lunes, 21 de julio de 2014

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Reparación de sandalias:


Amig@s: Todos los que tenemos o hemos tenido perros en casa, conocemos el valor de su compañía e incondicional afecto… Pero si los hemos tenido de cachorros, también recordaremos sus travesuras.

En este caso, mi mujer fue a ponerse sus sandalias favoritas para salir de compras… Y se encontró que Coffee, nuestro perro más joven, se había entretenido mordisqueando las correas de cuero, destrozándolas.

Lo bueno es que no mordió la suela ni la banda delantera (quizá por no darle tiempo a ello, jejejejej) y la rotura se limitó a las finas correas. 

Tampoco salieron dañadas las correas del talón. De modo que la cosa puede tener fácil solución.



Llevar las sandalias al zapatero, puede ser una opción… Pero a medias, porque si bien quedarán bien reparadas, nos costará prácticamente como comprar unos zapatos nuevos y, como se aprecia en las fotos, las sandalias ya tienen algo de uso.

No obstante, son el calzado favorito de mi mujer para pasear, ir de compras… y esto es algo que no tiene precio. Trataremos de repararlas de un modo casero y eficaz.


Para ello, sustituiré las finas correas de cuero por unos cordeles de cuero trenzado de similar grosor que podemos encontrar en mercerías… Pero vamos a empezar a hacer el trabajo.

Una vez conseguido el material, tenemos que retirar los restos de correa estropeados. 

Un zapato está poco dañado y podemos usarlo como referencia para poner las correas a su medida, quizá lo más complicado del proceso. 

Por lo que voy a ir por partes y reparar sólo el zapato más roto tomando como medidas el otro. 

Una vez reparado el primero, lo usaremos para arreglar el segundo. 

Es más lento, pero así nos aseguramos que ambos queden como estaban originalmente.



Para retirar las correas rotas, hemos de abrir ligeramente la suela por donde las correas entran en el zapato. Está todo sólidamente pegado y costará un poco.

 
Yo he empezado con el destornillador plano pequeño de mi Supertool300
Al no tener filo, hay menos probabilidades de perforar o cortar el cuero y así podemos ir presionando, apalancando y girando el destornillador para ir separando las piezas pegadas. 

Al realizar una gran fuerza en un punto pequeño, enseguida empezaremos a ver los frutos y pronto podremos pasar al destornillador plano medio (más largo que el grande y por tanto, penetrará más).


Vamos metiendo dicha herramienta bien pegada a la correa por la parte superior e inferior de ésta, hasta que logremos separarla y extraerla. 

Repetimos el proceso por el otro lado.


En realidad, creo que el zapato está hecho pegando las correas sobre la parte inferior de la plantilla y después fijando ésta a la suela… pero creo que así quedará bastante bien, pues vamos a meter un buen trozo de cordón y quedará bien adherido. 

Si no fuese así y se despegara, siempre podemos despegar la plantilla de la suela para hacerlo igual que cuando se fabricó.

Así será más sencillo, como decía. Lograremos también que las medidas de referencia sean más exactas.

Pero sigamos: una vez extraídas las correas viejas, limamos un poco el interior del zapato para retirar restos de pegamento y piel sueltos. 

Procuramos limpiar después para sacar todo el polvo y partículas sueltas con vistas a una mejor adherencia del pegamento. La lima es perfecta para todo este proceso.


Y empezamos el montaje.

 
Anudamos la correa nueva en el ojal del zapato procurando dejar suficiente correa a cada lado para que no nos falte luego.

 
Introducimos la correa del talón en su posición correcta por ambos extremos del cordón, y con ayuda del calibre, o con la misma escala graduada que trae nuestra multiherramienta, pasamos las medidas de la longitud que han de tener los cordeles nuevos. 

Dejamos tres o cuatro centímetros de sobra... 

Y cortamos con la afilada cuchilla de la herramienta.


Para evitar manchar de pegamento el cordel que va a quedar fuera del zapato, y para meter justo lo que es necesario para conservar las medidas, he puesto un poco de cinta de embalar para marcar la zona donde la correa debe quedar fuera del zapato… si introducimos la correa más de la cuenta, el zapato quedará muy estrecho y las correas provocarán marcas y rozaduras. Si lo dejamos muy hacia afuera, quedará muy suelto… así que marcando el límite, lograremos ponerlo en su posición exacta, pues como usaremos pegamento de contacto, hay que acertar a la primera.

Y eso hacemos: con una varilla metálica, vamos untando pegamento de contacto transparente por el interior del hueco. 

También lo untamos en el cordón por la zona que ha de entrar en el zapato, procurando extenderlo bien y que no queden zonas sin pegamento.


Esperamos unos minutos. Teóricamente, habría que esperar hasta que el pegamento seque al tacto… pero entonces, apenas podríamos introducir el cordón, pues éste quedaría adherido al momento. Por eso prefiero anticiparme y meterlo un poco antes con ayuda de la misma varilla que usé para untar el pegamento…

Olvidaba decir que también es importante que el cordón entre en su punto exacto. Para lo cual, podemos tomar la medida desde la correa o banda delantera con ayuda del calibre… Ojo que no es igual la medida en el lado derecho que en el izquierdo… un fallo así arruinaría el trabajo.


Una vez introducida la correa por ambos lados, comprobamos que está metida hasta su sitio y en la ubicación correcta y le aplicamos presión.


Para no dañar la suave y blanda plantilla, uso una madera por la parte superior con un papel separando éste de la plantilla y aprieto con un sargento. También podemos poner una madera en la suela para no dañarla.

Pasadas unas horas, podemos retirar éste.

Y entonces, podemos repetir el proceso en el otro zapato. Tomando las medias, como dije antes, del que ya está reparado.

El proceso, así explicado, puede parecer enormemente largo y laborioso… Pero os aseguro que se tarda más en decirlo que he hacerlo y en un par de ratos, los zapatos estarán nuevamente en buen uso.

Y tan sólo hemos necesitado nuestra multiherramienta, un sargento, un trozo de cordón trenzado de cuero y un poco de pegamento.


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2 comentarios:

  1. Me encanta esta entrada.
    Por cierto, pies pequeñitos, o efecto óptico. ;)

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    Respuestas
    1. Me encanta que te encante, jejejeje. No, no es ningún efecto óptico... son así.
      Gracias por el comentario.
      Saludos

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