Puerta acorazada que roza con suelo
Amig@s: Ya hemos visto en otro post cómo logramos
salir adelante con una puerta acorazada que estaba un poco baja y no engarzaba
bien el pestillo.
Tengo que adelantar que este es, sin duda,
uno de los trabajos de bricolaje que más satisfacción me ha producido. Llevaba
años soportando las molestias de abrir y cerrar una puerta que rozaba con el
suelo y que costaba también girar la llave.
Solucioné en parte el problema calzando la zona inferior de la puerta, donde ésta se une al marco y dio resultado…
Pero esto repercutía en el pestillo y las
cerraduras, pero no en el roce de la puerta con el suelo.
Con el tiempo, el
problema se fue agravando hasta llegar al punto que algunas veces había que
empujar con todo el peso del cuerpo para poder abrir o cerrar la puerta.
Cansado de esto (y de escuchar las protestas
de mi mujer, jejejeje) quería ponerle solución. Normalmente esta operación consiste en retirar la puerta y meter entre las dos partes de cada bisagra, en
el bulón o eje, una arandela espaciadora.
El problema es que, por una parte, la puerta
acorazada pesa sobre 100kg (al menos eso me dijo en su día el montador que me
la instaló).
Por otro lado, no sabía qué tipo de bisagras tenía montadas, o si
éstas tenían algún tipo de regulación. Sólo sabía que eran soldadas al marco y
a la puerta. Con lo que no me atrevía a meterle mano. Y, por más que he buscado
y rebuscado… no ha habido forma de encontrar en internet unas bisagras
similares para estudiarlas.
Lo único que sabía era que el embellecedor de la
parte inferior de cada bisagra, se podía desmontar aflojando un tornillo tipo
allen que tiene el remate inferior… Pero no sabía cómo retirar la parte análoga
de la parte superior de las bisagras.
Descubrí, casi por ensayo y error, que
retirando el embellecedor inferior y golpeando hacia arriba con un martillo y
un destornillador o botador, se sacaba el pasador y que el remate superior
salía junto con aquél.
Así que vamos a empezar el proceso.
Compramos unas arandelas adecuadas (como ya
había sacado a modo de prueba un pasador o eje, había tomado las medidas). En
este caso, son hasta de color dorado.
Eso sí, son de distintos gruesos (es lo que
tienen muchos productos orientales), de modo que tuve que escoger cuatro lo más
similares posibles. Si tenéis tiempo, es recomendable adquirirlas en
ferreterías o centros especializados, donde no tendréis este problema.
Una vez con las arandelas, ya podemos
hacernos con un surtido de cuñas, una palanca, un martillo de puntas de nylon (o
uno normal en su defecto) y un botador o destornillador viejo.
Yo he realizado el proceso con la puerta
cerrada. A veces conviene que esté entreabierta. Pero yo lo he hecho así y me
ha funcionado.
Lo primero es retirar todos los
embellecedores inferiores de las bisagras: una llave allen...
Y en dos minutos
están todos fuera.
A continuación, hay que calzar bien la puerta
con cuñas.
Es un proceso delicado porque podemos rajar o partir una loseta del
suelo.
Por lo que conviene poner bastantes cuñas e ir metiéndolas todas a la
vez para repartir la presión.
Así la puerta queda fijada en su posición y
evita que recaiga todo su peso en las bisagras, con lo que podremos sacar
fácilmente los pasadores.
Voy a aflojar o sacar ligeramente todos los
pasadores de las bisagras, sólo voy a sacarlos un par de milímetros.
El que
cuesta más es el inferior, pues el destornillador no cabe entre la bisagra y el
suelo.
Uso un viejo perno de bisagra que tenía por la caja de herramientas, para ponerlo bajo el pasador de la bisagra y golpear hacia arriba con el martillo... y
una vez sacado un milímetro, ya puedo golpear directamente por el remate
superior de la bisagra hacia arriba -usando el destornillador plano- para sacar un poco más el eje. Si no tenéis una pieza corta y fuerte, como el perno, que entre dentro de la bisagra, podéis usar un botador, una llave allen, etc.
Y, a continuación empiezo a sacar
completamente un eje. Hay que golpear suavemente y evitar que el destornillador estropee la rosca del centro del pasador, donde irá atornillador el remate del embellecedor. La puerta cede un poco y cuesta mucho meter la arandela.
Es más, saqué el rodamiento original y tampoco entraba después.
Así que manipulando con mucho
cuidado la palanca, introduciéndola entre la parte baja de la puerta y el suelo; y por supuesto, usando una maderita como apoyo en el suelo,
elevo lo suficiente la puerta...
Como para que entre el rodamiento y bajo éste, la
arandela. Aprovecho para meter un poco más las cuñas y así no tener que volver
a usar la palanca para las demás bisagras.
Meto el pasador o eje (¡¡Ojo, si habéis quitado el embellecedor superior, hay que
meterlo antes que el pasador!!) y ya tenemos una bisagra montada con su
arandela espaciadora.
Yo empecé por la bisagra inferior, por ser la más complicada.
Seguí con la superior y después las dos de la zona media.
Siempre trabajando
una a una para evitar que la puerta se descuelgue o varíe su posición, que es
en realidad lo peor que nos puede pasar.
Si se desalinea la puerta, nos costará
bastante lograr meter el pasador.
Una vez metidos todos los pasadores, los
enceité ligeramente y con el martillo de puntas de nylon, los terminé de meter.
Monté el embellecedor de la parte inferior y lo atornillé. Ya solo queda
retirar las cuñas… y comprobar que la puerta cierra bien.
Y, amig@s, realmente parece otra puerta: abre
con suavidad absoluta, sin esfuerzo, sin ningún roce ni ruido y la llave se gira tan
fácilmente que hasta mi hijo pudo hacerlo por primera vez.
Por supuesto el
pestillo superior también encaja, al haber elevado toda la puerta… Asi que ya puedo retirar el calzo que le puse
en su día a tal efecto.
Todo el proceso llevó como media hora y el
costo fue 0.75€ de las arandelas.
A veces sorprende que pasemos años aguantando algo pesado o molesto cuando por tan poco tiempo y dinero se ha podido solucionar.
A veces sorprende que pasemos años aguantando algo pesado o molesto cuando por tan poco tiempo y dinero se ha podido solucionar.
Espero que esta entrada también os ayude si
tenéis problemas con vuestra puerta.