Los que tienen niños, cachorros de perro o, simplemente, son algo descuidados, sabrán bien de lo que hablo: multitud de arañazos, muescas y desconchones, que aunque se pinte encima, quedan fatal.
Herramientas y materiales básicos necesarios:
juego de espátulas, lija, trozo de corcho blanco (para paredes rugosas), esponja, brocha, masilla de pintor, y pintura.
Las espátulas son un elemento muy común que no nos costará encontrar y obtener por poco precio.
Deberían ser al menos de dos tamaños para que nos sean útiles para este trabajo y para otros futuros arreglos.
Con que tengtan de3 a 4cm y 8 a 10 cm de ancho cada una medidos por la parte más ancha de la parte metálica es suficiente.
Si podemos obtenerlas en tres medidas, mejor. En el artículo anterior, os hablo sobre espátulas.
Respecto a la masilla, hay infinidad de ellas en el mercado.
Incluso las hay en formato pequeño, como un tubo de pasta dentrífica, que nos servirá perfectamente para multitud de reparaciones.
Yo me decanto por el yeso de pintor.
Es un yeso muy fino que se caracteriza por un secado muy rápido y por tanto, con muy escasa merma.
Pero como su preparación y uso implica cierta complicación para un bricolador inexperto, recomiendo el uso de masillas preparadas y listas para el uso (por otra parte, son las que suelen usar los profesionales).
Respecto al yeso, ya explicaré más adelante su preparación y aplicación.
Empezaremos examinando los desperfectos. Estos deben estar libres de polvo y de pintura, ya que ésta impedirá que la masilla agarre bien. Y si se trata de una raya profunda y estrecha, la abriremos ligeramente con la esquina de la espátula para poder rellenarla bien sin que queden huecos de aire en el fondo.
Cogemos con la espátula estrecha un poco de masilla y la vamos aplicando sobre el desperfecto. Hemos de tener en cuenta que las masillas suelen mermar (encoger) un poco al secarse. Por lo que recomiendo no tratar de rellenar totalmente el hueco de una sola vez. Lo dejaremos casi enrasado con la pared y dejaremos secar.
una vez seco, y antes de terminar el relleno, conviene pasar una lija media o gruesa sobre los bordes del desperfecto. así eliminamos posibles restos de masilla que sobresalgan demasiado y después dejen un aspecto abollonado o de saliente hacia afuera.
A continuación, daremos otra mano. Usaremos los bordes de la pared lijados, los que están en la superficie del desperfecto como guía para que el relleno quede a ras.
A ser posible usaremos una espátula que se apoye en los lados "sanos" de la pared para garantizarlo.
A veces es interesante dar una tercera aplicación con el lijado previo, esta vez con lija fina, para garantizar que quede perfectamente enrasada la masilla y la pared. se puede hacer también de una sola vez rellenado de forma que sobresalga ligeramente y lijando después, pero no suele quedar tan bien.
Una vez alisada la superficie, lo recomendable es dar una mano de imprimación, sobre todo si la masilla es soluble en agua. Es decir, que aún estando ya seca, al mojarla se deshace.
Pero si no tenemos la imprimación y no nos interesa comprar para superficies tan pequeñas, podemos usar la misma pintura.
Para ello esperaremos que la masilla esté bien seca y aplicaremos la pintura diluida para que moje ligeramente la masilla y deje al secar una película protectora que nos permitirá dar la mano de pintura definitiva.
Si se trata de unos pocos desperfectos, con muy poca pintura nos bastará. O sea, no es necesario diluir medio bote de pintura, pues después no nos servirá.
por supuesto, debemos tener pintura del mismo color que el resto de la pared. siempre es conveniente guardar un poco de pintura sobrante de pintar las paredes con vistas a estas pequeñas reparaciones.
Esta primera mano la daremos deprisa, sin preocuparnos de que la pintura quede bien extendida, nos bastará con que quede toda la zona mojada, pues al estar diluida, quedará uniforme al secar.
Una vez seca esta primera mano, viene el acabado profesional...
Las paredes no son totalmente lisas, pues al darles varias manos de pintura con rodillo, queda un ligero granulado. Con lo que nuestra reparación quedaría fea al estar totalmente lisa.
Para lograr un buen acabado, aplicaremos una mano de pintura espesa, con cierta abundancia y con un trozo de corcho blanco, del usado en embalajes, roto de forma que usaremos la superficie granulada, lo colocaremos sobre la pintura, de modo que ésta, al estar espesa, cogerá un poco esta forma del corcho.
Podemos probar apretando más o menos fuerte, usando un corcho más basto o cortado más fino...
a veces es necesario dar otra mano de pintura y otra pasada de corcho blanco para lograr un buen acabado.
si nuestra pared es de gotelé, o sea, que es realmente rugosa, podríamos aplicar una capa de masilla, si es necesario algo diluida, antes de pintar definitivamente. Y apoyar una esponja sobre la superfice, de modo que la masilla adopta la forma de la esponja, dejando una superficie muy parecida al resto.
No nos preocupemos si la primera vez que lo hacemos no sale perfecto... tras un par de veces veremos que queda bastante bien y podemos probar a preguntarle a nuestras amistades, cuando vengan de visita, si logran encontrar los parches... Veremos que ni los descubren.
Este tipo de reparaciones es muy efectiva en pequeños desconchones y arañazos.
Si el desconchón es realmente importante, primero deberemos rellenarlo para acelerar el proceso. Esto es tema de otro apartado que veremos más adelante.
También es cuestión aparte las grietas móviles o estructurales, que también abordaremos más adelante.
Podéis obtener más información sobre reparar desconchones: todoexpertos.com
Asi que ánimo y a reparar desperfectos en vuestras paredes. Probad y veréis....
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