REPARACIÓN DE FONTANERÍA:
Sustituir T empotrada, sustituir llave de
paso, reparar latiguillo viejo y mecanismo de cisterna que no corta el agua.
PARTE3: montaje de llave nueva y latiguillo.
Reparar mecanismo de cisterna.
Ya os mostré la parte principal del trabajo
de sustituir una T y una llave de paso de una cisterna…
Pero, para que no os quedéis con el trabajo a
medio terminar, voy a explicaros también cómo he reparado la cisterna. Ya vimos
un caso similar, pero esta vez vamos a dar un repaso más a fondo, pues es un
mecanismo muy viejo y tiene muchos depósitos de cal y óxido…
Poner la llave de paso no debería ya tener
ninguna dificultad: ponemos en la rosca cinta de teflón en sentido contrario al
roscado, para que al atornillar la rosca, la cinta se apriete en vez de
soltarse.
Hay que poner tantas vueltas que apenas se
aprecie la rosca y con el máximo apriete que soporte la cinta.
Si se nos
rompiese, no pasa nada, podemos seguir enrollando sobre la que ya hay puesta,
no hace falta quitarla y empezar desde el principio.
Empezamos a roscar la llave a mano,
procurando esté bien alineada la llave con la T.
Enseguida, notaremos que empieza a ponerse
duro de modo gradual.
Para apretar podemos usar una llave inglesa que abrace la
llave lateralmente.
Es muy importante no ajustar mucho la llave y no forzar el
apriete, pues podríamos dañar la rosca donde irá el latiguillo que lleva el
agua a la cisterna.
Ante la duda, podéis poner un trapo viejo o similar
rodeando dicha rosca para evitar hacerle una muesca o aplastarla en algún punto
y que después tengamos problemas para poner el latiguillo.
Como el hueco que
tengo disponible es muy pequeño, pues queda entre la cisterna y la pared, he
tenido que ir usando alternativamente una llave inglesa y una llave grifa.
No
hace falta atornillar hasta el fondo. Lo que sí es importante es que dejemos la
rosca del latiguillo bien orientada.
Otro consejo: jamás giréis a contratuerca. Si
os pasáis y tenéis que volver a mover la llave para que quede bien orientada,
apretad otra vuelta, pero no aflojéis o entonces sí que podéis estropear la
junta de estanqueidad del teflón y tener que volver a colocar la cinta de
nuevo.
El latiguillo estaba bastante deteriorado: muchos
años instalado en un lugar húmedo han hecho que las tuercas se hayan quedado
hechas una pieza con los extremos del latiguillo, cuando deberían tener juego
para girar libremente. Lo normal sería poner un latiguillo nuevo… pero la
tienda donde compro estos recambios queda un poco lejos y creo que se puede
solucionar: ablando las tuercas con un poco de aceite lubricante multiusos.
Y
en segundo lugar, sujeto la base del latiguillo con el alicate grip de la
Crunch (ya hacía tiempo que no la usaba, por cierto) mientras con una llave
fija, de la medida adecuada, voy apretando la tuerca en la rosca de la llave de
paso.
Para la parte del latiguillo de la cisterna, tengo que hacer exactamente
igual. Así evitamos que el latiguillo se retuerza acabando por deformarse y
romperse…
Pero antes, voy aprovechar para hacer la reparación del mecanismo,
que, como dije, es lo que ha causado todo este estropicio.
He tratado de sacar el pasador -con el mecanismo montado en la cisterna- con unos alicates… pero está
totalmente oxidado y podrido, de modo que tengo que retirar la rosca del
exterior de la cisterna que fija el mecanismo a la misma.
Está bastante duro y
vuelvo a usar la Crunch para sujetar la cabeza del mecanismo para que no gire a
la vez que la tuerca. En un momento lo tenemos fuera y a la vista.
.
Efectivamente, el pasador está destrozado.
Terminamos de quitarlo con los alicates de la multiherramienta y vamos a
proceder a limpiarlo todo.
Lo suyo, en este caso, sería sustituir toda
esta pieza. Si conseguimos encontrarla, incluso será económica. Pero creo que
por esta vez podemos repararla y ahorrarme el desplazamiento hasta la tienda de
recambios.
Vemos que, aparte que la goma que corta el
agua esté más o menos dañada, hay restos de cal en la parte opuesta. El óxido y
la cal se han acumulado de tal forma dentro de la pieza que la misma fuerza del
agua los arrastra depositándolos en la zona de corte del agua ocasionando que
la goma no pueda cerrar por completo el paso del agua.
Empezamos por sanear la parte más gruesa, por
donde entra el agua, usando el punzón de la Surge. Por supuesto, si
no tenéis esta herramienta, podéis usar un cúter o cuchillo de hoja estrecha.
Es suficiente con raspar lo más gordo, lo que tenga tendencia a desprenderse
fácilmente. Tampoco vamos a tirarnos una hora dejando la pieza reluciente sin saber
si el proceso acabará teniendo éxito…
Continuamos limpiando bien la boquilla en la
que se apoya la goma.
Es un agujero diminuto y para limpiarlo bien por dentro,
enderezo un alambre con los alicates de la Surge
y lo meto y saco repetidas
veces hasta haber eliminado cualquier impureza suelta dentro del orificio.
Finalmente, terminamos la limpieza de esta
pieza dando un par de pasadas con la lima de diamante de la Surge.
Es una lima
muy fina y resistente. No conviene insistir demasiado porque podríamos deteriorar
la boquilla y sólo queremos retirar cualquier resto de cal que sobresalga e
impida el buen corte del agua. Basta dar un par de pasadas esmerándonos en mantener
la lima bien perpendicular.
Para la pieza opuesta a esta parte, la de la
goma, no precisa más que limpiar la goma. No está muy sucia y tampoco está muy
deteriorada. Basta sacarla del alojamiento usando el punzón de la Surge, por
ejemplo, y volver a colocarla al revés, de modo que la cara exterior quede
ahora hacia dentro.
Vamos a hacer un pasador casero. Para ello
uso un alambre galvanizado, que será más resistente a la corrosión que un
clavo, por ejemplo.
Doblamos un pequeño trozo de un extremo y cortamos con el
corta alambre de la Surge.
Ponemos la pieza en su lugar y metemos el alambre.
Terminamos doblando el otro extremo para que no pueda salirse accidentalmente.
Montamos la pieza en la cisterna, colocamos
la parte del latiguillo que va a esa pieza y ya podemos abrir la llave de paso.
La cisterna se llena al momento –antes
tardaba muchísimo por tener mucha obstrucción- y corta el agua perfectamente
cuando está llena, sin fugas de ninguna clase.
Un trabajo laborioso, pero que ha merecido la
pena… el recibo del agua y el Medio Ambiente nos darán la razón.
Y el proceso de arreglar la cisterna no ha
llevado más de quince o veinte minutos.
Dado el estado en que se encuentra el mecanismo, puede durarnos unos meses... o unos años. Pero mientras tanto, podemos seguir haciendo uso de la cisterna e ir buscando un mecanismo similar.
La sustitución se hace en un minuto. Basta desatornillar el mecanismo antiguo y poner el nuevo en su lugar.
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