lunes, 31 de agosto de 2009

Cepillo roto. reparar cepillo de la ropa. Pegar objetos

REPARAR CEPILLO ROTO



Tengo un cepillo de la ropa bastante antiguo, de madera natural. Pero con algún golpe, se le ha desprendido la parte superior. Podríamos comprarnos un cepillo nuevo y desechar el antiguo. Pero le tengo cierto aprecio, es de muy buena calidad y, aparte de la rotura, está en perfecto estado. Así que vamos a tratar de repararlo.




En estos casos, lo mejor es escoger el pegamento adecuado. Al ser madera, podríamos usar perfectamente cola blanca. Pero las dos superficies no encajan perfectamente, con lo que nos interesa un pegamento que rellene y que sea elástico para soportar las tensiones entre las dos piezas de madera. Recomiendo una buena cola de contacto.


Hoy en día también hay pegamentos de montaje que son muy buenos y podríamos usarlos perfectamente. Pero como tengo a mano la cola de contacto y sin embargo no tengo en estos momentos pegamento de montaje, recurro al de contacto.


Limpiamos muy bien las dos superficies con alcohol. No recomiendo usar agua y jabón porque la madera es muy vieja y podría sufrir dilataciones o deformaciones con el agua. En cambio el alcohol limpia perfectamente y se seca al momento, no dando tiempo a que la madera se hinche.


Otra posibilidad sería lijar bien las dos superficies para asegurarnos que no quedan restos de pegamento viejo. Pero como necesito usar el cepillo y tengo poco tiempo para la reparación, vamos a hacerlo de forma rápida.




Colocamos con generosidad cola de contacto en ambas superficies y esperamos el tiempo recomendado por el fabricante: normalmente hasta que no se note que se pega en los dedos.





Unimos con fuerza las dos superficies. Hubiera sido recomendable usar unas pinzas para unir las dos partes por todo el borde. Pero no las tenía a mano y he usado un alicate grip en la zona que queda más separada.


Una vez seco el pegamento, rellenamos ligeramente las ranuras que hayan podido quedar entre las dos piezas. La masilla seca muy rápido y podemos dar un ligero repaso con lija.




Finalmente aplicamos un poco de aceite para muebles o de cera que hará que recuperemos la belleza inicial de la madera y la protegeremos.


¡Y ya podemos usar el cepillo!

viernes, 28 de agosto de 2009

Poner o quitar pomo de puerta. Sustitución de tirador de puerta. Sustituir pomo

CAMBIAR POMO DE PUERTA



Pues vamos a seguir con el bricolaje sencillo. Hoy vamos a ver cómo se puede desmontar y montar un pomo de una puerta.

En este caso, es un pomo con llave en un lado. Como ahora no nos interesa que la puerta esté cerrada con llave, vamos a darle la vuelta para poner la llave hacia la parte interna y así por fuera quedará un pomo exactamente igual que en las demás puertas.

Pero también puede serviros si vuestros pomos están viejos y queréis sustituirlos, o si queréis engrasar sus mecanismos, desmontarlos para pintar cómodamente las puertas, etc. Lo importante es saber quitarlos y ponerlos.




Lo primero es retirar el pomo propiamente dicho. Para ello debemos examinar los embellecedores y veremos que presentan una pequeña muesca en la zona donde se unen a la puerta. Esta muesca sirve para apalancar con un destornillador y sacar dicho embellecedor .





Para retirar el pomo en sí, examinaremos la zona del eje. Veremos que presenta un tetón o pieza sobresalida que si la apretamos, vemos que se hunde. Pues bien, aplicamos en esa pieza la punta de un destornillador y al mismo tiempo tiramos del pomo.




Vemos que el pomo y el embellecedor se sacan y nos queda un eje y una pieza con dos tornillos.




Los dos tornillos unen las dos piezas del pomo entre sí con fuerza, de modo que si los aflojamos y los retiramos, ya tenemos las dos partes sueltas y salen fácilmente tirando de ellas.




Vemos que no son iguales: una tiene dos salientes: uno es el eje y va al centro y el otro una pieza de metal más bien aplanada: ésta sería la pieza macho. La pieza opuesta es la hembra y tiene un hueco en el que entrará la pieza saliente análoga.


