sábado, 29 de junio de 2013

Sustituir T empotrada, sustituir llave de paso, reparar latiguillo viejo y mecanismo de cisterna que no corta el agua. Reparación de fontanería, primera parte. Replace T-ground, stopcock replacing, repairing old hose flushing mechanism that does not shut off. Plumbing Repair, Part 1. Remplacez T-terrain, robinet remplacement, la réparation vieux tuyau mécanisme qui ne s'éteint pas de rinçage. Réparation de plomberie, partie 1.



REPARACIÓN DE FONTANERÍA:

Sustituir T empotrada, sustituir llave de paso, reparar latiguillo viejo y mecanismo de cisterna que no corta el agua.
PARTE 1: detección de la avería y extracción de la pieza dañada.

 

Amig@s: Ya hemos visto alguna reparación de fontanería y soldar tuberías de cobre no supone ya ningún problema… 

Pero siempre hay algún caso que se nos complica un poco y si no tenéis experiencia, es preciso recurrir a un fontanero.


Por simple curiosidad, he estado buscando en la nube un caso como el que se me plantea y son pocos los resultados, por no decir ninguno, donde puedan ayudarnos. 


Por eso he decidido publicar esta entrada. Así podréis hacer la reparación vostr@s mism@s y ahorráis unos eurillos, que estamos en crisis.


Además, pese a lo aparentemente sencillo de la reparación, lleva su trabajo y su tiempo, con lo que la factura del fontanero podría subirse “un pelín” por encima de vuestro presupuesto.

 

Veréis: mi problema era que tenía que cambiar la llave de paso de una cisterna. La cisterna no cortaba bien el agua y la desperdiciaba… Pero la llave de paso también estaba mal, con lo que tenía que estar cortando la llave de paso general hasta que encontrase un momento para reparar ambas cosas.

 

Pero al colocar la nueva llave de paso –para retirar la vieja basta desenroscar el latiguillo que la une a la cisterna y desenroscarla de la pared-, vi que rezumaba agua al abrir la llave de paso general… algo no iba bien. 
 


La retiré para colocar más cinta de Teflón, que suele ser el motivo principal de estas fugas, y vi que la pieza sobre la que iba roscada la llave de paso estaba rota. 


Es realmente raro encontrarse que la pieza que está embutida en la pared esté rota. 

 

Es una pieza de bronce, resistente a la corrosión, y bastante dura… Pero, de hecho, se le había desprendido un buen trozo de la parte de la rosca.


Lo más normal es que esta pieza sea en forma de codo: va soldada al tubo de cobre y hace un ángulo de 90º para enroscar ahí un latiguillo o llave de paso… 
Pero el fontanero que me hizo este “montaje” evidentemente no pensó en el detalle de una futura sustitución, con lo que puso una pieza en forma de T, en mitad de un tubo que llevaba el agua a otras piezas del baño. 


De modo algo tan sencillo como descarnar un poco la pared, desoldar la pieza rota y poner en su lugar la nueva, se nos complica inextricablemente, porque al ser una pieza en T, va soldada a dos tubos opuestos entre sí –y metidos en la pared- y esto dificulta bastante el proceso. 
Tanto por tener que descarnar más trozo de pared, como por el hecho de lograr retirar la pieza rota y poner la nueva.


Hay varias opciones… Yo voy a hacerlo a mi modo. Seguramente algún fontanero profesional se lleve las manos a la cabeza, pero “cada maestrillo tiene su librillo”. Y a mí me ha ido bien así.


Por supuesto, hay que empezar por romper la pared alrededor de la T. 


En mi caso, no tengo azulejos en la zona, es una pared de concreto o mezcla. Si en vuestro caso tenéis que retirar azulejos, os aconsejo miréis el post en el que os decía cómo hacerlo.

 

Yo he empezado con un martillo y cincel pequeños para evitar golpear y romper la tubería. 

No es ninguna tontería: a veces, por querer adelantar e incluso meter un martillo eléctrico, destrozamos una tubería y tenemos que sustituir un trozo mayor del que pensábamos.

 

Una vez que comprobamos dónde están los tubos (también podemos fijarnos mirando el interior de la T para ver la orientación de los agujeros), ya podemos coger la machota o maza de albañil y un cincel más grande que la soporte y vamos eliminando material. 

Empezamos por la zona más distante de las tuberías y nos vamos acercando. 

 


En mi caso, el fontanero me había dejado reservada una sorpresa, y no una sorpresa agradable precisamente: me encontré que había rellenado el hueco bajo la T con un mortero durísimo y  tuve que emplearme a fondo para ir rompiendo el mezclón poco a poco sin tocar la delicada tubería.

Pero, como veis, en un rato logré dejar la zona limpia.


