La increíble historia de la litera menguante
Buenos días, amig@s bricoladores/as, tendréis que admitir que los pisos son cada vez más pequeños. Esto tiene sus ventajas: menos gastos, más rapidez en la limpieza…. Pero también sus inconvenientes: la vida sigue su curso y conoceréis a la pareja de vuestra vida… después vendrá el primer hijo… y si le tomáis el gustillo… el segundo. Como es mi caso, que mi mujer está embarazada de cuatro meses y todo parece indicar que va a aumentar la familia…
Cuando preparamos el cuarto de mi primer hijo, antes que naciera, no pensábamos demasiado en la posibilidad de tener otro. De modo que las dimensiones de su dormitorio son, ni más ni menos, acordes con el tamaño de la casa. Cabía una cama sólo en un sentido de la habitación, un armario, una mesita para leer… y poco más.
Ahora que esperamos otro retoño, no nos apetece en absoluto cambiar de piso, pues estamos muy a gusto y no están los tiempos para ponerse a vender la casa deprisa y corriendo y mudarse a otra mayor… así que tendremos que apañarnos y amoldarnos al reducido -aunque entrañable- espacio.
Es el caso de la cama de los niños: la mejor solución es poner una litera clásica. Ahorra un montón de sitio y pueden dormir en su cuarto perfectamente con mucho menos sitio del que ocuparían dos camas separadas. Aparte que a los niños siempre les gustan las literas. Eso sí, tomando las debidas precauciones para evitar accidentes.
Y éste es el principal motivo que me ha hecho que nos decantemos por una litera de madera: como buen bricolador, puedo hacer unas barandillas supletorias para que el niño mayor pueda dormir en la litera superior.
Cuando nazca el niño, podemos poner la cuna dentro de la parte inferior de la litera.
Pero qué ocurre… pues que compramos la litera, que ya casi todas son para colchones de 190X90cm y nos encontramos que apenas cabía en el cuarto, pues al tamaño del colchón hay que sumarle el grueso de los listones de cabeceros y pieceros… Aparte que hemos descubierto que puesta transversalmente, se aprovecha mejor el espacio de la habitación.
Ante esto hay dos opciones… o devolver la litera y seguir buscando un milagro… o volver a desmontarla y adaptarla a las medidas de nuestro espacio. Antes eran muy frecuentes las camas de 180X80cm. Es cuestión de costumbre. Y un niño tampoco necesita una cama para bailar en ella, sino más bien un poco más de espacio de recreo en su habitación… Así que vamos a dejarla de estás medidas.
Básicamente, la cama tiene ensambles de tres tipos: todas las piezas principales: cabeceros, pieceros y largueros, van unidas mediante dos tubillones. Una unión muy sólida y muy empleada en carpintería.
Unas piezas, las de la barandilla superior, llevan entre los dos tubillones un tornillo grueso y largo que mantiene esta unión y evita que se desmonte la pieza.
Y otras, los largueros, que precisan mayor fuerza, llevan un tornillo que va enroscado en una tuerca embutida en la otra pieza…. No son uniones complicadas.
Así que vamos a empezar por reducir la litera en longitud. Para ello, basta quitar a todos los largueros, incluidos los de la barandilla, unos centímetros a todo por igual, para lograr este efecto. Esto lo veremos en otro post.
Por supuesto, tras el corte, deberemos reconstruir los ensamblajes, o sea, los orificios de tubillones y tornillos que han desaparecido al cortar los largueros por un extremo. Esto también lo veremos en futuros post.
Y una vez terminado el proceso de acortar las camas, procederemos a reducir un poco la anchura.
Como pienso que no soy el único que ha tenido este problema con la cama, me he decidido a publicarlo por si os sirve de ayuda.
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¡Hola carlos!
ResponderEliminarOye, me parece una idea fenomenal.
Desde luego en las casa hay que inventar porque sea grande o pequeña siempre falta espacio, y mientras más grande, más muebles se meten.
Pues espero tu post, que como siempre promete y parece muy interesante. Me gustan tus buenas ideas.
Saludo.
Pues ahí te dejo la segunda parte del post...
ResponderEliminarEn siguentes post, Carmen, seguiré con el trabajillo de la litera. Verás que con un poco de paciencia y sin gasto alguno, logramos reducir un poco el tamaño de la litera...
Bueno y puede que hasta la pinte después para que combine mejor con el color de la habitación....¡Todo un trabajo de bricolaje casero!
saludos