Amig@s: Teníamos en casa una aceitera, para
poner aceite de oliva en las tostadas, ensaladas, etc que gustaba mucho a mi
mujer…. Pero como dice el sabio refranero popular “de tanto llevar el cántaro a
la fuente, acaba por romperse”. Y justamente, eso es lo que le pasó a la aceitera.
Guardé el tapón, que era lo único recuperable, ya que se hizo añicos al caer al
suelo.
Compramos otra aceitera… pero a los pocos
días, el cierre del tapón dejó de ser estanco, con lo que se salía más aceite
por los lados del tapón que por el pitorro. Era un verdadero desastre y,
además, la aceitera estaba siempre impregnada de aceite por fuera. Era un desperdicio
y un objeto sucio.
Así que he decidido adaptar el tapón de la
rota a ésta.
El problema es que el cuello de la aceitera actual es mayor que el de la anterior, con lo que no encaja.
El problema es que el cuello de la aceitera actual es mayor que el de la anterior, con lo que no encaja.
Pero en elTallerdeCarlos todo tiene arreglo.
Como el tapón antiguo ajusta con un corcho, voy a coger otro corcho y adaptarlo
a la nueva aceitera ajustando la forma y el tamaño. Veremos que es extraordinariamente
sencillo y nos permitirá usar limpia y eficazmente la nueva aceitera.
Para empezar, hay que buscar un tapón de
corcho. Yo he usado uno de una botella de vino. Es un tapón compacto, bien
prensado y perfecto para este uso.
Tomo el diámetro del tubito que va por dentro
para calcular el tamaño del orificio que hay que practicar al corcho. El tubo
tiene unos 9mm de diámetro, pero usaré la broca de 8mm para que entre ajustado.
Además, el corcho es muy blando y posiblemente la broca no corte como lo haría
en madera, dejando un orificio algo mayor.
Pensaba utilizar un taladro o un
destornillador eléctrico para realizar el orificio… pero coloqué la broca –para
madera- en el centro, empecé a girarla a mano y, sorprendentemente, el agujero
empezó a realizarse rápidamente.
Con lo que decidí hacerlo a mano… Eso sí, sujeté el corcho con unos alicates grip, en este caso me vino fenomenal los alicates de mi Crunch, que permitieron asir el corcho sin deformarlo o aplastarlo, al poder regular el cierre.
Con lo que decidí hacerlo a mano… Eso sí, sujeté el corcho con unos alicates grip, en este caso me vino fenomenal los alicates de mi Crunch, que permitieron asir el corcho sin deformarlo o aplastarlo, al poder regular el cierre.
Una vez iniciado el orificio –lo más centrado
y recto que pude hacerlo-,
pasé a sujetar con los mismos alicates la broca para girar el corcho. De este modo el orificio pasante sale más derecho, se hace más cómodamente y con mayor seguridad (siempre está el riesgo de cortarnos con los bordes de la broca si la giramos a mano).
pasé a sujetar con los mismos alicates la broca para girar el corcho. De este modo el orificio pasante sale más derecho, se hace más cómodamente y con mayor seguridad (siempre está el riesgo de cortarnos con los bordes de la broca si la giramos a mano).
En muy poco tiempo, la broca había atravesado
longitudinalmente el corcho.
A todo esto, ya es hora de retirar el corcho antiguo
del tapón, para dejar el vástago listo para poner el nuevo corcho. Se ve que
estaba pegado… pero apalancando un poco con la misma hoja dentada que usamos
para cortar el corcho, logramos que salga fácilmente.
Probamos a introducir el nuevo corcho en el
vástago o pitorro de acero del viejo tapón y va perfecto: ajustado pero sin forzar.
Lo pegaremos, pero de momento hay que ajustar el corcho al cuello de la nueva
aceitera para que pueda entrar.
Ahora voy a cortar el corcho transversalmente para dejarlo de la longitud del que tenía el tapón de la aceitera. Como para cortar y ajustar siempre hay tiempo, lo dejo un poco más largo. El corte lo hice, por cierto, con la misma multiherramienta, cuya hoja dentada hizo un corte limpio y recto.
Ahora voy a cortar el corcho transversalmente para dejarlo de la longitud del que tenía el tapón de la aceitera. Como para cortar y ajustar siempre hay tiempo, lo dejo un poco más largo. El corte lo hice, por cierto, con la misma multiherramienta, cuya hoja dentada hizo un corte limpio y recto.
Puesto que las hojas de la Crunch son más
bien cortas, saqué mi supertool300 y con su lima fui dando pasadas, más por el
extremo que por la base del tapón, para lograr una forma de cono truncado. Para
acelerar, saqué un par de finas lonchas con la cuchilla (¡mucho cuidado de no
poner las manos por delante del filo!). En unos minutos, ya entra perfectamente
en la botella. Ajustado, sin holguras.
Queda sacar el corcho del vástago para unirlo
definitivamente, pues con el aceite acabaría por lubricarse la unión del corcho
y el acero del vástago y se escurriría. El tapón debe sacarse entero, corcho y
vástago deben quedar bien pegados o tendremos problemas para rellenar la
aceitera.
Si os da reparo usar pegamentos en esta zona, siempre podéis probar a hacer el orificio del corcho más estrecho, para que encaje con más fuerza en el vástago. Yo, considero que así entra ajustado y la cola no va a entrar en contacto con el aceite, y lo pegaré.
Si os da reparo usar pegamentos en esta zona, siempre podéis probar a hacer el orificio del corcho más estrecho, para que encaje con más fuerza en el vástago. Yo, considero que así entra ajustado y la cola no va a entrar en contacto con el aceite, y lo pegaré.
Así que tomo un poco de cola de contacto,
limpio bien el vástago de acero y el corcho con un algodón y alcohol para
eliminar restos de aceite, y pongo un poco de cola en ambas superficies, en las
zonas donde entren en contacto. Esperamos unos minutos e insertamos el vástago
en el corcho. Dejamos secar.
Resultado: una aceitera que funciona
perfectamente. Ya no se sale el aceite salvo por el interior del pitorro y
permanece limpia por fuera. No hemos gastado ni un céntimo y, de momento, no
tendremos que comprar una tercera aceitera, jejejeje.