martes, 28 de diciembre de 2010

Construcción de horno solar parte 1. Horno solar casero. Beneficios del horno solar


EL HORNO SOLAR PARTE 1. LA HISTORIA INTERMINABLE


Amig@s: Como sabréis, vivo en Málaga, donde el Astro Rey pega de verdad, tanto en invierno como sobre todo en verano.


Todos sabemos que el sol es una verdadera fuente de energía: toda la vida que nos rodea, incluida la nuestra, es posible gracias a esta energía limpia y gratuita… Un verdadero don.


Todas las plantas verdes pueden hacer la fotosíntesis, mediante la cual pueden obtener energía del sol para transformar sales minerales y agua en azúcares, proteínas, vitaminas…


Y todos los demás seres vivos, nos aprovechamos de modo más directo o indirecto de esa energía.


Pero podemos aprovecharnos incluso para ayudarnos a quemar menos combustibles fósiles y así contribuir a conservar la Naturaleza y también ahorrar dinerillo, que a nadie le sobra.

La energía del sol se puede aprovechar de varias formas: podemos usar paneles fotovoltaicos para generar electricidad que después podemos usar para iluminación, calentar el agua o el ambiente de casa…

Pero este sistema se escapa un poco de nuestro alcance, ya que hay otros modos más directos, sencillos y económicos de aprovechar esta fuente inagotable de energía.


Efectivamente, también podemos usar paneles con circuitos de agua para obtener agua caliente para nuestro aseo o calefacción del hogar.


Y otro modo aún más sencillo sería simplemente cocinar con la energía del sol.


Parece algo mágico. De hecho, cuando me he informado y he visto lo sencillo, económico y eficaz que es un horno solar, me he hecho la pregunta del millón: ¿Cómo es posible que se vean tan pocas cocinas y hornos solares?

Realmente es para que se hubiera comercializado y se vendieran en los supermercados por muy poco dinero, tales son las ventajas que supone este tipo de cocinas. En todos los hogares debería haber un horno de este tipo.


Sin embargo, parece como si echaran un tupido velo sobre este tema… no sé si por intereses económicos para grandes empresas…, pero lo cierto es que cocinar con hornos solares es algo que solo reporta beneficios para nosotros y nuestro medio:

La comida se hace más lentamente que con un horno o cocina convencional, con lo que podemos poner la comida, irnos al trabajo y olvidarnos de ella, que no se pegará.

Al hacerse más lentamente, los alimentos tendrán mejor sabor y conservarán más nutrientes que cocinados a fuego rápido convencional.

No nos costará absolutamente nada calentar los alimentos y cocinarlos: mientras sea de día y luzca el sol, podremos disfrutar de un horno conectado… directamente al sol.


Al no usar energía obtenida artificialmente quemando combustibles sólidos no renovables y que aportan Co2 a la atmósfera, podemos evitar acelerar el efecto invernadero del planeta y poner nuestro granito de arena para conservarlo. Y, amig@s, muchos granitos de arena hacen una playa.


Y como digo… ¡Es totalmente gratis!



Podemos fabricar un horno solar viable con cartones, papeles de periódico, unos trozos de papel de cocina tipo aluminio, un trozo de vidrio, cola blanca y cinta de carrocero y/o americana.

Tenemos bastantes webs donde se describe la construcción de hornos solares muy efectivos.



Y si vivís en zonas donde el sol no incide con tanta fuerza como en mi ciudad, siempre podréis añadirle paneles reflectores de mayor tamaño que harán que aumente su eficacia.


Yo pensaba hacer un horno sencillo, con cajas de cartón para hacer la prueba y después pasar a hacer un prototipo más sólido y duradero, resistente a la intemperie.

Pero tras navegar por Internet, ver las experiencias y la diversidad de hornos solares existentes (lo que indica que tampoco es tan complicado, ya que funcionan todos) he visto claro que es tontería trabajar dos veces y voy a hacer directamente un horno robusto para montarlo en mi terraza.


Desgraciadamente, los hornos solares no sirven para freír alimentos, ya que solo cuecen. Para las frituras también existen cocinas solares que suelen funcionar con reflectores en forma de parábola o paneles de grandes dimensiones… aunque también he visto algunos hechos con un simple quitasol de parabrisas de coche y parecen funcionar muy bien.


