EL GRAMIL. RESTAURAR GRAMIL
Amig@s: tengo un viejo gramil de roble de bastante antigüedad, pero lo tenía en desuso y vamos a ponerlo al día para poder aprovecharnos de esta sencilla y útil herramienta…
¿Pero… qué es un gramil? Es cierto, el gramil es una herramienta desconocida para muchos, incluso entre los bricoladores iniciados habrá cierta expresión de incertidumbre cuando se les pregunte por el gramil.
Sin embargo, es una herramienta muy práctica que nos sacará en más de una ocasión de un apuro.
Se trata de tres piezas de madera que sirven para trazar líneas paralelas y todas a la misma distancia. Puede servirnos para marcar un tablón para dividirlo longitudinalmente; para señalar varias líneas todas a la misma distancia del borde para realizar unos cajeados para colocar bisagras, por ejemplo… Nos ahorrará tener que estar midiendo cada una con el riesgo que eso conlleva que podamos medir un milímetro más o menos y fastidiar un trabajo.
Vamos a ver cada pieza:
La pieza rectangular es la que sirve de base para soportar las otras dos. El listón de cuadradillo es el que regulamos para marcar la línea a la distancia deseada con un puntero que tiene en un extremo. Finalmente, la cuña es la que inmoviliza las dos piezas anteriores entre sí para mantener la distancia deseada.
Para usarlo, basta apoyar la base rectangular contra el canto de la madera a trazar, desplazamos el listón hasta que el puntero marque la medida y con una maza (de madera o martillo de puntas de nylon) ajustamos la cuña a presión.
Volvemos a comprobar la medida y ya está listo para desplazar la base por todo el borde de la madera a trazar haciendo una marca con la punta de acero a todo lo largo.
En algunos casos en vez de puntero, se trata de un lápiz y en vez de dejar un surco, deja un trazo.
Y en otros casos, en vez de la cuña, tiene un sistema de tornillos… pero el funcionamiento es idéntico.
También hay algunos que tienen dos listones con una punta cada uno, de modo que hace dos líneas paralelas simultáneas.
Pero vamos a nuestro caso: mi viejo gramil se desajustaba enseguida impidiendo trazar una línea clara. He estado pensando muy seriamente en hacerme uno, ya que si construcción es sencilla… Pero le tengo afecto a este viejo gramil, que por otra parte es de roble. Y vamos a tratar de restaurarlo.
Para empezar, la punta trazadora estaba totalmente oxidada y roma. Ha bastado un poco de lija y una lima para lograr eliminar la mayor parte del el óxido y sacarle filo a la punta.
La he dejado plana, o sea que en vez de una punta, tiene filo. No he querido dejar la punta totalmente limpia porque me gusta su aspecto rústico ¡Para tenerlo como nuevo podemos comprar uno en la ferretería de al lado!
Otro problema es que tenía algunos desperfectos, como algún agujero de carcoma. Lo hemos solucionado aplicándole un líquido insecticida que matará las larvas que pudiera tener y protegerá la madera de futuros ataques de xilófagos.
Tras un enmasillado de los desperfectos, el aspecto es mucho mejor, si bien la masilla que he empleado es de color algo más claro que la madera, siempre podremos darle un retoque posterior con algún tinte.
Como estas operaciones las he hecho en varias etapas, no tengo fotos de lo que he descrito hasta ahora, pero es fácil de comprender.
El problema más grave y que es el que afectaba al funcionamiento, es el desajuste del gramil.
Examinándolo, vemos que el hueco para insertar el listón es varios milímetros más ancho que éste, de modo que entra con bastante holgura.
Vamos a solucionarlo rápidamente. Vemos que pese a la holgura, no presenta desgaste, pues las paredes del hueco son rectas y bien trazadas.
Así que voy a recurrir a la cinta de fleje de acero de la que os he hablado en otras ocasiones. Es un material fácil de encontrar en cubas de escombros, ya que se usan para fijar materiales pesados a los palés.
Con las tijeras para chapa, cortamos un trozo algo más ancho que el grueso de la pieza plana.
Colocamos la chapa centrada en esta pieza, para que quede más simétrica, y sujetamos un extremo saliente en el tornillo de mesa.
Con ayuda del martillo vamos doblando procurando que la pieza no se combe, sino que se doble sólo por la zona de unión a la mordaza y repetimos la operación por el otro lado.
Resultado: tenemos una pieza en forma de U que encajará perfectamente en el canto de la pieza plana. La metemos por el orificio por donde metemos el listón y queda perfectamente encajado. Hemos logrado en un momento reducir el hueco logrando al mismo tiempo que no haya desgaste entre las piezas.
Repetimos la operación en los laterales salvando los huecos de la cuña y logrando un perfecto ajuste.
Todavía podríamos lograr reducir aún más el hueco haciendo otra pieza en forma de U y poniéndola esta vez en el sentido del hueco, colocando encima las tres piezas que hicimos antes y que la sujetarán.
Tenemos un bonito gramil de roble que, lejos de quedar afeado por el arreglo, ha quedado mejor, pues hemos añadido otro material noble: el acero y ahora es perfectamente funcional: entra ajustado aunque se desplaza con suavidad el listón por el agujero. La cuña deja el listón perfectamente fijado y funciona de maravilla.
Queda el acabado final: dar una ligera pasada con lija muy fina para emparejar la masilla y después dar una mano de cera o aceite para maderas nobles. Así estará protegido y mucho más bonito. Pero de momento vamos a dejarlo así… ¡Que quiero empezar a usarlo ya! Jejejejej
Y en el próximo post seguiremos con el horno solar.
¡Anda! No conocía esa herramienta, y sí que es práctica, sí.
ResponderEliminarSi, es la gran desconocida y, sin embargo, muy, muy práctica. Y tan sencilla, que puede hacerse perfectamente en casa.
ResponderEliminarUn saludo y enhorabuena por tus blog
Holaaaaaa!!
ResponderEliminarNo conocía el gramil,aunque a mi quitándome de conocer el compás,la regla y poco más ya no sé de nada;pues bueno,que me imagino que por eso tu blog tiene tanto éxito,porque la mayoría sólo conocemos las piezas para dibujo básico je,je,je.
Me ha gustado mucho este post.Lo publico en Face.
Un saludín.
Je, je, je Bueno, mi blog tiene tanto éxito gracias a seguidores tan estupendos como tú, que sois los que me impulsáis a seguir haciéndolo.
ResponderEliminarUn saludo