El CUIDADO DE VENCEJOS CAÍDOS DEL NIDO.
Ya hemos realizado el salvamento y rescate de bastantes vencejos, desde aquel que encontré un día cuando paseaba a mis perros. Fue, por cierto, uno de los post más visitados y comentados. Se ve que hay bastante desinformación… y muchas personas que se encuentran uno de estos pájaros caídos del nido y no saben qué hacer con ellos.
En este caso, no ha sido uno, ni dos… ¡Sino cuatro de una vez! Veréis, ya sabemos dónde anidan, o al menos en los sitios donde los pollos se encuentran más incómodos o sufren más el calor, de modo que en cuanto sopla el viento de terral seco y muy caluroso, los pollos saltan literalmente del nido de forma prematura, antes de estar capacitados para volar. Imagino que no soportan el fortísimo calor y tratan de buscar alivio fuera. Consecuencia: los pisotean, mueren de hambre y sed… En cualquier caso, es obvio que los padres se desentienden de ellos en cuanto están en el suelo, y más siendo un sitio relativamente transitado por personas. Prueba de su indefensión es que pese a los cuatro que logramos rescatar con vida, vimos otros cuatro que ya habían muerto… uno incluso estaba pisoteado.
Ya lo observamos en otra ocasión que nos juntamos con un par de pollos de vencejo: cada uno tiene su carácter y pueden ponérnoslo muy fácil, o terriblemente difícil a la hora de cebarlos.
En nuestro caso, hay uno bastante desarrollado al que le falta poco para volar. Hemos logrado que coma, aunque se muestra muy tímido o receloso.
Otro es intermedio y tiene un apetito realmente voraz… Ha llegado hasta meterse en la boca la cabeza de uno de sus compañeros, jejejeje. No hace ascos y no hubo ni que abrirle el pico ni una vez. Enseguida comprendió que lo que le mostrábamos era comida ¡Y creo que si no lo hubiera sido, se lo habría comido igualmente! Je, je, je.
Otro es muy pequeño, pero se encontraba en buen estado y se mostraba vivaz, despierto. Se desplazaba normalmente y se alzaba bien sobre las patas, pero estaba muy delgado, demasiado. Se nota mucho más ligero que los otros con diferencia. Pensamos que uno o los dos padres dejaron de cebarlo y ya tenía cierta desnutrición antes de enfrentarse al sofocante calor que lo obligó a abandonar el nido
El cuarto es el que nos mantiene más preocupados, pues por el plumaje parece el más pequeño, lo cierto es que estaba casi siempre con los ojos cerrados y aplastado contra el suelo, casi sin moverse. No obstante, a los pocos días se fue recuperando.
Para comer, empezamos por darles carne picada de cerdo mezclada con un poco de foei-gras o paté de hígado de cerdo y un poco de cáscara de huevo molido. Pero dejamos enseguida de mezclarle el fográs porque no les gustaba y resultaba más difícil cebarlos por su textura pegajosa.
En realidad, los primeros días no teníamos carne picada, pero sí unos filetes de lomo de cerdo congelados. Como les gusta la carne muy fresca, corté –aún congelado- un trocito antes de cada toma y la picaba con un cuchillo. Tras esperar un poco que se pusiera a temperatura ambiente y mezclarla con un poco de cáscara de huevo molida muy fina, no le hacían ascos.
Unos días después, añadimos a la carne de cerdo con cáscara de huevo un preparado para insectívoros que venden al peso en tiendas de animales y que consiste en insectos secos triturados…
Si, ya sé que suena asqueroso, pero lo cierto es que ni huele mal… ¡huele hasta apetitoso!, jejejjeje.
Esta dieta, a falta de insectos, que sería la dieta natural que le aportarían sus padres, creo que es la más completa, aunque rechazan más la mezcla de carne picada con insectos que la de carne con cáscara de huevo. Así que procuramos alternar, pues creemos que la carne de cerdo no tiene todos los nutrientes necesarios y no queremos que nos pase como con el primero que acogimos, que empezó a perder las plumas de las alas y nos obligó a retrasar su liberación más de un mes.
