Accesorio para recoger piezas metálicas
perdidas
Amig@s: Ya sabéis que he creado multitud de
entradas. Unas con cierto grado de dificultad. Otras extremadamente sencillas…
La de hoy es de las segundas. De hecho, puede
parecer una tontería, pero sin embargo, pocas cosas son tan útiles como el
pequeño aparato que he fabricado.
Pero dejémonos de adivinanzas y vamos al
grano… ¿Alguna vez se os ha caído al suelo un tornillo, a veces un tornillo
diminuto (como los de óptica) y habéis sido incapaces de encontrarlo?¿Cuántas
veces habéis recogido el serrín del taller y habéis hallado tuercas, arandelas,
tornillos, pernos… en su interior, y os habéis preguntado cuántos habréis
tirado sin querer a la basura?
Para esto y para localizar rápidamente
cualquier pieza metálica con contenido férrico en su composición, podemos
hacernos un práctico recogedor.
La pieza principal es un imán. En mi caso,
procede de un pequeño altavoz. Es un imán potente, de reducido peso y tamaño y
forma de anillo.
Basta que destripéis un altavoz o parlante estropeado de una
radio, o similar que vayáis a tirar y encontraréis esta preciada pieza.
En mi caso, le he dejado una especie de
arandela dorada y un vástago que termina en cabeza plana, pues los voy a
aprovechar para la fijación.
Bueno, tengo que decir que este imán lo he
usado tal cual en infinidad de ocasiones… Pero en un momento de inspiración, se
me ocurrió lo de ponerle mango, con lo que accederemos a lugares más inaccesibles,
como rincones, bajos de muebles, etc. Con relativa facilidad.
Como mango, voy a usar un delgado listón de
madera que me sobró de un trabajo anterior…
Podemos montar el imán de muchas formas.
Incluso atornillado directamente al listón, aprovechando su forma circular…
Pero yo he optado por otra solución.
He cortado con la tijeras de mi Leatherman Surge un hilo fuerte, lo
he puesto sobre el imán, bien centrado y le he colocado la pieza que tenía éste
con el vástago.
Queda tan apretada que sujeta firmemente el hilo. Ahora basta
atar el hilo en el extremo del listón o palo y darle unas vueltas al sobrante
entre éste y el imán. Podemos incluso calzar un poco con una pequeña cuña entre
el imán y el palito para que el imán quede con un poco de ángulo, según la zona
en la que vayamos a usarlo.
Podemos mejorarlo aún más si con la sierra de
la multiherramienta –o la que tengáis a mano- hacéis un par de muescas en el
extremo del listón para que el hilo no tenga posibilidad de deslizarse hacia
fuera.
Vemos que es muy práctico. Puede llegar a
quedar completamente cubierto de tuercas, tornillos, arandelas… Recuerdo que no
hace mucho se me volcó en el suelo del taller
–cubierto de aserrín, por añadidura- una caja con toda clase de tornillos,
tuercas, arandelas… Una verdadera pesadilla que nos hubiera obligado a por lo
menos media hora de paciente búsqueda… En unos minutos logré recoger todas las
piezas gracias al imán.
Si hay posibilidad de que haya restos de
haber cortado o limado metal, podéis curaros en salud y cubrir el imán con un
plástico. De este modo, tras recoger el material que interese del mismo, podéis
eliminar rápidamente las limaduras retirando la bolsa.
Como veis, el ingenio no podía ser más
económico y sencillo… Y su utilidad queda fuera de toda duda.
Con el tiempo, espero mejorar el sistema.
Todavía podemos ponerle un palito o mango más ergonómico, que le dé la
orientación adecuada al imán, o incluso que ésta sea variable, y que permita
sortear obstáculos, para acceder, por ejemplo a la zona que hay justo tras la
pata de un sofá, armario o estantería…
Pero para empezar, este sencillo sistema
funciona perfectamente. Y los tornillos –en especial los pequeños, que cuesta
más ver y coger- saltan, literalmente, hacia el imán al pasar éste cerca de
ellos.
Un aparato muy útil, muy sencillo de hacer, y muy económico.. ¿Qué más se puede pedir?.
Holi maestro!
ResponderEliminarNunca tiro ningún imán pues me sirven para las alfileres, agujas... No se me caigan!
Qué buena idea has explicado! ¡Genial!
Un besito!
Mk
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