Amig@s: Ya sabéis que me encanta trabajar la
madera.
Sin embargo, mi cepillo era bastante sencillo. Prácticamente, el modelo más económico.
Sin embargo, mi cepillo era bastante sencillo. Prácticamente, el modelo más económico.
Es cierto que con él he podido hacer bastantes cosas: redondear palos, afinar listones, arreglar puertas con roces...
Pero su ajuste deja mucho que desear, porque hay que estar trabajando con los dos tornillos de ajuste a la vez para lograr que la hoja quede derecha.
Y si queremos meter la cuchilla un poco, tenemos que aflojar los dos tornillos, hacer retroceder la cuchilla y después volver a apretarlos para evitar que la cuchilla retroceda al primer roce con la madera...
Sin olvidarnos de aflojar y apretar después el tornillo que bloquea la cuchilla. Aparte, ésta se desafilaba y mellaba enseguida…
Así que me he decidido a comprar un cepillo
de calidad.
Como ando algo justo de presupuesto, me decidí a mirar si había alguno de segunda mano… Y así fue.
Como ando algo justo de presupuesto, me decidí a mirar si había alguno de segunda mano… Y así fue.
El cepillo está impecable. Parece recién
comprado en la tienda, pese a ser un modelo antiguo de Stanley –antiguo pero no
pasado, que aún se fabrican y venden-.
Al tacto, se nota la diferencia con respecto a mi viejo cepillo… el peso, la calidad y la facilidad de ajuste de la cuchilla, que basta darle un giro al tornillo para meter o sacar la cuchilla. Y si queda algo torcida, basta darle a la palanca para que inmediatamente quede derecha… ¡Y a un precio increíble!
Al tacto, se nota la diferencia con respecto a mi viejo cepillo… el peso, la calidad y la facilidad de ajuste de la cuchilla, que basta darle un giro al tornillo para meter o sacar la cuchilla. Y si queda algo torcida, basta darle a la palanca para que inmediatamente quede derecha… ¡Y a un precio increíble!
Claro, la cosa estaba, como descubrí cuando
lo examiné más tarde, en que el mango estaba partido.
La verdad, no me importa
en absoluto, pues todo lo demás está perfecto.
Pensé en fabricar un mango yo mismo para reemplazar el roto… Pero, al menos provisionalmente, voy a repararlo, ya que me resulta muy complicado adquirir una madera de calidad para tallar el mango.
Lo cierto es que esta es la pieza más delicada del cepillo, porque éste tiene cierto peso y el mango está sobresalido y es relativamente delgado, con lo que un golpe puede hacer que fácilmente se rompa, como de hecho le habrá pasado a éste. Por eso quiero deciros cómo lo he reparado, por si a vosotr@s os pasa lo mismo.
Vamos a empezar a desmontar el mango.
Levantamos la lengüeta de la pieza que sujeta
la cuchilla y la sacamos.
Seguidamente, sacamos también la cuchilla y la contracuchilla
que está fijada a ella y ya tenemos acceso al tornillo situado en la parte
superior del mango.
Con el destornillador plano grande de mi
Leatherman Rev, que siempre tengo a mano, extraigo en un momento el tornillo y
se nos queda el mango al aire.
Ahora se aprecia claramente la rotura.
Además de ser un mango relativamente delgado, tiene un orificio para que pase el tornillo. El agujero es de unos 8mm de diámetro, lo que también le quita resistencia al mango.
Además de ser un mango relativamente delgado, tiene un orificio para que pase el tornillo. El agujero es de unos 8mm de diámetro, lo que también le quita resistencia al mango.
Pero vamos al grano: debemos empezar por
sanear la pieza. A juzgar por el olor, deben haberle puesto masilla de cola de
pescado para disimular el roto… Pero también tiene algunos restos de pegamento
seco.
Todo esto hace que las piezas no encajen bien.
Si en vuestro caso se acaba de partir y no tiene restos de cola… cuanto menos lo toquéis mejor. En mi caso, no había más remedio.
Asi que con la cuchilla de mi Rev raspé bien
los restos de cola y masilla.
Para garantizar que no haya fibras sueltas
que puedan estorbar, he dado unas pasadas con un cepillo de púas de alambre.
El encaje sigue sin ser perfecto.
Por otra parte, veo que es realmente difícil poder presionar las piezas tras el encolado, porque tienden a desplazarse entre sí en cuanto apretamos un poco.
