Ya terminamos de enmasillar y pintar el techo del salón y hasta hemos colocado la lámpara del techo, que os lo enseñaré en otro post.
Pero no todo ha quedado impecable: por mucho cuidado que hayamos tenido, nuestra escalera ha quedado hecha un asco, pues se han ido acumulando pequeños pegotes de masilla, goterones de pintura… que la han dejado hecha un desastre.
Así que vamos a ponerle remedio. Puede parecer una tontería, pero yo me encontré en una ocasión una escalera tirada en la basura y estaba totalmente nueva…. Salvo los restos de pintura que la cubrían. Bastó un rato de trabajo para dejarla nueva otra vez. Pero por ignorancia o desgana, la habían tirado en vez de limpiarla.
Para la limpieza solo necesitamos una palangana o recipiente con agua y una esponja de las de fregar los platos vieja.
Como la pintura que hemos empleado para el techo es al agua, bastará mojar la esponja y frotar la escalera empezando por arriba y hacia abajo. Veremos que en cuanto la pintura se moja, se ablanda y sale muy fácilmente.
Tras eliminar los restos, damos otra pasada con la esponja limpia y ya tendremos la escalera en perfecto estado.
Mi escalera, por cierto, ya va precisando una mano de pintura, ya que las innumerables tareas que he realizado con ella y los muchos años que tiene han cobrado su tributo. Pero al menos, de momento, no tendrá feas goteras blancas y pegotes de masilla endurecida. En otra ocasión, le dedicaremos un rato y la pintaremos.
Obviamente, hemos eliminado los restos de pintura del techo, las pinturas para madera o metal no salen con agua. Para retirarlos necesitaríamos disolvente de pintura.
Otro proceso muy, muy importante, de mantenimiento de la escalera es comprobar el buen estado de apriete de los tornillos del peldaño superior, el que hace de bisagra. He escuchado casos de gente trabajando sobre escaleras de este tipo que de repente han terminado en el suelo porque la escalera se ha abierto por completo. Eso se debe justamente a no haber revisado periódicamente dichos tornillos.
Si vosotros tenéis una escalera de este tipo, que son las más comunes, puede que os asustéis si examináis los tornillos de fijación: suelen ser cortos y van atornillados en la madera. A base de abrir y cerrar la escalera en el transcurso del tiempo, se van aflojando y si no los reapretáis, podéis llevaros un buen susto…
No lo apretéis en exceso porque podéis pasarlos de rosca o incluso que se quede la escalera muy dura a la hora de abrirla y cerrarla, pero un ligero apriete le vendrá fenomenal.
Y ya le hemos hecho una puesta a punto a la escalera. Ahora podremos guardarla en espera del siguiente uso.
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Carlos, un buen post como las de siempre, recuerdo cuando descubrí tu blog que fue por el percance en que nos metimos con la pintura y demás, pura ignorancia ahora ya como verás te leo muy asiduamente porque soy muy bricolera es mi lado masculino que se le hace, bueno risas aparte, el consejo de hoy muy bueno lo único malo son las fotos de la escalera, no distinguí muy bien de primeras pero por lo demás muy bien explicado. Ya te encargaré algún consejillo sobre alguna alternativa de pintura para el pasillo de la entrada de mi casa, ya te lo diré con más calma otro día. Muchos saludos y sigue así que lo hacéis muy muy bien.
ResponderEliminarMuchas gracias por se tan buena seguidora, Filacteria. Ciertamente las fotos no son ninguna maravilla en este post... Ahora que nadie nos ve o nos lee (je, je, je) te contaré un secreto: ya estaba prácticamente terminando de limpiar la escalera cuando me di cuenta que podría ser un buen consejo para publicarlo en un post ¡y no iba a manchar otra vez la escalera con pintura! De ahí que quizá las fotos no expresen demasiado bien lo que digo, aunque te aseguro que la escalera dio un cambio espectacular tras proceder a su limpieza.
ResponderEliminarNo he comprendido muy bien lo que me dices sobre tu lado masculino... La verdad es que el bricolaje se le suele atribuir a los hombres, pero eso es como decir que fregar o barrer es de mujeres... son cosas obsoletas. Hoy en día estas tareas puede realizarlas cualquiera, sea hombre o mujer... y de hecho, las mujeres superáis en muchos aspectos con frecuencia a los hombres por vuestra habilidad y paciencia.
¡Y procurare poner mejores fotos!
Saludos
Ah, Filactera, y ya me contarás lo del pasillo de la entrada, haber qué le ocurre y qué solución podemos darle.
ResponderEliminarSaludos
Jajajaja, bueno reconozco que no soy muy buena metiendo una frase graciosa en una conversación, lo de el lado masculino era sólo eso (una frase graciosa), y el obsoletismo no es malo eh, si se mira con una perspectiva distinta suele ser hasta construcctiva, no todo lo moderno es bueno (el eterno debate), opiniones a escoger. Ya puestos a secretear te cuento que supero con creces al elemento adulto masculino que deambula por aquí, por ejemplo hace unos días arreglé una puerta caída de un armario, me voy superando poco a poco, pero al taladro le tengo miedo, espero superarlo algún día, Saludos aclarativos.
ResponderEliminarOk, filacteria, pues ya está aclarado. Muchas veces el bricolaje no es más que perderle el miedo a manipular un objeto que se ha estropeado, como la puerta del armario. Eso, unas cuantas herramientas para facilitar el trabajo, un poco de habilidad... y cuando queremos darnos cuentas ya está el asunto arreglado. Pero no hay que dejar de usar herramientas... hay que perderle el miedo al taladro... quizá deberías probar un destornillador eléctrico de los que sirven para taladrar o un taladro electrónico (arrancan con mucha suavidad)... y si no, te recoges varios bloques de construcción y te diviertes haciéndoles boquetes ¡verás que es muy sencillo y enseguida le pierdes el miedo!
ResponderEliminarsaludos