Bueno, amig@s, esto es un poco desagradable: no os he comentado que tenemos un coche algo viejo, aunque en buen uso. Como lo tenemos aparcado en la calle, y no lo usamos demasiado, tampoco nos hemos planteado comprar otro más moderno.
La cosa es que alguien se dedicó una noche a romper los retrovisores de los coches… cayeron cinco o seis seguidos… se ve que después de “la hazaña” el simpático personaje se cansó y decidió “seguir su trabajo” otro día (de hecho repitió días más tarde con otra tanda de coches). Dejaremos los calificativos aparte y vamos a lo nuestro: tenemos un retrovisor roto de un coche que hasta en un desguace nos costará encontrar repuesto. Intentaremos arreglarlo.
Lo primero, por supuesto, es retirar del coche el espejo, que está colgando sujeto sólo por el fuelle de goma, antes que a otro sujeto se le ocurra darle un tirón y arrancarlo.
Es muy sencillo. Retiramos una placa de plástico triangular por la parte interna, dentro del coche, y vemos una arandela con rosca al centro y tres tornillos, uno en cada esquina de la pieza triangular. Retiramos la arandela y los tornillos y ya tenemos el espejo quitado.
Por la parte interna. O sea, por donde estaba unido al coche, vemos en el centro tres tornillos de cabeza de estrella. Los retiramos y ya hemos quitado la pieza triangular y el fuelle sólo queda sujeto por la parte más próxima al espejo.
Dentro del fuelle, al fondo, vemos otros tres tornillos. Tras quitarlos, ya queda el fuelle totalmente suelto y también la pieza articulada. Se trata de dos piezas metálicas unidas entre sí por un pasador y un muelle que las mantiene firmemente unidas. Pero vemos que una de las partes está rota.
Todavía me queda un poco de soldadura en frío, un potente adhesivo que usamos para reparar el soporte de la botella de una bici, entre otras cosas… vamos a usarlo.
Para ello limpiamos concienzudamente la pieza rota. Empezamos con un cepillo de púas de alambre, seguimos con unas pasadas de lima y terminamos con un algodón y alcohol. Ha quedado reluciente.
Preparamos el pegamento mezclando los dos componentes a partes iguales. Tarda bastante en secar, así que lo dejaremos hasta el día siguiente. Si vemos que no quedan huecos entre las dos partes, lo damos por terminado, si una vez seco vemos que le falta pegamento, le pondremos un poco más.
Pero como esta pieza tiene que aguantar muchas vibraciones, ya que sostiene el espejo, vamos a reforzarla un poco. Así que pasados un par de días para asegurarnos que la soldadura en frío esté totalmente seca, preparamos un poco de masilla epoxi y recubrimos la pieza reparada por fuera (por dentro no podemos ponerle nada porque va el muelle).
Al día siguiente, vemos que ha endurecido del todo la masilla epoxi y tiene un aspecto muy sólido.
Para el montaje, voy a sustituir el pasador por un tornillo con tuerca, pues el pasador lleva mucha presión y más ahora, que con la masilla epoxi no entra totalmente una pieza en la otra.
No es problema porque con el tornillo y la tuerca, con un buen apretón, quedará totalmente fijado y al mismo tiempo, seguirá teniendo movilidad. O sea, que podremos seguir plegando el retrovisor para que no quede muy salido cuando esté el coche aparcado.
Cortamos el sobrante de tornillo para evitar que pueda dañar el fuelle de goma y ponemos una gota de pegamento de cianocrilato para evitar que pueda aflojarse la tuerca por sí sola (yo he usado pegamento de montaje porque es el que tenía a mano).
Y montamos en sentido inverso: montamos la pieza reparada sobre la base del espejo pillando la goma. Seguidamente, fijamos la pieza triangular también pillando la otra parte de la goma y ya solo queda montar el espejo en el coche con sus tres tornillos y la tuerca central.
Esta reparación puede durarnos toda la vida o un rato, depende de lo fuerte que haya quedado la pieza rota.
En cualquier caso, si vuestro coche es más nuevo, podréis encontrar en un desguace por poco dinero un retrovisor para sustituir el viejo y si sois hábiles, hasta podréis encontrar uno con el espejo partido, por ejemplo, y no tendréis más que sustituir la pieza rota. Os saldrá muy, muy barato y quedará perfecto.
Y, con un poco de suerte, esta persona que nos rompió el retrovisor encontrará un hobby menos destructivo, como la pintura o el bricolaje. O se comprará su propio coche, y puede que se le pase las ganas de causar daños en coches ajenos.
Aunque por si acaso, pienso dejar el retrovisor quitado del coche... Se tarda un minuto en colocarlo y evito riesgos innecesarios...
Y en el próximo post, entraremos en la recta final de la litera...
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Pues muy buen post, Carlos. Más vale aprender a arreglarlo,si tiene arreglo. Yo he tenido que comprarlo al menos tres veces por estos personajes que mejor no ponerles nombre. Y lo malo es eso que como le de por ello lo pones nuevo y a los tres dias te encuentras el espejo otra vez en el suelo, son la mar de simpáticos.
ResponderEliminarGracias por tus ideas.
Un saludo.
Gracias a tí, Carmen, por ser tan buena seguidora... Me alegro que te haya gustado el post y espero que te sea de utilidad.
ResponderEliminarSaludos
Hola Carlos! La pieza de plástico que sujeta el retrovisor a la puerta se puede cambiar facilmente? Me han despegado esa parte y se ha partido y ahora no se cuanto me saldría en un mecánico. Un saludo!
ResponderEliminarNo sé exactamente a qué pieza te refieres. Hay muchos tipos de retrovisores. A unas malas, si no puedes repararlo, puedes acertarte a un desguace de coches y conseguir la pieza o incluso todo el retrovisor. Si sabes cómo desmontarlo, no hay problema.
EliminarUn saludo