FRESADO DE LISTONES
Ya llevamos unos cuantos post dedicados a la litera que estamos reduciendo de tamaño. A algun@ le parecerá un poco pesado que dedique tantos post a esto… pero seguro que si a alguien se le está pasando por la cabeza hacer algo similar, estará encantad@, ya que podría haberlo publicado en uno o dos post, pero en ese caso no podría haberlo explicado con detenimiento, con trucos y sugerencias, que son la diferencia de que alguien sepa hacerlo o no sin tener experiencia previa. De todos modos ya estamos entrando en la recta final y sólo queda ultimar algunos detalles y montar la litera.
Continuemos con la increíble historia de la litera menguante… Ya vimos como con la sierra circular y usando el mismo banco de trabajo como plantilla, podemos cortar rápidamente todos los listones.
Sin embargo, no estoy totalmente satisfecho: algunos cantos han salido ligeramente inclinados quizá porque me apoyé demasiado en la sierra en los primeros cortes. Y los bordes se han astillado muy ligeramente pese a nuestros esfuerzos por evitarlo. Es una madera seca, dura y quizá deberíamos haber usado una hoja de la sierra circular con dentado más fino. Pero para eso tenemos nuestra querida fresadora.
Es una herramienta maravillosa. Al menos a mí siempre me deja unos acabados profesionales y eso que no es ninguna maravilla ni de precio, ni de potencia, y ni siquiera es de marca.
Eso sí, esto ya es el acabado final del corte y debemos esmerarnos mucho en la colocación de las piezas para lograr que todos los cortes sean exactamente iguales y las piezas queden todas exactamente igual de alineadas.
Puede que alguno se asuste cuando vea estas explicaciones. Pero os aseguro que se monta en menos de cinco minutos, los cortes se realizan relativamente rápido, sale perfecto, y hasta ahorraréis tiempo al no tener que estar midiendo los cortes uno a uno. Y, variando la medida de la guía, también he aprovechado para fresar el extremo cortado de los largueros.
He hecho una plantilla sobre mi banco de trabajo. Como os he comentado en otras ocasiones, éste tiene dos lamas de madera que hacen de mordazas. Es lo más habitual en estos bancos móviles y plegables. Pero ya tiene sus añitos y las lamas tienen un poco de juego. Así que lo primero es fijarlas para que queden alineadas.
Para eso, he colocado un listón fuerte –el mismo que suelo usar para meter entre las dos mordazas del banco de trabajo cuando necesito mayor superficie- totalmente perpendicular a las mordazas.
Llamaremos a esta madera “pieza guía 1”. Esta es la pieza principal y tiene dos funciones: unir y alinear las mordazas y servir de guía para el corte, para lo cual lo fijaremos a la distancia justa del borde derecho y perfectamente perpendicular –mediante la escuadra- con la mordaza fija.
Es muy, muy importante que esta pieza no se mueva. Así que la fijo con el sargento más potente que tengo.
Otro sargento más pequeño y de presión fijará esta pieza en la otra mordaza del banco cuando ya esté introducida la madera a fresar entre las dos mordazas. Por supuesto, será de quita y pon y tendremos que colocarlo y quitarlo cada vez. Pero el sargento grande que pusimos primero, se quedará fijo aguantando el tipo todo el tiempo.
En segundo lugar y en la parte opuesta del banco, ponemos una madera más liviana que también fijará las dos mordazas. Pero en este caso es suficiente con que se fije a la mordaza más cercana a nosotros. Tendremos preparada otra mordaza, de presión, que sujetará el listón a cortar a esta segunda madera, por la zona entre las dos mordazas. Esto asegura que el listón se mantenga perfectamente alienado con las dos mordazas y lo más arriba posible. La llamaremos “pieza guia 2”.
Para que el listón a fresar se mantenga también en esta posición por la parte del corte, he puesto una cuña en el banco de trabajo bajo la zona más próxima al corte. Esta cuña de madera o plástico hará la presión necesaria para que esta parte del listón también suba lo más posible y quede alineado con la pieza-guía 1 (la primera que pusimos). La cuña se pone y quita en un momento. Si la cuña no es suficiente para llegar a presionar el listón contra la pieza-guía1, podemos usar un recorte de madera a modo de calzo, como he hecho yo.
Lo que hemos logrado es que la pieza a cortar esté bien dirigida y perpendicular al corte -alineada verticalmente- gracias a la presión de las mordazas del banco. Y también quede alineada horizontalmente a las mordazas al quedar enrasada con éstas.
Ya solo queda el sistema de tope. Para no tener que estar midiendo cada vez que queramos cortar un listón, ya que todos han de quedar exactamente de la misma longitud. He usado la regla-falsa escuadra que usé en un post anterior como guía para la sierra circular. Simplemente se fija al banco de trabajo con un sargento. He aprovechado el mismo sargento que sujeta la pieza-guía 2 para fijar también la pieza de tope.
