lunes, 28 de junio de 2010

Reparar pinchazo de bici. Reparar cámara pinchada.


Reparación de pinchazo de bici



Ya vimos en otra ocasión cómo reparar un pinchazo en una bici. Ahora vamos a arreglar otro pinchazo. Y vamos a verlo con más detalle.


En esta ocasión se trata de mi bici plegable, que ya sufrió otro pinchazo similar en otra ocasión.

Aprovecho para enseñaros cómo se hace paso a paso para que sepáis exactamente qué hacer si os ocurre algo así.


Por supuesto, os vuelvo a aconsejar que llevéis siempre en la bici las suficientes herramientas y accesorios para poder salir del paso.


Y si podéis permitiros llevar una cámara de repuesto, os ahorraréis la tarea, a veces complicada, de localizar el pinchazo.

A veces son tan diminutos que realmente sólo podréis detectarlos metiendo la cámara en agua jabonosa para ver por dónde salen las burbujas.


También es imprescindible llevar un inflador que os permita, en todo caso, reinflar la rueda para poder seguir avanzando.


En cualquier caso, hemos pinchado ¿qué hacer? Nos ponemos en un sitio donde no estorbemos y podamos realizar la tarea con cierta tranquilidad.


Abrimos las pinzas del freno –caso que sea V-Brake- como os expliqué en el post donde lo regulamos.



Sacamos las herramientas y cogemos una llave de la medida adecuada a la de la tuerca del buje de la rueda.

Por supuesto, si vuestra bici tiene el sistema de palanquines, basta tirar de éste hasta que quede alineado con el eje de la rueda y si aún así la rueda no sale, le aflojaríamos algunas vueltas.


Sacamos la rueda de su alojamiento, levantando la bici y tirando de la rueda hacia abajo, y ya estamos en condiciones de empezar a trabajar.


Examinamos la cubierta por fuera por si localizamos una chincheta, clavo u otro objeto punzante que haya ocasionado el percance. Si después nos cuesta localizar el pinchazo en la cámara, esto puede sernos muy útil.



Vamos a insertar un desmontable entre la cubierta y la llanta. Es muy sencillo. Una vez metida la punta del desmontable, lo giramos hacia los radios y vemos que ya empieza a separarse la cubierta de la llanta.



Los desmontables, suelen tener una especie de ganchito en un extremo y sirve, sencillamente, para engancharlos a los radios y así dejarlos fijados mientras trabajamos con otro.




Así lo hacemos: lo enganchamos y metemos otro desmontable a unos tres o cuatro dedos de distancia del primero. Una vez metido, podemos acelerar el proceso desplazándolo un poco para separarlo del primero y así abrir más longitud de cubierta de una vez.


Y lo volvemos a girar hacia los radios, vemos que poco a poco vamos separando la cubierta. Si es preciso, meteremos también un tercer desmontable.



Si veis que no podéis sacar así la cubierta, podéis extraer el desmontable que pusimos en segundo lugar y meterlo por delante del tercero…

En cualquier caso, llegará un momento en que podemos terminar de “abrir” la cubierta para tener acceso a la cámara.


Ahora debemos realizar dos tareas importantes: terminar de quitar el aire de la cámara y sacar el vástago de la válvula de la llanta.


Lo primero se puede hacer empujando la válvula con un extremo de un desmontable o un destornillador.



Para sacar la espiga de la válvula de la llanta, basta hundirla apretando y ya desde el interior, tiramos de la cámara hasta extraerla.

A veces notamos que cuesta un poco y es porque el vástago está muy encajado en su alojamiento por una goma. Pero tiene que salir y ,de hecho, sale.



Ya podemos terminar de sacar toda la cámara y ahora la inflamos. No hay que pasarse en principio: que tenga un grosor similar al de la cubierta.


Y ahora viene el proceso más delicado que nos podemos ahorrar hacerlo in situ si llevamos cámara de repuesto: hay que localizar el pinchazo.


