viernes, 29 de mayo de 2009

Fijar cajetín de base de enchufe. Cómo fijar base de enchufe

FIJAR CAJA DE ENCHUFE SUELTA



Ayer os enseñé a abrir una base de enchufe para enseñaros cómo repararlo. Observé que el cajetín estaba medio suelto, tenía holgura y se movía. Se ve que no estaba bien cogido con yeso a la pared y de meter y sacar las clavijas de los electrodomésticos, ha acabado por coger más holgura.




Empezaremos por desmontar la base del enchufe. Para los que no vísteis el post de ayer, os lo explicaré brevemente: hemos de retirar el embellecedor, para lo cual apalancaremos con un destornillador entre el azulejo y el embellecedor. Normalmente, los que usan este sistema presentan unas muescas en algún lado del borde indicando que es por ahí donde podemos meter la punta del destornillador. En otros sistemas, para retirar el embellecedor hay que retirar primero el tornillo que se encuentra en la clavija propiamente dicha.

Conviene desconectar la electricidad para evitar algún accidente.




Seguidamente, desatornillamos los tornillos que se encuentran en el centro de la base de enchufe.



Finalmente, aflojamos los tornillos que fijan la chapa de la base del enchufe al cajetín, giramos la chapa y saldrá fácilmente.


Os voy a explicar el procedimiento de colocación del cajetín de dos maneras distintas:

Primer procedimiento:

Si hubiera más espacio, podríamos sacar el cajetín y volverlo a fijar con yeso. Pero el problema es que va muy ajustado y no está suelto del todo. Así que vamos a preparar un poco de masilla epoxi y fijarlo por todo el borde.




Como ya hemos hecho en otras ocasiones, cortamos una rodaja, como de un centímetro como mucho y la amasamos bien hasta lograr un color uniforme y vamos aplicando poco a poco por toda la abertura.

Podemos ayudarnos de un destornillador de punta plana para introducir la masilla por los sitios más estrechos e incluso para compactarla para que quede haciendo presión contra ambos lados de la rendija.

También podemos usar el destornillador para retirar algún resto de masilla que pueda ensuciar los azulejos.

La masilla epoxi seca bastante deprisa, en especial ésta que he usado que es para sanitarios y está preparada para secar enseguida. De todos modos, no cuesta esperar al menos un par de horas y volver a colocar la chapa, el enchufe y el embellecedor en orden inverso al de desmontaje anterior.


El segundo procedimiento:

Como dije antes, si la caja hubiera estado totalmente suelta, podríamos haberla fijado con yeso. Para ello en un recipiente pondríamos agua y añadiríamos lentamente yeso espolvoreado sobre ella hasta que llegue justo al nivel de cubrirla. No debemos removerlo hasta justo antes de usarlo o aceleraremos el fraguado.

Con el boquete del cajetín bien limpio de polvo, lo mojaríamos para evitar el rechupado excesivo del agua del yeso, y echaríamos un buen pegote de yeso al fondo. Rápidamente, pondríamos el cajetín lo más derecho posible y enrasado con la pared. ¡No os olvidéis de meter antes los cables por la parte trasera del cajetín!

El secado es casi inmediato. Tanto es así, que si no habéis trabajado anteriormente con yeso, os recomiendo usar yeso controlado o retardado, que se caracteriza por tardar un poco más en fraguar. Si hemos echado suficiente cantidad de yeso, éste debería haber sobresalido por los lados de la caja y haber penetrado en los orificios de la misma. Eliminaremos el exceso de yeso tanto del interior como del borde y trabajo concluído.

La clave de poner bien el cajetín con el procedimiento del yeso está en darle la consistencia justa al yeso. Si está muy espeso, para cuando vayamos a meter el cajetín ya no se podrá amoldar fácilmente y el cajetín se nos quedará salido, con lo que tendremos que retirar rápidamente el yeso. Si está demasiado líquido, de desparramará por abajo no fijando el cajetín por todos los lados.

Os animo a tod@s a reparar vuestros enchufes. Ganaréis en seguridad del hogar y disfrutaréis haciéndolo.

jueves, 28 de mayo de 2009

Cómo arreglar base de enchufe. Base de enchufe estropeada

REPARAR UNA MALA CONEXIÓN EN UNA BASE DE ENCHUFE



A sugerencia de Carmen, una fiel seguidora, voy a deciros cómo podéis arreglar una base de enchufe que no funciona.