Por otra parte, veo que es realmente difícil poder presionar las piezas tras el encolado, porque tienden a desplazarse entre sí en cuanto apretamos un poco.
Así que esto me obliga a usar un pegamento
fuerte que tenga efecto relleno, ya que para usar cola blanca, las dos superficies
deberían casar perfectamente, y además darle suficiente presión.
Para lograr que se mantengan las dos piezas en su posición al apretarlas entre si, he buscado por el taller un perno largo de 8mm de grueso y lo he atornillado de modo que sobresalga un poco por la zona rota y ahí se pueda apoyar la otra parte del mango, evitando que se desplacen entre sí al apretar.
A lo largo del proceso, encontré un perno un poco más corto que hace la misma función pero sin sobresalir tanto.
Por supuesto, también probé a meter el perno largo entero y ponerle una tuerca por el otro lado para presionar las dos partes… Pero quedaban las dos partes del mango desalineadas.
Se ve que le orificio lo han hecho perforando por un lado y por el otro, de modo que no están totalmente alineados. De ahí que sea un orificio bastante más grueso que el tornillo que fija el mango al cepillo.
Pero, sigamos, tras la limpieza de la zona rota, pensé en añadirle un tirafondo por la parte de la base, hacia arriba, para que al encolar, hiciera presión… Pero no dio resultado porque quedaban las dos partes mal ajustadas.
Creo que lo mejor es poner pegamento epoxi de dos componentes, presionar las piezas con varios sargentos cruzados que logren un buen ajuste y, una vez seco el pegamento, poner el tornillo.
Así que procedo: coloco el mango sobre una tabla de
madera, con la precaución de poner un papel entre el mango y la tabla (¡No
queremos que el mango se pegue a la tabla!), y con dos mordazas o pinzas
mantengo las dos piezas apretadas contra la madera, logrando de este modo que
estén alineadas en el mismo plano.
Preparo el pegamento de dos componentes y lo
aplico con cierta generosidad en uno de los lados. Lo colocamos, y empezamos a fijarlos poniendo las dos pinzas.
Seguidamente, voy probando colocando los sargentos
de modo que presionen uniformemente las dos piezas entre sí…
Espero que podáis distinguir bien la foto.
Eso sí, es importante procurar presionar en las partes más sólidas de los extremos. Si el sargento aprieta en uno de los salientes, corremos el riesgo de que éste se parta.
Espero que podáis distinguir bien la foto.
Eso sí, es importante procurar presionar en las partes más sólidas de los extremos. Si el sargento aprieta en uno de los salientes, corremos el riesgo de que éste se parta.
Al día siguiente, examinamos la pieza. Parece
bastante fuerte, aunque no me fío aún de probarla…
Pero sí que podemos:
1º Extraer el perno,
2º Retirar el exceso de pegamento, antes que endurezca completamente, y...
3º Meterle ya el tornillo de refuerzo.
Pero sí que podemos:
1º Extraer el perno,
2º Retirar el exceso de pegamento, antes que endurezca completamente, y...
3º Meterle ya el tornillo de refuerzo.
Para lo primero, me ayudo de los alicates de mi Rev... la estrella de este post (tenía ganas de estrenarla, y ha superado la prueba con méritos).
El perno había pillado un poco de pegamento que había rebosado hacia el orificio interno... Pero ya digo, con estos alicates, sin problema.
Para lo segundo, uso la cuchilla de mi Rev. Con mucho cuidado y siempre evitando manipular el filo hacia nosotros y que no tengamos la mano delante del mismo, vamos raspando y cortando el sobrante de pegamento.
Se ve que por el exterior aún tenía restos de cola de pescado, porque el adhesivo sale con cierta facilidad y sin estropear el barniz.
El perno había pillado un poco de pegamento que había rebosado hacia el orificio interno... Pero ya digo, con estos alicates, sin problema.
Para lo segundo, uso la cuchilla de mi Rev. Con mucho cuidado y siempre evitando manipular el filo hacia nosotros y que no tengamos la mano delante del mismo, vamos raspando y cortando el sobrante de pegamento.
Se ve que por el exterior aún tenía restos de cola de pescado, porque el adhesivo sale con cierta facilidad y sin estropear el barniz.
Tras retirar lo más basto, podemos pasar la
lima de la misma multiherramienta para lograr un mejor acabado.