Podemos ir girando la cámara manteniendo una zona cerca de la cara y el oído. Si el pinchazo es de cierta consideración, notaremos enseguida el aire saliendo a presión por el orificio del pinchazo.

Si no lo notamos, podemos probar a meterle un poco más de aire a la cámara. Así estará más dilatada, tendrá más presión dentro y ambas cosas harán que el orificio sea mayor y el aire salga más forzado.


Si se trata de un poro, podéis probar con un poco de saliva en la zona donde creáis que se ha producido el pinchazo. Si visteis en el examen preliminar el objeto clavado en la cubierta, será de gran ayuda.



En este caso, vemos que el pinchazo se ve a simple vista. Marcamos un círculo alrededor para no equivocarnos y vaciamos el aire de la cámara mediante la válvula.


Raspamos la zona con una lima o lija que suele estar incluida en todos los set para reparar pinchazos. No hay que isistir mucho, basta que la goma pierda el brillo.



Esto hace que la solución, que es el pegamento usado para pegar el parche, agarre perfectamente. Aplicamos la solución generosamente y la dejamos reposar.


Aprovechamos mientras seca la solución para examinar exhaustivamente la cubierta por dentro. A veces el clavo u objeto ha entrado en la cubierta, pero desde fuera no se aprecia por haberse quedado a ras… pero si está ahí clavado, bastará montar la cámara otra vez para que la vuelva a pinchar.

Es imprescindible examinar bien la cubierta por dentro y tratar de localizar el objeto y retirarlo.


Pasado un tiempo, notamos que la solución está seca al tacto. A veces es importante poner otra mano de solución ¡Leed las instrucciones de vuestro kit!



Entonces, procedéis a escoger un parche del tamaño adecuado. Si en un simple pinchazo, os bastará con el más pequeño.



Le despegáis la parte metalizada y dejáis el celofán transparente.



Ponéis la parte de goma, con cuidado de no tocarla, sobre el pinchazo, procurando que quede lo más centrado posible. Y con el mismo desmontable vamos presionando del centro hacia los bordes del parche, sobre el celofán, para que quede bien fijado y sin burbujas de aire.


Esperamos un instante y ya podemos retirar el celofán. Tampoco pasa nada si lo dejamos ahí.


Y es importante que examinemos si hay otro pinchazo. Es poco probable, pero posible: que hayamos pinchado en dos o más sitios. Asi que podemos comprobar si hay algún otro escape.


Realizado esto, basta realizar el proceso en sentido inverso: metemos la cámara en la cubierta empezando por la válvula, que insertaremos en su alojamiento de la llanta.


Después podemos ir metiendo la cubierta presionando con las manos. Conviene darle un poco de aire a la cámara para evitar pinzarla si necesitamos usar algún desmontable para terminar de meter la cubierta, cosa que haríamos igual que para quitarla, pero en vez de girar el desmontable hacia los radios, lo giraríamos en sentido contrario, con lo que terminaría de meter la cubierta en la llanta fácilmente.


Damos un poco más de aire a la cámara y ya podemos montar la rueda en la bici.


Si tiene el sistema de palanquín, bastará girar el tornillo opuesto al palanquín para darle cierta pretensión hasta que notemos que el palanquín ofrece cierta resistencia al cerrarlo, aunque no demasiada.


Si no, como es el caso, volvemos a apretar el tornillo con la llave. Sin pasarnos.


Volvemos a montar el freno y ya estamos listos para seguir nuestro paseo.


Como os recomendé cuando os hablé de las herramientas que debemos llevar en la bici, si habéis tenido la precaución de llevar unas toallitas húmedas, hasta podréis tener las manos limpias en segundos.


Si llevabais una cámara de repuesto, el proceso es mucho más rápido y os libráis de la incertidumbre de localizar el pinchazo in situ. ¡Pero no olvidéis examinar bien la cubierta!