Para alimentarlos, hay que procurar forzarlos lo menos posible. Hay que empezar acariciándoles la comisura de los labios mientras con la otra mano le ofrecemos un pedacito pequeño de carne.
Si no funciona, podemos abrirles el pico con suavidad e introducirles un poco de comida.
Eso sí, normalmente requieren que se les meta hasta la garganta. De hecho, los que suelen comer por sí solos suelen introducirse ellos mismos el dedo con el alimento hasta bastante dentro. Imagino que los padres lo harán así y no se limitarán a dejarles su comida en el pico.
Voy a daros algunas normas que he ido aprendiendo por mí mismo y que os pueden ser útiles si os encontráis un vencejo.
Lo primero… Nada de ponerles nombre como si se tratase de mascotas o animales de compañía; hablándoles, acariciándolos y mimándolos como bebés… Son animales salvajes que han de regresar a su medio en cuanto estén lo suficientemente desarrollados. Encariñarnos con ellos sólo servirá para que suframos su pérdida, ya sea por su liberación o por no haber logrado sacarlos adelante –no olvidemos que muchas veces están enfermos o han sufrido algún trauma y no logran sobrevivir-. Y lo principal, que ellos se acostumbren lo menos posible a nosotros. No deben olvidar que son vencejos.
En segundo lugar: nada de aires acondicionados y luces artificiales: hemos de ponerlos en un lugar tranquilo y si vemos que están muy nerviosos o estresados, podemos incluso colocarlos en un sitio algo más oscuro hasta que se tranquilicen. Si pueden estar en un lugar iluminado, frente a una ventana, pues mejor. Pero no les conviene estar en un sitio donde estemos de noche encendiendo y apagando las luces, ni la música o la televisión y menos con mucho volumen. Es importante evitarles el estrés.
No debemos olvidar que están acostumbrados a ver volar y a escuchar a otros vencejos. Es muy importante que al atardecer o por la mañana, cuando veamos vencejos volando, que nos aseguremos que los puedan ver y oir. Eso los anima mucho y hará que tengan ganas de unirse a ellos.
Respecto al “nido” Nosotros hemos empleado una cuna para perros que ya no usamos. Basta cubrirla con papel de periódicos para su sustituición periódica y poco más. A veces beben si se les pone un recipiente con agua, pero normalmente aceptan mejor que el agua se les dé con una jeringa sin aguja: basta dejarles caer un poco de agua por la comisura del pico y ello buscan enseguida el pitorro por donde sale el agua.
Y las cebas, como dije antes, cuanto menos bruscas mejor. Y respecto a la cantidad, todo lo que ellos pidan. Hay que darles de comer hasta que ya no quieran más.
Nosotros le damos una vez por la mañana temprano, que es cuando vemos que hay movimiento de vencejos. Otra vez a media mañana, Otra a media tarde y otra al atardecer, que es cuando se ven los vencejos en mayor número cazado bichos y es lógicamente cuando los padres les aportarán más alimento, aparte que es cuando salen más insectos.
Pero si no podéis darles tantas veces, no importa, siempre y cuando se queden saciados.
Con el tiempo, veréis que baten las alas cada vez más, las entrenan.
Se empezaran a salir del nido que les habéis facilitado e incluso llegará un momento en que despegarán del suelo por sí mismos y hasta revolotearán por la casa haciendo vuelos rasantes.
Esto es peligroso porque pueden romperse fácilmente alguna de sus plumas principales de las alas… pero es signo que están fuertes y preparados para volar.
Entonces hay que buscar una hora en la que haya muchos vencejos volando –mejor por la mañana, pues así tienen todo el día para adaptarse y ver lo que hacen los demás vencejos- y soltarlos en un sitio abierto donde puedan remontar bien el vuelo.
No hace falta lanzarlos hacia arriba. Los ponemos en la palma de la mano, a la altura de las rodillas y eso es más que suficiente si están listos.
En realidad, no debemos esperar a que ya vuelen dentro de la casa para saber que ha llegado el momento de soltarlos… se aprecia a simple vista porque el pájaro tiene las alas suficientemente desarrolladas, con las puntas largas y cruzadas cuando están plegadas.