Los motivos por los que no funcione pueden ser varios: el cable se ha roto por algún sitio, lo que es raro porque si no habéis hecho ninguna obra, el cable va dentro del tubo y está protegido. Sólo si tenéis un cable demasiado fino para la tensión que ha de soportar el enchufe, se podría recalentar y hasta fundir.

Otro motivo podría ser que el cable se haya movido en la caja de empalmes y se haya soltado. Esto también es bastante improbable, a no ser que hayáis manipulado dichos empalmes y lo hayáis dejado mal.

El último motivo y el más frecuente, sería que al montar la base no han apretado bien los tornillos y con los movimientos realizados al meter y sacar el enchufe de su base, el cable haya terminado por soltarse.



Tres herramientas son para mi imprescindibles en cualquier trabajo de electricidad: un destornillador con mango aislado, un busca polos y la otra herramienta fundamental para hacer trabajos de electricidad es la precaución:

debemos cortar la luz siempre que no sea imprescindible para comprobar alguna conexión; debemos ir debidamente calzados con zapatos con suela de goma, jamás manipular cables con el suelo o paredes mojados; por supuesto, también las manos secas; y si tenemos alguna duda sobre si un cable lleva corriente, podemos usar guantes de goma gruesos.

El busca polos, es un destornillador aislado que tiene en el mango una luz que se enciende al entrar en contacto la punta con el polo vivo. Esto nos avisa si realmente puede ser peligroso tocar ahí o nos indica si llega la corriente al extremo de un cable.



Pues bien, cogemos el buscapolos y lo introducimos en los orificios de la base. Esto lo hacemos para saber si llega corriente. aunque puede ser que el polo que se ha soltado sea el vivo.


Cortamos la electricidad, pues si tenemos un cable suelto, éste puede estar tocando la chapa del la base o incluso puede tocarnos accidentalmente al extraer la base.




Seguidamente retiramos el embellecedor. En este caso, el embellecedor se retira apalancando con un destornillador plano entre el azulejo y el embellecedor. Las bases de enchufe que usan este sistema, suelen presentar una muesca en la zona donde se une a la pared.

En otros casos, el embellecedor va unido a la base y deberemos retirar el tornillo que tiene la base para poder quitar también el embellecedor.




En nuestro caso, hemos quitado el embellecedor, que va a presión, y después desatornillamos la base.

Seguidamente aflojamos los tornillos que unen la chapa de la base de enchufe al cajetín. No es necesario quitarlos del todo. Basta aflojarlos, girar un poco la chapa y ya tendremos fuera todo el asunto.




Ahora podemos ver perfectamente las conexiones. Normalmente, se suele usar el color azul para el polo neutro y para el vivo se usan los colores marrón o negro. El cable de toma de tierra siempre suele ser amarillo o amarillo con rayas verdes.



A veces en una base de enchufe va más de un cable a cada polo. Esto es debido, como es el caso que vemos en la foto, a que de la misma base se han sacado cables para otra base adyacente. Esto multiplica el riesgo de que se haya podido salir algún cable.



Ya solo queda aflojar el tornillo de fijación del cable suelto, enrollar bien los pelos de cobre de la punta del cable, meterlo en su orificio procurando que no quede nada de cobre a la vista y apretamos bien.


Antes del montaje, podemos conectar la corriente y comprobar con el buscapolos si llega electricidad el polo vivo. Volvemos a desconectar la corriente y continuamos.


El montaje lo realizamos en el orden inverso: placa metálica, base de enchufe, embellecedor.

Si no logramos con esta operación reparar la base del enchufe, habrá que pensar en revisar la caja de empalmes o incluso sustituir el cable. Ambas cosas son tema para otro post.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Herramientas para bonsái l

HERRAMIENTAS PARA BONSÁI l



Si sólo tenemos un bonsái, seguramente no nos compensará hacernos con un completo juego de herramientas específicas para bonsái. Pero si tenemos aficción y tenemos o pensamos tener varios, ya la cosa cambia.

Las herramientas para bonsái estás diseñadas para su uso específico y nos darán mejor resultado que usando otras herramientas de jardinería.



Es cierto que muchas herramientas podremos sustituirlas por otras análogas. Por ejemplo, las tijeras de aro grande, podemos sustituirla por unas tijeras fuertes de cocina, si bien ésta no tendrá una punta tan aguda, no harán tanta fuerza, ni tendrán el mismo filo.

