Amig@s:
Ya
os he mostrado cómo se puede Cambiar un azulejo roto sin dañar los de
alrededor.
En este caso, sólo se ha roto un trozo pequeño del filo. Al
colocarlo, no pusieron bastante pegamento y esa parte del azulejo se quedó
hueco por detrás.
Bastó algún golpe fortuito –Con niños en casa es frecuente,
por los juguetes, patinetes, etc- para que ese trozo se partiese hundiéndose
hacia dentro y dejando un feo hueco. Voy a enseñaros un truco para repararlo.
Siento no poder mostraros la foto inicial, con la pieza suelta. Pero me entusiasmé con la reparación y cuando me di cuenta que podría mostraros el truco, ya estaba el trabajo a medio hacer. Espero os baste con mis explicaciones.
En este caso, no voy a sustituir todo el
azulejo. En parte, porque prefiero reservar los que tengo de repuesto para algo
más grave o importante. Y, en parte también, porque será mucho más limpio y
rápido hacerlo como os voy a mostrar.
En realidad, lo roto es tan pequeño que
hubiese bastado con rellenar el hueco con cemento blanco. Apenas se hubiera
notado… Pero vamos a hacerlo bien, ya que tenemos los trozos que se han
desprendido.
El problema es que al haberse roto hacia
dentro, la única forma de pegar el fragmento sería tirando de él hacia afuera.
Pero… ¿Cómo lo hacemos?
Yo he buscado algo que pudiese pegar en el
trozo roto para traccionar y lograr un buen pegado. En este caso, he usado el
émbolo de una jeringa desechable. Como pegamento, he usado pegamento termofusible,
también conocido como silicona caliente.
Casi todo el mundo tiene una pistola
de este tipo. De modo que no os quejaréis. Los materiales no pueden ser más
sencillos y accesibles. También usaremos pegamento de cianoacrilato.
Pues vamos con el proceso: empezamos comprobando
que el trozo suelto tenga suficiente movimiento y encaje bien en el hueco.
En mi
caso, tenía que eliminar un poco del lecheado del suelo para lograr colocar
bien la pieza. Basta un cincel fino
–o un destornillador plano viejo que no
usemos- y un martillo pequeño.
Tras eso, colocamos un poco de pegamento
termofusible en la parte plana del extremo del émbolo y lo pegamos al azulejo,
procurando que no sobresalga ni pegamento ni parte del émbolo por los bordes.
Ya que, obviamente, esto impediría colocar bien la pieza en su lugar.
Sólo queda poner un poco de pegamento de
cianoacrilato en el borde de la pieza y tirar del émbolo para que quede
encajado unos segundos mientras cura el pegamento.
Una vez seco, podemos lechear un poco para disimular imperfecciones y que quede mejor fijado al suelo.
Los vástagos pegados con silicona caliente, se pueden quitar calentando con cuidado la zona -el exceso de calor, podría ablandar el pegamento de cianoacrilato y tener que repetir el proceso-, con un mechero, secador de pelo...
Y si queda algún resto (normalmente, todo el pegamento queda en la zona de plástico, ya que se adhiere menos al azulejo por ser más liso y menos poroso), podemos rascar con una cuchilla, cúter, etc.
En mi caso, la pieza se partió al
manipularla. Se ve que estaba debilitada. Eso causó que tuviese que pegar otro soporte para la parte más pequeña -un taco de pared- y no me quedase tan
perfecto como podría haber quedado.
No obstante, hay que fijarse mucho para
distinguir el azulejo roto ¿No os parece?