Un consejo final: el proceso que quizá pueda pareceros más complicado es justamente el desmontaje de la rueda, sobre todo la trasera (lo vimos en el otro post de reparar pinchazo en bici). Asi que practicad en casa montando y desmontando la rueda para coger un poco de soltura. Asi todo será coser y cantar cuando ocurra lo inevitable...


Aprovecho para invitaros a todos a usar más vuestra bici. Este vehículo es sin duda lo más práctico para desplazarnos por ciudad por su economía, rapidez y por lo beneficioso que resulta el ejercicio.

Y, por supuesto, no contamina el medio ambiente, con lo que también aportamos nuestro granito de arena para preservarlo.


¡Animaos a cogerla!

jueves, 24 de junio de 2010

Soldadura de materiales plásticos. Unir plásticos rotos. Pegar plasticos. Soldar plásticos.


Soldadura en plásticos



Amig@s: Otro interesante post que seguramente sorprenderá a más de un@ porque lo desconocería por completo.


Veréis: ¿a quién no se le ha roto alguna vez un objeto de plástico y ha tenido que tirarlo porque no había forma de pegarlo y no sabía otra forma de repararlo?


A veces el objeto es la pieza de una nevera, coche, un juguete o parte de un aparato que es insustituible y tenemos que fastidiarnos sin reparar la pieza y a veces hasta tirar todo el aparato por eso.


Los plásticos suelen tener bastante dificultad para ser pegados, ya que son pocos los pegamentos capaces de hacerlo de una manera consistente, y los que lo hacen, lo logran porque derriten las dos superficies a pegar y así las unen.


De hecho, si tenéis niños en casa, os será de inestimable ayuda tener siempre a mano un tubo de pegamento para plásticos rígidos, aunque sea uno adquirido en un bazar de todo a 0.60€, porque no pararéis de usarlo pegando sus coches y otros juguetes de plástico.


Pero hay ocasiones que no es lo bastante eficaz, aunque por suerte disponemos de otra solución.

El caso de hoy, es uno de estos casos en que el pegamento ha fallado a pesar de ser específico para el material a pegar.


Se trata de la barandilla de un estante de la puerta de la nevera. Es una pieza muy útil porque sin esta barandilla apenas se puede poner nada en el estante del interior de la puerta, ya que el objeto queda suelto y se caería cada vez que abriésemos la puerta de la nevera.


Vemos que es de plástico transparente rígido.


Como os decía, hay otra técnica para reparar los plásticos rotos: Pues si bien este tipo de material es muy poco apto para el pegado, sí que podemos aprovecharnos de otra de sus características: funde muy fácilmente.


En realidad, es una soldadura, porque vamos a derretir las dos superficies y vamos a incorporarle más material que le dará mayor fuerza.


En los talleres suelen reparar de esta forma los parachoques de automóviles agrietados o con leves roturas: es mucho más económico soldarle la pieza rota o agrietada que sustituir todo el parachoques.



Como herramienta vamos a utilizar un soldador para estaño, originalmente destinado a soldar cables eléctricos.

Este soldador tiene la particularidad que es súper rápido y en dos segundos ya tenemos la punta al rojo vivo y lista para usar.


Ciertamente, no debemos dejarlo conectado más de diez o doce segundos (el fabricante recomienda no tenerlo más de 15 segundos seguidos conectado), pero tenemos de sobra.

Además dispone de luz que proyecta sobre la pieza a soldar y nos facilitará bastante el trabajo.


Si no disponéis de este aparato, podéis usar un cuchillo o un destornillador viejo, por ejemplo, calentándolo al fuego para lograr la temperatura adecuada para poder derretir el plástico. Es más trabajoso y menos efectivo, pero totalmente válido.



Pues bien, empezamos raspando los labios de la pieza, que tienen restos de pegamento y seguidamente ponemos la pieza bien derecha, con los bordes rotos o labios bien juntos y los bordes alineados.





