martes, 24 de enero de 2012

Quitar olor a perro. Evitar que los perros huelan. garrapatas en los perros. cachorro con garrapatas. Repelente de garrapatas.


Evitar el olor a perro en casa



Amig@s: Ya sé que este tema se sale un poco de la temática del blog… Pero también es cierto que es un problema bastante común y que tiene una sencilla solución.



Yo mismo, lo he descubierto hace poco y me ha sorprendido la eficacia de este truco. Así que me he decidido a publicarlo.

A fin de cuentas, lo importante es compartir nuestros conocimientos y trucos, no solo de bricolaje, sino del hogar, mascotas, etc. Para tener una mejor calidad de vida y ahorrarnos unos euros. Pues, como veremos, el truco no solo es bueno para el fin al que está destinado: tener un hogar más agradable, sino que hasta nos supondrá un ahorro.




Veréis: todos los que tenemos perros en casa y disfrutamos de su compañía, somos conscientes de que estos animales huelen. A veces, incluso recién bañados nos llega el característico olor a “perrillo mojado”.

No digamos cuando ya llevan cierto tiempo desde el último baño y nos pilla un chaparrón en pleno paseo…


Con el tiempo, nos acostumbramos más o menos al olor de nuestro fiel compañero… Pero siempre nos da cierto apuro porque cuando llegan las visitas, queremos tener nuestro hogar debidamente limpio y libre de olores.




Por otra parte, los perros no deben bañarse con demasiada frecuencia: con una vez al mes, ya van sobrados. Y más en los meses fríos, cuando necesitan tener cierta grasa en el pelo que les garantice protección contra el frío y la humedad.

Mucho mejor que los que suelen llevar a los perros con esos ridículos jerseys, que no necesitan porque justamente cuando están paseando, generan calor y no precisan más abrigo que el suyo natural.


Pero, como os decía, he descubierto un sencillo truco que permitirá que vuestro perro no huela mal y que permanezca así mucho más tiempo tras el baño:

Consiste en mezclar el champú que uséis para su lavado con vinagre de manzana. No hace falta que compréis un vinagre “superior” que os cueste un ojo de la cara… Basta el más económico que encontréis en el supermercado… Y la verdad es que es muy baratito y lo que sobre, que será mucho, podéis usarlo para vuestras ensaladas, que aquí no se desperdicia nada.

Pues bien, a la hora del baño, cogéis una taza y ponéis en ella vinagre de manzana y el gel o champú que uséis habitualmente para vuestro perro. Podéis poner más o menos proporción de vinagre, según el tipo de pelo de vuestro perro… yo me he limitado a poner mitad de champú y mitad de vinagre.

Normalmente, me cuesta mucho enjabonar a mi perro grande, pues tiene el pelo muy abundante y casi totalmente impermeable. Ya me cuesta, de hecho, lograr que se empape.

Pues bien, con esta mezcla, gracias a los efectos desengrasantes del vinagre, he logrado que el champú me cunda muchísimo más, pues penetra mejor en el pelo, lo desengrasa y hace que sea mucho más efectivo el champú.

Basta mojar bien toda la piel, añadir la mezcla y después incorporar algo más de agua. Frotamos masajeando suavemente para que penetre hasta la piel, por debajo del pelo.

Ni siquiera hace falta que el agua esté muy caliente, con lo que el animal disfrutará mucho más de su baño, al poder usar agua tibia.

Podéis pensar que olerá mucho a vinagre y que este olor se quedará mucho tiempo sobre nuestra querida mascota… Pero nada de eso, el olor desaparecerá al secarse el pelo… Y también desaparecerá el olor natural de nuestro perro. Y este olor tardará mucho más en aparecer.

La segunda parte del truco para quitar el mal olor consiste en lograr que el pelo del perro se seque lo antes posible. Así evitamos que aparezcan las bacterias responsables del olor.

Así que tras enjuagar bien el pelo, tenemos que secarlo bien con una toalla y si no podemos ponerlo al sol, hay que usar un secador para lograr acelerar el secado. Así durará todavía más nuestra mascota desodorizada.