Nos queda dentro de la puerta lo que es la pieza del resbalón, que simplemente va fijada con dos tornillos en el canto de la puerta, uno sobre el resbalón y otro bajo éste.


El resbalón es la pieza que se introduce en el marco al cerrar la puerta. Recibe este nombre porque al empujar la puerta para cerrarla “resbala” y no hace necesario tener que manipular el pomo para cerrar. Sin embargo, una vez cerrada la puerta, ya se queda fijo y para abrirla sí es preciso girar el pomo.




Como en este caso no es preciso extraer esta pieza, la dejamos tal cual. Simplemente, colocamos las piezas en posición inversa a como las desmontamos: la parte de la llave la ponemos hacia el interior y la lisa hacia el exterior.

Siempre introduciremos primero la pieza macho, pues la pieza que sobresale ha de entrar en la muesca que la pieza del resbalón tiene.




Una vez que ha entrado hasta dentro, ya podemos colocar la pieza opuesta introduciendo la pieza saliente en ella.


Así dicho parece muy complicado, pero hemos de tener en cuenta que los tornillos que unen las dos piezas van horizontales y ya solo queda buscar la posición de la ranura y la pieza para que encajen.


El proceso en total nos ha llevado dos o tres minutos y si hubiésemos usado el destornillador eléctrico, hubiésemos tardado menos de un minuto. Es extraordinariamente sencillo.


Un consejo: si tenéis tiradores de manilla y queréis sustituirlos por pomos, deberéis agrandar bastante el agujero de la puerta y eso sería algo más complicado. En realidad es lo que hice yo en su día, pues todas las puertas de la casa estaban con tiradores de mano. Lo digo por si alguien quiere sustituir los tiradores por pomos que lo tenga en cuenta.


Sin embargo, sustituir un pomo por otro, es muy sencillo.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Arreglar cubo de basura. Reparación y mantenimiento de cubo de basura

REPARAR CUBO DE BASURA



Bueno, amigos, este es otro post sencillo y económico.

En esta ocasión es mi mujer la que ha hecho el arreglo, que también es una manitas y buena bricoladora.




El asunto es que este cubo traía de origen unas gomas que fijaban el pedal que levanta la tapa, pero con el uso, se han roto las gomas. Esto hace que el pedal quede suelto y se salga. Por lo demás el cubo está como el primer día y es una pena tirarlo.




Procedemos a darle la vuelta para colocarle las gomas nuevas. En este caso, hemos optado por unas gomas de las que se suelen usar para el pelo, pues son mas duraderas que las bandas elásticas habituales que encontramos cerrando cajas de zapatos, bolsas, fajos de billetes….






Sólo tenemos que enganchar cada goma en la pieza correspondiente del pedal y después en el enganche que presenta el cubo. Para que sea más comprensible: unimos mediante la goma la pieza negra del pedal con la pieza negra del mecanismo que está fijada en la parte inferior del cubo.


Podemos aprovechar para darle una limpieza a fondo, siempre necesaria en estos enseres antes de montarlo…


Y ya tenemos el cubo reparado, como nuevo.

martes, 25 de agosto de 2009

Recargar rotulador indeleble. Manchas de tinta indeleble. Corregir o borrar tinta indeleble

RECARGAR ROTULADORES INDELEBLES, CORREGIR O LIMPIAR TINTA INDELEBLE



Este post es extraordinariamente sencillo y sin embargo, posiblemente será uno de los que os permitan ahorrar más y con menos trabajo.

Hoy en día casi todo el mundo dispone de grabador de CD o DVD y como es lógico, para mantener cierto orden, hay que poner el nombre del contenido de cada disco, o al menos numerarlos para llevar una lista aparte.

De lo contrario, por poco que grabemos, terminaremos con nuestras grabaciones dando vueltas por la casa y no lograremos encontrar nada cuando lo necesitemos, ya sea un programa grabado de la tele, unas fotos del ordenador…


Así que también casi todo el mundo dispone de rotuladores indelebles, que son los usados para escribir sobre estos discos.

Hoy os voy a enseñar dos trucos: recuperar un rotulador seco y limpiar manchas de tinta indeleble.


