viernes, 4 de febrero de 2011

Cocina solar. Fabricar horno solar. Pintura de horno solar. construir horno solar

HORNO SOLAR PARTE8. Revestimiento interno. Enmasillado y pintado



Amig@s: ya va cobrando forma nuestro horno solar.



Hasta ahora, no veíamos muy bien qué estábamos haciendo o cómo quedaría…


Hoy ya podemos empezar a vislumbrar el resultado, pues quedará el cuerpo del horno prácticamente listo a falta de pequeños detalles y, por supuesto, colocar la tapa y el reflector.


Os recuerdo que disponéis de un post resumen para ver rápidamente lo que hemos hecho hasta ahora.


Ahora vamos a revestir la parte interna del horno con chapón o tablé:


Una vez cortado el tablé, lo planteamos en el horno.



Es especialmente importante que veamos que no se hunde fácilmente al presionar. Y para evitarlo podemos poner unos trocitos de cartón debajo, donde sea preciso.



Tras eso, podemos pasar a encolar, colocar el tablero y clavetearlo.


Si lo dejásemos sin reforzar en cuanto apoyemos la olla demasiado cerca del filo, se abrirá dejando una fea rendija que además, hará que parte del calor se vaya hacia el interior de las paredes del horno, y eso no lo queremos.


Por muy bien que hayamos hechos los cortes, puede que nos hayamos torcido un poco, quedándose alguna rendija en las uniones.



Podemos solucionarlo rápidamente haciendo una masilla con cola blanca y aserrín. Esto tapará la unión e impedirá que por ahí penetren vapores y olores.



En mi caso he usado masilla para madera comercial, que seca deprisa y tiene fibra que dará gran solidez.


También podemos cubrir todas las uniones internas con silicona.

Hay una silicona especial para hornos que soporta, según tengo entendido, hasta 300ºC. Lo digo por si queréis sellar todas las uniones con este producto.

Es de un feo color rojizo, pero como después vamos a revestir el interior con papel de cocina aluminizado…


Ahora, como proceso previo al pintado, vamos a repasar todas las superficies del horno: por dentro y por fuera.


Podemos usar la masilla que mencioné antes hecha con cola blanca y aserrín o bien una masilla de pasta de madera, que suelen vender en droguerías y centros de bricolaje.

Tiene fibra, es muy fácil de aplicar y seca bastante deprisa, siendo posible el lijado posterior.


Como he usado tablé en vez de chapón para el revestimiento externo e interno –salvo los laterales- Podemos pasar el cepillo de carpintero, en vez de lija, para dejar todos los bordes emparejados.


Respecto a las uniones entre los paneles, si no os gustan, podéis pasar también el cepillo por todo el canto.


Y así en vez de un ángulo afilado y desigual, será romo, uniforme y plano.



Eso sí, el tablé es como cartón prensado y deberéis dar una mano de cola blanca para que se asiente y tenga consistencia.



Ahora vamos a la pintura externa. Para ello uso una lijadora orbital con bolsa para recoger el polvo.


Le he puesto una lija algo gruesa, con lo que si nos descuidamos, podemos comer más de la cuenta. De hecho en algunos sitios se nos ha ido el color de la melamina que recubre el tablé.

No importa demasiado, porque así cogerá mejor la pintura.


Pasamos un trapo humedecido para retirar el polvo y ya podemos pintar.


Para evitar dar manos y manos de barniz, he decidido usar una pintura de dique o de caucho, muy usada para impermeabilizar suelos de terrazas y tejados, ya que queda como una capa de goma, dura, elástica e impermeable.


Y no Agrietará con el tiempo como sucedería probablemente si usáramos pinturas asfálticas.


Esta pintura también está disponible en color blanco. Pero os recomiendo que sea de color oscuro porque así absorberá también calor y contribuirá a mejorar el funcionamiento del horno.



Esta pintura hay que darla en una capa gruesa, pero tampoco queremos que quede un acabado muy basto. Asi que podemos diluir la pintura con un poco de agua y así quedará más fino.


De hecho, el fabricante recomienda diluir la primera mano para que agarre mejor. Pero no la diluyamos demasiado, porque entonces no cubrirá bien.


No olvidemos que el tablé no es absorbente por la cara de melamina y costará un poco cubrirlo. Personalmente, prefiero darla sin diluir demasiado, pero trabajándola mucho:

Hemos de peinar muy bien la pintura. O al menos así es como yo llamo a este proceso.

Se hace así: aplicamos la pintura procurando estirarla al máximo que permita.

Cuando veamos que se transparenta el fondo y no lo cubre bien, es que hay que aportar más cantidad.

Una vez aplicada la pintura en una pared entera, o antes si lo vemos preciso, damos pasadas rápidas, largas y uniformes, con la brocha muy inclinada, arrastrándola, y en el sentido contrario a las marcas que dejó antes la brocha.

Esto hace que quede muy liso, eliminando rugosidades, rayas y zonas que no se han cubierto bien.


Podemos peinar en varios sentidos.

El secreto es peinar siempre en la misma dirección, pero cada vez que hagamos un nuevo peinado, lo haremos en una dirección diferente, para lograr difuminar bien la pintura.


El peinado final, lo haremos en el sentido de la veta, caso que se trate de una madera con veta o un listón.


A pesar de ser una pintura de por sí muy basta, espesa y “desagradable de aplicar” por los motivos ya mencionados, logramos un acabado bastante fino.


Tras una segunda o tercera mano, podemos dar la pintura por acabada, salvo que tengamos que añadirle tornillos, fijaciones o bisagras, en cuyo caso deberíamos repasar las perforaciones para evitar que por ahí entre el agua.


Ahora pondremos la tapa con el cristal. El proceso de hacer el marco es laborioso, pero también os daré alguna alternativa para que os resulte muy sencillo ¡No os lo perdáis!




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