MANTENIMIENTO BÁSICO DE
Amig@s: Vamos a seguir con este vehículo, sin duda el mejor para desplazarnos por la ciudad, el más ecológico, económico y que, además, nos pondrá en forma… La bici.
Ya vimos en otros post algunas formas de realizar el mantenimiento básico de la bici: la necesidad de mantener la cadena, piñones, platos, desviadores y roldanas perfectamente limpias y engrasadas para prolongar su vida y evitar molestos ruidos y desgastes prematuros innecesarios.
Esta cadena parecía limpia, pero pese a que la foto ha salido oscura, podemos apreciar granitos de arena que se ven por el borde...
Pero hay formas y formas de hacer las cosas: podemos dedicarle mucho tiempo a la bici, usar productos específicos y generalmente costosos… o bien podemos hacerlo de un modo muy efectivo, sencillo, limpio y económico.
La experiencia me dice que si bien podemos usar un producto para eliminar los restos de grasa, lo mejor es realizar un mantenimiento frecuente que haga innecesario el uso de este producto, por ejemplo.
Y que si bien podemos usar un chorro de agua a presión con cuidado y conscientes que eso conlleva cierto riesgo, que lo mejor es un lavado a mano: sencillo, fiable, económico y rápido.
Veréis: el aceite de la cadena es un producto que tiende a secarse con relativa facilidad y más si circulamos por lugares con polvo.
Yo suelo en mi recorrido habitual pasar por algunos sitios con arena y tierra, que hace que cuando termino el paseo, toda la parte baja de la bici y sobre todo la trasera, esté cubierta de polvo.
Aunque no lo veamos o no queramos verlo, lo cierto es que si las partes de la bici que están secas han cogido tanto polvo, las partes húmedas: platos, piñones, cadena… habrán cogido mucho, mucho más polvo. Y ya os comenté que los restos de polvo, arena, tierra… pueden actuar como limas o lijas que aceleran el desgaste de los elementos de nuestra bici.
De modo que un modo sencillo de mantenimiento sería pasar un papel de cocina por toda la cadena cada ciertos kilómetros. Yo suelo hacer unos 30km en cada salida, de modo que lo hago prácticamente cada vez. Esto hace que los restos de aceite aún líquido junto con el polvo que se ha adherido a él salgan fácilmente sin necesidad de más productos.
Eso sí, recomiendo que os pongáis al menos en una mano un guante resistente que debéis dejar para esta función, para evitar mancharos innecesariamente. Así es muy limpio y rápido.
No hay más que ver la suciedad negra que sale de la cadena para comprender lo necesario que es para nuestra máquina este proceso.
Tras esto, podemos pulverizar la cadena con un aceite en spray, procurando que salga lo mínimo para no dejar la cadena demasiado mojada en aceite.
Podemos hacerlo pulverizando sobre la zona de los platos a la vez que giramos los pedales. Así evitamos la delicada zona de los frenos de disco.
Finalmente, con mucho cuidado para evitar los frenos, añadimos un poco de aceite a las roldadas del desviador trasero y el casette de piñones.
No debe gotear aceite por ningún sitio. A más aceite, más costará después limpiarlo. Podemos hacer girar la rueda trasera cambiando a todos los platos y piñones para lograr que el aceite se distribuya por todos los elementos.
A parte de este sencillo mantenimiento que se hace en cinco minutos a lo sumo, podemos hacer otro que yo suelo hacer cada tres o cuatro veces que cojo la bici. O sea, cada sesenta o noventa kilómetros.
Consiste en hacer una limpieza un poco más exhaustiva: aparte de la suciedad de la cadena, ya se acumula bastante polvo en las ruedas, frenos, etc. La bici en general está sucia y aunque podemos pasarle el plumero y eliminar el polvo más visible, la cadena también precisa una limpieza más a fondo.
Para ello, coloco la bici en su soporte. Este práctico elemento apenas abulta cuando está plegado, pero nos da una enorme comodidad para cualquier proceso de mantenimiento. También podéis hacerlo sin él, naturalmente, pero será un poco más difícil.
