Poner ventana de aluminio. PARTE l
Amig@s: Hoy voy a pasarme a la albañilería…
Veréis tengo que poner un par de ventanas en
casa.
El piso se convierte en un horno en verano justamente porque la pared se calienta muchísimo al darle el sol toda la tarde. Pero al no tener ventilación en esa parte, no corre el aire lo suficiente como para refrescar la casa.
El piso se convierte en un horno en verano justamente porque la pared se calienta muchísimo al darle el sol toda la tarde. Pero al no tener ventilación en esa parte, no corre el aire lo suficiente como para refrescar la casa.
En su día, hice una ventana pequeña de madera, para
hacer la prueba, y tras un par de años comprobando que realmente funciona, me
he decidido a poner una ventana en condiciones y otra igual en otra zona de la
casa que también tiene el mismo problema.
Si vosotr@s queréis hacer lo propio,
aseguraros primero que la pared donde vais a colocarla es viable. Es decir que
no sea medianería o una zona donde no esté permitido instalar ventanas.
Para
ello, podéis ver si otras casas de vuestro bloque tienen ventanas hacia esa
parte y, por supuesto, pedir permiso a la Comunidad de Propietarios... Haber si
compráis la ventana, los materiales, hacéis el boquete… Y tenéis que volver a
cerrarlo porque algún vecino “tiquismiquis” se opone.
Igualmente, es
interesante solicitar la Licencia Municipal de Obras en vuestro Ayuntamiento…
Haber si alguien se queja del ruido, llegan a comprobar y resulta que no tenéis
el permiso correspondiente.
Además, tenéis que prever cómo vais a eliminar
los escombros. Si algún vecino también está de obras y tiene una cuba
contratada, podéis llegar a un acuerdo con él… O contactar con alguien que
tenga furgoneta y lleve los escombros a un lugar adecuado.
Pero, dado por hecho que ya tenéis la
ventana, los permisos y todos los detalles que he expuesto, ya podemos pasar al
primer paso.
Vamos a señalar en la pared la ubicación de
la ventana colocándola sobre la pared, en el sitio donde queremos ponerla. Es
mucho más sencillo si retiramos los marcos de los cristales y dejamos sólo el
marco exterior, que es lo que vamos a montar. Asi pesará menos y trabajamos más cómodos.
Si aprovechamos para colocar un nivel de
burbuja en el marco, además podemos ganar un paso, pues ya hacemos las marcas con la ventana nivelada y
nos ahorraremos tener que estar retocando después.
Seguidamente, con ayuda de un perfil recto,
una regla o similar, trazamos otro rectángulo por fuera del que hemos marcado.
Con que sea 2 ó 2,5cm mayor que el otro por cada lado es suficiente.
Como veremos más adelante, es interesante que el marco sea algo mayor por la parte inferior, para dejar más sitio para las gotas. Yo no lo he hecho así.
Con que sea 2 ó 2,5cm mayor que el otro por cada lado es suficiente.
Como veremos más adelante, es interesante que el marco sea algo mayor por la parte inferior, para dejar más sitio para las gotas. Yo no lo he hecho así.
Y ya podemos empezar a abrir.
Para no hacer un estropicio, prefiero hacer
el trabajo por etapas, poco a poco.
Seguramente un albañil profesional cogería
una maza grande y en media hora tendría el agujero abierto… Pero podéis
pillaros los dedos rompiendo más de lo debido y después teniendo que arreglarlo.
Mejor “despacito y buena letra”.
Así que con un cincel pequeño o mediano y un martillo
acorde, vamos marcando todo el contorno exterior. O sea el del segundo
rectángulo que hemos hecho.
Se trata de cortar el yeso hasta el ladrillo para que después no se desconche.
Se trata de cortar el yeso hasta el ladrillo para que después no se desconche.
Podéis saltaros este paso y empezar a romper tomando
como referencia el rectángulo… Pero así sale mucho más limpio y tampoco se
tarda tanto en perfilar el rectángulo.
Además, es una buena toma de contacto
para ver si el yeso es uniforme, si hay zonas donde es más profundo, etc.
El paso siguiente es eliminar toda la capa de
yeso del interior del rectángulo.
No hace falta ser muy minucioso… Basta que quede lo suficientemente limpio para ver los ladrillos o bloques que hay debajo.
Con el cincel y el martillo se hace bien. Además, al haber marcado el rectángulo, no nos saldremos de éste.
No hace falta ser muy minucioso… Basta que quede lo suficientemente limpio para ver los ladrillos o bloques que hay debajo.
Con el cincel y el martillo se hace bien. Además, al haber marcado el rectángulo, no nos saldremos de éste.
Para acelerar el proceso he usado básicamente un martillo
eléctrico o martillo compresor.
Eso sí, es un modelo antiguo, económico y muy pesado. Prácticamente, me canso más por tener que aguantar a pulso semejante trasto que si usara cincel y “machota” o maza de albañil.
En cualquier caso, se puede hacer perfectamente con herramientas manuales.
Eso sí, es un modelo antiguo, económico y muy pesado. Prácticamente, me canso más por tener que aguantar a pulso semejante trasto que si usara cincel y “machota” o maza de albañil.
En cualquier caso, se puede hacer perfectamente con herramientas manuales.