También podemos hacer el horno plegable, con lo que podemos llevarlo de excursión y saborear de una deliciosa comida campestre sin necesidad de hacer fuego –cosa que está prohibida en muchos lugares-. Calentarnos agua para saborear un café o té. O incluso esterilizar el agua que podamos recoger de una fuente o arroyo para nuestra seguridad. O bien llevarlo a casa de nuestros amigos favoritos y sorprenderlos con este invento.



En mi caso, haré uno bien sólido, que garantice una gran resistencia al viento y a la lluvia y que dure muchos años.


Como siempre digo: os muestro mi proyecto y su ejecución… Cada uno puede adaptarlo a sus necesidades, disponibilidad de materiales…


En la medida de lo posible, no voy a gastarme absolutamente nada en la construcción de este horno solar. Emplearé materiales reciclados y recuperados de otras tareas que he realizado ¡un horno 100% ecológico, económico y funcional!


Como dije antes, hay muchos tipos de hornos solares: algunos están hechos con dos simples cajas de cartón metidas una dentro de la otra con periódico entre ambas a modo de aislante. La parte superior se abre para hacer el reflector con la misma zona cortada y en el hueco se pone un cristal o plástico resistente al calor.



Algunos ya tienen cierta inclinación para aprovechar al máximo el sol. Otros tienen la caja muy pequeña y de forma cúbica, pero enormes reflectores.


Todos tienen sus ventajas e inconvenientes. Pero si queremos simplemente dejar los alimentos cocinándose lentamente sin tener que mover el horno, los primeros van muy bien. Los que tienen grandes reflectores suelen tener el inconveniente que hay que orientarlos hacia el sol cada 20-30minutos, aunque alcanzan mayores temperaturas.


Respecto a la orientación: es evidente que funcionan con el sol, así que hay que orientarlos al sur. Así que si tenéis alguna ventana orientada en esa dirección y no os da sombra ningún edificio… ¡Estáis de enhorabuena!


Yo siempre os digo que con el bricolaje podréis ahorrar dinero y contribuir al medio ambiente, ya que podemos seguir usando cosas que se han estropeado y acabarían en la basura…

Pero es que en este caso, el ahorro es mucho mayor… ¡Es un ahorro de electricidad o gas! Que consumimos forzosamente a diario y nos supone un gasto evidente.


¿Cómo es posible que funcione tan bien? Pues por tres motivos:

Al estar el interior del horno aislado del exterior, se convierte en una trampa de calor. El calor de sol se va acumulando y llega a generar temperaturas de 120 a 140º, más que suficientes para cocinar.

El segundo motivo es que tiene unas zonas metálicas –chapa y olla- de color negro mate y eso hace que absorba mucha luz, calentándose considerablemente. Este calor pasa a la olla, ya que el metal es muy buen conductor del calor. Y la misma olla, de color negro mate, también capta esa energía.

Y en tercer lugar, los reflectores externos mandan luz solar adicional al interior del horno, con lo que multiplicamos la energía que recibe la olla.



Resultado: un horno solar funcional y alimentado por el sol como única fuente de energía.


El horno solar no solo puede servirnos para cocinar un delicioso estofado, cocido, o unas lentejas… podemos hacer también repostería, pizzas, sopas, etc. ¡Animaros a haceros vuestro horno solar! ¿Tenéis algo que perder? ¡Pues adelante!


Si os ha sorprendido el título, lo de la historia interminable… Es que realmente todo el proceso ha sido bastante largo.

Es mi primer horno solar y he tenido que subsanar un montón de problemas sobre la marcha y más por tratarse de un diseño propio.

Ha sido en verdad un largo, largo recorrido en el que he disfrutado a tope haciendo bricolaje.


Sin duda es el proyecto más ambicioso que he publicado. Y de hecho, todavía estoy estudiando un panel reflectante plegable y algunas mejoras. Vosotros tardareis bastante menos si seguís mis consejos y trucos.


Al tratarse de gran cantidad de post, pues he explicado con detalle cada paso y las alternativas para hacerlo más rápido y sencillo, he hecho un post-resumen, que será el próximo que publique, donde veréis todo el proceso explicado rápidamente. Si tenéis alguna duda, no tendréis más que esperar unos días a que publique con detalle la parte del proceso que os interese.


