Amig@s:
Como sabéis tengo afición por el bricolaje… Y por muchas facetas del mismo: Desde carpintería, electricidad, fontanería y albañilería
hasta mecánica.
Queda
muy bien el motor en su soporte metálico que le hice...
Pero tiene el inconveniente que hay que
ponerlo en una mesa o banco de trabajo, si no queremos estar levantando sus
casi 40kg a pulso desde el suelo. Con lo cual, mi banco de trabajo plegable,
que es el que más uso para las tareas sencillas, está siempre ocupado.
Pero
ayer me encontré un taburete -sin asiento- en muy buen estado. Está sin barnizar,
pero es muy sólido.
Puedo usarlo para poner sobre él el motor –quedaría éste como en un
pedestal- o incluso para colocar el tornillo de mesa.
Pero,
lo primero es hacerle un asiento, ya que carece de él.
Ya en otra ocasión hice algo similar, aunque el taburete estaba barnizado y terminó como asiento para el cuarto de mis hijos (Ya os enseñaré, por cierto, cómo lo hice).
Esta
vez haré algo más sencillo, rústico y diferente.
Para
empezar, he estado buscando por el taller un resto de tabla de pino que pudiese
tener el tamaño adecuado… Pero los trozos eran demasiado grandes y había que recortarlos…
O demasiado pequeños y habría que añadir... Es triste, pero a veces en las cuestiones de bricolaje, puede salir más caro -o casi al mismo precio- comprar la madera para reparar el taburete, que comprar uno ya fabricado y terminado-. Por eso, siempre procuro recurrir a los restos que tengo por el taller. De este modo, la reparación tiene costo 0.
Como
para cortar siempre hay tiempo, decidí tratar de pegar un
listón del mismo grueso que la tabla a ésta. Si quedase mal, simpre puedo cortar otra tabla mayor, dándole sus medidas.
Empiezo por ver si las dos maderas -la tabla y el listón- casan bien. Basta que una o ambas estén descuadradas, alabeadas o combadas para que haya que retocarlas.
En este caso, encajan perfectante. Y, aunque el listón tiene un color ligeramente diferente, la tabla está hecha de listones encolados, con lo que apenas se notará el añadido. Aparte que siempre podremos barnizar para igualar tonos.
Empiezo por ver si las dos maderas -la tabla y el listón- casan bien. Basta que una o ambas estén descuadradas, alabeadas o combadas para que haya que retocarlas.
En este caso, encajan perfectante. Y, aunque el listón tiene un color ligeramente diferente, la tabla está hecha de listones encolados, con lo que apenas se notará el añadido. Aparte que siempre podremos barnizar para igualar tonos.
No
voy a usar ensambles complicados… Simplemente cola blanca. Ya que creo quedará
lo suficientemente fuerte. Además, la unión de tabla y listón quedará sobre las
testas de las patas.
Eso
sí, voy a hacer unas marcas en los cantos a encolar para que la madera sea más
porosa y la cola tenga más agarre. Esto se suele hacer golpeando con el canto del filo de
un formón.
Pero como tengo mi apreciada Leatherman Surge a mano, lo voy a hacer
con ella. Podemos usar el punzón o la
punta de la cuchilla.
Y enseguida tenemos las dos superficies a unir punteadas.
Y enseguida tenemos las dos superficies a unir punteadas.
Preparamos
unos sargentos. Dos han de ser lo suficientemente largos para abarcar la longitud
de la tabla y su añadido.
Y
también nos hacemos de unos listones rígidos y rectos.
Como alternativa, podemos usar retales de hierro o aluminio.
El objeto es alinear la tabla y el listón para que queden bien derechos, en el mismo plano.
Cuanto más trabajemos el encolado, menos tendremos que trabajar después quitando los fallos.
Como alternativa, podemos usar retales de hierro o aluminio.
El objeto es alinear la tabla y el listón para que queden bien derechos, en el mismo plano.
Cuanto más trabajemos el encolado, menos tendremos que trabajar después quitando los fallos.
Y
ya podemos encolar las dos caras. No hace falta mucha cola… Porque todo lo que
sobre lo eliminaremos y se desperdiciará.
Ponemos
en contacto las dos caras a pegar y colocamos el conjunto sobre dos listones
fuertes y rectos. Como veis, he puesto unos plásticos entre las piezas encoladas y los listones-guía, para evitar que éstos se unan a la tabla.
Sobre la tabla pondremos otras dos maderas planas y sujetaremos con dos
sargentos estos listones –los superiores con los inferiores- de modo que
presionen éstos contra la tabla y el añadido y que ambos queden alineados. También vemos que he puesto unos papeles de periódico para evitar que que se peguen la tabla y las maderas que las presionan.
Pero
dejamos todavía sin terminar de apretar los sargentos.
Ahora
hay que colocar los sargentos principales que presionarán la tabla contra el
listón.
