jueves, 14 de julio de 2011

Pollo de vencejo 2: la historia se repite. Salvar pollo de vencejo.


Pollo de vencejo 2: la historia se repite



Amig@s: Ya vimos como en otra ocasión me encontré un pollo de vencejo caído del nido. Lo recogimos, alimentamos y cuidamos hasta que estuvo a punto para volar.


En esta ocasión me he vuelto a encontrar otro pollo de vencejo en el suelo, aunque hay algunas diferencias: El animal está mucho más desarrollado y seguramente ha caído del nido por haber echado a volar justo antes de estar completamente preparado. No obstante está casi completamente formado, solo le falta por desarrollar un poco más las alas.


Quizá lo suyo hubiera sido poder colocar el pollo en su nido, para que los padres siguieran alimentándolo hasta su completo desarrollo… Pero el nido estaba a bastante altura, totalmente inaccesible y al ser una estructura metálica llena de nidos, es imposible saber exactamente de qué parte se ha caído.


En segundo lugar, cayó en el suelo. Dudo mucho que los padres se arriesgasen a posarse en el suelo. Es bien sabido que los vencejos son magníficos voladores, pero sus cortas patas no les sirven para posarse en el suelo, tan solo para aferrarse a algún saliente de la pared.


En tercer lugar, el sitio donde fue a parar es bastante transitado, con lo que si era difícil que los padres bajasen al suelo, con la gente pasando es mucho más improbable todavía.

Y con la posibilidad que algún niño, gato suelto, una gaviota o incluso una rata –por mucho empeño que pongan, jamás acaban de eliminarse de las ciudades- acabasen con él.


Así que me decidí a cogerlo y llevarlo a casa para que terminase de desarrollar las alas y poder incorporarse con los suyos.



A diferencia del otro pollo, que enseguida se aferró a mi ropa y acogió nuestros cuidados y alimentación con entusiasmo, éste se mostraba muy arisco y reacio a comer de nuestra mano y sólo mostraba temor ante nuestra presencia.


Por un lado, es desagradable ver que cuidamos a un animal y éste no muestra ningún tipo de gratitud por ello. Sin embargo, casi nos alegra esta actitud porque así no volará hacia alguna persona cuando lo liberemos. Se siente salvaje y eso me parece positivo.


Desde que llegó a casa, hemos tenido que darle la comida a la fuerza. Solo acepta beber de una jeringa cuando se la acercamos al pico. Pero la comida la rechazaba a no ser que se le entreabra el pico y se le introduzca dentro.



Al final, la mejor forma que mi mujer encontró para que comiese sin forzarlo fue acariciándole el cuello y el costado con una mano mientras con la otra le ofrecía la comida, que en este caso es carne de cerdo picada y mezclada con un poco de cáscara de huevo cocido machacada muy fino.

Ocasionalmente, disfrutaba comiendo alguna mosca que le ofrecíamos, pero como en mi casa hay mosquiteras en todas las ventanas, esa dieta era bastante escasa, pese a ser lo más natural..


Al principio, se movía muy poco: casi todo el tiempo estaba quieto.



Tras varios días en casa, ya reaccionaba cuando lo poníamos en la terraza o tras una ventana desde la que podía oír a otros vencejos y trataba de alzar el vuelo.



Pese a que ya tenía las alas más largas y se le cruzaban por los extremos, queríamos asegurarnos que estuviese totalmente preparado par a el vuelo antes de soltarlo, aunque por otra parte queríamos tenerlo el menor tiempo posible para no interferir más de lo debido. No deseábamos que se acostumbrase a nosotros y después no supiese defenderse por sí mismo.


Tras unos días, se le veía cada vez más nervioso, con más anhelo de acceder a las ventanas. Llegó a romperse dos plumas de las alas al golpearse con objetos de la casa… Teníamos que ponerlo en un lugar con poca luz y tranquilo para que estuviese quieto… Así que decidimos que era el momento de dejarlo volar, pues si lo reteníamos más tiempo sería contraproducente ya que podía llegar a romperse un ala o, simplemente, perder más plumas y verse imposibilitado para el vuelo.


