sábado, 29 de enero de 2011

Horno solar en casa. Reforzar el interior del horno. Unión a media madera. Cerrar laterales


HORNO PARTE 6 cerrando laterales y reforzando las bases internas



Ya tenemos la estructura principal de nuestro horno solar casi lista.


Os recuerdo que disponéis de un post resumen donde describo todos los pasos de modo abreviado por si os perdéis.


En cualquier caso, vamos a dar un repaso: hemos diseñado el horno, Recortado los laterales, colocado los bordes y les hemos puesto el relleno aislante. También hemos hecho y colocado los largueros que unen los laterales, con lo que tenemos un armazón sólido, recto y relativamente ligero.


Aún quedan un par de detalles antes de empezar a colocar los chapones: si nos limitamos a revestirlo con chapón así como está, cuando pongamos la olla directamente sobre el chapón interior, cuando el horno haya cogido dos calentones, el chapón se vencerá y acabará apoyándose sobre el aislante interno.


De modo que pondremos unos listones de refuerzo sobre los que se apoyará el chapón.


Estos listones, al unir los largueros entre sí, también contribuirán a darle resistencia extra a la estructura. Estos refuerzos también servirán de apoyo a los extremos o bordes de los chapones que coloquemos en la cara interna y así queden bien rectos y sólidos.


Os voy a dar, como siempre, la alternativa más sencilla para que no tengáis ningún problema… Pero primero voy a deciros cómo lo he hecho yo.


El siguiente paso que voy a realizar es cerrar los laterales por dentro. Es un proceso que apenas requiere mover el armazón, recientemente encolado, y así podemos ir adelantando.


Para ello, tenemos que tomar los laterales que recortamos en su día (os recuerdo que fue prácticamente lo primero que hicimos: pasar la plantilla al chapón y cortar los laterales internos y externos) y recortar los huecos para que puedan entrar en su sitio esquivando los largueros.



Puede parecer muy complicado, pero es facilísimo: planteamos la cara frontal poniéndola delante del armazón y con un lápiz marcamos los palos.



Marcamos las líneas con la escuadra y tomamos la medida del fondo, cosa que podemos hacer con el calibre.

No ya por la precisión, sino por la facilidad de su uso y ahorrarnos tener que tomar la medida: basta abrirlo hasta abarcar los palos, pasar la medida al chapón y marcar con lápiz y regla.





Cortamos con la sierra de calar y ya tenemos el primer corte.


Antes de pegar el chapón, es muy importante que repasemos el revestimiento aislante, ya que lo tuvimos que manipular un poco para introducir los largueros.


Asi que colocamos pequeños trozos de cartón con cola blanca o látex para rellenar los orificios y zonas hundidas de las esquinas y ponemos otra capa de papel de periódico que cubra esta zona y todo el borde.


Me he permitido, finalmente, poner una bola de papel de periódico humedecida en látex en el centro del lateral con vistas a que presione ligeramente el chapón, sin deformarlo, y así no quede hueco en el centro. Así le daremos un poco de resistencia extra.


Por supuesto, si no colocasteis el aislante antes, tendréis que hacerlo ahora antes de cerrar los laterales por dentro.



Es muy importante cuando encolemos y peguemos los laterales internos que pongamos suficientes pinzas y sargentos.


Con tal fin, he preparado un lado por completo y así mientras relleno las esquinas y recorto los huecos de los palos en el lateral del otro lado, la cola endurecerá lo suficiente como para poder retirar la mayor parte de fijaciones.


Ahorraremos sargentos y pinzas si usamos un solo sargento grande para fijar un lado entero.

Para ello pondremos un palo sobre el chapón que abarque la mayor parte de ese lado y así el sargento se ocupa de presionar todo el lado por sí solo.



De todos modos, siempre es conveniente usar palos y tablitas interpuestos entre las mordazas y la pieza. Así evitaremos que se marque innecesariamente.


Otra sugerencia es que siempre que pongáis pinzas o sargentos para pegar chapón o tablé a listones es que os aseguréis que se apoyan bien en la madera de abajo.


Si ponéis los sargentos apretando demasiado dentro y apoya en vacío pueden llegar a deformar o romper el chapón o tablé y si no nos damos cuenta hasta que la cola haya endurecido, el daño es irreparable y tendremos que sanear y enmasillar, generando un trabajo añadido y que podríamos habernos ahorrado.