En primer lugar, decir que la mayoría de las veces los rotuladores no están gastados, sino simplemente se ha evaporado el diluyente de la tinta indeleble y por eso dejan de escribir. Os puedo asegurar que si hacéis este truco, podréis multiplicar por diez la vida de vuestro rotulador.

La única dificultad es saber cuál es el diluyente. Simplemente es alcohol de farmacia.




De modo que basta abrir el rotulador por la parte superior. Podéis probar a ir girándolo a la vez que tiráis. A veces es preciso la ayuda de unos alicates.


Sacad con precaución el tapón, pues aunque el rotulador no pinte, siempre quedan restos de tinta y podéis poneros perdid@s en un momento. Aconsejo usar guantes de látex, plástico o goma y colocar unos periódicos sobre la mesa. Así si por la falta de práctica o un descuido ocurre un accidente, la cosa no tendrá mayor importancia.




Una vez abierto, basta añadir un par de gotas de alcohol en el interior. No os paséis porque corréis el riesgo de diluir demasiado la tinta y que escriba muy “aguado”. En tal caso, sólo tendríais que esperar a que se evapore un poco el alcohol. Pero si añadís más de la cuenta, el alcohol tenderá a salirse por todas partes y se desperdiciará tinta y lo manchará todo. Más vale quedarse algo corto que pasarse.


Para añadir el alcohol, podéis usar una jeringa, un cuentagotas, una pipeta… lo que tengáis a mano y os permita regular la cantidad que echáis.




Volvemos a cerrar el rotulador y lo dejamos HORIZONTAL y sobre papel absorbente, al menos la primera vez que lo hagáis, para evitar manchas. Pasado un tiempo, veremos que vuelve a escribir como el primer día.

¡Y no olvidéis cerrarlo siempre correctamente!


Vamos al segundo consejo: estábamos viendo la tele o hablando con alguien mientras escribimos en el CD virgen que acabamos de grabar y nos hemos comido una letra, cometido una falta de ortografía o nos ha salido la caligrafía de pena…. ¿Qué hacemos? ¿Volvemos a grabar otro CD? ¿Tratamos de Escribir debajo y tachar lo anterior?


¡Qué horror! Nada de eso: Cogemos un algodón y lo humedecemos ligeramente en alcohol: lo pasamos suavemente sobre lo escrito y veremos que la tinta indeleble se desvanece. Bastará pasar otro algodón limpio y no habrá restos de letras o de tinta. Ahora podremos rotular debidamente y con calma el CD y ya lo tenemos perfecto.


Veréis que lo del bricolaje no siempre es complicado, ni son necesarias costosas herramientas, ni un lugar amplio, ni mucho tiempo…. A veces son cosas pequeñas pero muy útiles y sencillas.

sábado, 22 de agosto de 2009

Reparación de abanico. Abanico roto

Reparar abanico



En Málaga estamos en Feria. Eso quiere decir que hay mucha diversión, mucha bebida…. Y algún desperfecto.


En nuestro caso, se nos ha roto un abanico. Es de publicidad, de los que se suelen repartir durante la feria para mitigar el calor de mediados de agosto. No tiene gran valor, pero es un recuerdo y por qué no, puede seguir usándose durante el resto del verano.


Por suerte, no se ha roto una varilla, que es el desperfecto más común. Aunque todo tiene arreglo, de momento vamos a centrarnos en este caso:


Vemos que se ha despegado una varilla de la banda de tela. Más concretamente la primera varilla. Trataremos de solucionarlo.




Lo primero es la limpieza: con un algodón humedecido en alcohol limpiamos la varilla e incluso la pieza de tela. En un momento la dejamos reluciente.




Aplicamos un poco de pegamento universal en la varilla por la zona donde debería ir la tela y la colocamos en su sitio. En un momento lo tenemos reparado. Sólo resta esperar que el pegamento seque y ya podremos devolverle el abanico a mi mujer para que se refresque ¡Vaya verano de calor!




Vemos que en menos de un minuto y con solo unas gotas de pegamento hemos reparado algo que estaba para tirarlo.


