lunes, 31 de enero de 2011

Fabricación de horno solar. Revestir horno solar. Cocinar con el calor del sol.

HORNO SOLAR PARTE 7. Refuerzos externos. Revestimiento externo. Aislante



Ya hemos confeccionado un refuerzo interno sobre el que el chapón quedará muy sólido, aunque lo hemos dejado sin colocar.


Ahora vamos a reforzar también la parte externa para que el chapón que coloquemos por fuera también apoye.


Me he esmerado en las zonas donde se unen los chapones, ya que es importante que queden las uniones entre chapones bien realizadas, sin huecos, y bien sólidas.


Para ello he añadido a la estructura varios listones delgados que van de parte a parte, o sea paralelos a los largueros. Sobre estos listones podremos encolar los chapones y así el resultado será el deseado.


Ha llegado el momento de revestir el horno por fuera, cubriendo los largueros. Ahora sí que empezará a tomar su aspecto definitivo.


El proceso no merece más explicación que tomar las medidas, pasarlas con la escuadra al chapón o tablé y cortar.


Para fijarlas, podemos volver a hacer uso de nuestros sargentos y mordazas.



En los sitios donde no tenemos acceso para este tipo de fijación, podemos limitarnos a poner algo pesado encima o poner unas puntillas de cabeza perdida, clavadas ligeramente inclinadas y cada una con la inclinación opuesta a la anterior.

Así queda mucho más fuerte que si las ponemos bien perpendiculares.



Es interesante usar el botador para hundir ligeramente las cabezas de los clavos.


Después podremos enmasillar estos huecos y así la pintura agarrará mucho mejor y el acabado será más fino.

De lo contrario, corremos el riesgo que las cabezas queden a la vista y con el tiempo se oxiden, dejando el aspecto bastante deplorable.



Y no nos olvidemos de poner bastante cola blanca, que dará una unión muy fuerte y rellenará las pequeñas imperfecciones que queden.


Y, pese a que la mayor parte de la fuerza la realiza la estructura interna, los chapones le darán una fuerza añadida.



Y ya puesto el chapón externo (foto inicial), podemos empezar a poner por dentro varias capas de cartón para el aislamiento.



Es exactamente igual que cuando lo hicimos con los laterales: cortamos el cartón a la medida con una regla y un cúter, aplicamos cola blanca o látex diluidos en agua y ponemos el cartón.


Lo apretamos para que asiente bien y colocamos en todos los bordes unas tiras de papel de periódico impregnadas en cola blanca o látex y fijándolas bien con la brocha.


Si el cartón tiene algún doblez o incluso lo hemos puesto en dos piezas, podemos también poner periódico para mejorar el aislamiento en esa zona “de riesgo”.



Solo podremos poner tres o cuatro capas. Recordemos que aún hay que colocar dentro la rejilla que hicimos con listones para el apoyo del chapón interno.



Así que cuando hayamos puesto estas capas y hayamos dejado secar un rato, ya podemos poner definitivamente estos listones.



Basta plantearlos y si vemos que quedan bien, ponemos un poco de cola blanca en la unión a media madera y en los extremos. Con una gota es suficiente.


Ponemos los ángulos de madera –o los metálicos, si lo preferís- y un clavito en el lado opuesto de los travesaños.


No es necesario clavar el palo central, el largo, pues ya queda sujeto por los travesaños.

Bastará ponerle una gota de cola blanca para que no se mueva.


Podemos revestir un poco más el interior del horno con aislante colocando entre los paños que han quedado un par de capas de cartón.


Como hicimos con los laterales, dejaré una pequeña capa de aire dejando sin poner la última capa, aunque sí pondré un trozo de cartón más pequeño en cada paño para mejorar el apoyo.



Finalmente he puesto en cada cara una hoja entera de periódico que he empapado en nuestra mezcla de látex y agua, con lo que creará una capa uniforme y aislante.


También revestiremos con capas de cartón los lados pequeños, los que están entre las bases y el cristal.


El proceso no merece mayor explicación porque es idéntico.


En el lado mayor, he puesto también unos travesaños para que apoye el chapón, como os dije cuando hicimos los travesaños.


Lo siguiente ya será encolar y colocar los laterales internos.


Un par de sugerencias: si usáis tablé en vez de chapón para el revestimiento externo e interno del horno, lograremos una interesante ventaja: si sobresale un poco de tablé, podéis eliminarlo rápidamente con el cepillo de mano.