En éste y próximos post, veremos diferentes herramientas y su uso concreto. Algunas os sorprenderan mucho, otras son más conocidas…



PINZAS

Las pinzas para bonsái son grandes y precisas. Suelen tener estrías en la zona interna de la punta para poder coger con precisión ramitas, hojas, plumas, insectos o cualquier objeto que haya caído sobre la superficie del bonsái. Por la parte opuesta a la punta suelen tener algún accesorio opcional.



En este caso es una parte aplanada que nos permitirá compactar ligeramente el suelo tras los transplantes. En otros casos, esta zona dispone de varios dientes a modo de rastrillo para peinar las raíces durante el transplante y eliminar la tierra de éstas.




Plataforma giratoria

Este útil accesorio nos permitirá girar sobre él el bonsái para examinarlo. Es muy práctico para hacer las podas de ramas porque al girar fácilmente, no tenemos que estar arrastrando el tiesto por la mesa. En este caso dispone de un freno para dejar la plataforma fija cuando hayamos decidido qué rama u hojas podar.



Tijeras de Pinzar

Se caracterizan por tener un mango muy largo y una punta fina y corta. Estas características nos permiten por una parte hacer fuerza con comodidad, pudiendo cortar partes leñosas fácilmente y, por otro lado, hacer cortes muy precisos.



Son perfectas para defoliar y cortar hojas o ramas finas poco accesibles



Tijeras de aros grandes

Sin duda, son las herramientas de bonsái más conocidas. Los aros grandes permiten asirla con mucha comodidad, proporcionando un corte muy preciso y al mismo tiempo fuerza suficiente para cortar ramas y raíces más gruesas. Es una tijera todo terreno.

Como vemos, las hay en varios tamaños. De esta forma se adapta al tamaño del bonsái que vayamos a podar. Ya que la grande es quizá demasiado aparatosa para podar un bonsái muy pequeño, por ejemplo.

En próximos post, seguiremos mencionando diversas herramientas, su uso y también sus cuidados.

Un consejo final: no os compréis de golpe todas las herramientas, salvo que tengáis mucha aficción por los bonsáis... Es preferible que las vayáis comprando poco a poco a medida que las necesitéis y que sean de buena calidad.

Más información:

Tiendas eBay

Mistral Bonsai

martes, 26 de mayo de 2009

Quitar un azulejo sin dañar los de alrededor

Retirar azulejos limpiamente




En alguna ocasión os habrá ocurrido que debéis sustituir un azulejo del cuarto de baño o cocina. Puede ser por querer cambiar de sitio un interruptor o enchufe, rotura parcial de un azulejo y que queráis sustituirlo por uno nuevo, o algún problema de fontanería que obligue a romperlo….


En mi caso, cuando fui a poner los muebles de mi cocina tras alicatarla, vi que las tomas de corriente que había instalado en una pared venían a caer justo sobre la hornilla, con lo que tuve que cambiarlas de sitio y desplazarlas un poco, para lo que tuve que retirar el azulejo con el boquete de la toma de corriente para sustituirlo por uno nuevo y agujerear otro azulejo, aunque esto último es tema de otro post.


Lo más meritorio de quitar un azulejo es evitar desportillar o romper los demás que están en contacto con él.

Normalmente, se guardan varios azulejos al montar una cocina o baño con vistas a reparar futuros desperfectos, ya que con el tiempo el fabricante deja de hacerlos de ese tipo, tamaño, o incluso puede variar el tono de una hornada a otra y fastidiarnos la decoración. Pero si al retirar un par de azulejos, se desportillan o rompen todos los del alrededor, por muchos que hayamos reservado... Nos faltarán. de ahí la importancia de saber retirarlos adecuadamente respetando los demas.


De todos modos, antes de meternos en retirar algún azulejo, hemos de asegurarnos que tendremos suficientes para “no pillarnos los dedos”. En cualquier momento se nos puede escapar el martillo, o no logramos sacar un azulejo con la suficiente limpieza y alguno de los de alrededor también sufren daños.

Para retirar un azulejo, lo primero es estudiarlo un poco.