Si no tenéis experiencia, os recomiendo que ataquéis haciendo surcos con una esquina del filo del cincel plano y después, con todo el filo podéis eliminar más fácilmente los salientes que han quedado entre los surcos.

Al tener la esquina del filo muy poca superficie, todo el golpe se descarga en un punto muy pequeño, logrando sin grandes golpes marcar unas buenas ranuras.


Otro consejo: evitad usar el cincel perpendicular a la pared. La machota manda fuertes golpes que podrían afectar al muro. Incluso si éste es fino, podría dañar la parte opuesta… Hay que atacar la pared siempre con el cincel en ángulo oblicuo. 
Así los golpes se efectúan hacia arriba, abajo o los lados y la pared no se resentirá.


En cuanto llevéis un rato, veréis que el trabajo se hace más sencillo: os acostumbráis a la dureza del material y daréis golpes más efectivos y en lugares más precisos para un mejor rendimiento.

 

Yo he vaciado hasta bastante profundidad, como podéis ver. En realidad no es preciso eliminar más que un poco de muro tras la parte trasera de la tubería y así se minimiza el daño y la cantidad de pared que tendremos que reparar después. 

Pero como os dije antes, el fontanero usó una mezcla o mortero muy duro y acabó por desprenderse entero todo el mezclón, con lo que tuve que ir rompiéndolo en trozos que pudiera sacar entre el hueco que hice entre la tubería y la pared y sanear un poco, para no dejar el mezclón suelto.


Con esto ya tenemos realizada la primera parte del trabajo: hemos dejado la pieza a la vista.

La segunda fase consiste en retirar la pieza dañada. 

He calentado con el soplete la T rota para tratar de desplazarla hacia abajo y así facilitar el corte. A veces funciona… pero en este caso, la tarea promete y todo se nos va poniendo difícil. 

Tras un buen calentón, la pieza sigue exactamente en el mismo sitio. 

Se ve que al estar el tubo enterrado en el muro, se enfría rápidamente y antes que hayamos fundido el estaño de una parte de la T, la anterior que habíamos calentado antes, ya se ha enfriado. 

Hay que proceder cortando La T para extraer los trozos por separado (divide y vencerás).


Así que me hago un invento de los míos: como en el hueco no entra bien la radial, hay que cortar manualmente. 

En la ferretería no tenían cables de sierra, así que no queda otra que coger la segueta de hierro y retirarle la hoja, pues con el soporte tampoco tenemos acceso.


El problema de esto es que no tenemos mucho juego porque la sierra choca contra el fondo del hueco y como se nos clava en las manos, no podemos hacer suficiente presión, con lo que la tarea se hace interminable y terminamos por destrozarnos las manos y romper la hoja de la sierra… 

 
Así que para evitar esto –que ya tengo experiencia de otros casos-, le hago un apaño a una hoja de repuesto de una sierra de metal para poder sujetarla cómodamente, hacer más fuerza y que no la rompa por chocar contra la pared del fondo reiteradamente. 

Basta coger dos listoncitos de madera, meter la hoja entre ellos y fijar las maderas entre sí con un par de simples abrazaderas. 

Ha resultado ser un sistema muy eficaz y las abrazaderas son perfectamente reutilizables –al menos lo serían si fuesen de calidad, como veremos-, aunque me parece que las dejaré así para otra ocasión.


He orientado la hoja de corte con los dientes al revés, de modo que corte al tirar en vez de al avanzar adelante. Así podemos introducir suavemente en el hueco la sierra y al tirar de ella con fuerza es cuando corta. 
Evitamos así golpeteos de la sierra contra el fondo del hueco y que se nos parta prematuramente. 

Aún así, se me partió un par de veces, pero justamente gracias al mango que he hecho, pude seguir usando los trozos. 

Las abrazaderas son de las de los bazares de todo a cien (las tenía de hace años) y los tornillos se pasan enseguida… pero me las apañé para acelerar el proceso bastante y lograr cortar la T y el tubo de cobre.


Además, no he cortado el tubo de cobre a ras de la pieza, pues entonces tendría que poner un empalme al tubo y tendríamos que hacer más soldaduras… 


Corto justo por los lados de la T, cerca de la parte central, de modo que dejamos parte de las piezas soldadas al tubo y retiramos la parte central.

 

Ahora sí que podemos retirar las partes soldadas al tubo de cobre calentándolas con el soplete y empujando al mismo tiempo con un cincel o destornillador para sacarlas.


Damos unas pasadas de lima y de lija para eliminar las rebabas que hayan podido quedar de la sierra y los restos de estaño viejo para dejar los tubos lo más limpios que podamos.
  

Uno de los principales fallos al soldar es justamente pensar que el flux o decapante hará todo el trabajo de limpiar el cobre. 

 

Para limpiar bien por la parte trasera, donde la lima no entra, cortamos una tira de lija para metal, la pasamos tras la tubería y vamos tirando de un lado y otro alternativamente. El tubo queda reluciente y liso.