Eso sí, mantenedlo bien derecho para no dañar accidentalmente la otra cara con la esquina de la cuchilla del cepillo.


Y os recuerdo, finalmente, que podéis consultar el post resumen donde describo de forma abreviada todos los pasos que he seguido para hacer el horno solar.

sábado, 29 de enero de 2011

Horno solar en casa. Reforzar el interior del horno. Unión a media madera. Cerrar laterales


HORNO PARTE 6 cerrando laterales y reforzando las bases internas



Ya tenemos la estructura principal de nuestro horno solar casi lista.


Os recuerdo que disponéis de un post resumen donde describo todos los pasos de modo abreviado por si os perdéis.


En cualquier caso, vamos a dar un repaso: hemos diseñado el horno, Recortado los laterales, colocado los bordes y les hemos puesto el relleno aislante. También hemos hecho y colocado los largueros que unen los laterales, con lo que tenemos un armazón sólido, recto y relativamente ligero.


Aún quedan un par de detalles antes de empezar a colocar los chapones: si nos limitamos a revestirlo con chapón así como está, cuando pongamos la olla directamente sobre el chapón interior, cuando el horno haya cogido dos calentones, el chapón se vencerá y acabará apoyándose sobre el aislante interno.


De modo que pondremos unos listones de refuerzo sobre los que se apoyará el chapón.


Estos listones, al unir los largueros entre sí, también contribuirán a darle resistencia extra a la estructura. Estos refuerzos también servirán de apoyo a los extremos o bordes de los chapones que coloquemos en la cara interna y así queden bien rectos y sólidos.


Os voy a dar, como siempre, la alternativa más sencilla para que no tengáis ningún problema… Pero primero voy a deciros cómo lo he hecho yo.


El siguiente paso que voy a realizar es cerrar los laterales por dentro. Es un proceso que apenas requiere mover el armazón, recientemente encolado, y así podemos ir adelantando.


Para ello, tenemos que tomar los laterales que recortamos en su día (os recuerdo que fue prácticamente lo primero que hicimos: pasar la plantilla al chapón y cortar los laterales internos y externos) y recortar los huecos para que puedan entrar en su sitio esquivando los largueros.



Puede parecer muy complicado, pero es facilísimo: planteamos la cara frontal poniéndola delante del armazón y con un lápiz marcamos los palos.



Marcamos las líneas con la escuadra y tomamos la medida del fondo, cosa que podemos hacer con el calibre.

No ya por la precisión, sino por la facilidad de su uso y ahorrarnos tener que tomar la medida: basta abrirlo hasta abarcar los palos, pasar la medida al chapón y marcar con lápiz y regla.





Cortamos con la sierra de calar y ya tenemos el primer corte.


Antes de pegar el chapón, es muy importante que repasemos el revestimiento aislante, ya que lo tuvimos que manipular un poco para introducir los largueros.


Asi que colocamos pequeños trozos de cartón con cola blanca o látex para rellenar los orificios y zonas hundidas de las esquinas y ponemos otra capa de papel de periódico que cubra esta zona y todo el borde.


Me he permitido, finalmente, poner una bola de papel de periódico humedecida en látex en el centro del lateral con vistas a que presione ligeramente el chapón, sin deformarlo, y así no quede hueco en el centro. Así le daremos un poco de resistencia extra.


Por supuesto, si no colocasteis el aislante antes, tendréis que hacerlo ahora antes de cerrar los laterales por dentro.



Es muy importante cuando encolemos y peguemos los laterales internos que pongamos suficientes pinzas y sargentos.


Con tal fin, he preparado un lado por completo y así mientras relleno las esquinas y recorto los huecos de los palos en el lateral del otro lado, la cola endurecerá lo suficiente como para poder retirar la mayor parte de fijaciones.


Ahorraremos sargentos y pinzas si usamos un solo sargento grande para fijar un lado entero.

Para ello pondremos un palo sobre el chapón que abarque la mayor parte de ese lado y así el sargento se ocupa de presionar todo el lado por sí solo.



De todos modos, siempre es conveniente usar palos y tablitas interpuestos entre las mordazas y la pieza. Así evitaremos que se marque innecesariamente.


Otra sugerencia es que siempre que pongáis pinzas o sargentos para pegar chapón o tablé a listones es que os aseguréis que se apoyan bien en la madera de abajo.


