viernes, 14 de marzo de 2014

Azulejos sueltos 2. poner azulejos usados. poner azulejos sueltos. put tiles used. put loose tiles. mettre des tuiles utilisées. mettre des tuiles lâches.



Azulejos sueltos 2. preparación y colocación de azulejos.

Ya hemos retirado los azulejos y los mezclones sueltos y hemos enlucido o enfoscado con mortero toda la zona. Lo vimos en la primera parte.
 

Ahora vamos a pasar a la siguiente etapa: preparar y colocar los azulejos.


Para ello, tenemos que asegurarnos que los cantos de éstos están bien limpios. Normalmente, tienen restos de cemento blanco, o lo que emplearan para el lecheado o rejuntado, en los cuatro bordes. Y es importante que estén limpios para que queden derechos y nos entren en el sitio donde estaban.


Yo he usado una lima especial para azulejos que venía en un juego de brocas de corona para cerámica. Imagino que también la podréis encontrar suelta en centros de bricolaje y ferreterías. 

En su defecto, podéis emplear la radial con un disco para cerámica o piedra. 
Aunque esto acelere el trabajo, soltará mucho polvo y corréis el riesgo de comer más de la cuenta. También podéis usar una lima para metal vieja, aunque es mucho más lento y lo recomiendo sólo si tenéis que colocar pocos azulejos.


Un par de consejos: 

Armaros de paciencia. Es un trabajo lento y pesado y si queréis adelantar, acabaréis por partir el azulejo o desportillarlo. Sin prisas, por favor.


En segundo lugar, trabajad con la cara esmaltada del azulejo hacia arriba. Así veréis en todo momento si tocáis el esmalte con la lima. 
Si trabajáis sin fijaros, o por la cara interna, acabaremos por desportillar el esmalte y tendremos que desechar el azulejo o confiar que con el lecheo final se disimule.


Por último: lavad los azulejos tras eliminar el material sobrante, porque si no, pueden quedar restos de polvo adheridos al canto e incluso al esmalte, que darán un feo color al lechear. Si podéis lavarlos para retirar posibles restos de grasa o suciedad, mejor que mejor.

Es muy importante que salvemos la mayor cantidad de azulejos originales que sea posible. 

Aunque sean de color blanco liso como es el caso, los que compremos probablemente no tengan el mismo tono de blanco. Serán de un tono más azulado o más amarillento y estropearán el acabado. 


Si no hay más remedio que añadir azulejos nuevos, y no tenemos guardados algunos de reserva, hay que colocar los que sean ligeramente diferentes en sitios donde no queden visibles... 

O bien comprarlos de un color totalmente diferente y hacer un dibujo en la pared con ellos: un cuadrado, un rectángulo o una cenefa a todo lo largo de la pared… Así convertimos un fallo en un adorno que quedará bonito.


Un truco para aprovechar algunos azulejos estropeados es observar los que tienen orificios o roturas cerca del borde. Éstos pueden ser reutilizados si los ponemos en zonas donde un borde quede bajo una línea de azulejos, en la esquina. O bien, si precisamos cortarles un trozo para que quepan en un lateral o en la parte superior. Obviamente, tras dejar la zona estropeada en la parte oculta o eliminándola con el corte, el azulejo es reutilizable al 100%. 


Y ya podemos pasar a hacer el cemento cola. Debe quedar ligeramente espeso, pero no demasiado… más o menos como un puré.
Según la cantidad de cemento cola que admita, precisará mayor o menor densidad.
Si necesita realmente mucho grueso,  hay que preparar un cemento cola bien espeso. 


Y lo mejor es colocar una buena cantidad sobre el azulejo, colocar éste sobre la pared y apretar hasta que se coloque en su sitio.

Si precisara muy poco espesor, el cemento cola deberá ser más aguado -o más bien, menos espeso- y podríamos poner con una llana dentada una fina capa sobre la pared en la zona donde vamos a colocar el azulejo. 
Se extiende con la parte plana de la llana y luego se hacen las estrías con la parte dentada. Al presionar el azulejo, las estrías se aplastan más o menos según la presión que les apliquemos y el azulejo quedará perfecto. 

Si la pared nos ha quedado bien lisa, hasta podemos distribuir el cemento cola en una zona amplia y limitarnos después a ir colocando los azulejos uno tras otro, comprobando el nivel periódicamente, por supuesto.