Tomo un cubo con algo de agua limpia y una esponja suave (en realidad, un simple trozo de goma-espuma) y pongo directamente sobre la esponja un buen chorro de detergente de lavar los platos.
Es importante que pongamos bastante porque eso también hará que no se engrase la esponja y podamos usarla muchas veces.
Procedemos a enjabonar la cadena a fondo.
La cadena es donde se puede acumular más suciedad incrustada, así que hacemos hincapié en esta zona. También ponemos bastante espuma en los platos y piñones. Ha de quedar toda la zona perfectamente enjabonada.
Tras dar un enjabonado a los desviadores y freno trasero y delantero, podemos dar un repaso a las llantas y a todas las zonas del cuadro que lo precisen…
Después, basta enjuagar bien la esponja y aclarar con agua limpia. Normalmente no es preciso enjabonar los radios porque la caer el agua desde arriba con los restos de jabón, arrastra la suciedad de los radios y las llantas. Yo suelo poner la esponja empapada sobre la rueda, ligeramente por detrás del centro y giro la rueda hacia delante, con lo que al estrujar la esponja, y girar la rueda lentamente, se logra que el agua arrastre todo el jabón y restos de suciedad.
Igualmente, aclaramos todos los elementos enjabonados: cadena, platos, piñones, frenos, cuadro…
Es importante tener una fregona a mano, pues aunque se precisa una cantidad de agua sorprendentemente pequeña para realizar el proceso, lo cierto es que el agua sale bastante sucia y si la recogemos de inmediato, también el suelo se limpiará… de lo contrario, los restos quedarán pegados al secarse el agua.
Finalmente, podemos realizar el secado. Cuando hago el proceso en verano, que hace calor y el secado se realiza relativamente rápido, me limito a secar la cadena y a escurrir el agua de las ruedas haciéndolas girar ¡cuidadín, que el agua sale repelida con fuerza, poned un cartón o plástico que contenga las salpicaduras! Y si no, siempre está el método lento: pasar un paño seco.
Hacemos hincapié en el secado de la cadena, que realizaremos con un papel de cocina, que eliminará rápidamente la humedad superficial junto con restos de suciedad que haya podido quedarse.
Aunque la cadena parezca seca, puede tener humedad dentro de los eslabones, así que prefiero esperar unas horas antes de proceder al engrase, que sería similar al que os he explicado antes: humedecer ligeramente los elementos susceptibles de desgaste evitando el exceso.
Si nos pasamos con el aceite, siempre podemos pasar un papel de cocina absorbente para retirar el exceso.
La cadena y toda la bici ha quedado impecable y hemos realizado el proceso en unos veinte minutos a lo sumo.
Habrá quien prefiera dejar la bici sin mantenimiento… pero a la larga eso es desgaste prematuro y dinero extra que tendremos que soltar de nuestros bolsillos cuando tengamos que cambiar antes de tiempo la cadena, piñones…etc.
Todavía tenemos que ver muchas cosas sobre nuestra bici: repararemos un pinchazo, repararemos un cable de cuentakilómetros que ya reparamos en otra ocasión, pero no quedó perfecto; veremos más fotos de mis paseos en bici…
¡Animaos a coger la bici y no dudéis en realizarle un buen mantenimiento!
Hola, para limpiar una bici en la que se ha llenado de arena de playa por todas partes, que aconsejas?
ResponderEliminarhe intentado limpiar lo que he podido pero por dentro de la cadena se escuchan los crujidos de la arena todavia y no se si ha llegado a entrar en el buje o el pedalier
gracias
Hola, Ab: mal asunto, la arena es una de las cosas más perjudiciales para la transmisión de la bici.
ResponderEliminarYo en tu lugar, desmontaría la cadena para limpiarla aparte y también para tener mejor acceso a los engranajes. Pienso que así accederás bien a ellos sin necesidad de más historias. un buen lavado con detergente de los platos seguido de un aclarado que elimine la grasa hará que también se desprenda fácilmente la arena. También es sencillo desmontar las roldanas del desviador trasero para asegurarte que todo está limpio.
Un saludo