Si ponéis los sargentos apretando demasiado dentro y apoya en vacío pueden llegar a deformar o romper el chapón o tablé y si no nos damos cuenta hasta que la cola haya endurecido, el daño es irreparable y tendremos que sanear y enmasillar, generando un trabajo añadido y que podríamos habernos ahorrado.



Antes de revestir el horno con los chapones por fuera y por dentro (hasta ahora sólo están revestidos los laterales), vamos a hacer la estructura que nos permitirá que los chapones de dentro tengan una guía para quedar bien derechos y estables, como os decía al principio del post.


Para ello, empezaremos por las dos bases, que son las que soportarán el peso de la olla y los alimentos que introduciremos en el horno.



He colocado tres palos atravesados, (en sentido transversal, paralelos a los laterales). Estos palos irán fijados a uno de los largueros mediante Ángulos de madera claveteados.


No es muy ortodoxo. Lo ideal es haber hecho un cajeado o bien colocado unos tubillones. Pero como dos van justo en el extremo, muy cerca de donde los largueros se unen a los laterales, no he querido dar golpes con el formón ni perforar esta zona de los largueros que tiene los tornillos que lo fijan al lateral.

Y como tampoco han de soportar mucha fuerza ni tensión, con los ángulos de madera tendrá de sobra y será rápido.



Para el lado opuesto, he hecho una muesca en el extremo de los palitos para que encajen en el correspondiente larguero. Se hace en un momento con la sierra de calar y retocando con la lima.

Por cierto el taco cuadrado de madera que véis en la foto no es más que para dejar el listón bien horizontal y que quede a la distancia correcta del fondo (en este caso, la mesa de trabajo).


Para hacer los ángulos de madera que fijarán los palitos basta coger unos trocitos cuadrados de listón y con el formón le hacemos un corte en diagonal (en el sentido de la veta).


Se clava al palo y dejamos también clavado el clavo que lo unirá al larguero, de modo que la punta asome ligeramente, así ahorramos tener que dar más golpes de los necesarios y si el ángulo se abriera, es más fácil sustituirlo ahora que está fuera del horno.


Un truco para evitar que se abran los ángulos de madera es darle unos ligeros martillazos a las puntas de los clavos. Al estar la punta más roma es más difícil que abra la madera.

Por supuesto, si estos ángulos los hacéis de una madera resistente como el haya, roble o alguna madera tropical, el resultado será mejor y es mucho más difícil que se raje.


Finalmente, he colocado un palo que une los tres travesaños que hemos hecho por la parte central.


Para lograr que todos estos palos hagan contacto con el chapón que irá sobre ellos, o sea que esten en el mismo plano o a la misma altura, he realizado una unión a media madera.


Esta unión consiste en hacer un rebaje en ambas maderas y hacerlos encajar entre si, con lo que quedan en el mismo plano. Es algo muy usado en carpintería y no demasiado complicado:



Marcamos los lugares donde hay que hacer las cajas poniendo superpuestas las dos maderas y con la sierra de calar cortamos hasta la mitad de cada listón, en ambos lados (o sea, hacemos la muesca en los dos listones donde se crucen).



Con el formón, con la cara plana hacia la zona que vamos a salvar, damos un golpe seco y saldrá la zona que queremos eliminar.


Si no tenéis mucha práctica, mejor que vayáis sacando lascas de madera delgadas para estudiar cómo se comporta la madera.


De momento no vamos a dejarlos puestos, pues primero hemos de poner los chapones externos y unas capas de cartón aislante.


Bueno, también voy a poner unos travesaños a modo de refuerzo en el lado grande que va junto al marco, ya que me parece que este lado es demasiado grande para dejarlo sólo con el chapón y el relleno.


No es imprescindible, pero he preferido dejarlo bien terminado.



Es básicamente lo mismo: tres palitos que van encajados en un lado (en este caso no precisa ángulos porque quedan sujetos y solo precisan un poco de cola). Por el lado opuesto, tienen una muesca que clavaré directamente al larguero.


La opción más sencilla que os prometí al principio:


Si os parece un poco complicado lo de hacer el cajeado al chapón para introducirlo y cerrar la tapa de los laterales, podéis simplemente cerrarlos de primera hora, antes de poner los largueros, con su aislante en el interior, por supuesto.


Los largueros los podéis fijar comos os indiqué con ángulos metálicos reforzando con tubillones y/o tirafondos.

Y, en este caso, no se apoyarían en el marco del lateral, sino en el chapón que está pegado a éste.