En las fotos vemos el tope que he puesto para los listones largos, en el que he tenido que añadir un listón al la regla-falsa escuadra fijada con dos sargentos. para los listones pequeños no es necesario.
Para ajustar el tope. Elegimos la pieza que esté más corta y la tomamos como referencia montándola en el banco de trabajo. La ponemos de modo que la fresa sólo la roce un poco y ajustamos el tope en esa longitud. Como las demás piezas son iguales o mayores, todas quedarán parejas si no variamos el tope.
A la hora de hacer un corte: colocamos el listón entre las mordazas del banco de trabajo. Ajustamos el extremo del listón al tope y con el sargento que dejamos suelto, subimos el listón contra la pieza guía 2.
Con la cuña, ajustamos también el listón a la pieza guía 1.
Damos un ligero apriete a las mordazas del banco para que fijen y alineen la madera a cortar.
Apretamos el segundo sargento de la pieza guía 1…. Y ya podemos empezar a fresar.
La fresadora hace unos cortes estupendos. Deja un acabado totalmente profesional. Pero hemos de tener en cuenta un par de trucos para lograr hacerlo perfecto:
No tratar de hacerlo de una sola pasada. La madera está totalmente fijada y la fresadora no comerá más por hacer una o cien pasadas.
Sin embargo, si lo hacemos poco a poco, la fresa sufrirá menos y el acabado será mejor: empezamos por un borde procurando no pegar totalmente el patín de la fresadora al tope lateral (pieza guia1), en especial si hay que comer más de un milímetro.
Así irá comiendo poco a poco y es muy difícil que astille la madera.
Tras esta primera pasada, en la que no hemos llegado al final, sacamos lateralmente la fresadora para que la fresa no roce nada y volvemos a repetir la pasada por el mismo sitio y siempre del borde hacia el centro de la madera.
Después vamos a la parte opuesta y volvemos a atacar del borde hacia el centro dando varias pasadas.
Finalmente, ya podremos hacer una pasada final que recorra todo el borde y lo deje parejo.
Debéis evitar que la fresadora se quede parada sobre un punto, ya que quemaría la madera e incluso la fresa: siempre que esté la fresadora en marcha, debemos estar moviendo la máquina.
Otra cuestión es el grueso del listón y el ancho de la fresa:
Si el listón es más ancho que lo que puede comer la fresa de una vez, sólo tendremos que hacer el mismo proceso que he descrito trabajando a dos profundidades: primero dejamos fresado el extremo del listón por la parte superior y después el inferior bajando un poco la fresa.
Como no importa si pasamos la fresa por un sitio ya fresado, no tenemos que andar midiendo milimétricamente.
Una vez fresado, aflojamos el sargento móvil de la pieza guia1 y también la cuña que tiene debajo; el sargento de la pieza guia 2 que fijaba el listón; y finalmente, aflojando ligeramente las mordazas, el listón fresado se sacará fácilmente para poder colocar otro en su lugar.
Puede parecer de locos explicado así, con detalle. Pero es facilísimo y muy eficaz. No es nada aparatoso y desde luego, merece la pena.
Sólo hemos necesitado el banco de trabajo, cuatro o cinco sargentos, dos retales de madera, una cuña y una pieza que haga de tope.
Si tenéis cualquier duda, no dudéis en solicitar una aclaración mediante un comentario.
Bueno, y obviamente, hemos de estar concentrados con la fresadora para que el patín esté siempre bien pegado a la base.
Pese a lo que pueda parecer, el fresado sale bastante bien. No es nada complicado. De hecho, si vuestra madera no se astilla por ser menos fibrosa o seca, podéis hacer el fresado de una sola pasada. Simplemente os comento la forma de hacerlo cuando la madera es difícil.
Respecto a las piezas superiores de cabeceros y pieceros, que ya vimos que hubo que cortarlas por los dos extremos, también las hemos de repasar para dejarlas a la misma medida que las otras.
Para ello las colocamos también de la misma forma, pero introduciremos una madera delgada delante de la pieza guía 1, en el sitio por donde se apoyará el patín de la fresadora.
Podemos fijarla con un poco de cinta de carrocero, ya que son pocas maderas. El grosor de la madera ha de ser igual a la mitad del largo total que queramos rebajar. Si es muy poco grueso y no encontramos una madera suficientemente fina, podemos usar una regla o incluso una o varias tiras de fleje de acero.
Una vez repasado un lado, de todas las piezas superiores, retiramos el calzo y procedemos a fresar el lado opuesto de las mismas piezas.
Así le comemos a los dos lados por igual y al mismo tiempo, respetamos la longitud que tienen las demás piezas..
Y Con este proceso, hemos dejado los cantos de las maderas perfectos: totalmente rectos, sin bordes astillados... y asentarán perfectamente asegurando una estructura sólida.
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