miércoles, 26 de diciembre de 2012

Casita de madera. Nido para Jerbo. cabaña de madera para mascota. casa para mascota. gerbil nest. cottage for rodent. Nido para roedor. pet house. Casa para mascota




 

Amig@s: Los asiduos a mi blog sabréis que mi familia ha crecido… tenemos una nueva mascota: un jerbo. 

Este simpático animalito nos entretiene y divierte con sus rápidos movimientos, su carácter, mitad curioso y mitad asustadizo… Nos encanta; y alegra nuestras veladas cuando llega la noche, nos ponemos en el sofá a ver algo en la tele y lo ponemos a nuestro lado para que corretee y coma alguna golosina que le damos…

Su casa, en realidad, es una urna de vidrio de dimensiones adecuadas al animal… pero necesita un nido, un lugar donde poder dormir confortablemente.

Provisionalmente, le pusimos una cajita de cartón… pero la va mordisqueando y ya casi ni tiene fondo ni paredes.


Como bricolador, voy a hacerle una de madera, que le dure más tiempo. Pero con varios requisitos: ha de ser de material totalmente “comestible” de modo que no contenga cosas químicas u objetos punzantes y cortantes como clavos o grapas; y ha de estar hecha de un modo que se pueda reponer fácilmente alguna parte que esté muy roída.

No olvidemos que el jerbo, como roedor que es, tiene unos afilados incisivos que no paran de crecerle a lo largo de toda su vida… y eso implica que necesita desgastarlos royendo las cosas de su entorno. La casita le servirá de acogedor refugio y también para roer.

Finalmente, el último requisito: que no cueste demasiado hacerla. No podemos estar dos semanas haciendo la casita para que luego en dos días la destroce. Ha de ser algo rápido, sencillo y cuyo mantenimiento sea también fácil, pudiendo reponer rápidamente algún elemento muy estropeado.


La solución para todos estos requisitos es hacerla con palitos, pues unas tablas habría que sustituirlas enteras cada dos por tres. 
Y para ensamblarlos, voy a usar un sistema que se me ocurrió en un momento de inspiración: mini tubillones hechos de palillos de bambú, de los que podemos encontrar fácilmente para hacer pinchitos morunos. 
Son muy económicos y suficientemente fuertes para mantener la estructura en pie. Y ni son cortantes, ni precisarán cola.

Tengo unos palitos de una valla de proteccióninfantil que ya está en desuso, así que voy a hacer una doble tarea de reciclado, ya que esos palitos los obtuve de un palé. Ahora los volveremos a usar en el nido de nuestro Jerbo.


Pues bien, empecemos: Como siempre, lo primero es hacernos un diseño de lo que vamos a hacer, considerando las dimensiones de los palitos y el tamaño que queramos que tenga la casita-nido. Me gustaría darle una forma como de cabaña rústica, veremos si lo consigo.


 

Para cortar los palitos de modo que sea rápido y obtengamos con un solo corte varios, me he limitado a poner los palitos todos juntos y fijarlos entre sí con un par de sargentos. 

 

 

Con un primer corte emparejamos las testas a la par que eliminamos las espigas que les hice en los extremos. En otro corte, ya a las dimensiones requeridas, saco de una vez siete palitos iguales. Estos formarán la parte inferior del frontal y la trasera. Como el frontal ha de tener el hueco de la puerta y los laterales irán fijados al frontal por la parte trasera, los palitos del frontal y la parte de atrás son ligeramente más largos que los de los lados.

 


Seguidamente, corto los laterales.

 


Para la parte superior del frontal, que tiene forma triangular para hacer un tejado a dos aguas, uso el calibre –una regla también serviría- para hallar la mitad y con la misma escuadra marco el triángulo. 

Si queréis que tenga otro ángulo distinto al de 90º, bastaría hacer una plantilla en papel y seguir el proceso de marcado y cortado.

 

Corto este triángulo y ya tenemos los palitos de la fachada. Hacemos lo mismo con la parte de atrás. Las piezas del tejado las dejaré para más tarde.

