Valla
provisional para puerta 2. Parte segunda
En el post anterior os enseñé cómo hacer las
cajas en los largueros de una valla de protección infantil que hice para evitar
que el niño se colase en el cuarto de baño cuando no estuviese vigilado y así impedir
un desagradable accidente en esta pieza de la casa potencialmente peligrosa.
Pues bien, ya tenemos también los listones
que harán de travesaños preparados, pero queda cortarlos en longitud y hacerle
las espigas en los extremos. Os recuerdo que para el ensamble usaremos el
sistema de caja y espiga.
No quería usar la sierra circular, pues
tampoco son muchos palos y la madera es blanda y se corta rápidamente. Eso sí,
quiero hacer unos cortes limpios y derechos.
Hay varias formas de hacer el
corte derecho:
usar un taco de madera bien escuadrado en el que apoyaremos el
listón a cortar. Basta apoyar en el taco la hoja de la sierra, de modo que el taco
sirve para guiarnos.
Una caja de ingletes es una opción muy
práctica… aunque tiene el inconveniente que si no tenéis un poco de cuidado, se
irá agrandando poco a poco el surco que hace de guía y acabará haciendo una
porquería de cortes.
Y, finalmente otra opción es hacer algo
similar a lo primero, un taco de madera, al que le hemos puesto dos listones paralelos
y bien perpendiculares al borde-guía clavados con unas puntillas,
de modo que
queda entre los dos listones el espacio justo para que los travesaños entren
ajustados.
Basta tener cuidado al clavar los listones para que queden bien
perpendiculares al borde y así no tenemos que preocuparnos de los cortes.
Si apoyamos
ligeramente la hoja de la sierra en el taco, y procuramos evitar el penduleo
lateral al usar la sierra, el corte saldrá perfecto siempre. Sólo tenemos que medir
bien una vez y ya todos los cortes saldrán perfectos.
Para que salgan todos los travesaños de la
misma longitud, basta usar uno como escantillón y se van cortando los demás
tomando ése como guía.
Para hacer las espigas también usamos este
artilugio que hemos fabricado. Poco he tardado en hacerlo… pero nos ahorra
muchísimo tiempo y trabajo. Como veréis, prácticamente nos ahorramos tener que
tomar ninguna medida, ya que la sierra siempre hará el corte perpendicular si
la mantenemos pegada al taco, y el corte saldrá también perpendicular porque
los listones clavados al taco mantienen los palos perpendiculares a la
superficie de corte.
Este sistema es tan bueno que hasta me estoy
planteando hacer una guía con uno de los listones móviles mediante tornillos.
Así se podría adaptar rápidamente a cualquier medida.
Sigamos: ponemos el primer travesaño en la
guía, dejando que sobresalga 10mm, o sea el ancho del formón de 10mm, con lo
que podemos usar la hoja del formón para graduar rápidamente lo que ha de
sobresalir. No tenemos ni que medir.
Seguidamente, damos tres o cuatro pasadas
suaves con la sierra sujetando al mismo tiempo el travesaño para que no se
mueva con respecto a la guía.
Se trata de hacer un surco de unos 3 ó 4 mm de
profundidad.
Sacamos el travesaño y lo giramos 120º, o sea el corte recién
hecho ahora queda hacia abajo y repetimos en esa cara.
Podemos adelantar haciendo esto en los dos
extremos del travesaño y en todos los demás. Al ser un trabajo repetitivo en el
que no tenemos que medir, se hace muy deprisa.
Ya sólo queda retirar el sobrante con el
formón. Como siempre, con el bisel hacia la zona que queremos desprender.
Con
un poco de práctica, veréis que sale a la primera. De lo contrario, mejor que
os quede la espiga ligeramente ancha con vistas a darle un repaso con lija o
lima, o bien sacarle una fina lámina con el mismo formón. Se hace realmente
rápido.
Para retirar
el sobrante, colocamos el travesaño vertical, con el extremo trabajado
hacia arriba y con un formón –siempre con el bisel hacia la parte que queremos
retirar- sacamos de un golpe seco los sobrantes, dejando sólo la parte central,
que es la espiga propiamente dicha.
Si hubiésemos hecho las cajas un poco más
cortas, también podríamos recortar las espigas de largo y quedarían totalmente
invisibles una vez puestas.
De todos modos, el resultado final es bastante
bueno.
Con el cepillo de mano repasamos todos los
cantos de los travesaños como hicimos con la otra valla. Esta vez, voy a
comerles menos, lo mínimo para que no quede un borde peligroso.
Me urgía tanto terminar la valla, que por
asuntos personales se me había quedado más de mes y medio “aparcada” en el
taller; que no la he lijado. De modo que el acabado es incluso más rústico que
la anterior.
Así que queda el montaje, que se hace
rápidamente, pues las cajas ya determinan la posición de cada travesaño y sólo
queda encolar, encajar con un mazo de madera ligero cada travesaño en su caja,
poner el otro larguero de modo que casen las cajas con las espigas, ya
impregnadas éstas en cola blanca, y ajustarlas con la maza.
Una comprobación final con la escuadra para
que quede todo más o menos alineado y a esperar que seque la cola.
Tras el secado, cortamos los largueros a su
medida y colocamos los pestillos del
mismo modo que hicimos con la otra valla, pues ha resultado ser un
sistema eficaz y muy rápido de hacer.
Os recuerdo que basta atornillar con dos
tirafondos un taco de madera en el extremo de cada larguero y a éste
atornillamos un palito con un solo tornillo, de modo que tenga giro. Para evitar
que gire libremente o que el niño pueda manipularlo, hacemos un orificio ciego
que atraviese el palito y parte del taco sobre el que se apoya éste e
introducimos el pasador que al unir las dos maderas, impedirá que gire.
El pasador que bloquea el pestillo superior,
lo he hecho con una varilla de aluminio sobrante de un remache usado. Ha
bastado doblar con dos alicates un extremo a 90º y cortar el sobrante del lado
opuesto. Pero igualmente, podéis usar un trozo de alambre, una alcayata o un
clavo.
El lado opuesto de la valla no precisa
pestillo, pues al igual que en la valla anterior, los largueros van metidos
entre el marco y la puerta, con lo que para retirar la valla primero hay que
liberar los pestillos del lado opuesto. Con un poco de práctica se pone y quita
en un instante. Para cuando el niño descubra cómo poner y quitar los pestillos…
Ya habrá llegado el invierno y podremos dejar la puerta del cuarto de aseo cerrada,
jejejeje.
Espero que os animéis a hacer estas pequeñas
tareas de bricolaje. Siempre podemos comprar una valla hecha por poco dinero,
pero la satisfacción de poder hacerla uno mismo no tiene precio.
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