Y si algo tampoco os queda claro entonces, ya sabéis que los comentarios con las dudas y sugerencias serán bien recibidos.


Aunque aún no lo tengo preparado, también quiero incluir al final algunas recetas que podréis preparar en el horno solar. Al ser una cocción muy lenta –tarda el doble que un horno convencional- Deberemos tener en cuenta algunas cosas, como poner muy poca agua.

Sin duda mi amigo Pepekitchen estará muy interesado en este artefacto. Le invito a que nos prepare algunas recetas para el horno solar.


¡Animáos vosotros también a hacer vuestro propio horno solar!

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Extractor portátil de taller. Humos en el taller. Extractor para soldar. Soldar sin humos ni gases


Extractor portátil para taller



Amig@s: Hemos hecho ya varios post sobre soldadura en nuestro improvisado taller y hemos hecho hincapié en la importancia de tenerlo bien ventilado.

Que aunque tengamos una ventana abierta y un ventilador que mande hacia ella el aire viciado, ya habríamos mejorado algo el asunto…


Pero nosotros vamos a ir un poco más allá: vamos a montar un extractor portátil y que sin embargo nos permitirá eliminar rápidamente la mayor parte de los gases desprendidos en el proceso de soldadura.



Para ello vamos a usar un sencillo extractor de cocina, de los que se suelen poner en el cristal de la ventana, una bolsa de basura grande y una caja de vino que vamos a reciclar.



La caja nos servirá para servir de soporte para mantener el extractor en posición vertical y al mismo tiempo para protegerlo de las chispas y material candente que se desprende en cualquier soldadura.


Finalmente, hará falta una manguera para gases que comunique el extractor con la puerta o ventana que usemos para que salgan por ella los gases.

Cuanto más gruesa sea la manguera, mayor eficacia tendrá.

Asimismo, debemos evitar las curvas en la misma. Las curvas hacen disminuir considerablemente la eficacia de la extracción.


Por supuesto, si tenéis un lugar fijo para realizar soldaduras y otras tareas que precisen de extracción de gases, como el uso de la radial o amoladora, también podéis colocar el aparato con una campana sobre la zona de trabajo.


Pero en nuestro caso, vamos a hacer un extractor portátil, para que cuando terminemos de soldar, podamos recoger rápidamente nuestro sistema de extracción y guardarlo hasta la próxima sesión de soldadura. Y la manguera será lo más innovador y sorprendente, porque no nos costará prácticamente nada y será totalmente plegable… ya veréis.



Para montarlo, empezamos por marcar la zona circular del extractor, que ha de salir por fuera de la caja.

Hacemos un orificio con un taladro en la parte interna de la marca y por ese orificio introducimos la hoja de la sierra de calar.


En este caso, hemos usado una hoja para cortes curvos, que es más estrecha y permite más fácilmente el corte curvo.

Yo he realizado el trabajo deprisa, entre otras cosas porque mi sierra de calar tenía un mal contacto y se paraba caprichosamente. La examinaremos en un futuro post. Digamos que el corte no ha sido el mejor que he hecho precisamente, pero nos vale.



Ya solo queda colocar el extractor, y ponerle un par de tornillos para fijarlo a la madera.


Finalmente, vamos a colocar un cable más fino que el que tenía. Así podemos pasarlo por el mismo agujero del asa de la caja de madera, que en principio vamos a dejarle.



Seguidamente, conectamos el cable a la clema de conexión y ya tenemos el extractor montado.


Podemos hacerle una especie de campana para favorecer la extracción de la parte delantera, donde vamos a realizar el trabajo.

Para esto, bastaria ponerle la propia tapa de la caja, pero dividiéndola en dos hojas, de modo que cuando tengamos el extractor en uso, bastaría poner la caja de pie y con las hojas de la tapa abiertas en forma de embudo.

Al terminar el trabajo, se cierra esta tapa y nos queda el extractor protegido. Estas tapas también le darán estabilidad a la caja del extractor, evitando caídas accidentales que podrían provocar la rotura del extractor.

De todos modos, siempre es conveniente colocarle algún peso en la parte inferior de la caja que la mantenga más fija a la mesa. Yo suelo colocar un trozo de viga de hierro.