 

Tras el corte, conviene repasar los palitos con una lima, pues la sierra de calar siempre deja algunas rebabas. 
Basta dar un par de pasadas suaves por las zonas cortadas para dejarlos todos listos en poco tiempo.


Midiendo los palillos de bambú, tienen 3mm de diámetro, de modo que cojo una broca de este tamaño y empiezo a realizar el ensamble. Dada la longitud de la broca, no podemos unir más que tres a la vez como máximo –cuatro si apuramos mucho-. En cualquier caso, los palillos entran tan ajustados que tampoco conviene unir más de tres a la vez.

 
 
 


Basta poner los palitos que vamos a unir bien alineados sobre una superficie plana, realizar un taladro e insertar en él el palillo de bambú. 

Un truco es cortar el palillo –se puede hacer sin problema con los dedos- a un poco más de la longitud que necesitamos. Así podemos dar suaves golpecitos con un martillo pequeño para que entre hasta el fondo. 

Si tratamos de meterlo entero para cortarlo una vez metido, se nos doblará y no podremos usar el martillo, pues se partiría por cualquier sitio y a la larga, desperdiciaríamos más. 


Una vez insertado el palillo, dejamos la parte sobrante para un ajuste ulterior y repetimos en el otro lado.

 

De este modo, vamos haciendo una tablilla hecha con palitos.


Otro truco: no hacer los taladros totalmente perpendiculares. Han de estar bien horizontales para que no salgan fuera de los palitos, pero sí han de tener cierta inclinación a izquierda o derecha, así no se desarmará fácilmente. Es como cuando ponemos clavos “a tresbolillo”. Si el del lado derecho lo inclinamos a la derecha, el del lado izquierdo lo inclinaremos a la izquierda.

 

Tras formar las piezas del frontal, laterales y trasera, ya podemos realizar el agujero de la entrada. 



A todo esto, basta fijar los palitos con dos palillos, uno a cada lado. Pero en la zona donde vamos a realizar el orificio de entrada a la casita, hay que poner cuatro, pues vamos a cortar estos palitos por la parte central; y si quedan sujetos sólo por un palillo, pueden moverse y girar sobre éste.

En cualquier caso, el proceso de formar las paredes es facilísimo. Se tarda más en decirlo que en hacerlo.


Una vez puestos los palillos de cada lado, podemos recortar el sobrante con un cuchillo afilado, o bien quebrarlos con los dedos a ras del palo.


La puerta, por cierto, la he hecho con la sierra de calar, marcando dos líneas verticales y haciendo la parte curva con un bote. 

Se corta y se repasa con la lima.

Otra opción más rápida es usar una broca de corona y hacer simplemente un agujero redondo… pero no tenía a mano esta herramienta y me apañé con la sierra. De todos modos, hubiera bastado con cortar los palitos rectos para hacer una entrada de forma rectangular.

 

En realidad, todo el proceso se hubiera podido hacer perfectamente con un serrucho de mano o incluso con la sierra de la Leatherman, pero he querido acelerar el proceso y para eso es necesario una herramienta eléctrica.

Para hacer el tejado –la parte que nos falta para terminar el trabajo- Hacemos exactamente igual: cortamos los palitos de modo que sean un poco más largos que el fondo de la casa –para que sobresalgan por delante un poco-. Se cortan y se hacen dos tablitas. Finalmente se plantean sobre la casita y se unen con más palillos de bambú. 

 

El techo queda suelto, de modo que facilite la limpieza cuando sea preciso hacerla.

No tiene suelo porque el animal ya hace su propio lecho con papel de cocina y cartones –le encanta roer los tubos de cartón que se desechan de los rollos de papel higiénico- y así será más limpio. Bastará poner un cartón que le aísle del cristal mientras reviste su nido.


 

Y ya está… una casita muy sencilla de hacer. Queda muy graciosa con su aspecto de cabaña y le dará un gran confort, teniendo en cuenta el elevado nivel sonoro que suele haber en mi casa con dos niños pequeños siempre jugando y gritando.

