miércoles, 26 de marzo de 2014

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Los baños de contraste. La recuperación tras la lesión.


Amig@s: Ya os comenté la lesión que tuve en la mano, que me obligó a llevar durante un mes férula y a mantener el brazo en cabestrillo…
Como bien sabréis los que habéis sufrido un esquince, fractura u otra lesión que os ha obligado a usar cabestrillo durante bastante tiempo, la mano tiende a hincharse al retirar el cabestrillo, es como si no fuese capaz el sistema circulatorio de hacer subir de nuevo la sangre hacia el hombro y quedara ahí estancada, provocando la hinchazón, a no ser que se procure mantener la mano elevada. 

Desgraciadamente, al retirarme el cabestrillo, no me lo dijeron y se me puso la mano como una bota –Más bien como un globo, jejejeje-. Pero por suerte, un par de días después me atendió la amable doctora de rehabilitación que me recomendó hacer baños de contraste. Y Ahí es a dónde vamos a parar hoy en esta entrada…

¡Os aseguro que un mes de inmovilidad total os deja la mano completamente tonta, o sea, sin fuerza y con movilidad bastante reducida! Se os hinchará simplemente por dar un paseo con la mano hacia abajo y se os descamará la piel de toda la zona… vamos, una alegría.

 
Los baños de contraste son muy buenos para los problemas circulatorios e inflamatorios de las extremidades, como los sabañones, cuyo mejor remedio o prevención es hacer este proceso antes de la llegada del frío, para entrenar el sistema circulatorio.

Pero…¿Qué son los baños de contraste? Pues, sencillamente alternar baños de agua caliente y fría, de modo que el calor dilate las venas y el frío las estimule a contraerse. 

Esto las flexibiliza y hace que se reduzca o elimine la inflamación. 

También facilita el aporte de nutrientes en zonas con poco riego sanguíneo y la eliminación de sustancias de deshecho, favoreciendo la regeneración de tejidos dañados… Y os aseguro que funciona (mirad el enlace de terapias naturales). 

El problema es que no encontraba en mi casa dos ollas lo suficientemente grandes para meter la mano hasta la mitad del brazo, Y para calentar y enfriar esa cantidad de agua, precisaba tiempo y bastante hielo, respectivamente…

Veréis, no hace falta que el agua caliente esté hirviendo, ni la fría a 0ºC… Pero sí es necesario que haya diferencia de temperatura y calentar y enfriar dos ollas grandes se lleva su rato y hace que resulte muy pesado –en las dos acepciones: por el peso de las ollas y por lo aburrido que resulta esperar-. Yo he encontrado un sistema sencillo y rápido que os puede ser útil si os ha pasado algo similar.

En principio, busqué dos recipientes altos y estrechos, para minimizar la cantidad de agua usada y que así ésta se enfriase con unos pocos cubitos de hielo o se calentase rápidamente en un cacillo al fuego.

 
Así que con mi Leatherman –en este caso he usado la pequeña Juice- En un momento preparo dos recipientes a partir de dos botellas de refresco de dos litros: retiro la etiqueta cortándola con la cuchilla y separándola. (Como véis, el filo hacia afuera, jejejeje).

Con el punzón, perforo en la parte superior, justo donde se estrecha hacia la boquilla de la botella.
 

Con la cuchilla de mi multiherramienta, corté las partes superiores aprovechando el orificio realizado con el punzón para introducir por ahí la hoja y así hacerlo más rápido y con mayor seguridad…


Incluso si os desviáis un poco, podemos usar las tijeras para quitar algún pico que pueda molestarnos.


Vemos una vez más la versatilidad de esta herramienta… Por supuesto, podéis usar un cúter, cuchillo y tijeras convencionales si no disponéis de una Leatherman.

Pero el problema es que el agua caliente se enfriaba muy deprisa al no haber mucho volumen de agua en el recipiente ¡No existe la solución perfecta!... ¿O quizá sí?


Pues sí, la solución que he encontrado es poner el recipiente de agua caliente en un cacillo con un poco de agua… Vamos, al baño maría de toda la vida. 

Una vez alcanzada la temperatura, basta poner el fuego al mínimo y se mantendrá. 


Eso sí, como el calor viene de abajo, hay que homogeneizar la temperatura del agua subiendo y bajando la mano dentro del agua un par de centímetros para removerla. 


Es mano de santo, pues tendremos el agua a la misma temperatura todo el tiempo, amén de calentarse rápidamente simplemente subiendo el fuego al principio. 

Y como el fuego es pequeño y a la mínima potencia durante el resto del proceso, el consumo es reducido. 

Podemos incluso apagar el fuego antes de terminar, pues con el agua del cacillo, que está a más temperatura, la de la botella se conservará más tiempo caliente. 

En vuestro caso, deberéis ir probando, pues según la potencia de vuestra hornilla, la temperatura ambiente y demás, deberéis apagar el fuego antes o después para evitar que se caliente demasiado.


Respecto al agua fría… Prácticamente no es necesario añadir hielo durante el proceso, aunque yo suelo añadir tres cubitos al principio y después uno o dos a mitad del proceso, para lograr una temperatura más uniforme a lo largo del baño. 