Por otra parte, ya era capaz de despegar por sí solo desde el suelo y ascender hasta llegar a algún obstáculo, con lo que pensábamos que ya estaría bien preparado para el vuelo.


Así que esperamos al día siguiente –hoy-, pues ayer hizo viento de poniente en Málaga. Viento muy cálido y seco (aunque no tanto como el llamado viento de terral) y apenas se veían vencejos volando.

En cambio hoy hace un día más fresco y húmedo y el cielo está plagado de vencejos. A las siete y media de la mañana, cuando había más actividad de vencejos en vuelo, lo llevé a un lugar cercano a donde lo recogí, despejado y sin tráfico rodado, y dejé que alzara el vuelo.


En esta ocasión, no salió como un cohete hacia arriba, como hizo el del año pasado… pero fue ascendiendo lentamente en línea recta. Esquivó un obstáculo y ya empezó a volar en círculos ascendentes, cada vez más seguro, confundiéndose con los demás vencejos que volaban por doquier.



A todo esto, ayer por la tarde encontramos otro pollo de vencejo muy cerca de donde encontramos el anterior. Éste si aceptó de buen grado que lo cogiésemos y se le veía mucho más dócil.



Al poner juntos a los dos vencejos, el primero se puso muy nervioso. En vez de aceptar de buen grado la compañía, se mostraba aún más deseoso de escapar. Tuvimos en ponerlos a dormir en cajas separadas.


Por suerte, ya sólo queda uno que espero pronto esté en libertad. Se ve de tamaño similar al otro, aunque por el plumaje tiene aspecto de ser algo más joven. También se le ve los extremos de las alas curvados y cruzados, con lo que no creo que tarde mucho en volar.


A todo esto y en vista de la gran cantidad de comentarios que hay en mi entrada sobre el vencejo, voy a dar algunos consejos:


En primer lugar, tenemos que ser conscientes desde el momento que acogemos a un vencejo enfermo o desvalido, que es un animal salvaje que ha de ser devuelto a su medio en cuanto esté preparado para ello.


De modo que hemos de evitar en la medida de lo posible encariñarnos con él. Debemos cuidarlo: darle las comidas que precise; protegerlo… Pero no debemos jamás empezar por ponerle nombre, acariciarlo, hablarle, etc. pensando que así estará más contento…

Es un animal salvaje y así lo único que lograremos es domesticarlo y que después no pueda desenvolverse en su medio, aparte que nosotros sufriremos por el lazo afectivo que hemos creado (salga adelante o no). Debemos ser los más fríos que podamos.


Tenemos que poner todo nuestro empeño en sacar al animal adelante. Pero puede que esté enfermo, que haya sufrido alguna lesión interna o que haya comido algo tóxico… Es posible que no logre superarlo… Pero no hay que hacer de ello un drama. No debemos culparnos por no haberlo podido lograr.

Lo importante es haberlo intentado.


En los comentarios y mensajes que me han enviado muchos lectores -los cuales aprovecho para agradecer-, se ve pequeñas tragedias.

Por una parte, manifiestan el interés y esperanzas que habían depositado en ello. Pero por otro lado, también se destila una gran amargura por no haberlo logrado. Por eso, insisto, aconsejo que no nos encariñemos con nuestro invitado en la medida que nos sea posible.


Puede que el vencejo del año pasado ascendiera hasta agotarse y cayese después como una piedra… Puede que el que liberé esta mañana no sepa desenvolverse, comer por sus medios y acabe en un rincón devorado por un gato… Pero prefiero pensar que el instinto guió a estos pájaros y ahora disfrutan de su libertad gracias a los cuidados de mi mujer y los míos.