Para el perro no es desagradable en absoluto el olor a vinagre. Para él es igual de molesto el champú que usemos que el vinagre. Y se trata –No lo olvidemos- de un producto sano, natural, que podemos incluso ingerir.


Por una parte, ahorraremos en champú, pues podemos usar menos cantidad. Yo antes, solía dar dos champús para lograr hacer la suficiente espuma y, aún así, me costaba horrores lograr un buen enjabonado de ciertas zonas, como el pelo espeso que tiene tras los muslos.

Por otra parte, ahorraremos en agua caliente, pues no es necesario que el agua esté a elevada temperatura para lograr un buen lavado. Esto también nos ahorrará cierto dinero.

Finalmente, ahorraremos en ambientadores, creando un ambiente más sano al mismo tiempo en nuestro hogar, donde nosotros y nuestros perros estaremos más a gusto sin aromas artificiales.

Incluso, podremos retrasar un poco el siguiente baño, ya que nuestro perro durará mucho más tiempo limpio y libre de olores.
Todo son ventajas…


Otro truco que he leído al respecto es mezclar tomate natural triturado con agua y enjuagar al perro con esta mezcla tras el baño… Pero como no lo he probado, no puedo garantizar su efecto. Ahí lo dejo por si alguien quiere probarlo y comentar los resultados.



Finalmente, os regalo un truco por el mismo precio, jejejejejejej



Veréis: cuando recogimos a nuestro perro grande, éste tenía aproximadamente un mes de vida. A esa edad no conviene echar productos químicos y menos aún insecticidas a los cachorros. Ni siquiera conviene bañarlos…

Pero el pobre bicho venía del centro de acogida donde lo adoptamos plagado de garrapatas.

Se nos ocurrió hacer una infusión de manzanilla natural y pasarle este producto por la piel con un algodón o trapo. El efecto fue espectacular… las garrapatas salían huyendo hacia todas partes alejándose del cachorro.




No garantizo que las garrapatas grandes huyan de la manzanilla… Pero si vuestra mascota tiende a coger garrapatas, sería muy interesante mojarle al menos las patas con infusión de manzanilla. Esto evitará que las garrapatas pequeñas escojan a vuestro perro como domicilio.

Y si tenéis un cachorro que no podáis bañar aún o ponerle el collar desparasitarlo –no olvidemos que tampoco se les puede poner a los cachorros-, el truco de la manzanilla os vendrá de perlas.




martes, 17 de enero de 2012

reparar cajón. guía de cajon rota. cajon que roza. mejora de banco wolfcraft mastercut. cajon roto.


Reparación de cajón:



Amig@s: Hoy vamos a enfrentarnos a un problema cotidiano y que quizá no sepáis resolver.

Se trata de un cajón que se ha descolgado inexplicablemente de su sitio y se atasca al abrirlo y cerrarlo.

Vamos a empezar por analizar el problema sacando el cajón para examinarlo…. Claro, es un cajón que se desplaza sobre unas guías de plástico… y dichas guías se han roto.

Podemos encontrar varios tipos de guía en los cajones:

Las mejores son las metálicas con rodamientos de bolas. Soportan muy bien el peso y son muy duraderas. Proporcionan una apertura y cierre muy suave, aunque en muchos casos, para poder sacar por completo el cajón hay que desmontar las guías retirando los tornillos que las fijan. En otros casos, basta levantar un poco el cajón al llegar al tope de apertura y se extrae fácilmente.


En segundo lugar, están las guías tradicionales: unos listones de madera que van atornillados en los laterales internos del mueble. El cajón tiene un surco en el que las guías se desplazan. Este es un sistema fiable que el único problema que suelen dar es que el cajón vaya demasiado duro al abrir y cerrar. Se suele solucionar pasando una pastilla de jabón sobre el listón-guía, que actúa como lubricante. Estas guías suelen ir tirafondeadas y también suelen estar fijadas con tubillones. Es frecuente ver ambos sistemas de fijación combinados para lograr una mayor resistencia.

Finalmente, están las guías “modernas” Que cada día se ven con más frecuencia en muebles, sobre todo si son muebles económicos: Es un sistema similar al anterior, pero la guía no es de madera, sino de plástico –hueco en el peor de los casos- y que va fijada por dos o más tetones que hacen el efecto de tubillones, aunque no suelen estar encolados.