Los refuerzos interiores podéis fijarlos también con ángulos metálicos y si os parece complicada la unión a media madera, no la pongáis: con que pongáis algún listón más será suficiente.

Eso sí procurad que los listones queden bien alineados para que al colocar el chapón encima, no se quede ondulado o mal asentado.


Ya en el próximo post haremos algunos refuerzos por fuera y colocaremos el revestimiento externo ¡No os lo perdáis!

martes, 25 de enero de 2011

Reparar recogedor metálico. Recogedores. Remachadora atascada. Reparar remachadora.


REPARAR RECOGEDOR


Hoy vamos a seguir con nuestra filosofía del reciclado: vamos a recuperar un recogedor. Y, de paso, os mostraré cómo solucionar el problema de una remachadora que se atasca y no suelta al vástago sobrante del remache.


Es el típico recogedor que se usa para recoger la suciedad que se apila con la escoba.

Este práctico artilugio, se fabrica de muchos materiales. Lo más común es el plástico y no de muy buena calidad, con lo que tendremos que estar comprando uno cada dos por tres. Al menos eso me pasa a mí.


Opté por comprar uno metálico y me está dando muy buenos resultados.


Es realmente ecológico decantarse por uno de estos recogedores porque evitamos estar derrochando en plásticos, tan perjudiciales para el Medio Ambiente.

Incluso nos ahorraremos dinero al no tener que estar comprándolos con cierta frecuencia.


Pero hace unos días, me encontré tirado este recogedor metálico.




Se ve que ha sido usado en alguna obra para recoger escombros… y en consecuencia, al haber sido usado para algo que no estaba diseñado, ha terminado por romperse.


El post de hoy es una clase práctica de lo que podemos hacer si nos lo proponemos. Alguno dirá que no merece la pena el trabajo, que es mejor comprar uno nuevo –que ni siquiera son caros, por cierto-.


Pero me dio pena ver un recogedor tan bueno roto y me decidí a repararlo para mostraros cómo se puede hacer y, además, enseñaros la ventaja de los recogedores de metal respecto a los de plástico, ya que con uno de plástico no podríamos haber hecho esto.


He empezado por darle una limpieza rápida. Indudablemente, podemos dejarlo mucho mejor simplemente con un estropajo metálico, de hecho, quedaría como nuevo.


Pero me he limitado a retirarle los pegotes de mezcla simplemente para ver si es viable el repararlo, si merece la pena.


Ha quedado bastante bien de primera mano, así que podemos continuar. Una vez reparado, podemos limpiarlo a fondo.


Ahora tenemos que quitar los remaches viejos del tubo. Ya que vamos a colocar los nuevos en el mismo sitio.


Con un punzón marcamos bien el centro del remache y empezamos el orificio con una broca fina.


Como los remaches eran muy redondeados, he dado un par de pasadas con la lima para aplanarlos.


Así es mucho más sencillo.


Pasamos a una broca algo más gruesa y terminamos por quitar los remaches viejos.



Ahora toca la parte de la base, que llamaremos pie: está algo deformada y abierta por la parte superior del centro, donde iba el tubo.


Con suaves golpes, lo enderezamos hasta que tenga su forma original. Es muy sencillo, ya que es chapa fina y moldeable.


Es crucial reforzar la zona.

Podríamos limitarnos a fijar la barra al pie del recogedor haciendo un par de orificios al lado de los originales y remachando ambas piezas…

Pero quedaría feo y, sobre todo, no aguantaría mucho, al estar esa zona resentida y rajada.



Así que cogemos un trozo de chapa. Es del mismo tipo y origen que la que uso para las antenas biquad, soporte del soldador… Muy fácil de cortar con las tijeras para chapa.


Cortamos un trozo algo mayor que el que necesitamos y lo doblamos por la mitad.



El primer doblez lo hago pillando la chapa por la mitad bajo la madera que hace de soporte del tornillo de mesa, ya que no entra en las mordazas de éste lo suficiente como para doblarla por la mitad.

Doblamos levantando la mitad que sobresale.



Pero ya doblada, sí que entra en las mordazas del tornillo de mesa y podemos aplastar un poco este doblez.



Cogiendo la chapa un poco más abajo, volvemos a dar un ligero doblez… y otro… hasta lograr que el borde nos quede redondeado, que es la forma que tiene el borde del pie por detrás. Podemos ayudarnos del martillo.



Lo replanteamos en el pie del recogedor y vemos que encaja bastante bien.