Nuevamente hemos logrado salvar de las garras de la basura un objeto que en realidad solo precisaba un pequeño arreglo. Igual que con éste abanico, que evidentemente no tiene gran valor, podríamos haberlo hecho con uno costoso, con lo que sí hubiésemos ahorrado dinerito.


¡A seguir disfrutando de la feria!

martes, 18 de agosto de 2009

Reparar mecanismo de persiana. Tensar cinta de persiana. Correa de persiana


REPARAR MECANISMO DE PERSIANA



Hoy vamos a hacer un sencillo trabajo de mantenimiento doméstico. Cada vez son más frecuentes las persianas correderas, pues son económicas, aislan perfectamente de la luz e incluso del viento y son muy sencillas de manejar. Incluso se les puede acoplar un motor para que suban y bajen de forma mecánica.

En nuestro caso no dispone de motor, pero lo que sí que ha pasado es que el mecanismo que recoge la cinta no está bien tensado y si subimos la persiana hasta arriba, se queda la cinta sin recoger en el rodillo. De hecho, cuando compré las persianas, tuve que tensarlas porque venían al mínimo. También puede ocurrir que tengáis que cambiar la cinta, para lo cual bastará enrollarla en el sentido correcto y después proceder al tensado del muelle.





Lo primero es abrir el mecanismo. En este caso es externo y basta tirar de la parte superior, pero si fuese interno sería prácticamente igual, sólo que deberíais retirar primero el embellecedor y extraer el rodillo con la cinta.




Tenemos que sacar el rodillo de su soporte y girar el eje en sentido antihorario para tensarlo. Para darle vueltas al eje, he usado un trozo de sierra de metal rota, aunque podéis usar una espátula, un destornillador grande…




La única dificultad es volver a meterlo sin que el muelle recupere su posición. Para ello me he ayudado de un punzón. Basta que sea algo delgado y rígido, como un alambre. Metéis el rodillo en su sitio y cuando empiecen a encajar las pestañas del eje del rodillo en el soporte extraéis el punzón, alambre o lo que hayáis usado para retener el muelle.


Volvemos a montar el embellecedor y ya tenemos la persiana como nueva.



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lunes, 17 de agosto de 2009

Arreglar cortina. Riel de cortina roto

Reparar riel de cortina roto



Un pequeño percance doméstico: el riel de una de las cortinas del cuarto del niño se ha soltado de uno de los dos soportes. A consecuencia de ello, se ha quedado colgando de uno y se ha doblado de mala manera. Es algo irreparable ¿O no?

Veamos: lo primero es retirar el riel del soporte, que también está doblado (quizá mi niño haya tenido algo que ver con todo esto, no sé, no sé…). Para ello basta coger el riel y girarlo ligeramente para liberarlo del soporte.

Vemos que realmente la zona doblada no tiene arreglo. Por más que he intentado enderezarla, lo más que se puede conseguir es el resultado de la foto.

Pero si examinamos el riel, vemos que está formado por dos tubos, uno dentro de otro. Como el doblez está casi en un extremo, podemos tratar cortarlo, unir el extremo en la zona sana y ver si funciona.




Midiendo vemos que es factible. Por suerte, recogí el riel con largo de sobra y podemos proceder a cortar la parte estropeada.




Apalancando con un destornillador en la pestaña de la pieza del extremo, podemos liberarla del extremo defectuoso del riel.




Podemos hacer un orificio en la parte sana para enganchar ahí la pestaña. Pero como veo que ha quedado a presión y cuesta un poco sacarlo, vamos a dejarlo así de momento.




procedemos al montaje, para lo que metemos la pieza que se desplaza y después la del extremo.









Así que ahora queda regular las cortinas. Así que abrimos los rieles hasta la medida definitiva. Ponemos las dos piezas móviles en el centro, ponemos los cordeles tirando y lo pasamos sobre la pestaña que vemos en la imagen. De este modo, se quedaran las piezas en esa posición.

Sólo queda colocar el riel en los soportes, los cuales hemos enderezado fácilmente con unos alicates, sin necesidad de tener que desmontarlos. Con lo que la reparación ha durado en total media hora o menos.