Mi caso es intermedio: admite un poco más de grueso, de modo que empiezo aplicando una capa con la llana dentada, con los dientes de ésta hago las ranuras y seguidamente, pongo unos pegotes en el azulejo. Si admite más grueso en alguna zona, suelo poner pegotes más gordos, normalmente en las cuatro esquinas y el centro… 

Y si admite menos, sólo cuatro pequeños pegotes… la cosa es que cueste un poco ajustarlo, pero no demasiado. 

En el primer caso, -si se pone muy fácilmente- probablemente falte cemento cola. 

En el segundo, -si cuesta mucho colocarlo- tendremos que golpear o presionar el azulejo en demasía y puede partirse. Es algo que se aprende con la práctica... Pero os lo explico para ahorraros azulejos mal puestos y/o rotos sin necesidad.


Normalmente si vamos moviendo el azulejo en varias direcciones con poco desplazamiento mientras lo apretamos, el cemento cola se irá distribuyendo y se acelera el proceso. 

Se puede terminar de ajustar con unos leves golpes con la mano o con el mango del palustre ¡Ojo, éste debe ser especial para azulejos, o sea que no tenga remache metálico en el extremo del mango, o al golpear con la parte metálica el azulejo se partirá!

Es importante ir comprobando con el nivel…sobre todo el primer azulejo de cada hilada. Los demás podemos ponerlos enrasando de forma rápida con éste y no tenemos que ir comprobando uno a uno con el nivel, aunque no está de más hacer alguna comprobación periódica.


Si algún azulejo se nos queda un poco levantado o hundido por una esquina, podemos poner un palillo de dientes para que levante un poco la parte más baja. Así nos quedará horizontal y bien alineado.


Es importante hacer las correcciones de este tipo desde el principio, pues de lo contrario, se irán sumando pequeños errores y el último quedará totalmente desalineado y ya no habrá forma de corregirlo.


Tras finalizar el proceso, podemos pasar un paño para limpiar los restos de cemento cola.


Después, hago un poco de yeso y voy tapando las grietas y desperfectos que han quedado entre la última hilada de azulejos y el techo, ya que al retirar esta hilada, tuve que descarnar un poco el yeso del techo para no romper los azulejos. 

No cuesta ningún trabajo tapar con una espátula y yeso controlado o retardado, y dejará una terminación profesional. Hasta cubre alguna lasca de pintura que se desprendió, dejándolo todo parejo. 

No me extiendo en esto porque ya he trabajado con yeso en muchas entradas: para tapar una roza o arrebola, para la salida del aire acondicionado, colocar cajas o bases de enchufes, preparar cuadro para poner ICP….
Una pasada final con una esponja humedecida en agua terminará de dar el acabado deseado, pendiente de dar un retoque de pintura cuando ya esté seco... 

Y ya podemos pasar al lecheado.

El lecheado suelo hacerlo con cemento blanco, que es la forma tradicional. Se puede aplicar, eso sí, de varias maneras.


Unos usan una brocha vieja y con ella van aplicando el cemento blanco muy aguado por las llagas de los azulejos.

También es frecuente usar una llana de goma o incluso un aparato de los usados por los limpiadores de cristales para ir distribuyendo el cemento blanco por las llagas. 


Yo suelo usar una espátula que no tenga filo cortante para ir distribuyéndolo. Es buena cosa hacer primero movimientos en sentido transversal a las llagas o juntas, para mejorar la penetración y, una vez bien llenas las rendijas de cemento, se aplica en sentido oblícuo o diagonal a las juntas y así evitamos sacar el cemento blanco que ya esté puesto y emparejamos ligeros desniveles entre azulejos. 

Si os gusta que tenga un poco de llaga, podéis pasar después un palito, que podemos obtener de una pinza de sujetar la ropa tendida o incluso la yema de un dedo y/o un trapito.

Para limpiar los azulejos tras el lecheado y dejarlos perfectos, es buena cosa pasar un estropajo de esparto. Suele dar muy buenos resultados, retirando todo el cemento sobrante sin arañar los azulejos. Los deja brillantes. Dejamos secar el lecheado un par de días… 

Pintamos la zona superior que retocamos con yeso... ¡Y trabajo terminado!

Espero que esta entrada os sea de utilidad. Como véis, no es complicado y podéis hacerlo vosotr@s mism@s.


1 comentario:

  1. Hola Carlos! Me encantó tu blog. Me lo guardo para seguir leyendo y aprendiendo. Una pregunta, cuánto puede cobrar un profesional por este mismo trabajo? Porque me han cobrado 400 euros por hacer este trabajo en la mitad de superficie que has hecho tú y estoy un poco mosca... Sobre todo por saber si puedo confiar en este señor para tenerlo de mano. Muchas gracias!

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