Antes de revestir el horno con los chapones por fuera y por dentro (hasta ahora sólo están revestidos los laterales), vamos a hacer la estructura que nos permitirá que los chapones de dentro tengan una guía para quedar bien derechos y estables, como os decía al principio del post.


Para ello, empezaremos por las dos bases, que son las que soportarán el peso de la olla y los alimentos que introduciremos en el horno.



He colocado tres palos atravesados, (en sentido transversal, paralelos a los laterales). Estos palos irán fijados a uno de los largueros mediante Ángulos de madera claveteados.


No es muy ortodoxo. Lo ideal es haber hecho un cajeado o bien colocado unos tubillones. Pero como dos van justo en el extremo, muy cerca de donde los largueros se unen a los laterales, no he querido dar golpes con el formón ni perforar esta zona de los largueros que tiene los tornillos que lo fijan al lateral.

Y como tampoco han de soportar mucha fuerza ni tensión, con los ángulos de madera tendrá de sobra y será rápido.



Para el lado opuesto, he hecho una muesca en el extremo de los palitos para que encajen en el correspondiente larguero. Se hace en un momento con la sierra de calar y retocando con la lima.

Por cierto el taco cuadrado de madera que véis en la foto no es más que para dejar el listón bien horizontal y que quede a la distancia correcta del fondo (en este caso, la mesa de trabajo).


Para hacer los ángulos de madera que fijarán los palitos basta coger unos trocitos cuadrados de listón y con el formón le hacemos un corte en diagonal (en el sentido de la veta).


Se clava al palo y dejamos también clavado el clavo que lo unirá al larguero, de modo que la punta asome ligeramente, así ahorramos tener que dar más golpes de los necesarios y si el ángulo se abriera, es más fácil sustituirlo ahora que está fuera del horno.


Un truco para evitar que se abran los ángulos de madera es darle unos ligeros martillazos a las puntas de los clavos. Al estar la punta más roma es más difícil que abra la madera.

Por supuesto, si estos ángulos los hacéis de una madera resistente como el haya, roble o alguna madera tropical, el resultado será mejor y es mucho más difícil que se raje.


Finalmente, he colocado un palo que une los tres travesaños que hemos hecho por la parte central.


Para lograr que todos estos palos hagan contacto con el chapón que irá sobre ellos, o sea que esten en el mismo plano o a la misma altura, he realizado una unión a media madera.


Esta unión consiste en hacer un rebaje en ambas maderas y hacerlos encajar entre si, con lo que quedan en el mismo plano. Es algo muy usado en carpintería y no demasiado complicado:



Marcamos los lugares donde hay que hacer las cajas poniendo superpuestas las dos maderas y con la sierra de calar cortamos hasta la mitad de cada listón, en ambos lados (o sea, hacemos la muesca en los dos listones donde se crucen).



Con el formón, con la cara plana hacia la zona que vamos a salvar, damos un golpe seco y saldrá la zona que queremos eliminar.


Si no tenéis mucha práctica, mejor que vayáis sacando lascas de madera delgadas para estudiar cómo se comporta la madera.


De momento no vamos a dejarlos puestos, pues primero hemos de poner los chapones externos y unas capas de cartón aislante.


Bueno, también voy a poner unos travesaños a modo de refuerzo en el lado grande que va junto al marco, ya que me parece que este lado es demasiado grande para dejarlo sólo con el chapón y el relleno.


No es imprescindible, pero he preferido dejarlo bien terminado.



Es básicamente lo mismo: tres palitos que van encajados en un lado (en este caso no precisa ángulos porque quedan sujetos y solo precisan un poco de cola). Por el lado opuesto, tienen una muesca que clavaré directamente al larguero.


La opción más sencilla que os prometí al principio:


Si os parece un poco complicado lo de hacer el cajeado al chapón para introducirlo y cerrar la tapa de los laterales, podéis simplemente cerrarlos de primera hora, antes de poner los largueros, con su aislante en el interior, por supuesto.


Los largueros los podéis fijar comos os indiqué con ángulos metálicos reforzando con tubillones y/o tirafondos.

Y, en este caso, no se apoyarían en el marco del lateral, sino en el chapón que está pegado a éste.


Los refuerzos interiores podéis fijarlos también con ángulos metálicos y si os parece complicada la unión a media madera, no la pongáis: con que pongáis algún listón más será suficiente.

Eso sí procurad que los listones queden bien alineados para que al colocar el chapón encima, no se quede ondulado o mal asentado.


Ya en el próximo post haremos algunos refuerzos por fuera y colocaremos el revestimiento externo ¡No os lo perdáis!

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