Muchos azulejos están colocados con un mezclón de cemento cola o mezcla en el centro, con lo que los bordes y sobre todo las esquinas suelen estar sueltos. Esto facilita mucho el trabajo. Para saberlo, sólo tenemos que golpearlo ligeramente con el mango de un destornillador o martillo y escuchar si suena a hueco o a macizo. También lo facilita si la llaga entre azulejos es ancha. Aunque en el caso de mi cocina la llaga era mínima, en el ejemplo que voy a mostraros es ancha. La única diferencia es que si es más fina, tendremos que hacerlo con más cuidado para evitar desportillarlos.

Si los azulejos están colocados con una capa uniforme de cemento cola o mezcla, deberemos profundizar un poco más para asegurarnos de no romper los azulejos adyacentes.


Pero vamos al grano: debemos proveernos de un martillo no demasiado grande, pues no se trata de hacer mucha fuerza, sino de un trabajo más bien meticuloso. La otra herramienta imprescindible es una chapa de acero, cuchillo, hoja de espátula o similar… debe ser fuerte y delgada, con cierto filo para poder entrar en la llaga.

En mi caso, he usado la hoja de una vieja espátula que estaba rota. Su hoja es muy fina y fuerte y es perfecta porque se coge muy bien al ser ancha.




Se trata de ir raspando poco a poco la capa de cemento blanco de la llaga. A veces está realmente duro. No debemos golpear nunca hacia dentro, o sea de forma perpendicular al azulejo, sino más bien de refilón, como haciendo arañazos. Si el cemento blanco del lecheado está tierno, podemos adelantar raspando sin golpear, incluso podemos servirnos de la punta de un destornillador plano.

Es un trabajo lento y pesado, pero la recompensa será poder sacar el azulejo limpiamente sin dañar los demás.



Hemos de tener especial cuidado con las esquinas, sobre todo si los azulejos tienen un solo mezclón en el centro y las esquinas están al aire.


Una ver retirado todo el lecheado, hemos de proceder a quitar el azulejo. Para ello podemos usar una machota o maza de albañil y un cincel. aprovecharemos algún punto que notemos que está hueco o si no, en alguna esquina. Daremos un golpe seco sobre el azulejo y con el cincel totalmente vertical, para evitar que el golpe se transmita a los demás azulejos. Iremos aumentando progresivamente la fuerza de los golpes hasta lograr que se quiebre.



Iremos retirando los restos que se van desprendiendo y una vez retirado todo el azulejo, quitaremos también el mezclón que lo sujetaba para poder colocar después el azulejo sin que sobresalga de los demás. para hacerlo, podemos poner el cincel entre el mezclón y la pared, colocado en posición casi paralela a la pared, con un poco de ángulo hacia afuera.


Si tenemos que retirar más azulejos, podemos intentar sacarlos enteros. Para ello, tras haber retirado todo el cemento blanco del lecheado de la junta, meteremos un cincel justo entre el azulejo y el cemento cola que lo sujeta a la pared. Hay que actuar esta vez con muchísimo cuidado. Esto es un cara o cruz, pues como el azulejo esté un poco más fijado de la cuenta, se partirá seguro y si damos un golpe ligeramente más fuerte del necesario, también se romperá. Debemos colocar el cincel lo más plano posible, prácticamente paralelo a la pared, como hicimos antes para retirar el mezclón. se trata de que la punta del cincel actúe como cuña que separe ambas partes.

Golpearemos con pequeños golpes y con una frecuencia más bien alta de martilleo hasta lograr que el azulejo se vaya despegando. En este caso hemos logrado salvar el azulejo de la izquierda, que ha salido entero. En el peor de los casos, se romperá y tendremos que retirarlo como hicimos con el primero. Si no, en cuanto veamos que se suelta, lo cogeremos para evitar que se caiga al suelo y se rompa. Quitaremos el cemento cola de la pared y ya hemos realizado el proceso.




En el caso del ejemplo, hemos tenido que retirar los azulejos porque las tomas de agua del grifo de la ducha están cambiados: el del agua fría está puesto en la caliente en el de la caliente en la fría… Así que he de cambiar las tomas y para ello, obviamente, hay que retirar los azulejos.


En otros post, veremos cómo he desmontado el grifo y cómo realizo la tarea de fontanería.

domingo, 24 de mayo de 2009

Cómo reparar tapa bidé suelta


Arreglo tapa de bidé



Vamos a hacer un sencillo trabajo de bricolaje. La tapa del bidé se ha salido de su sitio. Es una tapa accesoria cuyos soportes se han salido de su sitio y se mueve hacia los lados, no se puede dejar abierta… Sé de alguno que cambiaría todo el bidé e incluso ya de paso todo el cuarto de baño por este defecto. Nosotros lo vamos a reparar en cinco minutos.



