lunes, 25 de enero de 2010

Restaurar báscula de cocina. Electrodomésticos oxidados. Pintar electrodomésticos.

RESTAURAR BÁSCULA DE COCINA ROMANA



Amig@s, hoy vamos a darle un repaso a las básculas romanas de cocina.


Estas balanzas tienen la característica de que son muy precisas y fiables. No necesitamos pesas porque tienen un sistema en el que se puede regular y calibrar perfectamente con unos pesos móviles.

Tampoco necesitan pila, lo que supone una gran ventaja sobre otras básculas porque jamás nos dejará tirado en mitad de la preparación de un plato o en un fin de semana que no podamos ir a comprar la pila…


El inconveniente es que supera en peso y tamaño a las modernas básculas digitales y tarda un poco más que éstas en realizar la pesada.


Seguramente, mi amigo José, de Pepekitchen, necesitará de uno de estos artefactos para poder medir con exactitud los ingredientes empleados en sus deliciosos platos...


Para usarla, debemos regular primero el contrapeso que sirve para nivelarla en vacío.

Normalmente, si la usamos siempre con la misma bandeja, no precisamos tocar este contrapeso… pero a veces queremos pesar algo en otro recipiente y queremos saber el peso sólo del contenido, no del recipiente en sí. En tal caso colocamos el recipiente, lo graduamos con el contrapeso hasta que las dos marcas coincidan y ya podemos empezar a pesar…


Otro contrapeso sirve para regular cuánto peso vamos a pesar… es un contrapeso voluminoso que en este caso nos servirá para pesar hasta 10kg, que tratándose de una báscula de cocina, es muy interesante. Pocas básculas domésticas suelen llegar a tanto peso.


Finalmente, tiene otra pesa pequeña que nos permitirá medir medio kg en una escala que marca 100g y 50g. con gran precisión.


Para pesar un objeto, ya nivelado el primer contrapeso, movemos la pesa grande hasta que veamos que ya el indicador está por debajo de la marca. Entonces lo pasamos al nivel inmediatamente anterior y movemos la pesa pequeña para la medición fina hasta que el indicador esté al mismo nivel que la marca. Así si la pesa grande está en 3kg y la pequeña en 255gr, ya sabemos que el objeto pesara 3255gr.



Este modelo tiene, además, un botón para detener el movimiento oscilante del brazo y así acelerar la medición: se coloca el peso, se gradúan las pesas y para ver si ya está nivelado, detenemos el brazo con el botón. Lo volvemos a soltar y ya vemos si están al mismo nivel la marca del brazo con la de referencia.


Una báscula de este tipo puede durarnos toda la vida, pues ni usa pilas ni mecanismos complicados. Bastará evitar darle golpes y tenerla en lugar alejado de la humedad para evitar el óxido…



Pero en este caso, vemos que nuestra querida báscula romana, a pesar de funcionar como el primer día, está un poco ajada: muestra óxido por todo el borde inferior y también en algunas zonas se ha desprendido la pintura original. Es una pena porque es muy precisa y fácil de usar… así que vamos a restaurarla.


Como siempre, procuraremos hacerlo de modo rápido y sencillo. Porque no merece la pena estar horas y horas en la reparación… y más habiendo básculas por un precio bastante razonable. Es una cuestión más bien de valor sentimental, de espíritu ecológico y/o respeto al Medio Ambiente…


La cuestión es hacerlo lo mejor posible para lograr resultados satisfactorios y duraderos, sin invertir más que el tiempo y el dinero mínimos.


Para ello usaré una pintura de calidad de color plateado que es antióxido y, de hecho, se puede aplicar directamente sobre el metal oxidado.


Por supuesto, deberemos pasar un poco de lija por la zona oxidada para evitar que se vean los grumos o el desnivel entre la pintura vieja y el óxido. Así lograremos un acabado realmente profesional.



Y antes de eso, procedo a retirar una tira de plástico que recubre toda la base y que posiblemente sea la responsable de lo oxidada que está toda ella, porque se habrá lavado y no se ha secado correctamente, con lo que el plástico ha retenido el agua y oxidado el metal.


También podríamos, aunque en este caso supondría algo más de trabajo, no pintarlo entero, sino sólo las partes oxidadas. Para lograr reservar el color original en las zonas donde quiera respetarlo, usaría cinta de carrocero. Es la cinta que se usa en estos casos y que se caracteriza por ser económica; no tener gran poder de adherencia, lo que permite que no arranque la pintura al retirarla; y es muy fácil de usar. Empezaríamos pintando la parte inferior con la cinta colocada hasta el nivel que queramos pintar.