Para
no marcar los cantos de éstos con los sargentos, también pongo unos listones de
desecho entre los sargentos y la madera.
Le
damos un ligero apriete y seguidamente apretamos los sargentos pequeños.
Podemos ir aflojando y apretando unos y otros para lograr que queden
perfectamente alineados y presionados.
Finalmente, ya se puede apretar el
conjunto.
Eliminamos
toda la cola que ha rebosado que podamos y podemos añadir algún sargento más
para terminar de alinear la tabla con los travesaños, si es necesario.
Esperamos
unas horas a que la cola seque y ya podemos darle la terminación que queramos:
lijar, fresar los cantos, redondear las esquinas, barnizar o pintar…
Yo he retirado el exceso de cola seca con la cuchilla de mi Leatherman Surge.
Ahora ya podemos recortar el sobrante para ajustar al tamaño del taburete. Con mi sierra de mesa, se hace de forma limpia y rápida... Si no disponéis de una sierra de mesa, siempre se puede hacer con lo que tengáis a mano... Desde una sierra de calar a un serrucho manual.
Ahora ya podemos recortar el sobrante para ajustar al tamaño del taburete. Con mi sierra de mesa, se hace de forma limpia y rápida... Si no disponéis de una sierra de mesa, siempre se puede hacer con lo que tengáis a mano... Desde una sierra de calar a un serrucho manual.
Como lo quiero es algo rústico para
el taller, me voy a limitar a dar una lijada suave, en la que mataré un poco el
filo de los cantos y posteriormente, daré una barnizada rápida con spray. Simplemente, para que
la suciedad no penetre en la madera por si más adelante quiero darle otro uso y
mejorar el acabado.
Ya queda fijar la tabla al taburete... Para ello, coloco la tabla en el banco de trabajo y el taburete invertido bien centrado en ella.
Marco el contorno interno para que después quede todo bien centrado.
Y Con una broca fina, practico un orificio pasante en la mitad de cada travesaño, procurando que quede bien perpendicular.
Con una broca de un diámetro algo menor que el grueso de los tirafondos que voy a usar, hago un orificio pasante sobre el anterior.
Para no usar unos tornillos demasiado largos, hago otro orificio con una broca de un grueso algo superior a la cabeza de los tirafondos. Así éstas entraran en el listón hasta la profundidad que taladremos y podremos usar unos tirafondos más cortos y quedarán más disimulados.
Es importante calcular bien la longitud del tirafondo y la profundidad a la que tiene que entrar la cabeza del mismo. Para ello, medimos bien con un calibre. Si nos equivocamos, el tirafondo no agarrará lo suficiente en el tablero, o la punta asomará hacia arriba.
También podemos hacer unos orificios guía en el tablero para que los tirafondos se atornillen a éste sin crear tensiones que puedan abrir la madera. Podemos usar la broca con la que abrimos el orificio inicial.
Con mi estupenda Leatherman Surge, atornillo los tirafondos, metiendo primero los tornillos hasta que asomen por el otro lado y después con el tablero debajo. Sin apretar demasiado para no crear demasiada tensión en la tabla y...
¡A disfrutar del taburete!
Por cierto... Respecto al soporte metálico del motor, os lo mostraré en otra entrada. Es realmente sencillo y funcional.
Ya queda fijar la tabla al taburete... Para ello, coloco la tabla en el banco de trabajo y el taburete invertido bien centrado en ella.
Marco el contorno interno para que después quede todo bien centrado.
Y Con una broca fina, practico un orificio pasante en la mitad de cada travesaño, procurando que quede bien perpendicular.
Con una broca de un diámetro algo menor que el grueso de los tirafondos que voy a usar, hago un orificio pasante sobre el anterior.
Para no usar unos tornillos demasiado largos, hago otro orificio con una broca de un grueso algo superior a la cabeza de los tirafondos. Así éstas entraran en el listón hasta la profundidad que taladremos y podremos usar unos tirafondos más cortos y quedarán más disimulados.
Es importante calcular bien la longitud del tirafondo y la profundidad a la que tiene que entrar la cabeza del mismo. Para ello, medimos bien con un calibre. Si nos equivocamos, el tirafondo no agarrará lo suficiente en el tablero, o la punta asomará hacia arriba.
También podemos hacer unos orificios guía en el tablero para que los tirafondos se atornillen a éste sin crear tensiones que puedan abrir la madera. Podemos usar la broca con la que abrimos el orificio inicial.
Con mi estupenda Leatherman Surge, atornillo los tirafondos, metiendo primero los tornillos hasta que asomen por el otro lado y después con el tablero debajo. Sin apretar demasiado para no crear demasiada tensión en la tabla y...
¡A disfrutar del taburete!
Por cierto... Respecto al soporte metálico del motor, os lo mostraré en otra entrada. Es realmente sencillo y funcional.