Colocamos las cortinas y ya tenemos otra vez el cuarto del niño arreglado para el próximo día 24, que es su cumpleaños.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Reparar grietas del techo: preparación para pintar

REPARAR GRIETAS EN TECHOS 6: Enmasillado final



Buenoooooooo, íbamos a tapar unas grietas del techo y al final se nos complicó la cosa: me iba a limitar a explicaros en un post algunas nociones básicas, en otro a enseñaros a preparar el yeso de pintor y en otro a colocarlo correctamente…. Pero las lascas de pintura y masilla viejas se caían por su propio peso y decidimos sanear a fondo para darle una buena preparación al techo y que nos dure muchos años. Asi que retiramos toda la pintura suelta, saneamos las grietas cuya masilla estaba medio suelta o sobresalía y os enseñé a rellenarlas con una masilla acrílica preparada al uso.

Ahora bien, esta masilla tiene como ventaja que es muy rápida de usar ya que basta abrir el envase y empezar a usarla. También tiene la ventaja de mermar relativamente poco (ya os enseñé el truco de pintar un poco primero para ahorrar masilla y extenderla mejor) y es bastante dura.


Pero eso viene bien para un trozo –o varios trozos pequeños- que queramos reparar. Ahora vamos a dar uniformidad a todo el techo y para eso usaremos las espátulas mayores y gastaremos bastante material.


Por ello voy a recurrir a otro tipo de masilla más económica que la que ya viene lista al uso y es la masilla en polvo.


Tiene el inconveniente que hay que ir preparándola a medida que se va usando. No queda tan dura como la anterior o como el yeso, pero tiene la ventaja de que tarda bastante en secar, a diferencia del yeso, con lo que podremos preparar una cantidad significativamente mayor. También da un acabado fino.

Eso sí tendremos que tener especial cuidado con la primera mano de pintura. Si no aplicamos la pintura con suavidad y damos un par de capas diluidas primero, corremos el riesgo que el rodillo arrastre la fina capa de plaste arruinándonos el trabajo.


Su forma de preparación es muy sencilla: lo haremos de una densidad adecuada, pues si está muy aguado mermará más y quedará muy blando. Y si está demasiado espeso, nos costará dar una capa fina, que es lo que nos interesa ahora, ya que las grietas están prácticamente tapadas. Para que quede lo más homogéneo posible, he hecho uso de mi báscula de cocina, que es bastante precisa:

Basta colocar el recipiente vacío sobre el peso y poner la báscula a cero. Se añade la cantidad de plaste que vamos a usar y añadimos la proporción de agua deseada. Así siempre nos saldrá igual y nos ahorramos trabajo, pues damos con la proporción justa a la primera, sin estar haciendo pruebas. Removemos bien y dejamos en reposo el tiempo recomendado por el fabricante.





Lo que pretendemos es eliminar pequeños desniveles e inperfecciones del techo, aunque también podréis aplicarlo perfectamente en paredes.


Las pequeñas ondulaciones que no hemos podido eliminar retirando la masilla vieja podemos disimularlas observando con el foco halógeno las sombras del techo. Si bien también podemos lijar las partes salientes, a veces es mucho más sencillo rellenar un poco las zonas sombreadas.

Por supuesto, colocaremos el foco para que la luz dé en la dirección de la lámpara que vayamos a colocar. Si ponemos el foco en otra dirección, podemos hartarnos de emplastecer y cuando el techo esté listo y coloquemos la lámpara definitiva, podemos llevarnos las manos a la cabeza.




Su relleno no tiene más ciencia que colocar en el centro de la espátula grande un pegote de plaste. Lo colocamos en el centro de la zona a rellenar y vamos pasando la espátula. Ésta se encargará de dejar un poco más de grueso en la parte central y al mismo tiempo de enrasar los bordes para que no sobresalgan. Jugando con la inclinación de la espátula, lograremos dejar un mayor o menor grueso en la parte central: si la espátula está más perpendicular al techo, dejará la masilla más uniforme y lisa. Si la inclinamos mucho, dejará más cantidad por la parte central…


En las zonas en las que simplemente el techo está rugoso, con imperfecciones, o pequeños entrantes y salientes, bastará hacer lo mismo colocando un poco de masilla en el centro de la espátula. Lo extendemos bien y después vamos nivelando apoyando parte de la espátula en una zona buena: que ya esté emplastecida, que tenga la pintura original o simplemente que esté en buen estado. Así tomamos esa zona como referencia y podremos retirar parte de la masilla que acabamos de colocar para evitar que quede ondulada o muy sobresalida del resto.




