óxido que la cubre.
Tras ver varios tutoriales, di con uno que
explicaba una fórmula sencilla, económica y efectiva y me animé a probarla.
Siento no recordar qué canal era… Si lo sabéis no dudéis en decirlo en los
comentarios.
Se trata de introducir el objeto oxidado en
una mezcla de vinagre, zumo de limón y sal. Proporciones: aproximadamente
70/80%de vinagre y el resto hasta completar el 100% de zumo de limón.
Finalmente, añadimos algo de sal y removemos bien.
Basta introducir el objeto en esa mezcla de
modo que quede sumergido por completo y esperar de una a cuatro horas.
Vemos cómo realmente va depositándose en el
fondo restos de óxido.
Cuando consideremos que ya ha hecho efecto,
frotamos con un estropajo, trapo… En mi caso, como no tengo miedo de arañar la
herramienta, ya que es de acero, usaré el típico estropajo de cocina para usos
intensivos. No creáis que froté mucho. Bastó unas pocas pasadas y el óxido
desapareció.
La herramienta no ha quedado niquelada,
brillante, pero se ve claramente que no tiene nada de óxido.
Podríamos intentar pulirla o, por el
contrario, usar algún producto de tratamiento del metal para crearle una pátina
antióxido… Yo la he dejado así y llevo muchos meses usándola y sigue en
perfecto estado. Es una de mis llaves favoritas.
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