Me ha quedado quizá demasiado grande… podría servir perfectamente para una pareja de jerbos. La puerta podría haberla hecho un poco más alta, pues la parte inferior siempre suele estar medio tapada con las virutas de madera y cartón que cubren el suelo de la urna y así el animal podría entrar y salir con más desahogo… 
Aunque así parece encontrarla muy confortable y se pasa horas y horas durmiendo en su acogedor nido.

Deciros, finalmente, que si no tenéis a mano los palitos ni medios para cortarlos, siempre podréis comprar en vuestra tienda de bricolaje más cercana o en un almacén de madera unos adecuados… o animaros a sacar un par de tablas de un palé de construcción abandonado y hacer unos listones más delgados. Y otra buena idea: si vais al campo, podréis encontrar fácilmente palitos de las ramas secas de los árboles –ojo, que sean ramas secas-. También es importante que estén limpias. Quedaría un acabado muy rústico y bonito.

Animaos a hacer estas tareas. Es algo realmente gratificante y hasta puede convertirse en un trabajo en familia donde hasta los más peques pueden tener cabida.


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martes, 18 de diciembre de 2012

cambiar manillar de bici. manillar de doble altura. sustituir manillar. cambio de manillar.




 

Amig@s: Desde que me compré mi bici voy notando que no me siento totalmente cómodo en ella. 

Para ir en una posición cómoda, tenía que estirar los dedos y apoyar las puntas en el manillar si quería lograr ir algo erguido. 

Lo solucioné más o menos adelantando la posición del sillín, pero entonces, me encontraba excesivamente pegado al manillar y, aún así, cuando quería estirarme un poco hacia delante para avanzar con el viento en contra, tenía que estar como encogido, incómodo. 

Los avances o “cuernos” que le  puse no mejoraban demasiado la situación, aunque es cierto que permite cambiar ligeramente de postura y de apoyo en las manos.

 

He oído hablar de los manillares de mariposa y su comodidad… Sin embargo me parecen demasiado aparatosos y son difíciles de encontrar. 


No obstante, cuando restauré una bici y le puse directamente un manillar de doble altura, noté una gran diferencia en cuanto comodidad, maniobrabilidad y estabilidad… Así que por fin me he decidido a instalar en mi vieja bici un manillar de doble altura. 
  

Este manillar tiene la ventaja que según lo orientemos hacia arriba, delante o detrás, variará considerablemente la posición que tengamos en la bici. 

Y siempre se le pueden añadir los avances para lograr variar la postura sobre nuestra máquina.


Lo más curioso es que no ha sido nada caro y el cambio ha sido facilísimo… Tanto que he decidido publicarlo para que le perdáis el miedo si a vosotr@s os pasa igual.

 

El manillar en cuestión es de aluminio, ligerísimo…sobre todo cuando retiré el original de la bici, que resultó de hierro: muy pesado y con inicios de óxido en algún punto. 


De modo que sólo por la cuestión de aligerar de peso nuestra bici para hacer largas marchas, ya trae cuenta. Y el precio ha sido relativamente bajo, que 12.50€ no es ninguna fortuna hoy día…


Ya en casa, me fijé que el ancho es superior al actual, pues éste medía unos 58cm y el nuevo 64… pero se puede acortar. De momento, lo pondremos tal cual, que para cortar siempre hay tiempo.

 

Lo primero es ir retirando todos los accesorios que tengo montados en mi antiguo manillar: retiro el timbre desatornillando el tornillo de su abrazadera y aflojando ligeramente la maneta del freno con una llave allen, ya que encaja en un ligero hueco que queda entre ésta y el manillar. 

 

Retiro también el soporte del Mp4, que va a presión 

 

 
y aflojo y saco las bridas que sostienen el soporte del cuentakilómetros con la ayuda de un alfiler.

 Ya os comenté cómo se pueden volver a abrir estas piezas para reutilizarlas.


También retiramos el catadióptrico y aflojamos también ligeramente la maneta derecha. 

 

Aflojando sus tornillos allen, retiramos rápidamente los avances 

 

y separamos los puños por varios sitios hasta que salen fácilmente tirando de ellos hacia afuera.


