martes, 20 de octubre de 2009

Reducir cama litera de tamaño. Colocar tubillones. Reparar cama

REDUCCIÓN DE LITERA 3. reconstrucción de testas



Como os dije anteriormente, para reducir las camas litera de largo, hemos tenido que cortar siete centímetros de longitud a todos los largueros. Ahora tenemos que volver a hacer los orificios de tornillería y tubillones que han desaparecido.

Para comprender fácilmente en qué consisten estos orificios, os expliqué en el post anterior en qué consiste la unión mediante tubillón o espiga.

Ya os expliqué cómo usar los centradores. Este post va a ser como un ejemplo práctico de su uso. Veréis qué sencillo se hace:


Pues bien, vamos a coger uno de los recortes que obtuvimos de cortar los largueros. Como en un extremo del recorte están los agujeros originales, ponemos un marcador en cada agujero (foto inicial).



Yo me he asegurado que el larguero y el recorte estén bien alineados colocándolos en el banco de trabajo entre dos listones paralelos.

Vemos, por cierto, que los agujeros de los extremos son de 10mm, correspondientes a tubillones de la misma medida, y el agujero central está hecho con una broca de 8mm. Aunque en este orificio central no va ningún tubillón, podemos aprovecharnos de un marcador de 8mm para marcar el agujero. Esto es en los largueros que hacen de barandilla. En lo largueros que unen el cabecero con el piecero, el orificio central es de 6mm, pero podemos usar la misma pieza de recorte para marcarlo igualmente, Usando un centrador de 6mm.



Simplemente se trata de marcar o indicar el lugar exacto donde debemos practicar el orificio, después lo abriremos con la broca.



Una vez marcadas todas las piezas, podemos empezar a taladrar. Con una broca bien afilada o nueva, podemos hacer todos los agujeros en un rato. Pero lo más importante de todo: hay que hacer todos los agujeros perfectamente perpendiculares. De lo contrario, a la hora de montar las piezas, no entrarán los tubillones o lo harán muy forzados, pudiendo hasta rajar la madera. Así que tomaos vuestro tiempo en cada agujero poniendo en ello vuestros cinco sentidos y si tenéis a alguien que os ayude, mejor.



También es conveniente hacer los agujeros de una profundidad similar, si no igual que los agujeros originales. Por ello recomiendo que pongáis en la broca un tope de profundidad. También podéis enrollar un poco de cinta de carrocero o de pintor sobre la broca en el límite que no debéis sobrepasar.


Para los agujeros centrales… exactamente lo mismo, pero usando una broca de 8mm para los listones de la barandilla y de 6mm para los largueros.


Los largueros tienen una pequeña dificultad: en vez de estar fijados con un tornillo para madera, tiene un tornillo con tuerca, la cual va insertada en el larguero.



Pero basta fijarnos un poco para ver que es muy fácil: Primero hacemos el orificio central en el canto a la profundidad que corresponda. Seguidamente, medimos la distancia que ha de tener el orificio para insertar la tuerca de la testa del larguero, por la parte plana de éste, y practicamos un orificio no pasante del diámetro de la tuerca, que son 10mm. Es importante que quede bien centrado en el larguero para que el tornillo pueda enroscarse en la tuerca, o sea, que casen bien.

También debemos dar la profundidad justa, para que no nos cueste demasiado lograr que se atornillen las piezas a la hora del montaje. Como hay que ajustar bastante la profundidad, os aconsejo empezar el orificio con una broca de madera y terminarlo con una de metal, ya que ésta no tiene la punta centradora y evitaréis el riesgo de que ésta pueda atravesar el larguero.


Algo que no os he dicho y que hay que hacer a lo largo de todo el proceso, es limpiar el banco de trabajo cada vez que retiremos un listón y vayamos a poner otro. Pueden quedar virutas y restos de madera que pueden marcar el listón que pongamos encima y acabemos con la cama nueva llena de arañazos, muescas y marcas.


Pues bien, simplemente con este post y el anterior, ya estamos en condiciones de reducir una cama de longitud ¡no ha sido nada complicado! ¿Verdad?


Si quisiéramos dejarla así, con su ancho original, no tendríamos más que ensamblar las piezas introduciendo los tubillones con cola blanca, asegurándonos que todas las piezas encajan a tope y apretando bien los tornillos.


Ahora seguiremos con la cama para reducirla de ancho. Será un poco más laborioso, pero igualmente sencillo…


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2 comentarios:

  1. Hola Carlos. Respecto a los tubillones,¿es seguro un empalme que se haga solo con tubillones? o ¿quizás siempre hay que reforzarlo con tornillos?
    Gracias y un saludo.

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  2. Hola, Carmen, pues depende del mueble de que se trate.
    Si es un mueble que no va a soportar malos tratos, peso o movimientos, puede quedarse perfectamente solo con tubillones. En todo caso, si con el tiempo se desencolaran, podríamos volver a encolarlo.
    Pero en el caso de una litera, que va a soportar bastante peso y movimientos, es imprescindible un refuerzo con tornillos. De lo contrario, acabarían por desencolarse los tubillones y podría provocar un accidente.
    Saludos

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