Pero como digo, en este caso el óxido afecta a varias zonas y no quiero pasarme días liado con la restauración de la báscula, sino hacer un trabajo bien hecho y rápido para tenerla en uso lo antes posible.



Pondremos unas hojas de periódico en la mesa para no ensuciar y con un trocito de lija procederemos a dar un repaso por todas la zonas oxidadas.


No hace falta insistir mucho con la lija, basta quitar las irregularidades del óxido e igualar la zona ya pintada con la oxidada para que al pintar no se note desnivel.

Yo he usado una lija al agua, que es muy fina y resistente y podemos usarla mojada o en seco y después lavarla si se embota un poco con los restos de óxido y pintura.


Ahora debemos proceder a la limpieza exhaustiva de toda la báscula para eliminar restos de suciedad, grasa y óxido. Yo ya le había dado previamente un repaso a toda la báscula con alcohol, de modo que apenas tendrá grasa y suciedad, pero sí que tiene restos del polvo de óxido que hemos sacado con la lija.

Voy a retirarlos y a la par profundizar con el desengrasado dando pasadas con un trapo humedecido en vinagre de cocina. Es bien conocido que el vinagre ataca el óxido, y también desengrasa, así que es una buena solución: rápida y eficaz.



Entonces, ya seco el vinagre, con un pincel vamos aplicando la pintura por todas las partes pintadas de la báscula, respetando las pesas, los ejes por los que éstas se desplazan y, por supuesto, la escala graduada.



Si vemos que algunas zonas precisan más pintura, podemos repetir al día siguiente dando una segunda mano aplicando esta vez una capa más fina de pintura.


Es importante no pintar las pesas para evitar descalibrar la báscula. Y los ejes, debemos respetarlos porque las pesas que se deslizan sobre ellos van bastante ajustadas y la pintura impediría que se desplazaran por ellos.


Si vemos que presenta óxido, podemos aplicar un poco de aceite tipo 3 en 1, que es bastante bueno para el óxido, algún producto para limpiar cromados, o incluso el vinagre puede dejarlos libres de óxido y hasta relucientes. Una fina capa de aceite final nos garantizará una buena protección que evitará el óxido.


Limpiamos también la base de plástico que le retiramos por fuera y por la ranura interior, donde está el óxido acumulado. Sale muy fácil con un trapo humedecido en vinagre y podemos pasarlo muy fácilmente por el interior usando un palillo de dientes o un pincho de bambú con la punta algo roma..



Y así, con una hora u hora y media –una media hora por mano de pintura-, hemos logrado dejar esta báscula de cocina romana en perfecto uso para que podamos usarla dignamente en nuestra cocina muchos, muchos años más.


Y el costo ha sido mínimo: algo de pintura (que si cerramos bien el tarro nos puede durar muchísimo tiempo), algo de disolvente para limpiar el pincel, unos trocitos de lija y poco más…


Ya queda la decoración que queramos darle: podemos ponerle unas pegatinas que podemos comprar o hacer con plástico adhesivo. Hacer reservas de color con cinta de carrocero y hacer motivos con otro tono de pintura.

Incluso podemos hacerle algún estarcido, que consiste en poner una plantilla perforada con algún motivo en su interior y aplicar pintura para que ese motivo quede dibujado en la superficie.

Eso ya lo dejo a la imaginación y gusto de cada uno. A mí me basta de momento con haber eliminado las feas manchas de óxido y me parece que el tono plateado resulta muy decorativo y no precisa más adornos de momento…

Quizá más adelante le demos un nuevo aspecto aplicando alguna de las técnicas que he descrito más arriba.


Lo importante es que conozcáis este curioso y fiable sistema de balanza y que si tenéis algún electrodoméstico afectado por el óxido, sepáis cómo repararlo.




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2 comentarios:

  1. Qué maravilla de báscula, de las mejores y te ha quedado genial.
    Que sigo al pie del cañon leyendote siempre.

    Saludos Carlos.

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  2. Gracias, Carmen, creía que me habías abandonado, je, je, je.
    En serio, Me alegro mucho de ver que sigues ahí y de que te guste la báscula y cómo ha quedado... Cualquiera la hubiera tirado a la basura, pero ya ves, un ratillo de entretenimiento con ella... y como nueva.
    Saludos

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