 

Finalmente, ya podemos aflojar los tornillos que fijan el manillar a la potencia. También son tipo Allen, aunque de un tamaño algo superior a los anteriores.

 

Antes de retirar el manillar, aflojamos del todo los tornillos de las manetas y cambios (son integrados, de modo que ambas cosas, maneta de freno y cambio, se quitan a la vez) y ya podemos colocar el manillar apoyado sobre la rueda delantera, sin cambiar su posición.

 

Y empezamos el montaje: ponemos el manillar nuevo fijándolo sólo con unas vueltas para que se pueda desplazar y mover libremente, cosa necesaria para acercarlo a una maneta u otra para montarlas en él. 


Y justamente, es lo que vamos a hacer: sacamos una maneta y la introducimos por un extremo, movemos el manillar para acercar el otro extremo al centro y así podemos meter la otra maneta. 

En realidad, esto es lo más complicado del proceso y lo hemos hecho sin ninguna dificultad.


Vamos a apretar ligeramente –muy ligeramente- la fijación del manillar procurando que quede bien centrado y en la posición que nos parezca más conveniente.

 

Medimos para que las manetas y cambios queden a la misma distancia de los extremos del manillar –la simetría es esencial-. Podemos tomar los puños como referencia para dejar las manetas a la distancia adecuada. 

 

Metemos los puños, que aunque cueste un poco introducirlos al principio, después entran tirando, como si se tratase de calcetines. 

Un truco es mojar con agua jabonosa los extremos del manillar. Pero como son puños de espuma, no hacen mucha presión y así quedarán más firmes.


También coloco los avances. Quiero ponerle unos más largos y curvos, pero de momento, probaré con éstos.

 

Acoplamos el soporte del cuentakilómetros, del mp4 y el catadióptrico… y ya tenemos el manillar instalado. 

Parece un proceso muy largo y complejo… Pero simplemente es cuestión de ir retirando elementos de una manera sencilla y volver a colocarlos de la misma forma en el nuevo manillar.


Es sorprendentemente rápido. La única dificultad ha sido insertar los tapones de los extremos, que actúan como embellecedores y para evitar arañazos en alguna caída ocasional.

Una vez que nos subamos a la bici y veamos que la posición del manillar, manetas y avances es la adecuada, podemos apretar -sin pasarnos- todos los tornillos.

De todos modos, y aunque ya os suelo aconsejar que siempre llevéis herramientas en la bici, os recomiendo dejar más a la mano las dos llaves allen necesarias para hacer algún retoque sobre la marcha. 


El nuevo manillar me encanta… aunque me parece realmente ancho y me da la sensación que voy a ir chocando con todos los obstáculos… así que le recortaré un par de centímetros en cada lado para dejarlo sólo ligeramente más largo que el antiguo... Pero no antes de haberlo probado bien.




Animaos a coger la bici. Como siempre digo… es un deporte excelente, un medio de transporte rápido, económico y es totalmente ecológico... Pero no olvidéis cuidarla y hacerle un poco de mantenimiento. Os durará mucho más tiempo y siempre funcionará de un modo suave y silencioso.

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viernes, 14 de diciembre de 2012

Intermitencia de luces navideñas. reparar juego de luces de navidad. empalmar luces navideñas. repair christmas lights game.Christmas lights Checker cast




 

Amig@s: Ya os enseñé en otra entrada el mantenimiento de las luces navideñas… Como os dije, basta que se funda una sola bombilla para que deje de funcionar todo el juego… y a ver quién averigua cuál es la dichosa bombilla que se ha estropeado. También os enseñé a fabricar un sencillo detector de luces fundidas con una vieja linterna…

Hoy os voy a explicar mejor un par de conceptos: añadir o reparar bulbos y portabombillas;  a sustituir una bombilla; y, finalmente, a crear la intermitencia, que es lo que impedirá que el juego de bombillas se nos funda en diez minutos…


Pero empecemos. Ya os comenté que a veces los casquillos están en mal estado. Obviamente, si están rajados, aplastados o se deshacen por estar el plástico polimerizado, no harán buen contacto los cables contra los contactos de la bombilla y nos volveremos locos viendo cómo todas las luces van bien, pero el juego de luces no da señales de vida.