Con esto hemos terminado la parte más dura del trabajo. Hemos logrado dejar la pieza rota a la vista y hemos conseguido retirarla. 


En la siguiente entrega, os mostraré cómo introducir la nueva T en su sitio, cómo soldar la pieza a las tuberías y cómo tapar el agujero. 

No se os ocurra empezar el trabajo hasta haber leído todo el tutorial completo, pues en las sucesivas partes añado datos que os pueden ser de utilidad para las fases anteriores.
 

lunes, 17 de junio de 2013

Reparar cepillo para el pelo. Mango de cepillo roto. Repair hairbrush. Broken brush handle. Faites réparer brosse à cheveux. Monture de brosse brisé.



Reparar cepillo para el pelo.

 

Hoy os voy a mostrar cómo hacer una reparación doméstica sencilla y eficaz. 

Veréis mi mujer tiene un cepillo para el pelo favorito. Evidentemente, ya tiene su uso, pero no por eso deja de ser especial para ella.

 

La cosa es que un día se le cayó al suelo con tan mala fortuna que se le partió el mango, que quedó separado del resto del cepillo.


No sé si lo apreciaréis en la foto, pero el mango estaba unido a la cabeza del cepillo por una espiga o tetón, pero éste ha quedado parcialmente roto.


Una solución sería poner cola blanca y ensamblar directamente las dos piezas. Podría quedar bien, pero pienso que al primer golpe se volverá a romper por el mismo sitio, pues la espiga está rota… Vamos a tratar de hacer una reparación más duradera.

 

Para ello, vamos a hacer una espiga con un resto de madera, abriremos los orificios correspondientes en el mango y la cabeza del cepillo y los ensamblaremos.


Podemos usar, evidentemente, una espiga comprada para el ensamble de muebles, los conocidos tubillones. 

También podemos cortar una sección de un redondo de madera de la sección adecuada… 

Pero en ése momento sólo disponía de este trocito de un trabajo anterior y es una madera fácil de trabajar. 

 

Así que nos ponemos manos a la obra, cojo mi Leatherman y empiezo a rebajar con la cuchilla los cantos de la madera para ir redondeándola. 

 

Como cuesta lo mismo hacerlo largo o corto, voy atacando un trozo de mayor longitud que el que necesito para después seleccionar un trozo de las dimensiones adecuadas. 
A fin de cuentas es un trabajo artesanal y por los extremos suele quedar más grueso o más fino que por el centro.


Además, en este caso, nos hemos encontrado con un nudo en la madera y tenemos que desechar esa zona, pues es más difícil de trabajar y con el tiempo puede separarse del resto del palo.

 

Con la lima, terminamos de emparejar, pues el cuchillo siempre deja pequeñas caras o zonas planas con aristas entre ellas. La lima nos permite dejarlo mucho más perfecto.


 

Cortamos con la sierra el trozo que más nos interese y buscamos una broca para madera de esa sección.

 

Terminamos de cortar el tetón del mango. 

 

Y procedemos a perforar en el centro del mango y de la cabeza del cepillo. 


Yo lo he hecho sujetando la pieza con la mano y esto no debe hacerse: puede resbalarse la pieza y causarnos una lesión importante con la broca. 
Lo ideal es fijarlo a un banco de trabajo mediante un tornillo de banco o un sargento que mantenga la pieza alineada y fija.

 

Ya basta encolar el palito que hemos hecho e introducirlo en la cabeza del cepillo. Volvemos a aplicar cola en la parte que sobresale y colocamos el mango… 


Tras unas horas para que el pegamento seque, el cepillo quedará como el primer día y será muy, pero que muy difícil que se rompa otra vez.


La principal precaución que hemos de tener es que los orificios que tenemos que hacer con el taladro queden bien centrados y practicarlos con la broca bien alineada. Y, por supuesto, que comprobemos antes de encolar que el palito entre ajustado pero sin demasiada presión, o podría abrir la madera del mango o del cepillo.


Un trabajo sencillo que se puede hacer en menos de media hora –mucho menos si usamos una espiga comercial- y que permitirá volver a usar cómodamente el cepillo.

martes, 4 de junio de 2013

Jabón casero líquido. Gel de manos ecológico y casero. reutilizar aceite usado de la cocina. gel de baño casero. Homemade soap liquid. Hand Gel ecological and home. reuse waste oil from the kitchen. homemade bath gel. Liquide de savon fait maison. Main Gel écologique et la maison. réutiliser l'huile usée de la cuisine. gel de bain maison.





Amig@s: Ya hemos visto varias entradas sobre el jabón: elaboración, envasado… pero me habéis hecho alguna consulta sobre cómo hacer jabón lìquido. 

