miércoles, 11 de noviembre de 2009

Protector infantil para cama. Evitar que los niños se caigan de la cama. caídas infantiles de la cama

PROTECTOR NFANTIL PARA CAMA



Esto es otro caso que me ha pasado a mí y seguramente le ocurrirá a mucha gente: acabamos de sustituir la cuna del niño por una cama. Y ,a pesar que antes de ponerle la cama desmonté parcialmente un lateral de la cuna para que se acostumbrara a subir y bajar solo de la cuna por la noche, no nos fiamos; pues un descuido y el niño se podría llevar un buen susto e incluso alguna lesión, ya que podría caer al suelo de cualquier forma estando dormido.


Así que vamos a hacerle un protector para evitar que se pueda caer. Provisionalmente, le he puesto el lateral de la cuna –de barrotes de madera- fijado a la cama superior (son camas tipo litera) mediante unos cordeles robustos y por abajo está fijado al somier de la cama inferior. Pero es antiestético y, sobre todo, incómodo para hacer la cama y atender al niño por la noche.

De modo que haremos otra valla, pero más pequeña, más estética, y que deje suficiente espacio por encima.


Para ello me he encontrado en mi taller un par de retales de madera de aglomerado de 16mm de grueso y 5.4mm de ancho que me sobró de otro trabajo anterior.

No casa bien con el tono de la cama, pero es provisional, ya que en un par de meses a lo sumo, pondremos al niño en la litera superior para que se vaya acostumbrando antes que llegue su hermanito y pongamos la cuna en la litera inferior.


Pero dos meses es mucho tiempo para hacer la cama todos los días o para sacar en brazos al niño sorteando la incómoda y antiestética valla actual.


Lo primero es tener claro las medidas que vamos a darle. Así que medimos la valla actual y la pondremos de una anchura similar, más que suficiente.

Hacemos en un papel un croquis para saber cuánta madera necesitamos y los cortes que tenemos que hacer.


En nuestro caso, necesitamos dos trozos de 75cm, dos de 7cm, dos de 20cm y los trozos que irán bajo el colchón, que les vamos a dar unos 20cm.


Como siempre, los cortes se pueden hacer de muchas maneras: sierra de calar, sierra circular, serrucho, fresadora, ingletadora eléctrica o manual….



Yo me he decantado esta vez por la sierra de calar.


Sin embargo, quizá porque me he puesto en una mesa mal nivelada, los cortes me han salido ligeramente descuadrados, ya que la melamina que recubre el aglomerado resbala mucho y no disponía de suficiente luz para guiar correctamente el corte…

De hecho, en las dos últimas piezas que corté, justamente las que van bajo el colchón y no se ven, los cortes salieron perfectos a la primera con la sierra de calar. Y eso que son unas piezas que no van a estar a la vista.

Lección para el futuro: empezad a cortar siempre las piezas menos importantes para ir "calentando motores" y así los cortes más importantes serán los mejores.



Pero no pasa nada. Para eso tenemos nuestra estupenda fresadora. Podríamos retocar también a base de lija o escofina, pero pese a que tardemos un poco más en montar la fresadora, la guía para el banco de trabajo y demás, ahorraremos tiempo y esfuerzo que haciéndolo a mano.

No obstante, si no tenéis una fresadora, siempre podréis hacerlo a mano.


En cualquier caso no me he complicado la vida y me he limitado a montar en el banco de trabajo portátil sólo una guía bien escuadrada sujeta con un sargento grande. Como son pocos cortes y a distintas medidas, no he puesto el tope que coloqué para fresar los listones de la litera.

No obstante, se consigue un buen acabado.


Para los trozos más pequeños, he usado el práctico nivel de burbuja que lleva incorporada la escuadra para que quede bien horizontal, ya que si queda un poco inclinado, el corte también saldrá inclinado y con un trozo tan pequeño de madera, es difícil apreciar a simple vista si está bien horizontal.



Con este sencillo truco, tenemos el asunto arreglado.


Y lo bueno de la fresadora es que igual podemos comer 3mm, que 0.3mm, de modo que si nos equivocamos, basta con volver a repasar ligeramente las dos maderas de la misma medida y ni se apreciará en el resultado final…


Uséis el método que sea, lo importante es lograr que los cortes salgan derechos, perpendiculares y escuadrados. Si no, no casaran bien las piezas y quedará bastante feo. ¡Hay que hacer un trabajo profesional, a estas alturas!



Una vez fresados los extremos de las maderas, vamos a proceder al replanteo: cada pieza debe quedar bien colocada para lograr un efecto de simetría, para ello hemos de medir a cada lado de las piezas largas para lograr este efecto.


Es muy conveniente a lo largo de todo el proceso, ir haciendo marcas en las piezas que van a ir unidas. Así siempre sabremos fácilmente su posición final.


Por ejemplo, podemos poner letras (A-A, A-A´, B-B…), números (1-1, 2-2, 3-3…) o incluso figuras geométricas, como triángulos, circunferencias, cuadrados…..


También conviene unir ambas piezas en la primera parte del proceso con una línea recta que pase de una pieza a otra, así veremos exactamente en qué sitio han de unirse.

No cuesta trabajo, se hace en un instante, y estas sencillas operaciones impedirán que pongamos dos piezas intercambiadas y quede un resultado deplorable.


En el próximo post, veremos la forma de realizar los orificios, colocaremos los tubillones y ensamblaremos las piezas. También os contaré algún truco para que el trabajo salga perfecto… ¡No os lo perdáis!


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