En cuanto carguemos el cajón un poco más de la cuenta, estas guías se saldrán de su sitio e incluso se romperán. Un sistema realmente deleznable.


En mi caso, ya me he enfrentado en varias ocasiones a este problema. Pero ahora voy a centrarme en el cajón del mueble de la entrada de mi casa, cuyo cajón ha sufrido exactamente este caso: es un cajón de poco fondo con unos rieles de plástico con dos tetones cada uno.
Ambos rieles están partidos.

Así que vamos a repararlo de un modo definitivo.

Para ello empezamos por buscarnos un listón que tenga un grueso similar al de la guía rota. Voy a darle un poco más porque el surco del cajón lo permite y así quedará más fuerte.

Hacer un listón de estas medidas no tiene secretos para cualquier aficionado al bricolaje: podemos usar el cepillo de mano para afinar el listón hasta la medida deseada.

En la construcción del armazón del horno solar, afiné casi todos los listones. No es nada difícil y un cepillo de mano es una herramienta duradera, fiable y económica.




No obstante, como tengo mi banco de trabajo con la sierra circular acoplada, voy a hacer uso de él para adelantar.

Ya os he comentado que este banco de trabajo tiene varios defectos. En este caso, para realizar los cortes longitudinales, vemos que la guía lateral es corta...



y, encima, tiene cierto movimiento de vaivén, al estar fijada por un solo extremo…




Así que lo he solucionado rápidamente sujetando una tablita de madera mediante un tornillo con tuerca de palometa. Lo he fijado a una de las ranuras que sirven para anclar la sierra.

Es un sistema que permite dejar completamente fija la guía de corte una vez comprobado que está bien alineada con la hoja de la sierra, mediante una escuadra.

Es rápido y aunque podéis ver que es un poco chapucero (entre nosotros, podría haber empleado una madera de más calidad y haberla cortado bien) lo cierto es que la preparé con lo que encontré más a mano… y funciona de maravilla.


Sigamos. Ya tenemos un listón de las medidas deseadas. Al menos del grueso adecuado.


Montamos en un momento el cajón de corte (basta retirar los dos tornillos de la guía anterior para quitarla y también el protector de la sierra, que se hace aflojando una tuerca manual). Hacemos los cortes transversales rápidamente y ya tenemos la base para los rieles.

Ahora viene lo más delicado: los tubillones.

Vemos que los tetones de la guía de plástico tienen 8mm de diámetro. Asi que usaremos tubillones de carpintero de 8mm.




Colocamos una de las maderas junto a la guía de plástico y marcamos dónde deben ir los orificios para los tubillones. Así no tendremos que hacer boquetes nuevos en el mueble, usaremos los que había.

Eso sí, hay que tener en cuenta que hemos hecho la guía de madera algo más gruesa. Eso implica que los tubillones no han de ir centrados, sino a la distancia adecuada de uno de los lados, el superior.
De lo contrario, el cajón quedará más elevado que antes y chocaría con la encimera del mueble.

Taladramos los orificios con una broca del mismo diámetro que los tubillones y procurando que el orificio salga lo más derecho posible.





Ahora encolamos los tubillones y los introducimos de modo que sobresalgan aproximadamente como los tetones de la guía original.




Una vez seca la cola, los cortamos y con el sobrante podemos hacer lo propio en la otra guía de madera. De este modo, con dos tubillones tenemos para las cuatro fijaciones.



Ya solo queda lijar las nuevas guías, retirar cualquier resto de cola que pudiese rozar y colocarla en su lugar definitivo.




Si vemos que ha quedado bien, podemos sacar las guías, encolar los tubillones e incluso añadir algún tornillo para mejorar su fijación. Os aseguro que no se os volverá a descolgar o atascar el cajón.

En la foto inicial de la entrada podéis observar cómo queda la guía nueva colocada ya en su sitio definitivo.

Otra solución definitiva y al alcance de cualquiera para un problema bastante frecuente y más hoy día que a nadie le sobra el dinero y compra muebles económicos para su hogar.