Recortamos un poco de chapa que sobra por abajo y ya podemos proceder a poner cuatro remaches de 4mm para fijar bien esta chapa al pie del recogedor.


Podemos hacerlo sujetando provisionalmente la chapa con un sargento pequeño.


Ajustamos con el martillo antes de apretar definitivamente el sargento y taladramos con una broca de 4mm



En vez de hacer de una vez los cuatro orificios, los he hecho uno a uno para ir recolocado y ajustando la pieza con el martillo.


La remachadora me ha hecho algo extraño y es que no liberaba el vástago roto. Asi que os voy a contar la forma de repararlo:


Podemos sacar la boca de la remachadora y ya vemos ahí el extremo del vástago. Es inútil tratar de sacarlo por ese lado, así que lo mejor es hundirlo para que siga su ruta normal para soltarlo.


No se os ocurra usar otro remache nuevo para hundir el vástago, usad otro vástago ya roto de un remache que hayáis puesto anteriormente.


Si usáis un remache nuevo, no podréis sacarlo y tendréis que partir el vástago con unos alicates, con lo que lo desperdiciareis inútilmente.


En mi caso, no terminó de solucionarse el problema hasta que Empecé a poner los remaches de 4.8mm, que ya quedó la remachadora en perfecto estado.


Pero sigamos con el recogedor:


Una vez puesta la chapa, queda colocar el tubo o vástago. Pero al plantearlo, vemos que éste queda muy hacia atrás, así que con el martillo sobre el tornillo de mesa aplastamos un poco el doblez que le hicimos al refuerzo. Pero sólo por la parte central, para dejar hueco para el tubo.


Y ahora sí que podemos fijar con un sargento el tubo al pie y hacemos un primer orificio de 5mm procurando que esté totalmente centrado respecto al pie.



Colocamos ese remache, que es de 4.8mm.


Retiramos el sargento y planteamos el recogedor para buscar la posición en que quede el tubo bien vertical y marcamos ahí.


Perforamos, ponemos otro remache… ¡y trabajo terminado!


Ha quedado muy robusto, prácticamente igual que el otro que tengo nuevo para mi uso personal y sólo resta darle una buena limpieza.


Aún podemos ponerle un par de remaches más para fijar mejor la chapa de refuerzo, pero creo que así ya tiene de sobra.


Hemos pasado un rato entretenido practicando bricolaje, el costo ha sido mínimo (¡sólo seis remaches!) y tenemos a cambio un recogedor que nos puede durar muchos años... ¡Siempre que no lo usemos para recoger escombros, naturalmente!

domingo, 23 de enero de 2011

Horno solar casero: montaje del armazón. Montar horno solar. Armazón de horno solar. Horno solar 30-60. Cocina solar. Cocinar con el sol


HORNO SOLAR PARTE 5. montaje del armazón



Recapitulemos, por si alguien se ha perdido: para hacer el horno solar hemos diseñado los laterales, que son las piezas que darán la forma que deseamos. Hemos cortado el chapón siguiendo el patrón y hemos fijado en los bordes dos filas de listones de 20*20, para lograr que este marco tenga una altura de 40mm.

Seguidamente, tenemos que fabricar los listones que darán el largo del horno y que fijarán entre sí los dos laterales que hicimos primero.

He empleado un listón de 40*40mm para unir entre sí los ángulos rectos de los laterales. Dos listones de 30*60mm para los listones que harán de marco del cristal.

Si usáis listones de 30x30, 35x35 ó 40x40 os ahorraréis trabajo y tendrá más uniformidad. Yo como disponía de listones de varias medidas diferentes, los he usado.



Para realizar el ensamble, tenemos que comprobar que todos los listones apoyan bien en el marco.


A veces es preciso recortar un poco el tetón, pues choca con algún refuerzo.


Otras veces hay que repasar el extremo porque no ha quedado totalmente recto.


De todos modos, siempre podemos rellenar con alguna masilla. Pero cuanto más perfecto nos quede de primera hora, ganaremos en fuerza y solidez.


Es importante que los listones queden enrasados por la parte exterior con el marco, ya que sobre ellos pegaremos el revestimiento de chapón o tablé y si sobresalen o se quedan hundidos, tendremos que andar retocando para lograr un buen acabado.



Y, hablando de sobresalir: hay que cuidar los detalles y tras realizar el orificio guía para meter cada tirafondo, acordaos siempre de avellanar la entrada del orificio para que la cabeza del tirafondo no sobresalga.