Entonces damos una pasada rápida, casi de prueba, por toda la rotura. Mayormente es para empezar a fundir y que se unan ligeramente las dos piezas y podamos trabajar más cómodamente sin que haya riesgo que se muevan o separen entre sí.

También así estudiaremos hasta qué punto se derrite el plástico y cuánto podemos insistir sin llegar a hacer un boquete en la pieza, lo cual no nos interesa en absoluto.



Damos un par de pasadas más insistiendo un poco más.


Ahora llega el proceso clave: al derretir los labios de la pieza, esta zona ha quedado más hundida, más delgada que el resto, con lo que tenemos la pieza pegada –al menos por un lado- pero si la dejásemos así, no duraría mucho.


El truco está en buscar algún material similar al que estamos pegando, de características parecidas, e incorporarlo a la pieza.



En este caso, he encontrado un bolígrafo gastado. La parte externa es muy similar a la pieza rota: plástico muy duro y rígido y de color transparente.


Con unos alicates rompemos el bolígrafo y sacamos varias tiras delgadas.



Calentamos otra vez los labios soldados de la pieza y rápidamente y con cuidado, colocamos un trocito del bolígrafo.

Podemos ayudarnos de un palito para sujetarlo por un extremo mientras fundimos el otro. Así no se moverá y nos permitirá poco a poco dejarlo totalmente fundido sobre los labios de la pieza rota.


Es importante dar pasadas lo más rápidas posibles para que el plástico coja calor, pero no se queme, pues se tornaría demasiado quebradizo y adquiriría un feo color negro.


Es cuestión de práctica. Con varias pasadas rápidas y superficiales, logramos eliminar las zonas más salientes y darle un aspecto más uniforme.


Le damos la vuelta a la pieza y hacemos lo mismo por el otro lado: damos unas pasadas rápidas, incorporamos un poco de material y lo fundimos en la pieza.


Por supuesto, si vais a soldar una pieza de plástico que es muy visible, no es necesario soldarla por la parte visible. Si lo hacéis bien, la pieza quedará perfecta por fuera, pero muy resistente por el refuerzo interior.


En nuestro caso, es una pieza muy fina y, de todos modos, es transparente, de modo que he optado por añadir también material por la parte externa.


Por mucho cuidado que hayamos tenido, quedarán pequeñas irregularidades y zonas opacas e incluso ennegrecidas.



Lo vamos a solucionar poniendo un trozo de cinta autoadhesiva de aluminio cubriendo la parte central de la pieza. Basta colocarla por fuera, ya que por dentro no se va a ver.

Si queréis un acabado perfecto, podéis dar una lijada superficial que elimine los abultamientos visibles y seguidamente pegar la cinta. En mi caso, no lo he hecho, lo he dejado para otra ocasión en que pueda mejorar el acabado.


También podéis pegar cinta de estas características en las demás piezas de la nevera, y así parecerá que es la decoración de fábrica de ésta y nadie sabrá que tiene un desperfecto.


O bien podéis demarcar la zona con cinta de carrocero y pintar con un tono a juego con la pieza reparada. Así también reforzaréis la unión.

El motivo decorativo lo dejo a vuestra elección


Esta técnica de soldadura también la usé para reparar el guardabarros de la rueda de un cochecito de bebé, de material similar a los parachoques actuales de los coches. El resultado fue óptimo y lleva meses de buen funcionamiento.


Respecto a este soldador rápido, tengo que decir que nunca me dio buen resultado para la soldadura de cables, quizá por estar acostumbrado a los soldadores clásicos, que tardan más tiempo en coger temperatura, pero también se pueden dejar más tiempo conectados.

Sin embargo, las puntas intercambiables de este soldador rápido me han hecho descubrir un nuevo mundo: la soldadura de plásticos.


Y también sirve para cortar este tipo de material, como ya os dije en el post de las mosquiteras: que las corté fácil y limpiamente con este aparato, que también dejó el corte en el tejido rematado.


