viernes, 22 de febrero de 2019

Cambiar líquido de frenos, purgado sistema de frenado,


Amig@s: El cambio del líquido hidráulico del sistema de frenado es algo que debe hacerse periódicamente.

Yo he realizado el cambio de varias formas. 

Empecé colocando una llave y un latiguillo al tornillo de purga que hay en la pinza para que el líquido se vertiese en un recipiente. 



Tras eso, abría la tapa del depósito, dejaba sólo la goma para evitar salpicaduras y empezaba a bombear apretando la maneta.
 La mejor forma de hacerlo para que no entre aire en el circuito es apretar la maneta, aflojar un poco el tornillo de purga para dejar salir un poco de líquido, volver a cerrarlo y soltar la maneta. 

A medida que se va vaciando el depósito –siempre evitando que los orificios inferiores queden sin líquido- vamos rellenando con líquido nuevo.

Cuando ya sale el líquido limpio, queda purgar por si hubiese alguna burbuja de aire y cerramos todo.

Un trabajo lento, pesado y duro –tanto para nuestra mano como para la bomba de freno-.

Una alternativa sería abrir el depósito, colocar un manguito o tubo que una el tornillo de purga a una jeringa grande llena de líquido, e ir metiendo con la jeringa el líquido hidráulico desde abajo (tornillo de purga) hacia arriba, manteniendo una ligera presión en la maneta. Personalmente, este sistema no me gustaba porque corremos el riesgo que con la presión se suelte el manguito y se ponga todo perdido de dicho líquido. Además, en mi caso –cuando lo intenté una vez- Estaba bastante duro y no me inspiraba confianza…

Así que vamos al grano.

Vamos a cambiar el líquido con el nuevo sistema:

He abierto la tapa del depósito.



Aflojáis el tornillo de purga y 

conectáis un latiguillo que sea flexible para que ajuste bien al tornillo de purga y al otro extremo del latiguillo, una jeringa grande de las desechables (se encuentra fácilmente en farmacias).

Aunque al principio no lo hice, después coloqué una llave en el tornillo de purga antes de poner en él el latiguillo. Así podemos abrir y cerrar mejor. Lo ideal es abrir el tornillo de purga lo mínimo. Así evitamos que pueda entrar aire.

Una vez todo preparado, empezamos a succionar suavemente con la jeringa. Hemos de estar muy atentos para reponer el líquido en el depósito antes que se quede vacío, ya que si los orificios quedan al descubierto, entrará aire por ellos y la cosa se nos puede complicar enormemente si entra aire en el circuito. Mejor hacer bien de primeras.

Una vez que el líquido sale bien por abajo, sin burbujas. Rellenamos el depósito por la línea de Máximo. Nunca más de eso, pues debe quedar aire en el depósito.

Cerramos la tapa y podemos hacer una purga del circuito. Basta presionar la maneta del freno a tope y dejarla presionada. Aflojamos ligeramente el tornillo de purga –conectado a un latiguillo transparente- y lo volvemos a apretar antes que deje de salir el líquido y observamos si ha salido alguna burbuja.
Si lo hemos hecho bien, el tacto de la maneta del freno debería ser duro, no elástico o chicloso.

Si no es así, se habrá colado alguna burbuja de aire. Podemos en tal caso abrir la tapa y repetir varias veces el purgado que hemos hecho al final. Conviene usar un latiguillo transparente, y conectarlo a un recipiente con algo de agua o líquido de frenos para evitar el retorno.

Si así no se soluciona, seguramente la burbuja estará en el latiguillo de freno.

En tal caso, podemos usar otro sistema:
Con todo el circuito cerrado (depósito y purgador), apretamos la maneta del freno a tope y la sujetamos así con una cuerda.

Seguidamente con una llave de las que usamos para las tuercas, vamos dando golpecitos por el manguito de abajo hacia arriba. Así logramos que la burbuja se suelte y suba hacia el depósito.

Finalmente, tras una noche con la maneta presionada  -a veces basta un rato-, Retiramos la cuerda sin dejar de apretar la maneta y, muy importante: LA SOLTAMOS DE GOLPE.

Esto hace que la burbuja que esté cerca del depósito sea succionada en él y se elimine del sistema.

A veces, hay que repetir varias veces este procedimiento.

Recordaros que el líquido de frenos es higroscópico. Vamos, que tiende a coger humedad del ambiente. Y si el líquido tiene humedad, al alcanzar altas presiones y temperaturas, el agua puede llegar a hervir, perjudicando la frenada. Por lo que os recomiendo usar un líquido nuevo y precintado y abrirlo justo cuando lo vayáis a utilizar. Con un bote pequeño hay para varios sistemas de frenado, pero hay que usarlo en el momento, no lo olvidéis.
También es altamente corrosivo... cuidado que no os salpique. Y siempre es recomendable evitar que caiga en la moto y, aún así, pasar una esponja jabonosa tras el proceso, e incluso tener a mano un pulverizador con agua para atacar cualquer salpicadura antes que se coma la pintura... o nuestra piel.

Una recomendación:
Tampoco descuidéis el mantenimiento del resto del sistema de frenado: el cilindro maestro, pinza, y revisión del latiguillo. Pero eso, es tema de otro post.
Y, finalmente un truco: no es fácil encontrar latiguillos o tubitos del grosor adecuado. O son finos o demasiado gruesos. Y debe encajar bien en el tornillo de purga.
Para encajar un tubito de plástico demasiado fino, podemos abocardarlo en un extremo.
Para ello, Buscamos algo cónico, como un bolígrafo, que usaremos como molde...


Calentamos con un mechero la punta del tubo 

y lo insertamos aún caliente en el extremo del bolígrafo. 

Cuando se enfríe, tendrá esa forma y encajará perfectamente.

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