Además, vemos que hace por salirse del nido, bate las alas...
y si lo ponemos en el suelo, vemos que dobla el cuerpo y la cola de un modo extraño. Es simplemente el movimiento que hacen para tomar impulso al despegar desde el suelo.
A la hora de redactar esta entrada, echamos al vuelo el más desarrollado. Un domingo a primera hora de la mañana, con muchos vencejos volando y con viento de levante, húmedo y fresco.
El pájaro no dudó en lanzarse desde las manos de mi hijo mayor, aterrizando en el pequeño… al que usó como pista de despegue.
Tras un vuelo rasante de varios metros, remontó y giró perfectamente; sorteó un puente bajo el que estábamos y enseguida voló a bastante altura.
Al rato, pareció descubrir que no precisaba batir las alas tan deprisa y se acomodó al grácil y rápido vuelo de sus congéneres. Prueba superada.
En algún comentario de esta entrada os diré cómo les ha ido a los otros tres cuando se hayan desarrollado lo suficiente como para volar.
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Tras una semana de la liberación del primer vencejo, vimos que de los tres que quedaban dos parecían listos para el vuelo. Sin embargo, se lanzaron directamente al suelo sin remontar. Tras una carrera, uno logró despegar, tomar altura y lograr su liberación. El otro, sin embargo, no logró volar pese a varios intentos. El animal estaba tembloroso, asustado. Así que realmente no estaba listo y lo dejamos otra vez en casa acompañando al otro. Espero que en una semana estén los dos listos para el vuelo.
ResponderEliminarPor cierto, os recomiendo que miréis la siguiente página, donde dan muchas instrucciones sobre el cuidado de los vencejos:
http://www.mauersegler.com/equipment.html?&L=5
Y ya voló por fin el último vencejo... Hemos tenido que soltarlo tres veces, pues las dos primeras realizaba un vuelo rasante y no se elevaba. Hoy, tras un largo vuelo rasante, parece que ha remontado por fin y lo ha logrado.
ResponderEliminarEl tercero no tuvo la misma suerte... No siempre tenemos éxito por muy buena voluntad que pongamos en las cosas y éste no parecía destinado a salir adelante.
me parece extraordinario lo que has logrado con estas aves tan entrañables y utiles para eliminar insectos. Por todo ello recibir toda la familia la medalla de oro al cuidado de los animales, son pequeños recuerdos maravillosos que al cabo de los años nos llenan de satisfacción.
ResponderEliminarHola Carlos!
ResponderEliminarHe venido a ver los post de los vencejos.En mi blog Blanca me pregunta que aquí,cerca de Oviedo,dónde se podrán lanzar los vencejos y le digo mi experiencia.Le voy a dejar los enlaces de tu blog que tu con esto,tienes ya más experiencia que yo.
Un besitín y a ver si te paso a face,si me funciona bien,sino queda prometido y sabes que yo a veces tardo,pero al final,la promesa la cumplo jejejeje
Muakkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkysssssssssss
holitaaaaaa!
ResponderEliminarvuelvo de nuevo.El otro día quise publicar los temas de vencejos en face y twitter y nada hijo,que face no me dejó,así que voy a volver a intentarlo.
Un saludín.
Muy buen post y gran trabajo de toda la familia para sacar adelante a esos pajarillos. Yo también tuve una experiencia con un vencejo, pero tengo la suerte que en mi ciudad hay un centro de recuperación de aves y alli fue a parar al cabo de la semana.
ResponderEliminarLes facilito la pagina del centro de recuperación http://www.grefa.org/
Saludos
Hola, buenos dias, os escribo porque me he encontralo lo que parece ser un vencejo adulto enrrollado a un plastico, no se si tiene el ala rota, le he cortado el plastico pero no vuela,solo hace el intento, que puedo hacer con el?
ResponderEliminarHola, buenos dias, os escribo porque me he encontralo lo que parece ser un vencejo adulto enrrollado a un plastico, no se si tiene el ala rota, le he cortado el plastico pero no vuela,solo hace el intento, que puedo hacer con el?
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