REPARAR CAJON DESFONDADO:

Amig@s: Ya vimos cómo reparar un cajón al que se le habían roto las guías, impidiendo que se pudiese abrir y cerrar correctamente.
Ahora nos enfrentamos a otro desperfecto, un problema que debe ser bastante frecuente, pues la economía no da para comprar muebles de buena calidad y el tamaño de las casas, cada vez más reducido, obliga a sobrecargar los cajones:

Es un cajón de madera de aglomerado de no demasiada buena calidad y el fondo se le ha hundido. Al ser dos cajones, el superior roza con el inferior y el inferior con el mueble… un desastre.
Se ve que es un cajón destinado a meter cosas de poco peso y bulto y se le ha dado un trato para el que no estaba diseñado. Pero analicemos el problema.

Extraemos los cajones y enseguida vemos que la base es de tablé. Es un material blando que cede enseguida. Esta base está fijada en unas ranuras que hay a lo largo de las cuatro paredes del cajón. Por un lado, la base ha cedido y por otro la pared del fondo también ha cedido alabeándose y soltando el fondo.

No hay problema. Vamos a repararlo en poco tiempo y con muy pocas herramientas. Vamos a usar nuestra Leatherman.
Ya hemos usado esta multiherramienta en bastantes cosas.
Y este trabajo es perfecto… Casi que cuesta más trabajo hacerlo con otras herramientas por el trabajo de sacarlas, conectarlas… que coger nuestra Leatherman y en un ratito estará el trabajo hecho.
Bueno, a todo esto, voy a deciros lo que voy a hacer: voy a colocar un travesaño de pino en el centro de la base, donde más se alabea el tablé de ésta. Lo colocaré por abajo y así soportará todo el peso.
Para fijarlo, lo haré por la parte interna con unos ángulos metálicos de 6 tornillos cada uno. También podría haber puesto el doble de ángulos, pero creo que así ya va bien.
La ventaja de esto es que cuando abramos el cajón, sólo veremos los ángulos metálicos, al quedar el listón por la parte inferior. Y, además, la madera hace la función de mantener a la misma distancia los dos lados largos –frontal y fondo-, con lo que no se alabeará y así tampoco se podrá salir de su ranura el fondo.
Lo primero es cortar los listones para el refuerzo. El superior, que puede ser algo más grueso, lo he sacado de un palé para reciclar. El inferior, que no puede sobresalir nada, lo he sacado del retal que usé en otra entrada para reparar el aspirador.

Para cortarlo, podemos usar un serrucho, la sierra de calar… pero es poca cosa y voy a hacerlo con la sierra de la Leatherman. Lo cierto es que tiene muy buen corte y se realiza muy deprisa.

Por un lado hago un corte para escuadrar el listón y por el otro para cortar de largo y dejarlo a la medida.
Como no tenía muchas ganas de sacar herramientas, he usado como escuadra una de plástico de mis hijos. A veces no es preciso gran cantidad de costosas herramientas para solucionar la mayoría de problemas o desperfectos que surgen en casa.
Seguidamente, marcamos la mitad de los lados largos del cajón con un flexómetro. De no tener uno, podría habernos servido un cordel.
Y con esta medida, ya podemos poner los ángulos centrados en los lados frontal y trasero del cajón. Eso sí, tened en cuenta que el fondo de tablé ha de estar introducido en la ranura de los laterales para que el ángulo quede a la altura correcta.

Podemos marcar donde irán los agujeros con el punzón de la Leatherman. También puede servirnos un punzón normal o incluso un taladro con una broca fina…
Empezar los agujeros con una barrena de mano puede ser útil, aunque si usáis unos tirafondos no demasiado gruesos, no tendréis problema.


Ponemos los seis tornillos que fijan los dos ángulos a los laterales, sin apretar. Y pasamos a colocar el listón que hemos cortado en la parte trasera, buscando también el centro para que quede en su sitio.

Ya solo queda colocar los otros seis tornillos que atravesarán el tablé y se fijarán con fuerza al listón de pino, enderezando el tablé y manteniendo unidos el lateral trasero y el frontal entre sí.

Repetimos con el otro cajón y sólo queda colocarlos en el mueble.
Es un trabajo rápido y queda muy discreto. Y no ha perdido nada de su capacidad original. Una vez que tengamos el cajón en su sitio y con sus cosas, nadie sabrá que lo hemos reforzado.
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