Respecto al tornillo de refuerzo, como ya tenía hecho el
orificio en la parte de la base (os recuerdo que traté de poner el tornillo
antes del encolado), sólo tengo que meter la broca fina para que haga el agujero
guía en el fondo e impida que el tornillo abra la madera.
El orificio de la parte donde queda la cabeza del tornillo lo hice más grueso con el fin que el tornillo no se atornille en esa zona, logrando que tire desde la otra pieza presionando las dos partes entre si.
El orificio de la parte donde queda la cabeza del tornillo lo hice más grueso con el fin que el tornillo no se atornille en esa zona, logrando que tire desde la otra pieza presionando las dos partes entre si.
Pensaba meterle un tornillo de 35 ó 40mm de
largo… Pero si metemos uno más corto, hará la misma fuerza, pero se atornillará
más fácilmente; debilitará menos la madera;
y nos será más fácil encontrarlo con la cabeza pequeña, ya que si la cabeza del tornillo es grande, puede estorbar al tornillo que fija el mango al cepillo.
y nos será más fácil encontrarlo con la cabeza pequeña, ya que si la cabeza del tornillo es grande, puede estorbar al tornillo que fija el mango al cepillo.
Así que dicho y hecho, con el destornillador
de estrella de mi nueva multiherramienta, meto el tornillo y lo dejo bien
apretado.
Se ve que no estorba para nada al orificio por el que tiene que entrar el tornillo del mango. ya que éste queda en el borde del agujero grande que vemos (se ve mejor tres fotos más arriba, donde está antes del encolado).
Se ve que no estorba para nada al orificio por el que tiene que entrar el tornillo del mango. ya que éste queda en el borde del agujero grande que vemos (se ve mejor tres fotos más arriba, donde está antes del encolado).
A falta del acabado del mango, ya podemos
volver a montarlo. Queda muy sólido.
Para disimular el pegamento blancuzco que asoma por la unión, podemos pintar, poner una cinta adhesiva, etc… Lo importante es que el cepillo sea funcional.
Pero a fin de cuentas, es la terminación, y quería que el cepillo quedase también bonito, aunque sea algo provisional...
Quería usar masilla de madera. Es específica para esto e incluso podría haberla comprado de un color igual o similar al del mango...
Pero ya tenía ganas de terminar. Además, repito, se trata de un arreglo provisional, ya que quiero hacerle el mango nuevo.
De modo que preparé una masilla con cola blanca, aserrín de madera más bien oscura y en vez de agua, usé café.
Aún así, se veía un poco más claro, de modo que retinté con un rotulador indeleble marrón oscuro.
El resultado ha sido ligeramente más oscuro en la zona de la rotura... pero con el uso tenderá a clarearse un poco con el roce y apenas se notará.
Aun así, vemos que es bastante discreto... vamos que si no le decimos a nadie que lo hemos reparado, ni se daría cuenta.
El proceso ha sido relativamente sencillo y rápido... y tenemos un estupendo cepillo en el taller... Y ya os contaré cómo funciona... ¡Me voy, que quiero cepillar algunos listones!
Para disimular el pegamento blancuzco que asoma por la unión, podemos pintar, poner una cinta adhesiva, etc… Lo importante es que el cepillo sea funcional.
Pero a fin de cuentas, es la terminación, y quería que el cepillo quedase también bonito, aunque sea algo provisional...
Quería usar masilla de madera. Es específica para esto e incluso podría haberla comprado de un color igual o similar al del mango...
Pero ya tenía ganas de terminar. Además, repito, se trata de un arreglo provisional, ya que quiero hacerle el mango nuevo.
De modo que preparé una masilla con cola blanca, aserrín de madera más bien oscura y en vez de agua, usé café.
Aún así, se veía un poco más claro, de modo que retinté con un rotulador indeleble marrón oscuro.
El resultado ha sido ligeramente más oscuro en la zona de la rotura... pero con el uso tenderá a clarearse un poco con el roce y apenas se notará.
Aun así, vemos que es bastante discreto... vamos que si no le decimos a nadie que lo hemos reparado, ni se daría cuenta.
El proceso ha sido relativamente sencillo y rápido... y tenemos un estupendo cepillo en el taller... Y ya os contaré cómo funciona... ¡Me voy, que quiero cepillar algunos listones!
.