Os recomiendo –si tenéis la oportunidad de rescatar a un pollo de vencejo desvalido- que lo acojáis y cuidéis. Puede que no salga adelante por tener alguna lesión o enfermedad. Puede que nunca sepamos si logró sobrevivir en libertad…

Pero nos quedará la conciencia tranquila por haber hecho lo posible, lo que estaba en nuestra mano para tratar de salvar a alguno de estos bellos pájaros, por otra parte, tan beneficiosos para nosotros mismos por la cantidad de insectos que devoran diariamente.

Os animo nuevamente, a comentar vuestras experiencias en la sección de comentarios para que todos nos enriquezcamos con ellas y aumentemos así la posibilidad de éxito. Asimismo, os animo a que preguntéis cualquier duda. Sin duda yo, u otro lector del blog os podremos ayudar.


4 comentarios:

  1. Hola Carlos!!!

    Qué maravillosa historia!¡qué bonitas fotos!

    Pues que vuele vuele vuele...y tenga hijitos para alegría de todos a los que nos gusta ver volar los vencejos.

    Con personas como vosotros es toda una alegría despertarse por las mañanas.

    Por cierto,una pregunta:

    ¿lo habéis tenido a oscuras mientras lo habéis tenido en casa?te pregunto porque me parece que hay que tenerlos como en un sitio donde no vean mucha luz para que no se estresen;es que sus padres los tienen así y aunque busqué en libros e internet no he logrado aclarar este aspecto;espero tu respuesta por vuestra experiencia con vencejillos.

    Un saludín.

    ResponderEliminar
  2. Sí, realmente sabemos más por nuestra propia experiencia que por lo que hayamos podido ver en libros y otras publicaciones...
    No, nosotros procurábamos en todo momento que estuviese en un lugar luminoso y bien aireado. Incluso por la mañana lo poníamos tras una ventana soleada. Los animales salvajes en cautividad precisan aportes extras de vitaminas y el sol es muy beneficioso.
    Sólo ya al final, cuando realmente parecía preparado para el vuelo y se ponía demasiado nervioso, teníamos que ponerlo en un lugar más tranquilo y menos luminoso para que se calmase y no se hiciese daño a sí mismo.
    Pienso que hay que procurar modificar lo menos posible los hábitos o costumbres del bicho y eso conlleva respetar las horas de luz y de oscuridad lo más escrupulosamente posible... Pero ponerlo en un sitio menos luminoso lo tranquilizaba en esos momentos previos a la llegada de su liberación.

    POr cierto... Aprovecho para comentarte que el segundo pollo lo echamos a volar al día siguiente del primero: tenía un buen tamaño, las alas perfectamente formadas, podía volar por la casa y se negaba a comer ninguna comida. De hecho voló de maravilla y se reunió enseguida con los demás vencejos que abundaban en el cielo.

    Es muy importante saber elegir el momento adecuado para soltarlos: si nos lo quedamos más tiempo de la cuenta, puede que los demás vencejos ya hayan empezado la migración... Si es demasiado pronto, no estará preparado. Pero basta observarlos para saber cuándo liberarlo.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  3. Hola Carlos!!!

    he venido por los enlaces de vencejos a tu blog para que vengan aquí y vean cómo se tratan si alguien se encuentra con alguno,son sólo los enlaces.

    Sois unos cielos y lo bien que hagáis a la Madre Naturaleza todo será para dignificar la especie humana.Mk

    ResponderEliminar
  4. Buenas, muchas gracias por toda la información, muy útil. Mi pregunta es cuantos tenebrios y grillos darle mas o menos al vencejo. He encontrado uno, no puede volar pero no presenta ninguna lesión, de lo que deduzco que es casi adulto, lo he pesado y pesa solo 25 gramos, tengo entendido que lo usual es 35-40, por eso pregunto cuanto mas o menos darle de comer? Muchas gracias!!

    ResponderEliminar

Si tenéis cualquier duda, sugerencia o consulta, por favor, hacedlo mediante la sección de comentarios. No respondo las consultas privadas. No usar los comentarios para hacer publicidad.