También conviene, igual que hicimos con el agua caliente, hacer algunos movimientos con la mano dentro del recipiente para homogeneizar la temperatura. 


Por supuesto, si en vuestra zona el agua del grifo está muy fría, no es necesario añadir hielo… pero en mi zona sale más bien tibia y es preciso enfriarla


Siguiendo las recomendaciones de mi fisioterapeuta –Miriam-, debo alternar tres minutos de agua caliente y uno de fría  y se deben hacer tres repeticiones, terminando siempre en agua fría.


Haciendo estos baños de contraste de dos a tres veces al día, veréis cómo mejora la circulación y se reduce la inflamación rápidamente.


Por supuesto, y esto es muy importante, asesoraos primero por un profesional. 
En algunos casos conviene terminar con agua fría y en otros, con caliente. También varía el tiempo y las repeticiones… 

No pretendo que este post sea una guía para hacer baños de contraste, sólo os expongo mi experiencia y la solución que he encontrado personalmente a los problemas que me han surgido –y esto sí que os puede venir bien-.

 

Aprovecho la ocasión para animar y felicitar al equipo de fisioterapeutas del Hospital Clínico de Málaga. Un pedazo de equipo de profesionales, que deberían ser más valorados.

En especial quiero felicitar a Miriam –mi fisioterapeuta-, que me hace ver las estrellas cada vez que la veo… ¡De dolorrrr! Pero en fin, es algo por lo que hay que pasar y gracias a su labor, poco a poco, voy recuperando movilidad en la mano y el dedo afectado por el accidente. 
Le estoy profundamente agradecido por su dedicación y profesionalidad. 

Se merecen un 10.


Igualmente, felicito al equipo de enfermería que me trató durante todo el proceso de cambios de vendaje, retirada de puntos… Sin duda su trabajo –casi desde el anonimato- es el que realmente consolida la intervención, evitando infecciones y llevando el control de la cicatrización. 



Aprovecho para mencionar a mi mujer, Carmen, que tanto apoyo y ayuda me ha dado en esos difíciles momentos en los que tenía que ir al trabajo sí o sí, con cabestrillo o sin él. Y gracias a su ayuda podía vestirme, asearme, y hasta disfrutar de una pieza de fruta tras la comida… ¡Eres un ángel, Carmen! Tú sí que mereces Matrícula de Honor.


En fin, una experiencia que hará que a partir de ahora, extreme las precauciones en el taller. Y, asimismo, os aconsejo –nuevamente- que también lo hagáis vosotr@s y uséis protecciones (gafas, guantes, ropas adecuadas..), las herramientas que os garanticen un trabajo seguro (sargentos, gatos, tornillos de mesa…). Y la mente puesta en lo que estéis haciendo, concentrad@s y relajad@s. Y así nunca tendréis que preocuparos por tener que reponeros de lesiones, como me ha ocurrido a mí.

Yo llevo ya casi tres meses liado con el problema: cabestrillo, espera para rehabilitación, rehabilitación… Después tendré que seguir, casi con toda probabilidad, ejercitando la mano por mi cuenta, haciendo autorehabilitación en casa… 

Tiempo, dolor y trabajo que me habría ahorrado si hubiese sujetado aquella tabla con un simple gato o sargento. ¡Que no os pase lo mismo!


Y ni que decir tiene que… ¡Mucho cuidadín al cortar el jamón serrano! 
Es cierto que se pueden producir lesiones muy serias abriendo una nuez con la punta de un cuchillo (esto es real), Picando verduras sobre una tabla… 

Pero los típicos cortes serios se suelen producir por manipular mal el jamón serrano al cortarlo, justamente porque estamos en casa relajados, con la boca hecha agua esperando el delicioso manjar, con la guardia bajada, y lo último que esperamos es que el cuchillo se resbale y… Si lo tenemos cogido como os dije en el otro post, no os pasará nada… Pero si el filo se encuentra con la otra mano o nuestro propio cuerpo… Nunca hay que bajar la guardia. ¡¡Mejor prevenir que curar, os lo aseguro!!


Aprovecho también para agradeceros a tod@s los que os habéis preocupado e interesado por mi recuperación a lo largo de todo este tiempo… ElTallerdeCarlos seguirá en activo –por muchos años, espero- y está a vuestra entera disposición para resolver cualquier duda que tengáis sobre mis entradas o cualquier reparación que tengáis que hacer en casa.




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3 comentarios:

  1. Hola heridooo!

    Esta técnica utilizada por ti me ha gustado mucho; son ideas para cuando se necesiten; mejor no tener que utilizarlas jejjeje

    Un diez también le doy yo a Carmen, que la quiero mucho y ya lo sabes.

    Un besiiito, que a ti también te quiero muchoooo.

    Muakyyys

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  2. Buenos días Carlos!

    He venido a leerlo de nuevo porque está pero que muy bien. Se lo he enseñado a mi Jorge y me dice que vaya idea más buena.

    Hoy pude publicarlo en Facebook.

    Muak y a pasar buen día y buena vida.

    Carmen

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