Una vez eliminado el yeso, podemos empezar a romper
el ladrillo.
Para hacerlo, lo más sencillo y eficaz es
atacarlos por la zona más débil: sobre las zonas huecas. Éstas se perforan muy
fácilmente tanto con el martillo eléctrico como con el cincel y la maza.
Una vez rotas las caras, ya podemos atacar los nervios o zonas transversales de los ladrillos. Incluso podemos golpearlas de arriba hacia abajo o viceversa directamente con la maza y partirán enseguida.
Una vez rotas las caras, ya podemos atacar los nervios o zonas transversales de los ladrillos. Incluso podemos golpearlas de arriba hacia abajo o viceversa directamente con la maza y partirán enseguida.
Un consejo: para atacar las zonas de cemento
que hay entre los ladrillos, procurad golpear con el cincel colocado
transversalmente, lo más pararelo a la pared que podáis.
Así el golpe da hacia el lado o hacia abajo, y no tiende a hundir la pared.
Es más silencioso, efectivo y evitáis causar un estropicio.
Así el golpe da hacia el lado o hacia abajo, y no tiende a hundir la pared.
Es más silencioso, efectivo y evitáis causar un estropicio.
Algunas paredes, como es mi caso, tienen dos
capas de obra y una de aire entre ambas.
De modo que hay que romper primero una rasilla sencilla. Después encontramos hueco y seguidamente una rasilla doble o bloque.
De modo que hay que romper primero una rasilla sencilla. Después encontramos hueco y seguidamente una rasilla doble o bloque.
Para atacar el bloque, lo hacemos exactamente
igual: rompiendo las caras de los ladrillos, luego sus nervios y finalmente la
mezcla que había entre los bloques.
Eso sí, cada vez nos acercamos más a la parte
exterior del muro de la casa y corremos el riesgo de que caiga material
hacia afuera, pudiendo incluso ocasionar un accidente.
De modo que cada vez se hace más necesario
atacar la pared con el cincel bien oblicuo.
Una vez llegado a la última capa de ladrillo, podemos actuar de varias formas: si ya se os ha abierto algún orificio, podéis sacar la maza y golpear el muro hacia dentro hasta tener hueco para sacar el cincel y seguir perfilando el agujero.
Si no es así, podéis taladrar con una broca de widia muchos orificios juntos para hacer una zona de menor resistencia por donde se romperá, sin caer un trozo muy grande.
Importante que si la pared
da a la calle o a un patio donde pueda haber personas, animales o objetos que
se puedan dañar, que toméis las medidas oportunas.
En mi caso, como véis en las fotos anteriores, he logrado dejar la capa de revestimiento exterior de cemento sola. De modo que basta sacar la mano con la machota y golpear suavemente hacia dentro para terminar el orificio.
También conviene atacar siempre tomando como
referencia las marcas iniciales -el recuadro que dibujamos con lápiz- Y procurad que el muro no tenga zonas que
sobresalga de esas marcas.
Es más, en la zona inferior, suelo procurar que tenga cierto desnivel hacia afuera, para dejar sitio a las gotas o losas que pondremos como poyete.
Es más, en la zona inferior, suelo procurar que tenga cierto desnivel hacia afuera, para dejar sitio a las gotas o losas que pondremos como poyete.
Otra opción sería marcar desde el principio el segundo
marco dejando un poco mas de separación por abajo respecto al primer marco que
dibujamos.
En mi caso, el muro está recubierto por el
exterior con una capa de cemento o mezcla de cemento y arena… Pero vosotros
podéis tener un revestimiento de losas, u de otro tipo. Hay que adaptar el
trabajo a las circunstancias de cada uno, evidentemente.
Lo más pesado es sin duda este trabajo
inicial… que si realizáis a ratos perdidos os puede llevar varios días. O una
mañana o tarde si lo hacéis de un tirón. También depende del tamaño de vuestra
ventana, el material de la pared, y de vuestra propia fuerza y resistencia, naturalmente.
Una vez que hemos abierto el boquete, podemos cerrar la zona hueca que hay entre los dos muros.
Podemos hacerlo metiendo papel de periódico o diario enrollado por todo el contorno de modo que quede uno o dos centímetros bajo el nivel del marco y podemos proceder a rellenar con yeso o mortero la zona que hay entre el papel y el resto de la obra.
Obviamente, aquí las posibilidades se disparan en función de vuestras habilidades, disponibilidad de materiales, dimensiones de la cámara de aire… Podéis usar incluso espuma de poliuretano, que se coloca en el hueco y se expandirá, sellando la zona.
En mi caso, la cámara tiene una anchura de un
par de centímetros y de esta forma -con papel y mortero- se tapa de un modo rápido y sencillo. También podeis usar trocitos de rasilla de los mismos que habéis
sacado al romper la pared… Ya digo, según
los materiales que tengáis y las características de vuestro muro, podréis
escoger unas cosas u otras.
Para
evitar hacer un supermegapost que nadie sea capaz de leer, dejo el trabajo así
y en otro capítulo os mostraré el siguiente paso.
No os lo perdáis, pues voy a mostraros cómo fijar el marco. Después tendremos que hacer los dinteles, colocar las gotas y emparejar por dentro para pintar.
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