Yo mismo, deseaba saberlo para poder usarlo para las manos y en la ducha, a modo de gel corporal, ya que para estos usos el jabón sólido es demasiado duro y cuesta aplicarlo en la esponja.


He buscado por la nube y casi todas las recetas eran para obtener jabón para la lavadora.  Y, aunque su elaboración no es muy complicada, -Ya lo veremos más adelante- Lo cierto es que salen un montón de litros y se emplean productos ya elaborados, como suavizante e incluso detergente de la lavadora comprado… No es en absoluto lo que yo buscaba para el aseo personal. 


Lo cierto es que deseaba poder lavarme al menos las manos con jabón ecológico y no tener que depender del industrial y así poder reciclar el aceite usado, como ya vimos con el jabón tradicional.


Y, por fin, encontré una web donde explicaba un sencillo método para elaborarlo. Lo probé…¡Y funcionó!
 
Lo mejor es que no tenemos que realizar un complicado proceso… Podemos usar las mismas pastillas de jabón ecológico que ya tenemos hechas en casa. Así podemos emplearlas fácilmente. 

Es más, podemos aprovechar esos trozos que se rompen o los que quedan al final de la pastilla y son difíciles de usar... o incluso alguna pastilla que nos haya salido fea, para hacer este producto.


El proceso no podría ser más sencillo: cortamos medio jabón. 
 
 
 
Lo rallamos –con un rallador de cocina- o picamos finamente con cuchillo. 

 

Lo ponemos en un recipiente apto para la batidora , que como véis sigue funcionando meses después de la reparación. Y añadimos agua en las proporciones que indicaré más adelante. 

 

Se bate… ¡Y ya tenemos el jabón listo! En otras páginas, calientan el agua antes de añadir en ella el jabón picado o rallado… 
Yo lo hice con agua del tiempo y funcionó perfectamente. Imagino que calentado, se acelerará el proceso… pero si usamos una batidora, el proceso es bastante rápido.


Podemos añadirle también aceite de almendras, para darle suavidad y poder hidratante; aceites esenciales para darle perfume y hacerlo más agradable; colorantes… Pero simplemente, podemos hacerlo así y lograr un estupendo gel para lavarnos las manos e incluso para la ducha.

 

Una vez mezclados los ingredientes en la batidora, hay que esperar un rato, pues tiende a espesar. 

 
En mi caso, seguí las proporciones y usé 100gr de jabón y 500gr de agua…. Y quedó muy espeso, demasiado para poder usar el dosificador de jabón para las manos. 

 

Así que añadí un par de dedos de agua de un vaso y tras comprobar el resultado, añadí un dedo más… Aún así, ha quedado ligeramente denso, pero se puede usar perfectamente.
Es un proceso relativamente rápido y sencillo y obtenéis al instante un estupendo gel.

 

Trucos y recomendaciones:
En primer lugar, como ya os he dicho, el gel tiende a espesar. 
No os fiéis de su aspecto cuando está recién batido. Dejadlo en el recipiente donde lo habéis batido durante un rato para comprobar su densidad. 
Si precisa más agua, sólo hay que añadirla y batir de nuevo. Nos ahorramos tiempo y trabajo.


Si con el tiempo se espesa dentro del dosificador hasta el punto que no puede salir, basta añadir un poco de agua y agitarlo un poco. Aunque al principio salga demasiado líquido, veréis que enseguida recobra su cualidad de gel.


En segundo lugar, usad un jabón que ya esté bien curado. Así no será demasiado alcalino y no os quemará la piel… 

De todos modos, podéis usar unas tiras de papel de tornasol para comprobar la acidez del gel preparado. 

Yo empecé, simplemente, a usarlo con precaución para comprobar que no era irritante. Y, de hecho, es menos agresivo que el gel de manos que usaba hasta ahora.


En tercer lugar: usad un recipiente nuevo y limpio. 
Yo usé un dosificador que hacía años que no usaba y lo lavé por fuera, pero debía de tener algún resto de jabón seco en su interior y tuve que desechar parte del gel porque salía de color oscuro. Hubiese bastado haberle hecho una buena limpieza por dentro.


Con media pastilla de jabón hemos llenado el bote de gel y nos ha sobrado para al menos otro. Cunde bastante.


Ciertamente, hace menos espuma que un gel industrial, pero veréis que limpia igual o más que éste. En cualquier caso, siempre podéis poner un poco más de cantidad si deseáis usarlo como gel de ducha.


Así podemos tener unas reservas abundantes de jabón en estado sólido, pues ya vimos que se obtienen bastantes pastillas de una remesa de jabón ecológico, Y después podéis ir convirtiéndolo en gel a medida que lo vayáis necesitando. 


Incluso podréis probar añadiéndole diferentes aceites esenciales, extractos de plantas y productos hasta lograr uno que os guste.


Os animo a probarlo… ¡Ya me contaréis!

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