Unos consejos finales: Si vais a soldar plásticos, hacedlo en un lugar bien ventilado y evitad respirar los vapores resultantes, que pueden ser muy tóxicos. Jamás lo hagáis en una habitación pequeña cerrada. Aparte de la toxicidad, huele bastante mal.


Si la pieza va a estar sometida a tensiones de cierta consideración, podemos incorporar también unos trocitos de alambre que podemos calentar con el soldador hasta embutirlos en la pieza. Actuarán a modo de tirantes manteniendo los dos lados bien unidos.


Y el último: cuando empecéis a soldar el plástico, veréis cuánto hay que insistir para que no perforemos o derritamos más de la cuenta la pieza… Pero hay que tener mucho cuidado con la zona de los bordes: al estar esta zona sin material alrededor, coge mucho más calor y podéis hacer fácilmente una muesca, al derretirse y replegarse el borde sobre sí mismo. Trabajad en estas zonas con sumo cuidado.


El tiempo de nuestra reparación ha sido de unos diez minutos y hemos salvado la pieza y la balda de la puerta de la nevera sigue siendo utilizable. Y no nos ha costado nada. ¿No merece la pena?


Animaos a realizar estas pequeñas tareas de bricolaje ¡Y apuntaros como seguidores del blog! No cuesta nada y apoyáis mi trabajo... Y una sugerencia final: si tenéis cualquier duda o consulta, usad el apartado de comentarios situado más abajo. Si todos pueden conocer tu duda y leen mi respuesta, será mucho más enriquecedor para todos.



martes, 22 de junio de 2010

Cómo limpiar cadena de bici. Lavar bici. Limpiar bici. Limpiar transmisión y cadena de bici


MANTENIMIENTO BÁSICO DE LA BICI



Amig@s: Vamos a seguir con este vehículo, sin duda el mejor para desplazarnos por la ciudad, el más ecológico, económico y que, además, nos pondrá en forma… La bici.


Ya vimos en otros post algunas formas de realizar el mantenimiento básico de la bici: la necesidad de mantener la cadena, piñones, platos, desviadores y roldanas perfectamente limpias y engrasadas para prolongar su vida y evitar molestos ruidos y desgastes prematuros innecesarios.



Esta cadena parecía limpia, pero pese a que la foto ha salido oscura, podemos apreciar granitos de arena que se ven por el borde...


Pero hay formas y formas de hacer las cosas: podemos dedicarle mucho tiempo a la bici, usar productos específicos y generalmente costosos… o bien podemos hacerlo de un modo muy efectivo, sencillo, limpio y económico.


La experiencia me dice que si bien podemos usar un producto para eliminar los restos de grasa, lo mejor es realizar un mantenimiento frecuente que haga innecesario el uso de este producto, por ejemplo.

Y que si bien podemos usar un chorro de agua a presión con cuidado y conscientes que eso conlleva cierto riesgo, que lo mejor es un lavado a mano: sencillo, fiable, económico y rápido.


Veréis: el aceite de la cadena es un producto que tiende a secarse con relativa facilidad y más si circulamos por lugares con polvo.

Yo suelo en mi recorrido habitual pasar por algunos sitios con arena y tierra, que hace que cuando termino el paseo, toda la parte baja de la bici y sobre todo la trasera, esté cubierta de polvo.


Aunque no lo veamos o no queramos verlo, lo cierto es que si las partes de la bici que están secas han cogido tanto polvo, las partes húmedas: platos, piñones, cadena… habrán cogido mucho, mucho más polvo. Y ya os comenté que los restos de polvo, arena, tierra… pueden actuar como limas o lijas que aceleran el desgaste de los elementos de nuestra bici.


De modo que un modo sencillo de mantenimiento sería pasar un papel de cocina por toda la cadena cada ciertos kilómetros. Yo suelo hacer unos 30km en cada salida, de modo que lo hago prácticamente cada vez. Esto hace que los restos de aceite aún líquido junto con el polvo que se ha adherido a él salgan fácilmente sin necesidad de más productos.