Para empezar estudiamos los tornillos que fijan la tapa al bidé. Son tipo allen. De modo que buscamos la llave allen del tamaño adecuado para ello. Tambien usaremos un destornillador con punta de estrella para comprobar el apriete de otros tornillos.



Como a pesar de estar las piezas de fijación en mal sitio, están los tornillos apretados, lo primero será aflojarlos un poco para liberar la tapa.

Seguidamente colocamos la tapa en su sitio correcto. Las piezas de fijación no se han deformado. Simplemente se había salido de su sitio quizá por no estar lo suficientemente apretados los tornillos.



Apretamos con moderación, pues un exceso de apriete sólo puede conducir a un mal mayor, como que se rompa el bidé, se deforme la pieza o los tornillos se pasen de rosca.



Nos aseguramos que los demás tornillos que fijan la tapa a la pieza metálica de fijación están debidamente apretados. Si alguno estuviera flojo, no apretaremos en exceso para evitar pasarlos de rosca, pues van atornillados al plástico de la tapa.

Y ya está todo el trabajo terminado y no hemos tenido que cambiar el cuarto de baño…ni siquiera la tapa.

viernes, 22 de mayo de 2009

Los potos. Como cuidar y reproducir los potos

Los Potos




Si hay una planta todoterreno para el interior de una casa, ésa es el poto.

Es, en efecto, una planta muy resistente que suele adaptarse perfectamente a las condiciones del interior de una casa, ya que agradece un clima cálido y húmedo y se conforma con relativamente poca luz. Es de hecho perfecta para el cuarto de baño por que éste suele tener mayor humedad ambiental que otras piezas de la casa.


Aunque se conforme con poca luz, no quiere decir que no la necesite. Si podemos ponerla delante de una ventana o en sitio bien iluminado, lo agradecerá. Aunque no es amante del sol directo. Pero la luz indirecta intensa le vendrá bien.


Tampoco es exigente con el substrato, pues un substrato comercial para maceta que contenga turba, será perfecto para esta especie.




Respecto a los riegos. Eso ya depende del lugar donde esté. Si dispone de poca luz, crecerá más despacio y consumirá menos agua del substrato. Y si esta en un sitio bien iluminado o más caluroso, gastará antes el agua… lo suyo es dejar que el substrato se seque ligeramente antes de regar. Podemos meter un dedo en la tierra para ver si precisa ser regada o no, ya que la superficie suele ser engañosa y parecer que está seco cuando por debajo de la primera capa está húmedo… y posiblemente por el fondo, el substrato esté empapado.


Si queremos que nos dé unas hojas bien grandes, deberemos proporcionarle buena luz y sobre todo, la clave de que le crezcan mucho las hojas: mucha humedad ambiental. Si podemos pulverizarla de vez en cuando, y proporcionarle un ambiente húmedo, nos asombraremos del tamaño que llegan a alcanzar las hojas.


El abono que debemos aportarle va en relación con el crecimiento de la planta. Si tiene buen desarrollo, consumirá más nutrientes y precisará más abonado. Si su crecimiento está ralentizado, no debemos abusar del abono o quemaremos las raíces.




Aquí podéis ver un ejemplo de dos potos de mi casa cultivados en diferentes lugares: las dos macetas pequeñas estaban en la ventana, en exterior. No recibían sol, pero si estaban a la intemperie. La maceta mayor ha estado prácticamente en la misma ubicación pero tras la ventana y con un poco menos de luz, al estar suspendida del techo… las diferencias hablan por sí solas. La maceta de interior se ha desarrollado mejor a pesar de gozar de menos luz.


Para reproducirla, basta cortar un trozo de tallo y meterlo en un vaso con agua. Pasados unos días, veremos que de los estolones que tiene en la base de las hojas, van surgiendo raíces. Bastará sembrarlos después en una maceta y ya tendremos otra maceta de potos.


Es una planta tan sencilla de mantener que la recomiendo para aquellos a los que se les mueren todas las macetas. Aparte de su sencillo cuidado, es una planta que adquiere un porte frondoso, que nos permitirá utilizarla como planta colgante; o bien podemos ponerle un tutor para que crezca desde el suelo hacia arriba. Es muy bonita y agradecida.

jueves, 21 de mayo de 2009

Regar bonsáis. Riego semiautomático para bonsáis y plantas en maceta

Sistema de riego semiautomático lll



Como os prometí, voy a dedicar un tercer post a mi sistema de riego semiautomático.