Como hemos hecho cuatro largueros, vamos a colocar dos largueros en cada lateral (o sea, dos largueros en un lateral y los otros dos en el otro lateral) y así, una vez seca la cola de éstos, sólo quedará unirlos entre sí. De este modo ganamos tiempo.


Para cada ensamble hacemos lo mismo: colocamos el larguero horizontal, apoyado en una superficie bien plana (yo he colocado un cristal grueso sobre la superficie de trabajo), y lo metemos en su parte correspondiente del lateral, dejando éste bien vertical.


Con la escuadra, comprobamos que el lateral está bien perpendicular (respecto a la superficie donde se apoya) y que el larguero está perpendicular al lateral en el plano horizontal.


Una vez visto que está todo correcto, podemos sacarlo, aplicar cola blanca en abundancia (si hay desajustes y huecos podemos usar cola de montaje con capacidad de relleno) y Volvemos a ajustar.


Es buena cosa usar un sargento grande que apriete el larguero contra el lateral mientras ponemos los tirafondos. Si no disponéis de sargentos de esa longitud, basta que los apretéis mientras colocáis los tornillos. La ayuda de alguien os puede facilitar mucho la tarea.



Podemos fijar cada larguero con tres tirafondos: uno que entre por el lado o borde del lateral y que lo fije al tetón; Un segundo tirafondo que entre por el lado del lateral y lo fije a éste;



Y otro que entre perpendicular al lateral, por la zona del chapón, y fije otra zona de la cabeza del larguero.


Así tenemos dos tirafondos que sujetan lateralmente y otro que literalmente mantiene unidas ambas piezas apretándolas entre sí.


Comprobamos que al apretar los tornillos se mantiene la posición y pasamos a colocar el siguiente.



Así que colocamos el otro larguero del mismo modo y nos fijamos de nuevo en la perpendicularidad de ambos respecto al lateral y que estén paralelos entre sí (deberían medir lo mismo entre ellos por un extremo o el otro).


Los dejamos sin moverlos durante un día para lograr que la cola seque y se mantenga la posición deseada.


Hacemos lo propio con el otro lateral y sus correspondientes largueros.


Una vez seco, ponemos enfrentados los laterales de modo que encajen los largueros. Si entran bien -no debería haber problema porque os recuerdo qeu repasamos previamente todos los ensambles y hasta numeramos las uniones-, sólo queda encolar los cuatro extremos libres y fijarlos con tirafondos.


Una vez colocados éstos, pondremos la estructura sobre una superficie bien plana y sobre la parte donde irá el cristal.


Es muy importante que este marco esté bien escuadrado y nivelado. Por la presión de los tirafondos, puede haber quedado algo torcido o “cojo”. Basta ponerlo sobre el suelo u otra superficie recta y plana y hacer un poco de presión. Cuando seque la cola, se mantendrá así.


Si vuestra falta de destreza o experiencia impide que los largueros encajen debidamente en las esquinas de los marcos, podéis usar como dije antes cola de montaje con capacidad de relleno, o bien añadir en los huecos –antes de ensamblar las piezas- pasta hecha con cola blanca y aserrín o bien una pasta de madera comercial, de gran resistencia.


En cualquier caso, a continuación os explico otra forma de ensamblar los largueros mucho más sencilla: en vez nos ahorraremos el pasar largo rato preparando con minuciosidad los tetones.


Ya tenemos hecha la estructura principal. Si no os acaba de convencer su resistencia como para dejarlo a la intemperie, podemos hacerle todavía otro refuerzo: colocarle unos ángulos metálicos que unan los largueros a los listones.


Si lo ponemos en la cara interna, no estorbarán y aunque los tornillos sean pequeños, darán una enorme resistencia extra al conjunto.


De hecho, si no queréis complicaros la vida haciendo los tetones en las testas de los largueros, podéis simplemente encolarlos al marco, ponerles un par de tirafondos grandes y rematar con unos ángulos metálicos que terminen de consolidar la unión.


Con un destornillador eléctrico se hace en media hora.


Y si además hacéis un orificio de 8 ó 10mm e introducís un tubillón o espiga encolado del mismo diámetro que el orificio, quedará aún más fuerte y con muy poco esfuerzo.


Y ya está el horno dispuesto para el siguiente paso: vamos a cerrar los laterales y hacer unos refuerzos internos para que el peso de la olla no deforme el chapón que usaremos para el revestimiento interno.