No es imprescindible, pero nos da cierta garantía.

En mi caso, aún no he terminado las tapas, pero creo que basta que os explique cómo es para que sepáis hacerlo. En cualquier caso, lo explicaré en otro post.


Y por supuesto, también tenemos que montar el tubo de la salida de gases.


Como se trata de un extractor portátil, vamos a hacer un tubo que también sea fácil de poner y quitar y, sobre todo, que sea plegable. Así que vamos a hacerlo usando unos plásticos. Bastaría hacer un cilindro del grosor y longitud que necesitemos. Eso sí, debe ir lo más recto posible desde la salida del extractor a la ventana, pues cada curva hará que disminuya el rendimiento del extractor.


La misma fuerza del aire que expulsa el extractor se encargará de mantener el tubo derecho.



Podemos confeccionar el tubo usando una bolsa de basura grande y cinta de embalar.


Calculamos el diámetro que precisamos y de ahí sacamos la longitud de la circunferencia L=3,14*diámetro.


Con una sola bolsa, podemos obtener un tubo el doble de largo que ésta. O sea, si nuestra bolsa tiene 1m de largo, obtendremos un tubo de 2m.


Pero para eso debemos hacerle dos cortes, uno a cada lado largo, de modo que el fondo de la bolsa haga de “bisagra”. Posiblemente tengáis problemas con los laterales del fondo de la bolsa, que suelen estar replegados y soldados en el extremo del fondo.

Os sugiero ir cortando con cuidado, sin tirar, para obtener un rectángulo lo más limpio y recto posible. De todos modos, podréis eliminar después la zona que haya quedado peor al retirar el sobrante.



En mi caso, el extractor tiene la salida con un diámetro de 188mm, así que haremos un tubo de plástico de unos 20cm. O sea que precisamos un ancho de 40cm más lo que monte un borde sobre el otro.


He saneado el plástico extendiéndolo en el suelo, bien recto y con unas tijeras afiladas, se deslizan sin ni siquiera tener que abrirlas o cerrarlas. Sale un corte muy recto y limpio. Si creéis que vais a tener problemas, usad un cúter y un listón a modo de regla.


Doblamos el plástico por la mitad para comprobar cuánto tiene que montar y lo colocamos de modo que el empalme quede hacia arriba, en el centro (aproximadamente).



Medimos rápidamente para que quede más o menos del ancho deseado y ahora viene lo más sorprendente: tomamos un rollo de cinta de embalar (en este caso transparente) y pegamos una tira a todo lo largo del borde del plástico. A medida que desenrollamos la cinta, la ponemos y la aplastamos bien.


Seguidamente, damos la vuelta al tubo (ahora sí es ya un tubo cerrado) y hacemos lo propio por el otro lado, para que queden bien fijados los dos bordes.



Hacemos un cilindro del cartón que podemos hacer simplemente poniéndolo sobre el extractor y poniéndole unas grapas.



Metemos este cilindro en el tubo de plástico de modo que sobre un poco de plástico fuera del borde y ya solo queda meter el tubo cubierto con el plástico en el tubo de salida del extractor.


Lo encendemos y vemos que funciona aún mejor de lo que yo esperaba: el tubo se mantiene bien lleno de aire y comprobamos que el aire sale con fuerza por el extremo.


Y para plegarlo, basta meter este tubo de plástico dentro del cilindro de cartón. Si vamos a usarlo en breve podemos dejarlo así. Si no vamos a usarlo en un tiempo podemos incluso sacar el cilindro con el plástico dentro y aplastarlo ligeramente para que quepa dentro de la misma caja del extractor.


Si queréis hacer el tubo más largo, podéis empalmar dos o más bolsas, usando el mismo método que he usado para cerrar el tubo, aunque hay que considerar la potencia del extractor para ver si es viable.


Os aseguro que se nota la diferencia de soldar sin el sistema de extracción o con él conectado: no respiraremos los molestos y nocivos gases de la soldadura, nuestra nariz se mantendrá despejada, porque el extractor succiona el aire justo donde se está produciendo el olor y los gases y nuestra ropa y nuestra habitación de trabajo no olerá mal ¡Todo ventajas!