Así que debemos eliminar todos los casquillos que sean suceptibles de hacer mal contacto. Tampoco hay que comerse el tarro: si alguno está deteriorado o rajado, se cambia y listo.
 
 


Para ello, pelamos el extremo de cada cable que queramos empalmar. Yo he usado la sierra dentada de mi Leatherman Surge.

 

Retorcemos los dos cables a unir uno contra el otro para que quede compacto 

 

y aplicamos un poco de líquido para soldar, que facilitará mucho la tarea.

Normalmente, suelo preparar los extremos pelados estañándolos antes de unirlos, pero ya os digo, son cables delgados y así quedará más estético.

 

Aplicamos el soldador caliente y un poco de estaño y quedarán unidos.

 

Recortamos el extremo deshilachado con un alicate de corte. En mi caso he usado el de mi Leatherman Surge. Así no quedan pelos sueltos que pueden llegar a darnos un disgusto.
 

 
Finalmente, podemos encintar el empalme con cinta aislante.

 No olvidemos que estos cables soportarán una tensión de 220Voltios y no es nada agradable recibir un latigazo. 

Otra opción sería usar una funda termoretráctil en vez de la cinta aislante, que consiste en un tubito que se coloca sobre el empalme y que al calentarlo se contrae adoptando la forma del cable, con lo que resultaría muy estético y seguro. Obviamente, tenemos que introducir el tubito de funda termoretráctil antes de soldar, o no podremos hacerlo después. 

También podemos aislar con pegamento termofusible, aunque recomiendo siempre poner después cinta aislante, pues el pegamento puede soltarse parcialmente dejando los cables pelados al descubierto en algún punto.

 

A veces nos encontramos que nuestro juego de bombillas trae recambios… pero sólo la bombilla en sí, sin el embellecedor. 

 


Para sustituirlo, sacamos la bombilla estropeada de su soporte. Basta abrir las patillas de la parte inferior, las que hacen el contacto eléctrico y se enderezan un poco. 

 

 
seguidamente tiramos de la parte de vidrio –el bulbo- hacia arriba, sacando las patillas. Insertamos la nueva bombilla insertando las patillas por sus orificios hasta que haga tope y procedemos a doblar los terminales como estaban en la bombilla original.


Si nuestro juego de bombillas no tiene intermitencia, seguramente es porque justamente la bombilla que se ha fundido es la que se ocupaba de esta función. 

No sé si será igual en todos los juegos de luces navideñas, pero en mi caso, las luces que provocan la intermitencia tienen el cristal transparente, en vez de colores como las otras. 

Se distingue porque dentro del cristal se aprecia una lámina que no tienen las bombillas normales. 

Esta lámina es un elemento bimetal que hace que al calentarse, se curve, cortando la electricidad y apagando la bombilla –y por añadidura- todo el conjunto. Al enfriarse esta lámina metálica, vuelve a su posición original y vuelve a hacer contacto.

De modo que bastaría sustituir una bombilla cualquiera del juego por una de intermitencia para lograr que las luces vuelvan a parpadear.

 No es preciso colocarla al principio del juego, pues se ponga donde se ponga, se ocupará de crear la intermitencia en todo el conjunto.


Si os habéis quedado sin bombilla de intermitencia y no os conviene comprar una bombilla de esta clase o un juego completo, siempre podéis comprar un enchufe especial que crea este efecto en cualquier bombilla que se conecte a él… y os durará muchos años.


Con estos post, podréis conservar vuestros juegos de luces mucho, mucho tiempo… y se acabó lo de tener montones de luces inservibles por no saber cómo repararlos y darnos pena tirarlos… 
Ahora podemos ensamblarlos, repararlos, y tenerlos a punto para que en las próximas navidades no tengamos más que abrir la caja y montarlos donde más os guste.



¡¡¡FELIZ NAVIDAD A TOD@S!!!