Eso sí, recomiendo que os pongáis al menos en una mano un guante resistente que debéis dejar para esta función, para evitar mancharos innecesariamente. Así es muy limpio y rápido.


No hay más que ver la suciedad negra que sale de la cadena para comprender lo necesario que es para nuestra máquina este proceso.


Tras esto, podemos pulverizar la cadena con un aceite en spray, procurando que salga lo mínimo para no dejar la cadena demasiado mojada en aceite.

Podemos hacerlo pulverizando sobre la zona de los platos a la vez que giramos los pedales. Así evitamos la delicada zona de los frenos de disco.


Finalmente, con mucho cuidado para evitar los frenos, añadimos un poco de aceite a las roldadas del desviador trasero y el casette de piñones.


No debe gotear aceite por ningún sitio. A más aceite, más costará después limpiarlo. Podemos hacer girar la rueda trasera cambiando a todos los platos y piñones para lograr que el aceite se distribuya por todos los elementos.


A parte de este sencillo mantenimiento que se hace en cinco minutos a lo sumo, podemos hacer otro que yo suelo hacer cada tres o cuatro veces que cojo la bici. O sea, cada sesenta o noventa kilómetros.


Consiste en hacer una limpieza un poco más exhaustiva: aparte de la suciedad de la cadena, ya se acumula bastante polvo en las ruedas, frenos, etc. La bici en general está sucia y aunque podemos pasarle el plumero y eliminar el polvo más visible, la cadena también precisa una limpieza más a fondo.



Para ello, coloco la bici en su soporte. Este práctico elemento apenas abulta cuando está plegado, pero nos da una enorme comodidad para cualquier proceso de mantenimiento. También podéis hacerlo sin él, naturalmente, pero será un poco más difícil.


Tomo un cubo con algo de agua limpia y una esponja suave (en realidad, un simple trozo de goma-espuma) y pongo directamente sobre la esponja un buen chorro de detergente de lavar los platos.

Es importante que pongamos bastante porque eso también hará que no se engrase la esponja y podamos usarla muchas veces.



Procedemos a enjabonar la cadena a fondo.


La cadena es donde se puede acumular más suciedad incrustada, así que hacemos hincapié en esta zona. También ponemos bastante espuma en los platos y piñones. Ha de quedar toda la zona perfectamente enjabonada.

Tras dar un enjabonado a los desviadores y freno trasero y delantero, podemos dar un repaso a las llantas y a todas las zonas del cuadro que lo precisen…


Después, basta enjuagar bien la esponja y aclarar con agua limpia. Normalmente no es preciso enjabonar los radios porque la caer el agua desde arriba con los restos de jabón, arrastra la suciedad de los radios y las llantas. Yo suelo poner la esponja empapada sobre la rueda, ligeramente por detrás del centro y giro la rueda hacia delante, con lo que al estrujar la esponja, y girar la rueda lentamente, se logra que el agua arrastre todo el jabón y restos de suciedad.


Igualmente, aclaramos todos los elementos enjabonados: cadena, platos, piñones, frenos, cuadro…


Es importante tener una fregona a mano, pues aunque se precisa una cantidad de agua sorprendentemente pequeña para realizar el proceso, lo cierto es que el agua sale bastante sucia y si la recogemos de inmediato, también el suelo se limpiará… de lo contrario, los restos quedarán pegados al secarse el agua.



Finalmente, podemos realizar el secado. Cuando hago el proceso en verano, que hace calor y el secado se realiza relativamente rápido, me limito a secar la cadena y a escurrir el agua de las ruedas haciéndolas girar ¡cuidadín, que el agua sale repelida con fuerza, poned un cartón o plástico que contenga las salpicaduras! Y si no, siempre está el método lento: pasar un paño seco.


