Fijar tráquea y cajas empotradas
Bueno, amigos, ya tenemos hecha la arrebola o roza para cambiar el enchufe y/o el interruptor de sitio. Ahora fijaremos los tubos y cajas en su lugar.
Para ello necesitamos un par de espátulas, agua, un poco de yeso y un recipiente desechable.
No es muy importante el tamaño de las espátulas, aunque conviene que sean inoxidables porque podremos limpiar mejor el yeso, aunque lo suyo es evitar que se quede seco en las espátulas.
A modo orientativo: Una debería ser lo suficientemente estrecha como para poder remover bien el yeso y la otra suficientemente ancha para poder emparejar y añadir más cantidad de yeso de una vez.
Para preparar el yeso, echamos en el recipiente un par de dedos de agua. Seguidamente, añadimos el yeso bien espolvoreado. Según lo espeso que queramos el yeso, añadiremos más o menos.
Yo suelo añadir yeso hasta que sobresale por encima del agua como si fuera una montaña que se queda seca por encima.
Suelo usar yeso controlado, pues el normal seca muy deprisa y aunque está muy bien para fijar las tráqueas y cajas de interruptores, hay que trabajar con más cuidado. El yeso controlado o retardado tarda mucho más en endurecer y podremos preparar más cantidad y trabajar más tranquilos.
Conviene hacerlo más bien aguado, siempre y cuando podáis cogerlo con las espátulas. Veréis que a medida que trabajáis, va espesando.
La tráquea tiene el desagradable inconveniente que tiende a salirse, parece que tiene vida propia. De modo que lo primero que podemos hacer es fijarla por varios puntos: primero se corta el tubo a su longitud, de modo que sobre un poco por cada lado, introduciendo los extremos en las cajas correspondientes.
Una vez planteado, podemos poner un poco de yeso en el fondo de la arrebola, seguidamente, introducimos la tráquea y añadimos con la espátula yeso por encima. No hace falta que quede a ras de la pared. Se trata simplemente de fijar en varios puntos la tráquea. Y para eso, más que poner mucha cantidad de yeso, lo que interesa es que fragüe antes y para ello es mejor poner más bien poco.
Conviene, eso sí, mantener apretada la tráquea en su sitio con la espátula. No ha de moverse ni un milímetro. En cuanto el yeso de la pared absorba el agua del yeso fresco, éste endurecerá.
Una vez fijado en varios puntos el tubo, podremos trabajar más cómodamente.
Hay un truco que consiste en que si la tráquea ha quedado lo suficientemente profunda, podemos cortar un trocito de tráquea que no vayamos a usar y meterlo a presión atravesado en la arrebola, de modo que mantendrá la tráquea hundida.
Seguidamente, podemos proceder con las cajas. No os he comentado que suelen venir sin los orificios laterales hechos. Pero para hacerlos basta apretar con la punta de un destornillador, ya que los lados están marcados con los orificios, de modo que siempre se rompe por su sitio.
Pues bien, metemos las cajas en el hueco correspondiente y también introducimos en las cajas los tubos. No importa si sobra un par de centímetros de tubo dentro de la caja, porque después se puede cortar fácilmente.
Lo importante es que la caja quede a la profundidad adecuada, más o menos enrasada con la pared. Y que esté bien nivelada, pues aunque después podemos jugar con los tornillos del interruptor para que quede horizontal, lo suyo es que la caja quede lo mejor posible.
Podemos empezar poniendo un buen pegote de yeso en la parte trasera de la caja y la metemos enseguida. Para lograr que quede bien nivelada, pues a veces los mismos tubos tienden a torcerla, podemos calzarla en uno o varios sitios con un trocito de rasilla.
Vamos añadiendo yeso procurando que penetre lo más posible entre la caja y la pared y cuando consideremos que tiene lo suficiente por los cuatro lados como para no moverse, podemos dejar que fragüe el yeso, ya que no nos interesa hacerlo de una sola vez.
Cuando haya endurecido el yeso, ya podemos terminar de rematar la faena introduciendo el yeso por todos los recovecos y enrasando con la espátula en la pared. No importa si un poco de yeso penetra en el interior de la caja por el borde, pues el yeso se despegará muy fácilmente en pequeñas cantidades.
Con las tráqueas, hacemos algo parecido. Vamos metiendo yeso a lo largo de toda la tráquea sin llegar a enrasar con la pared.
En la siguiente pasada, añadimos un poco más y seguiremos así hasta lograr que quede casi nivelado con la pared, pero sin sobresalir.
El trabajo final, que es el que tiene que quedar más fino, lo realizaremos con masilla de acabados o plaste. O bien con yeso de pintor, mucho más fino que el yeso que hemos usado para fijar estos elementos.
En nuestro caso, hemos hecho algo más: teníamos un enchufe con su correspondiente caja empotrada que ya no lo queremos porque caía detrás de un armario. Así que hemos quitado el enchufe y la caja y ahora vamos a tapar el hueco.
Para hacerlo, no necesitamos una enorme cantidad de yeso, sino que vamos a rellenar parcialmente el boquete con papel de periódico. Con tres o cuatro hojas, será suficiente. Eso sí, la última capa hay que doblarla de modo que entre algo ajustada y no nos moleste después.
Entonces vamos metiendo el yeso empezando por los bordes y rellenando hacia el centro.
Finalmente, damos una pasada que deje el yeso casi nivelado con la pared, pero sin sobresalir.
Hemos logrado un espesor de yeso de un par de centímetros, que le da una solidez más que suficiente y hemos ahorrado yeso y tiempo, pues si lo hubiésemos rellenado todo a base de yeso, habría tardado más en fraguar y el resultado no hubiera sido tan rápido y eficaz. Este boquete lo he tapado en menos de dos minutos y ha quedado ya listo para darle una fina capa de masilla final.
También podemos acelerar el secado del yeso controlado en los sitios donde entre mucha cantidad y queramos que endurezca pronto, insertando o clavando unos trocitos de rasilla o ladrillo en el yeso ya colocado. Es muy práctico para fijar las cajas empotrables.
Pues ya hemos dejado totalmente tapados los tubos y las cajas. Ha quedado un poco feo de momento por el color oscuro del yeso, y más estando fresco. Pero el acabado ya es tema de otro post.
¡Nos vemos, amig@s!
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No sería mejor usar cemento en lugar de yeso para fijar el cajetín?
ResponderEliminarAmigo: el yeso se ha utilizado de toda la vida para tapar las arrebolas y fijar los cajetines y cajas empotrables... Se puede usar cualquier cosa, como el cemento.
ResponderEliminarPero el cemento es muy compacto, ya que hay que hacerlo más duro, con lo que no se adaptaría bien y corremos el riesgo de que la caja quede muy hundida o muy sobresalida si no atinamos con la cantidad justa. Por otro lado, el yeso "agarra" mejor en plásticos y metales que el cemento, de modo que también es lo que se suele usar para fijar las garras de puertas y ventanas, pese a no ser tan duro como el cemento.
Finalmente, no es lo mismo tener que retirar un cajetín que por lo que sea no ha quedado bien colocado si está fijado con yeso que con cemento, mucho más duro.
A cada cosa lo suyo.
Un saludo