Una vez cogida cierta experiencia, veremos que con muy poca cantidad de masilla podemos cubrir una zona relativamente amplia. Eso sí, conviene que la espátula esté siempre cargada de masilla. Si damos con la espátula seca, probablemente no dejará un acabado fino. Solo usaremos la espátula sin masilla si sobra bastante cantidad de plaste por no haber apretado debidamente la espátula y haber dejado demasiado grueso de éste.


Es curioso, porque la misma masilla nos va indicando los sitios donde falta material, dejando esa zona irregular. De modo que podemos lograr dejarlo bastante parejo usando las zonas “buenas” del techo como referencia, repasando en varias direcciones la zona recién emplastecida y repasando los lugares donde nos indique que falta material. Ya que en muchas ocasiones, hay fallos que son invisibles para el ojo, pero al aplicar la masilla los detectamos.


Igualmente, si hay alguna zona en que no hemos retirado la pintura vieja por estar muy bien fijada, podemos repasar los bordes con masilla para que no se note el desnivel. Nos ahorramos la pesada y sucia tarea de lijar toda la pintura para que quede el borde enrasado con el yeso y lo haremos mucho más rápido.


Es importante que demos una capa lo más fina posible. No ya sólo por el ahorro de material, sino por no dejar una capa muy gruesa que tenderá a desprenderse más fácilmente que una capa fina.


Por supuesto, el plaste que hemos usado se lija muy fácilmente y podremos dar un lijado si no nos convence el acabado en algún sitio.


Suele ser normal que dejemos el techo perfecto y al día siguiente aparezcan pequeñas imperfecciones debidas a la merma del plaste. Por eso no debemos precipitarnos y dar por sentado que ya está listo para pintar hasta que no observemos que está el plaste totalmente seco y el acabado sea idóneo.


Y lo dicho: una vez que hayamos repasado todo el techo, podemos empezar a pintar. Para ello usaremos, como dije, pintura diluida que secará deprisa, no arrastrará el plaste e irá dando color poco a poco al techo.


También es normal que una vez que hayamos dado un par de manos de pintura, aparezcan irregularidades que hasta ahora habían permanecido ocultas. Eso se debe a que al estar el techo de color uniforme se detectan mejor los fallos. No pasa nada: se prepara un poco de masilla y se retoca la zona afectada.



Con esto hemos terminado de sanear y pintar el techo. Sólo haceros algunas recomendaciones:


Uséis la masilla que uséis, debéis procurar parar de vez en cuando para limpiar las espátulas que estéis usando. De lo contrario, la masilla irá endureciendo sobre la espátula e incluso irá tomando pequeñas partículas de yeso del techo y os arruinará el emplastecido en cualquier momento. Trabajando con limpieza obtendréis mejores resultados.


Fijaos bien en las ondulaciones del techo. Si vuestro techo es de placas de yeso, normalmente deberéis observar las uniones de éstas. Pero si es como en mi caso, que el yeso está aplicado con llana en el techo, notaréis las pasadas de la llana si os fijáis y así podréis facilitar la tarea de alisarlo.


Ya lo he dicho en varias ocasiones, pero os lo recordaré: usad ropa de trabajo adecuada para la tarea que estéis realizando. lo haréis más cómodamente y con mayor seguridad.


Y tomáoslo con calma: reparar el techo puede ser una tarea pesada y lenta y más en verano con el calor. No es una batalla que hay que ganar en un día: el resultado final dependerá de la paciencia y el trabajo que le dediquéis. Así que ánimo.


Deciros finalmente, que si vuestro techo no está mal, no necesitáis hacer todo el proceso tal como lo he hecho yo: igual basta un poco de masilla para rellenar algunas sombras. O basta con tapar algunas grietas... Estudiad bien vuestro caso y veréis como no es nada complicado... Todo es ponerse.

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