Cuchilla
con mango de fabricación rápida y económica
Amig@s:
Con frecuencia habréis visto que en mis post utilizo unas cuchillas obtenidas
de las pletinas que se desprenden de los vehículos de limpieza.
Estas
pletinas de acero se afilan en bisel o en plano, obteniendo unas interesantes
cuchillas que pueden servir para infinidad de tareas.
Son reutilizables, pero
podemos desecharlas al tener costo cero.
Y su gama de aplicación es inmensa:
desde los usos de una cuchilla de modelismo, hasta raspar o limpiar zonas con
muchos recovecos a la hora de restaurar un objeto.
Asimismo, su filo nos
permite usarlo como cúter de precisión.
Pero
siempre me encuentro con un problema: son láminas de metal delgadas y finas y
resultan difíciles de asir.
En
esta entrada vamos a hacerle un momento un mango que nos permitirá ganar en
precisión y comodidad. También tendrá un coste prácticamente nulo.
Yo
he empleado un palito de madera que iba a tirar, pues me sobró de algún
trabajo. Podéis usar también los palillos que a veces vienen con los zapatos
nuevos; los palitos que sobran de las manzanas caramelizadas que venden en la
calle…etc.
Basta
cortar una ranura longitudinal en un extremo del palito. Yo he usado la
Leatherman Surge, pues siempre la tengo a mano y es perfecta para este trabajo.
Si no la tenéis aún, podéis usar un serrucho, segueta de marquetería, etc.
Es
conveniente que el corte salga bien derecho. Pero si os desviáis un poco,
tampoco tiene importancia, se puede corregir, como veremos.
A
continuación, vamos a cortar el extremo de una varilla ya afilada y templada en un extremo.
El objeto del temple es que el filo sea más duradero, que esté endurecido. En otro post os explicaré cómo lo suelo hacer.
El objeto del temple es que el filo sea más duradero, que esté endurecido. En otro post os explicaré cómo lo suelo hacer.
Para
cortarla, basta coger con unos alicates –de nuevo los de mi Surge- y se dobla la varilla en el punto donde
sobresale del alicate. Se rompe limpiamente, al estar la varilla acerada.
Metemos
el trozo cortado en la muesca que hicimos y vamos calzando con láminas de madera
-Yo he sacado para ello algunas virutas usando un formón- hasta que la varilla quede encajada.
Este es
el momento de corregir algún defecto en el corte, pues nos interesa que la varilla
quede bien alineada con el mango. Metiendo un poco más de calzo por un lado u
otro, lograremos que quede perfecta.
Redondeo
y afino el extremo del mango por la zona de la varilla para lograr un mejor
acabado, cosa que he hecho con la cuchilla de mi JuiceXE6, la última
multiherramienta que he conseguido y que ya estaba deseando utilizar.
Vemos que
la madera ha quedado bien redondeada y afinada hacia la punta, logrando un
mejor acabado.
Para
que el mango y la cuchilla tengan una buena unión, he tomado un trozo de hilo
de nylon y he enganchado un extremo entre la muesca y la varilla.
He dado
vueltas en espiral, alejándome del extremo y procurando darle tensión al hilo. Y seguidamente he
continuado enrollando otra vez hasta la punta, donde he vuelto a encajar el
final del hilo entre la cuchilla y la madera.
De este modo tan sencillo,
logramos –sin nudos- una buena fijación. Eso sí, si lo dejamos tal cual, nos
duraría poco, pues acabaría soltándose el hilo por un extremo. Así que doy a
toda la punta del mango un par de capas de laca para uñas transparente, que unirá el
hilo con la madera y lo dejará todo consolidado.
De todos modos, si no os convence este tipo de unión, siempre podéis usar un adhesivo tipo epoxi para que todo quede hecho una pieza.
El sistema que yo he usado es más económico y será más sencillo reutilizar el mango cuando se gaste o parta la cuchilla.
Corto
finalmente el hilo sobrante con las tijeras de la Juice y el trabajo está
acabado: tenemos una estupenda cuchilla de precisión que nos permitirá trabajos
muy delicados y que podremos afilar siempre que lo necesitemos.