Hacemos hincapié en el secado de la cadena, que realizaremos con un papel de cocina, que eliminará rápidamente la humedad superficial junto con restos de suciedad que haya podido quedarse.


Aunque la cadena parezca seca, puede tener humedad dentro de los eslabones, así que prefiero esperar unas horas antes de proceder al engrase, que sería similar al que os he explicado antes: humedecer ligeramente los elementos susceptibles de desgaste evitando el exceso.

Si nos pasamos con el aceite, siempre podemos pasar un papel de cocina absorbente para retirar el exceso.



La cadena y toda la bici ha quedado impecable y hemos realizado el proceso en unos veinte minutos a lo sumo.


Habrá quien prefiera dejar la bici sin mantenimiento… pero a la larga eso es desgaste prematuro y dinero extra que tendremos que soltar de nuestros bolsillos cuando tengamos que cambiar antes de tiempo la cadena, piñones…etc.


Todavía tenemos que ver muchas cosas sobre nuestra bici: repararemos un pinchazo, repararemos un cable de cuentakilómetros que ya reparamos en otra ocasión, pero no quedó perfecto; veremos más fotos de mis paseos en bici…


¡Animaos a coger la bici y no dudéis en realizarle un buen mantenimiento!


viernes, 18 de junio de 2010

Montar disco duro externo. Hacer disco duro externo. Ampliar memoria de ordenador. Disco duro sata 2


Disco duro externo



Y seguimos trabajando con nuestro viejo ordenador para actualizarlo. Como ya os dije, este ordenador tiene un disco duro de 8Gb… Basta que le metamos el sistema operativo y algún que otro programa: antivirus, Office, etc para que la memoria se quede prácticamente en nada.


Así que es un asunto necesario ampliar la memoria ROM. Lo ideal hubiera sido meterle un disco duro de al menos 50Gb. El problema es que en el mercado nos encontramos con el sistema antiguo de conexión –En realidad sería el que necesitamos-

Pero los nuevos discos duros Sata ó Sata2 son mucho más económicos, con mayor capacidad de almacenaje, mayor velocidad de transmisión de datos…. Pero no podemos conectarlo a este antiguo ordenador porque la placa base carece de este sistema de conexión.


Si nuestro ordenador fuese más reciente, sería tan sencillo como comprar el disco, un cable para conectar la electricidad y otro para los datos y conectar la placa base con el disco duro. La fijación del disco duro al pc sería como la que hicimos para montar el DVD: con tornillos.

Y las conexiones están hechas para que sólo admita una posición. Así que si no forzamos nada, es de lo más sencillo.

Con el sistema antiguo, tenemos que decidir si queremos que la nueva unidad de disco duro sea esclava o primaria –o sea, que almacene datos o sea la que dirige a la otra- Y esto es muy sencillo: basta poner una pieza conectora uniendo dos pinchitos del conector de la parte central trasera -basta seguir las instrucciones y ponerle la piececita en el lugar que indica el propio disco duro para convertirlo en primario. Si no le ponemos nada. Será servidor.



Pero en nuestro caso, hemos optado por otra solución: en vez de montar un disco duro nuevo en el ordenador viejo… vamos a comprar un disco duro, convertirlo en disco duro externo y así nos servirá para éste o cualquier otro ordenador. Aparte que es más económico.


Si en el peor de los casos el viejo ordenador nos fallara, no tendríamos ni que abrirlo: bastaría desconectar el disco duro del puerto USB al que está conectado y enchufarlo en otro ordenador.


También podemos usarlo simplemente como un gigantesco pendrive: podemos cargar todas las películas, música, archivos grandes y pequeños que queramos y pasarlos a otro ordenador.


El único problema es que al ir por fuera, es susceptible de sufrir algún golpe por un descuido. También tiene el inconveniente de aumentar el cableado, ya que necesita una fuente de alimentación externa –similar al cargador de batería de un móvil- y el cable USB. Aunque estos cables pueden ponerse por detrás y quedar prácticamente invisibles.