Os adelanté que no todas las plantas requieren la misma cantidad de agua, ya sea por ser de diferente tamaño o por ser de diferentes especies.


Yo suelo usar un irrigador por maceta: coloco el tubito apoyado sobre la copa del bonsái o de una rama de modo que el agua vaya escurriendo a lo largo del tronco. Así la planta se va regando del centro hacia los bordes. Si es una planta pequeña, en vez de meter hasta el fondo la pesa del extremo opuesto del tubo en el depósito, lo dejo al nivel que considere conveniente. De este modo, cuando el agua descienda por debajo de la pesa, se detendrá el riego. Como suelo meter varios irrigadores en un mismo depósito, meto cada uno a un nivel, así la planta mayor o con más necesidades de agua, recibirá mas agua, al tener la pesa del tubo metida hasta el fondo del depósito. También podemos poner más de un irrigador por maceta, si tiene una superficie relativamente amplia. Así el riego es más homogéneo.




Finalmente, podemos regular la velocidad del riego. Y para esto basta con subir o bajar el depósito. Si lo colocamos más elevado, regará más deprisa, si lo bajamos, el goteo se ralentizará. Conviene que gotee lo más despacio posible, pero teniendo en cuenta que si el desnivel es muy pequeño se puede cortar el flujo de agua por el tubo.



Yo he usado también difusores. O sea, una tira de cordel de algodón introducida en el tubo por donde gotea para lograr que en vez de gotear, la tierra se moje por capilaridad absorbiendo la humedad del cordel. Pero no da resultado porque al segundo día el cordel se vuelve impermeable y deja de absorber el agua.

Estoy estudiando otros materiales que den mejor resultado. También estoy estudiando la posibilidad de poner unas llaves o mecanismos que corten el agua en el extremo del tubo por donde sale el agua, con lo que podría cortar manualmente el riego y no sería necesario iniciar la siguiente vez el riego succionando con la jeringa. Bastaría rellenar el depósito y abrir los grifos. También esto permitiría regular la velocidad de riego.


Si vemos que la tierra está demasiado reseca cuando vayamos a conectar el sistema de riego, podemos pulverizar un poco de agua por la superficie. También podemos mover el irrigador para que las primeras gotas vayan cayendo distribuidas por toda la superficie. Si dejamos colgando el extremo del tubo de una rama, el aire mecerá dicho extremo y el goteo estará más repartido. Si lo colocamos como dije al principio, de forma que escurra por el tronco, el agua irá descendiendo lentamente y se repartirá por toda la tierra.

Como el depósito está al aire libre, tiende a ensuciarse y los tubos también pueden adquirir color verdoso por las acumulaciones de algas en su interior. Para mantenerlos en buen uso hay que realizar periódicamente la siguiente operación: llenamos el depósito de agua con lejía y hacemos funcionar el sistema para que el agua con lejía fluya por los irrigadores. Sencillo y eficaz. Este proceso podemos hacerlo fácilmente en el baño colocando la botella en el lavabo y soltando el agua de los irrigadores en el váter, por ejemplo.

Pese a lo que pueda parecer, los tubos casi nunca se obstruyen. Y en tal caso, bastaría aplicar la jeringa y mandar aire a presión con ella para desatascarlo.




De modo que el trocito de tubo que le hemos puesto en la punta irrigadota cumple tres funciones:

Hacer de acoplamiento succionador-iniciador para la jeringa

Dar estabilidad a la punta irrigadora, que la mantiene en la posición escogida (el macarrón, de por sí, no tiene consistencia alguna y se movería a la más mínima brisa)

Acoplamiento para desatascar el macarrón usando la jeringa para insuflar aire a presión.


Si logramos un riego uniforme, con un goteo suficientemente lento, hasta podríamos usar este sistema para cuando nos vayamos de vacaciones. Bastaría poner un depósito mayor, como una garrafa de 5 litros y estudiar detenidamente la frecuencia del riego. Pero Ojo, que si la tierra se encharca demasiado, pueden pudrirser las raíces. a veces es peor el exceso de agua a que les falte un poco... De todos modos, ya os hablaré de otros sistema de riego para las vacaciones.


