Amig@s:
Esta
vez no se trata de mi moto de toda la vida… sino de una “hermana adoptiva”, una
Sr 250 que estoy restaurando.
Debido al reducido lugar donde trabajo en
ella y que le retiré los espejos, golpeé accidentalmente el botón que acciona
las luces larga/corta y se rompió. El pulsador -la parte negra- se cayó al suelo… mal asunto.
Voy a explicaros cómo solucionar este
despropósito sin tener que buscar una piña entera para reemplazar la que tiene
el interruptor roto. También puede ser de utilidad como idea para reparar piezas de plástico.
MATERIALES.
.Leatherman Surge (o alicates, corta alambre,
lima, destornillador, punzón)
.Pegamento epoxi de dos componentes.
.Alambre ACERADO (no uséis uno blandito) y
fino.
.Soldador para contactos eléctricos.
Ya con todo preparado, desmontamos la piña
para extraer el interruptor en sí y tener toda la pieza afectada a mano (os recuerdo que tiene dos tornillos por abajo para abrirla).
Cuidado, porque hay una chapita muy fina de
cobre que va entre la parte superior de la piña (por fuera) ,y el botón que se
nos ha partido, que se os puede perder. Hace la función de evitar roces entre el botón y la piña.
Ya con la pieza retirada, empezamos retirando el tornillo que tiene la pieza negra y que la une a la pieza transparente (la que se ha roto).
Asi ya podemos sacar la parte rota (transparente) que ha quedado dentro de la parte negra.
A continuación limpiamos la pieza rota. Yo lo intenté
con un trapo y alcohol de quemar… pero apenas le hizo cosquillas.
Con el punzón
de mi Leatherman Surge, rasqué suavemente, y enseguida salió toda la suciedad y
el plástico quedó transparente. Muy importante la limpieza a fondo a la hora de
pegar…
Seguidamente, podemos ir poniendo una gota de
cada componente del pegamento epoxi sobre una superficie desechable.
No usé una
marca cara de adhesivo… Èste me costó un par de euros y sirve para infinidad de
veces.
Muy importante, eso sí, que haya la misma cantidad de cada uno de los
dos componentes.
A veces presionamos un poco más el émbolo de uno de los dos
lados y no sale más cantidad de resina o de endurecedor…
Por supuesto, si tenéis un adhesivo
específico para plásticos rígidos, puede ser interesante. Personalmente, me
gusta el adhesivo epoxi por quedar muy duro, rellenar, ser flexible y endurecer
rápido. Aparte de otras características de las que os hablaré en otra entrada.
Aplicamos el producto BIEN MEZCLADO y
juntamos las dos piezas.
Por su pequeño tamaño, con una gota tendremos más que
de sobra.
No añadáis el sobrante por los lados a modo de refuerzo –yo cometí el
error de hacerlo- porque ese pivote entra muy justo en la ranura de la piña y
si queda más grueso, tendremos que limar todo el sobrante, trabajando
innecesariamente quitando lo que antes se puso.
Mientras seca el pegamento, podemos preparar el
alambre acerado.
Se trata de un trozo que tenía por el taller dando vueltas y
está sucio y oxidado.
Vamos a pasarle la lima por el extremo para limpiarlo.
Además, si quedan microestrías producidas por la lima, mejor que mejor, pues
facilitará el agarre.
Con el corta alambres, cortamos dos trocitos de alambre. Una vez cortado, volví a recortar, ya
que la pieza es muy pequeña.
Vamos a fundir estos dos trocitos de alambre
sobre la pestaña que se ha partido. Así tendrá un alma metálica que le dará una
gran resistencia.
Yo no he esperado a que el pegamento haya
secado del todo y he apoyado la pestaña sobre una moneda para que no quede la zona al
aire.
He colocado el alambre encima y con el soldador he calentado el alambre
hasta embutirlo totalmente en el plástico.
He usado un soldador de los
instantáneos, los que se pulsan y se calientan enseguida. Mayormente porque no
lo uso para electricidad y la rapidez con que se calienta me resulta muy útil.
Podéis usar uno convencional… Pero os sugiero que lo dediquéis sólo a unir
plásticos, pero no para soldar. Se suele estropear la punta.
Para este fin, podéis usar uno barato de los bazares o usar una punta sólo para estos trabajos y dejar otra para los cables (si tenéis un soldador de puntas intercambiables, claro).
Para este fin, podéis usar uno barato de los bazares o usar una punta sólo para estos trabajos y dejar otra para los cables (si tenéis un soldador de puntas intercambiables, claro).
No hay que apretar… simplemente colocamos el
soldador caliente sobre el centro del alambre y dejamos que éste coja temperatura.
Se hundirá él solo en el plástico.
Debemos procurar que entre toda su sección bajo
la superficie, vamos, que quede totalmente embutido.
Finalmente, con el soldador
podemos recubrir el alambre con el plástico que ha salido al embutir el alambre, derritiéndolo y "untándolo" sobre el alambre.
Suena complicado… Pero es muy sencillo en realidad.
Si no lo habéis hecho
nunca, practicad antes en una pieza de deshecho hasta cogerle el punto a la
cantidad de calor que tenemos que aplicar.
Yo le he puesto un alambre por cada lado
ancho.
También se podría poner en los cantos e incluso doblar uno o dos alambres en forma
de “U” invertida para reforzar el extremo, que tiene algunas grietas.
Yo me he
limitado a reparar la zona partida, pero se puede reforzar mucho más.
Hice una cosa que NO debemos hacer: para que
quedase la pieza partida más fuerte, rebajé un poco el hueco de la pieza negra, para que entrase bien la pieza reparada con su regrueso de refuerzo…
después vi que la ranura de la piña no dejaba pasar ningún refuerzo y me tocó
volver a rellenar lo que había quitado de la pieza negra con epoxi y retocar
con lima.
Lo que sí que tenemos que hacer es limar todo
el plástico derretido que ha rebosado al embutir los alambres. Para ello empecé a
repasar con la lima de mi Leatherman. Para el acabado, usé unas limas pequeñas
diamantadas.
En mi caso, tuve que limar hasta retirar incluso parte del alambre. Por suerte,
es acerado y está incrustado en el plástico, por lo que hace su trabajo.
Una buena cosa es usar la chapita de cobre
que os comenté antes para comprobar que el vástago del interruptor entre bien
por el orificio de dicha chapa.
Una vez conseguido, debemos limpiar los contactos del interruptor, poner un poco de vaselina o similar para que se desplace el interruptor con más suavidad mientras todo se adapta y cerrar la piña en el manillar.
Colocamos la pieza negra con su chapita de cobre y atornillamos
el tornillo que sujeta esa pieza. Vamos, exactamente lo que hicimos al demontar, pero ya limpiando y lubricando.
El interruptor se acciona perfectamente
¡Hemos salvado la piña! Eso sí, puesto que la moto está en proceso de
restauración, no he podido probarlo en la calle. Aunque ya os digo, parece que aguanta
perfectamente.
Al menos, no cuesta intentarlo. Ya os
comentaré si dentro de algún tiempo sigue resistiendo…
Y os dejo… ¡Sigo con la restauración!
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