Pues bien, hemos encontrado un disco duro SATA2 de 250GB por unos 37€. Una caja para montarlo de unos 16€ -incluye cables y fuente de alimentación- y solo queda el montaje:



Sacamos las piezas de sus embalajes.




Abrimos la tapa frontal de la caja aflojando dos tornillos.



Y vemos que la parte opuesta se desliza hacia detrás, dejando a la vista un hueco para acoger el disco y un circuito impreso con las conexiones SATA2.





Basta conectar el disco.



Y por supuesto, atornillarlo a los perfiles laterales, como hubiésemos hecho de haberlo montado en la torre.


Volvemos a cerrar la caja y poner los tornillos… ¡Y ya está listo para el uso!


Sólo queda formatear el disco y hacerle las particiones que queramos, como haríamos con cualquier disco duro de cierta capacidad.


Hacer esto es muy interesante dada la capacidad del disco. Podremos acceder más fácilmente a los datos y caso que una partición se nos infectase con un virus, no lo perderíamos todo… bueno dependiendo del virus, naturalmente, pero es en cualquier caso más seguro.


Es un disco totalmente silencioso, muy veloz y al conectarlo vemos que tiene una luz indicadora de funcionamiento en la parte delantera. También tiene interruptor en la trasera, muy interesante para poder desconectarlo de forma segura y rápida.


Y, por supuesto, podemos meterle un disco de la capacidad que deseemos…. Siempre que nos lo permita el presupuesto. En mi caso, como ya tenía un disco duro de 1.5Tb, no precisaba uno mayor y me he ido casi al más económico.


Pero si queréis ir a lo grande, hay discos duros en el mercado de enorme capacidad. En cualquier caso, los 250Gb de capacidad de este disco ya dan cierto desahogo.


Si lo comparamos con un pendrive de 16Gb (en realidad al formatearlos se quedan en unos 15Gb) -que suele costar alrededor de 30€ el más económico-, vemos que su precio es realmente interesante, pues cuesta menos del doble (por el doble podríamos haber comprado un disco de 320Gb) y tiene algo más de 16veces más memoria.

O sea, que podríamos meter el contenido de 16 pendrives de 16Gb en nuestro disco duro. Y 21 pendrives de 16Gb si se tratara de un disco duro de 320Gb.


Os recuerdo que para desconectar cualquier dispositivo conectado a un puerto del ordenador, debemos darle a la opción que sale en la barra de tareas del escritorio de extraer dispositivo.

Cuando el ordenador lo haya autorizado, podemos proceder a la extracción y en el caso del disco duro externo, lo apagamos antes mediante el interruptor.


Yo suelo colocar la mano sobre el disco duro externo, una vez autorizada la extracción, y cuando noto que ha dejado de funcionar, procedo a apagarlo. Suele tardar unos 15 ó 20 segundos.


Por supuesto, si vamos a usar este disco duro externo conectado permanentemente al ordenador, no es necesario extraerlo ni apagarlo. En todo caso, desenchufarlo de la red una vez que hayamos apagado el ordenador, ya que la fuente de alimentación se puede calentar o en cualquier caso, consumir electricidad sin necesidad y arriesgarnos a que se estropee.


Deciros finalmente, que también hay en el mercado discos duros multimedia –de costo algo superior a los discos duros normales- Pero con la posibilidad de poder conectarlo a nuestra televisión o equipo de música con vistas a ver películas, documentales o escuchar nuestra música favorita sin tener que estar pasando los archivos a pendrive, Cd o DVD.


Con esto prácticamente hemos terminado de actualizar el ordenador, pues no precisa ampliarle la memoria RAM.


En cualquier caso, para hacerlo, bastaría proceder como vimos para limpiar las placas de memoria pero en vez de colocar las mismas, ponemos otras de mayor capacidad.

Consultad en vuestro proveedor o tienda si la placa de memoria que vais a montar es compatible con vuestro ordenador y listo.