Como vemos, el sistema es hasta discreto, pues eligiendo los macarrones del color adecuado y poniendo el depósito detrás de alguna maceta, es casi invisible.



La ventaja final de este sistema de riego es que cuando no lo vayamos a utilizar, ocupará un lugar mínimo, pues podemos enrollar sobre sí mismos los tubos irrigadores y la botella podemos incluso desecharla.


Este sistema de riego, aunque no tiene las ventajas de los sistemas de riego automáticos profesionales que son totalmente autónomos, sí que tiene la ventaja de ser muy económico, fácil de hacer y montar (no precisamos ni una sola herramienta), sencillo de mantener, discreto, y con un poco de observación para saber cuánto riego precisan las plantas, es muy fácil de regular.

Como supone bastante ahorro en agua, podemos permitirnos darles a nuestros bonsáis la mejor agua de la que podamos disponer.

Pues ya podéis hacerlo y probarlo. Si tenéis cualquier pregunta, no dudéis en consultarme mediante un comentario.

Y si os gusta mi blog, podéis suscribiros y/o haceros seguidores ¡Hay que fomentar las cosas buenas!

¡A disfrutar de vuestras plantas!

miércoles, 20 de mayo de 2009

Regar bonsáis. Riego semiautomático para bonsáis y plantas en maceta

Sistema de riego semiautomático ll



En un post anterior, os inicié en el sistema de riego semiautomático que he inventado… ahora veremos cómo montar cada parte.

Empezaremos por empalmar dos tubitos. Son relativamente cortos y necesitaremos unir al menos dos. No recomiendo empalmar más de tres porque es un lío a la hora de recogerlos, ya que se enredarían y se harían nudos que lo harían engorroso. Pero con dos tubos, logramos una longitud más que suficiente. Os recomiendo que si tenéis macarrones de varios colores y grosores, empalméis los que son iguales en color y grosor. Así podemos distinguirlos fácilmente a la hora de regular el riego, cosa que veremos en el siguiente post.




Si los tubos son del mismo grosor, que es lo deseable, bastará agrandar el extremo de uno. Lo cual podemos hacer introduciendo la punta de un bolígrafo y presionando. En cuanto saquemos el bolígrafo, recuperará su forma original, así que tenemos que actuar deprisa e introducir en el extremo dilatado el otro tubo.



Basta que entre dos o tres milímetros y pasado unos instantes, quedarán unidos. Podemos fijar la unión con una gota de pegamento de cianocrilato, pero no es necesario y así, en caso que demos un tirón accidental, el tubo se abrirá por el empalme y no se romperá. Bastaría volver a unirlos.




Un extremo del tubo irá metido en agua. Para lograr que el tubo permanezca en su sitio, y no se salga fácilmente, debemos poner un peso en ese extremo. Podemos usar una tuerca de metal, que podemos fijar con masilla epoxi al extremo del tubo procurando no taponarlo. También podemos usar silicona. A mi me ha dado muy buen resultado el pegamento termofusible o silicona caliente, pero hemos de tener la precaución de meter un trocito de alambre dentro del tubo por la zona donde apliquemos dicho producto o el calor puede derretir el tubo y dejarlo cerrado. En cuanto enfríe la silicona caliente, podremos sacar el alambre. Si no queréis desperdiciar una arandela en esta tarea, podéis cortar unos trozos de tubo de cobre de los usados en instalaciones de gas. Con un segmento de tres o cuatro milímetros, bastará. En cualquier caso, si usáis masilla epoxi u otro sistema, también podréis aseguraros de que el tubo no quedará cerrado introduciendo un trocito de alambre que entre ajustado. Una vez seca la masilla, se extrae el alambre y listo.




En el otro extremo, pondremos el adaptador para la jeringa. Un simple tubito de plástico del grosor adecuado y que sea un poco flexible, facilitará mucho la tarea. Lo fijaremos del mismo modo que la pieza anterior.




Finalmente, para poder colgar la botella a la altura deseada, podemos hacer un gancho con alambre y fijarlo al cuello de la botella de plástico. Así podremos colgarlo de cualquier sitio. Si dejamos la botella sin colgar, corremos el riesgo que pueda volcarse.

En un próximo post, os enseñaré a regular el sistema de riego, porque no todas las plantas necesitan la misma cantidad de agua. Os espero.